Regresan los relatos ‘tejidos’ con sonrisa de mujer al Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, en Gáldar

Noviembre 21, 2022

ORLANDO SANTANA Y JOSÉ FAJARDO REGRESAN A CUEVA PINTADA PARA ‘TEJER’ RELATOS MUSICALES CON SONRISA DE MUJER

Regresan los relatos ‘tejidos’ con sonrisa de mujer al Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, en Gáldar. El mes de noviembre se viste en femenino con una propuesta narrativa y musical, a cargo del narrador oral Orlando Santana y el músico José Fajardo

‘Sonrisa de mujer: destinos tejidos’ ofrece el día 26 de noviembre, a las 20:00 horas, una serie de relatos con acompañamiento musical de tres continentes y con el hilo conductor del arte de tejer

El espectáculo tira del hilo argumental de la biografía de una tejedora prehispánica imaginada en su día por Javier Velasco. Los temas y personajes de esta historia se entrelazarán con los textos de Orlando Santana, acompañado por las canciones interpretadas en vivo por José Fajardo. El acto, que invita a poner rostro a las primeras pobladoras de nuestras islas, es una actividad gratuita, pero requiere inscripción. Ésta permanece abierta desde el lunes, 21 de noviembre, de lunes a viernes, de 09:00 a 14:00 h., en el tlf. 928 895 489 (ext.3).

Relatos tejidos con música

Tejer es una actividad cargada de simbolismo. La vida se teje con nuestras voluntades y las ajenas, conjugando circunstancias que dependen de lo abarcable y de lo inabarcable, de lo visible y lo invisible. Con esta idea motriz, el narrador Orlando Santana y el músico majorero José Antonio Fajardo han montado lo que ellos mismos denominan “una juglarada”, es decir un espectáculo en el que se narra, se canta y se recita.

Su título juega con otro título, el de un álbum ilustrado publicado hace ya unos años (2008). El libro narra a tres manos (Javier Velasco, Agustín Casassa y Teresa Correa) la biografía imaginada de una mujer aborigen de Gran Canaria. Partiendo de los conocimientos que la arqueología pone en nuestras manos nació el personaje de Atissa, una talentosa tejedora que vivió en el barranco de Guayadeque y legó a sus hijas un conocimiento práctico que siempre fue transmitido de mujer a mujer. Atissa representa a todas esas mujeres que condujeron sus vidas por los cauces estrechos de un destino que había sido decidido poco después de su nacimiento. En cada una de sus páginas expresa, con una conmovedora sencillez, un valioso compromiso con la memoria, libre de mistificaciones.

‘Sonrisa de mujer’, el álbum que imagina su vida, además de poner rostro a las primeras poblaciones de nuestras islas, ha constituido el punto de partida para que Orlando Santana y José Antonio Fajardo lleven su trama al terreno de la narración oral, contando y cantando otras historias, cuyas protagonistas también tejen vidas y telas.

Por eso, esta ‘juglarada’ también sirve, según detallan sus creadores, “para recordar la importancia de la artesanía, la sabiduría que despliegan estos oficios”. A la ciudadanía del siglo que avanza imparable los trabajos artesanales nos traen al aquí y ahora, a la experiencia de dar un buen uso a las manos. “La artesanía también nos pone en contacto con el medio natural, y nos hace ver cuánto dependemos de todo ello. Y también nos ayuda a relacionarnos de otra manera con nuestros congéneres, creando espacios de encuentro que habíamos perdido”, explican los creadores del espectáculo.

Tres continentes que modelan la cultura canaria

Sin pretenderlo, los cuentos que han escogido proceden de los tres continentes que han modelado el devenir de la cultura canaria. De América se ha tomado el mito del pueblo Yine, una cultura ribereña asentada desde hace cientos de años entre Perú y Brasil. Es uno de esos relatos sencillos tocados por la magia de las cosmovisiones animistas, en el que una araña adopta la forma de una muchacha para compartir con la humanidad sus conocimientos sobre el arte de tejer.

De Europa, los juglares han escogido un cuento maravilloso cuyas versiones se cuentan por todo el continente y que es protagonizado por mujeres que ayudan a mujeres. Ellas son tres mujeres irreverentes que logran convertir en princesa a una muchacha humilde e inexperta, o lo que es lo mismo, mujeres mayores que ayudan a una más joven a encontrar su lugar en un mundo exigente. En estas tres tejedoras poco cuesta ver a las Moiras griegas, las inseparables hacedoras de los destinos humanos. En la actuación se evocarán sus figuras recitando el antiguo himno con el que nuestros antepasados politeístas se reconciliaban con lo inevitable, poniendo rostro a lo desconocido.

