El lunes Xavi Hernández, con el traje de psicólogo puesto, le pidió cuatro cosas a su equipo: orgullo, espíritu de revancha, optimismo y tener presente que es el Barça. Nada de eso falló este martes en el feudo azulgrana, pero la falta de efectividad de cara a gol fue un peaje demasiado caro
El Barcelona ofreció ayer su mejor versión de la temporada ante el Benfica, pero ésta no fue suficiente para pasar del 0-0 en el Camp Nou y se jugará el pase en la última jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, en la que deberá vencer en el inexpugnable Allianz Arena ante el Bayern de Múnich o esperar que el Benfica no sea capaz de batir al Dinamo de Kiev.
El lunes Xavi Hernández, con el traje de psicólogo puesto, le pidió cuatro cosas a su equipo: orgullo, espíritu de revancha, optimismo y tener presente que es el Barça. Nada de eso falló este martes en el feudo azulgrana, pero la falta de efectividad de cara a gol fue un peaje demasiado caro.
Hace 20 años que el club azulgrana no cae en la primera ronda de la máxima competición europea. Más allá del revés deportivo, quedar fuera supondría otro palo económico para las maltrechas arcas del club.
Consecuencias económicas
Como señala Roger Pacual en EL DIA, el Barça había presupuestado 20,2 millones en premios por llegar al menos hasta los cuartos de final de la competición: la UEFA paga 9,6 millones por alcanzar los octavos y 10,6 para los que pasen a la siguiente ronda.
Si no lo logra, el conjunto de Xavi pasaría a jugar la Europa League, donde las recompensas son mucho menores: 1,2 para los que jueguen los octavos, 1,8 para cuartos, 2,8 por llegar a semifinales, 4,6 por meterse en la final y 4 por ganarla. Es decir, en el mejor de los casos podría ganar 14,4 millones para mitigar el impacto de quedar fuera de la máxima competición europea.