Profesionales de los medios, voces en primera persona, profesionales de la atención a colectivos en situación de vulnerabilidad y representantes de la Universidad Complutense y Grupo 5 reflexionaron sobre el papel de los medios de comunicación en la lucha contra el estigma.

Desde septiembre de 2019 la Cátedra UCM-Grupo 5 Contra el Estigma ha celebrado jornadas, Premios Trabajo Fin de Máster, investigaciones y creado una decena de guías y materiales – entre ellas la Guía de Buenas Prácticas contra el Estigma- en relación con su compromiso para cambiar la mirada hacia los colectivos vulnerables.
11 de noviembre de 2021. El martes 10 de noviembre se celebró en el Teatro Real Carlos III de Aranjuez la jornada Medios y Estigma organizada por la Cátedra UCM-Grupo 5 Contra el Estigma.

Manuel Muñoz, director de dicha Cátedra y catedrático de Psicología de la UCM; y Guillermo Bell, presidente ejecutivo de Grupo 5, abrían la jornada haciendo hincapié en la necesidad de integrar a la sociedad en la eliminación de las etiquetas y los prejuicios hacia los colectivos, “la intervención directa no es suficiente. Es necesario el componente social y el papel de los medios aquí es fundamental”, afirmaba Guillermo Bell. “El estigma sigue siendo esa marca para indicar a quién hay que apartar de la sociedad. Ponemos etiquetas, generamos un prejuicio y creamos división: “nosotros”, los sanos, y “ellos” los enfermos”, terminaba subrayando Manuel Muñoz.

A continuación, una mesa formada por Sandra Camps, directora del programa En primera persona de RNE; Mónica Lázaro redactora del programa De Seda y Hierro de La 2; Ángeles Caballero periodista de El Confidencial; y Macarena Montes, directora de Comunicación y RSC de Corresponsables, daban paso al papel de los medios.

En esta mesa, temas como la necesidad de la formación en periodismo social debido a la carencia de información sobre el tratamiento de la temática social y la importancia de la sensibilidad y la escucha a la hora de tratar con las personas son clave para lanzar cualquier información. Asimismo, coincidían en que la clave sería no dejar pasar una palabra malsonante o sensacionalista al igual que no se publica nada con erratas, “igual que hay un editor que se fija en erratas, tendría que haber alguien que pusiera líneas rojas a la hora de contar temas sociales. A la hora de contar temas e historias sobre las personas”, atestiguaba Ángeles Caballero. Una mesa llena de sensibilidad, empatía y profesionalidad.

Marcos Obregón y Marta Galego de Radio Nikosia les hacían entonces el relevo. Esta radio que surge para dar voz a una pluralidad necesaria reivindicadora de lugares sin exclusivismos nos dejaba una mesa en la que la emoción y la reflexión no daban cabida a trivialidades.

La experiencia en primera persona nos dejaba frases como “el malestar y el silencio van íntimamente relacionados”; “callamos todo lo que nos parece incómodo, de lo incómodo no nos apetece hablar y por ello cuando sale, sale de forma desordenada”, que nos llevaban a una reflexión directa, un diálogo interior inminente que nos alertaba del impacto que tenemos sobre el otro y de la necesidad de hablar de las capacidades de las personas para que estas, que sufren algún tipo de estigma, dejen de chocarse con la discapacidad que les persigue desde su diagnóstico.

Para cerrar, el Centro de Rehabilitación Psicosocial de Latina (Comunidad de Madrid-Grupo 5) y el Servicio de Educación Social Latina (Ayuntamiento de Madrid – Grupo 5), nos mostraban su corto “Un lugar para Sara”, usando un canal cinematográfico-audiovisual como vía para poder llegar a los jóvenes a entender las enfermedades mentales para conseguir desde las nuevas generaciones una comunidad más empática y conocedora de las diferentes realidades.

Manuel Muñoz cerraba la jornada dejándonos una reflexión: No deberíamos permitir que las personas tengan una identidad a raíz de un diagnóstico. Porque si es así, ¿quizás deberíamos eliminar los diagnósticos?

Ni una identidad a raíz de un diagnóstico, ni una identidad a raíz de una situación de sinhogarismo, pobreza, orientación sexual o discapacidad, y sí una mirada capaz de respetar lo diferente a nosotros mismos.