Finalmente, de África, los intérpretes han escogido un cuento de sabiduría sufí que nos invita a tejer nuestro propio destino y nos enseña al mismo tiempo a creer en el poder de las catástrofes.

De este modo, con ‘Sonrisa de mujer: destinos tejidos’ se recorre el camino que han andado los cuentos tradicionales, desde que nacieron para acompañar los ritos de paso en las primeras comunidades humanas de cazadores y recolectores, hasta que tomaron la forma con la que han llegado hasta nosotros, con su ristra de personajes arquetípicos, buenos y malos. A esas cuatro historias las acompaña una quinta, que será contada canción a canción por José Antonio Fajardo. Se han escogido temas de su repertorio más reciente para hablar sobre destinos que se entrelazan.

Con estos materiales cada cual podrá imaginar el principio, el desarrollo y hasta el desenlace de cada cuento que, en opinión de Santana y Faljardo, “nos traerán a la memoria los rotos, parches y remiendos que hemos ido haciendo en los telones de nuestro propio corazón”.

Trayectoria de Orlando Santana

Orlando Santana es narrador oral, periodista y gestor cultural a pequeña escala. En todos sus espectáculos concede un lugar destacado al cuento de tradición oral. Ha narrado en espacios como la sede de la Asociación Atlas, en el barrio de La Isleta; MT Art Space, el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada y la Biblioteca Insular de Gran Canaria

Gracias al apoyo de esta última institución, durante el año 2021 logró poner en marcha MUBLA, un ciclo de actividades que tiene como eje central la difusión del arte de la narración oral. Su programa se desarrolló a lo largo del año con una periodicidad estacional, y respondía al compromiso de ofrecer propuestas donde concurrieran diversas formas de expresión artística, especialmente la música, la danza y la narración oral.

El arte de la poesía recitada constituye otra de nuestras señas de identidad y nos acerca más a la antigua figura del juglar. Todas estas aportaciones enriquecen el viejo oficio de contar historias y revitalizan la tradición oral. De esta manera, el rico universo simbólico de los cuentos entronca con las aportaciones de los creadores contemporáneos y continúa siendo una fuente de inspiración vital.

Tras presentar hace cinco años ‘A propósito de Sonrisa de mujer’, en Cueva Pintada, el pasado otoño volvió a estrenar un montaje con José Antonio Fajardo, ‘La voz del abuelo’.

Trayectoria de José Antonio Fajardo

José Antonio Fajardo realiza un folk-rock alternativo, con una sólida base rítmica y letras encriptadas que abordan el miedo, la frustración o el desengaño con una poesía rocosa, gris, como su Fuerteventura natal.

José Antonio Fajardo no llegó ayer a este negocio de la música. Sus inicios se remontan a la infancia, al folclore. Lo que sí es nuevo es lo que ahora defiende sobre los escenarios, un sonido muy personal, un repertorio que nace de sus primeros escarceos con el rock. Uno de los rasgos que caracterizan su sonido es la voz, forzada hasta el límite, desgarrada. Y los acordes de guitarra, en algunos casos mucho más complejos de los habituales en el rock.

Desde que en 2009 se embarcara por primera vez en una gira por la península, la carrera de José Antonio Fajardo no ha hecho más que madurar hacia lo intransferible, proyectada a lo largo de varios sencillos y ‘splits’, un EP y tres álbumes.

Al primero, lanzado en 2010 con un título homónimo, le siguió en 2015 ‘Arrullo magnético’. El tercero, ‘Intuición’, fue lanzado el pasado 2021, a comienzos de diciembre. Ese mismo año lanzó 'A6A', un manojo de piezas musicales entre las que se encuentran temas que su autor fue macerando en estos tiempos de recogimiento forzoso.

En palabras de Juan P. Holguera, crítico de la revista Rock de Lux, “Fajardo ha desarrollado una dicción y un (no) control de su propia voz fuera de todo alcance comparativo. El majorero lo ha dejado todo al margen y es capaz de embargar su propio cuerpo, de disponer la palabra al servicio de unas canciones que persiguen verdad por todas partes. Desde la visceralidad hasta la delicadeza más jonda, su voz enfunda su propia estampa compositiva de forma hermosa y necesaria”.