La cadena hotelera Meliá negocia con la polémica constructora Viqueira SL la gestión del hotel que esta última está construyendo en primera línea de la playa de La Tejita, un proyecto que ha levantado una fuerte oposición social desde su anuncio en 2015. El complejo se edifica sobre un valioso ecosistema dunar, uno de los pocos que perduran en Tenerife, lo que supone un grave impacto para este símbolo natural de la isla, que era hasta hace poco la última gran playa virgen del sur de Tenerife
Con 160.000 firmas en contra y más de 7 años de movilizaciones ciudadanas continuas contra esta obra, el Hotel de La Tejita es sobradamente conocido por estar rodeado de controversia y por el rechazo social que ha generado. Tanto es así, que este hotel junto a Cuna del Alma son los proyectos responsables de colmar el vaso de la paciencia de una sociedad que, desde entonces, abandera la lucha contra la masificación turística a nivel internacional.
Sabemos, por diferentes fuentes, que desde hace unos meses la cadena hotelera Meliá está en negociaciones para gestionar este hotel aún en construcción. La promotora urbanística Viqueira SL, que no tiene intenciones de explotar la actividad hotelera, hasta el día de hoy no ha conseguido convencer a ninguna cadena hotelera para que adquiera sus derechos. ¿Cómo es esto posible?
El Hotel de La Tejita ha sufrido hasta 4 órdenes de paralización de obras por parte de la administración por sus irregularidades con la Ley de Costas, pues invade un pasillo de dunas vital para la defensa del litoral. A día de hoy la licencia urbanística está recurrida en un contencioso administrativo, y el 30 % del proyecto hotelero está afectado por un deslinde que no permitiría la edificabilidad de cerca de 200 habitaciones. Ninguna cadena hotelera con un mínimo aprecio a su imagen negociaría gestionar este turbio negocio. Ante este panorama de gran inseguridad jurídica, ¿por qué Meliá arriesga su imagen?
De lo que pueden estar seguros en Meliá es que su reputación va a quedar manchada desde este momento en el que hacemos pública esta noticia. Y no solo eso, los colectivos que llevan la lucha legal contra este hotel no pararán hasta lograr su derribo y la restauración del ecosistema.
La política de sostenibilidad aprobada por el Consejo de Administración de esta cadena hotelera queda evidenciada como un mero ejercicio de greenwashing. “Porque somos hoteleros de corazón, la hospitalidad no es solo un negocio para nosotros, es nuestra pasión. Y esa pasión nos mueve a dar respuesta a los desafíos globales de nuestro mundo, abordando la sostenibilidad como una palanca fundamental para dejar un legado positivo en nuestro planeta y en nuestra sociedad”. Este es el párrafo inicial de su página de “Reputación y sostenibilidad”, donde establecen su intención de dejar un “legado positivo”.
Comprar los derechos de explotación de un hotel que destruye el litoral de la playa más emblemática de Tenerife es moralmente inaceptable. Meliá, de aceptar la gestión de este hotel, será objeto de crítica y señalamiento por parte de la sociedad canaria para siempre.
Comprar los derechos de explotación de un hotel intervenido por la justicia es una maniobra económicamente arriesgada ya que los colectivos que hemos luchado contra este hotel nos encargamos, no solo de luchar por su demolición, sino también de recordar constantemente este movimiento de la cadena Meliá.
Exigimos a Gabriel Escarrer, director de la cadena hotelera Meliá, que rectifique y abandone toda intención de colaborar con la destrucción del castigado litoral de Tenerife, de acuerdo a su propia política de sostenibilidad. De lo contrario, en este mismo momento empieza la campaña ciudadana más importante a la que se haya podido enfrentar una cadena hotelera en Canarias por su hipocresía ambiental.
Del mismo modo, exigimos a las administraciones responsables de paralizar este atentado urbanístico que intervengan de una vez por todas, paralicen las obras en su totalidad y se pongan de acuerdo para adquirir estos terrenos para que sean restaurados.