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LA CASA DE COLÓN ABRE UNA MUESTRA DEL PINTOR MIRÓ MAINOU CON OBRAS DE SUS INICIOS PICTÓRICOS Y DE LOS PRIMEROS AÑOS EN GRAN CANARIA
La Casa de Colón abre este martes, a las 19:30 horas, la exposición ‘Miró Mainou (1940-1955). El espíritu del paisaje’, un repaso de la trayectoria de una de las figuras fundamentales de la abstracción paisajística en Canarias. Se trata de una muestra con una treintena de obras, algunas de ellas inéditas localizadas en colecciones particulares, que da a conocer por primera vez en el Archipiélago los inicios pictóricos de Miró Mainou en Cataluña y durante los primeros años de su estancia en la isla, a donde arribó en 1949.
En 2021 se ha venido celebrando el centenario del nacimiento de Baudilio Miró Mainou (Sabadell, 1921 - Las Palmas de Gran Canaria, 2000), premio Canarias de Bellas Artes de 1992, y por ese motivo la Casa de Colón ha organizado esta exposición, cuyos detalles dieron a conocer este martes la consejera de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, Guacimara Medina, junto a la directora de la Casa de Colón, Elena Acosta, y el comisario de la muestra y profesor de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Antonio Almeida.
Guacimara Medina destacó la importancia de esta exposición al contar con piezas inéditas pertenecientes a colecciones privadas que se pueden ver por primera vez en Gran Canaria para conocer su trayectoria artística y las características de su mirada plástica a través de los paisajes de la Isla y Cataluña.
Además, anunció también que la Consejería de Cultura organizará actividades paralelas y complementarias, ya que parte de la obra expuesta en la Casa de Colón hará un recorrido por algunos de los municipios en donde el autor tuvo relación, como es el caso de Moya, que además coincidirá con el Centenario por el fallecimiento de Tomás Morales. También pasará por Artenara, Santa Brígida y Agaete, para que, de esta forma, los ciudadanos del norte y centro de Gran Canaria tengan la posibilidad de conocer la obra inédita del autor, añadió Medina.
Por su parte, Elena Acosta explicó que el objetivo de esta exposición es difundir una etapa hasta ahora desconocida en Canarias del pintor. Esta muestra es una manera de ir conociendo, investigando y difundiendo la figura de un artista que, pese a nacer fuera de Canarias, es una referencia para el paisaje de Gran Canaria, añadió la directora de la Casa de Colón.
Esta exposición se articula en dos partes, ya que, por un lado, en una de las salas hay una veintena de obras con su etapa del periodo de formación y los vínculos con sus maestros y sus salidas a los Pirineos y al Mediterráneo de sus primeros años, entre 1940 y 1949, explicó el comisario, Antonio Almeida.
Por otro lado, en otra de las salas está expuesta la obra de la etapa en la que, recién instalado en la isla, explora el paisaje de Moya, su primera residencia durante cinco años, para finalizar con una breve mirada a la obra más conocida en Gran Canaria de sus siguientes años, entre los 70 y 80. En esta comparación se puede ver su evolución como artista al pasar de un paisaje de la representación de la realidad a uno más expresionista, casi abstracto. Junto a las obras expuestas se puede disfrutar también de imágenes del pintor y su paleta ‘au plein air’ a través de fotografías desde 1940 a 1955.
‘Miró Mainou (1940-1955). El espíritu del paisaje’ reúne piezas, principalmente óleos sobre lienzo o tabla, provenientes de colecciones privadas, de los fondos de la Casa de Colón y de la colaboración con otras instituciones, como el Ayuntamiento de Moya y la Fundación Caja de Canarias, así como del archivo familiar Miró Mainou, que ha aportado fotografías.
Esta propuesta permanecerá abierta hasta el día 30 de enero y puede visitarse de manera gratuita de lunes a viernes, de 10:00 a 21:00 horas, los sábados de 10:00 a 18:00 horas, y los domingos y festivos de 10:00 a 15:00 horas.
Trayectoria de Miró Mainou
Baudilio Miró Mainou, pintor catalán nacido en la ciudad de Sabadell, llegó a Gran Canaria en 1949 acompañado de su mujer Carmina González, donde desarrolló su producción pictórica más importante.
Desde 1950 se introdujo en el ámbito cultural local, conociendo a los artistas más relevantes del momento: Manolo Millares, Felo Monzón, Juan Ismael, Tomás Gómez Bosch, Nicolás Massieu, entre otros. Este acercamiento le llevó a participar pronto en exposiciones individuales y colectivas, especialmente en la Galería Wiot. Aunque cultivó diversos géneros, sin duda el paisaje fue el más destacado por la crítica, siendo la mirada de Miró Mainou, para Luis Doreste Silva (1950) “una de las mejores retinas que hayan reconocido nuestro paisaje”, explica el comisario de la exposición, Antonio Almeida.
A pesar de que la principal producción artística de Miró Mainou en la isla es bien conocida y ha sido estudiada por la crítica de arte, la relevancia de su producción le llevó a conseguir el Premio Canarias de Bellas Artes en 1992, los primeros años de formación han pasado casi desapercibidos.
Los orígenes pictóricos de Miró se sitúan en la Escola Industrial d’Arts i Oficis de Sabadell, así como en la influencia del paisajismo catalán de aquellos años, que seguía la estela de un impresionismo tardío, basado en la pintura ‘au plein air’, en contacto directo con la naturaleza. El estudio del paisaje le vendrá de la mano de los tres maestros que él mismo reconoció como inspiradores del conocimiento de la técnica pictórica: Vilatobà, Vila Arrufat y Vila Puig, añade Almeida
Además de estos pintores, hubo otros referentes que guiaron su interés por el paisaje, como fueron Vázquez Díaz, Benjamín Palencia, Joaquín Mir, Isidre Nonell, Francesc Gimeno, entre otros.
Estas inquietudes artísticas iniciales fueron compartidas por un grupo de jóvenes sabadellenses, denominados el Cenacle (1940), que tenían en común las mismas inquietudes por el arte, y que en un primer momento fueron apoyados espiritualmente por Vilatobà.
Es en este contexto de actividad apasionada y de amistad juvenil cuando a partir de 1940-1942 Miró Mainou inicia el recorrido expositivo de su obra que lo acompañará por el resto de su vida y lo consagrará como uno de los grandes pintores del paisaje en Canarias.
Esta íntima relación que mantuvo durante toda su vida con la naturaleza le permitió captar nuevos aspectos del medio insular, lo que sin duda definió su posterior evolución, sostiene Almeida. Habrá que esperar a los inicios de los años ochenta para identificar un cambio sustancial en su obra, llegando a un expresionismo pictórico para algunos o a una naturaleza con clara vocación abstracta, para otros, concluye el comisario.