Presentación del libro 'Los barrancos del silencio', de Francisco González Tejera

Mayo 16, 2025

La isla del miedo

Tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, Gran Canaria se convirtió en un laboratorio del terror donde falangistas y franquistas, con el respaldo de los caciques locales, desataron una represión de una crueldad desmesurada, que superaba con creces la lógica de la violencia política. En la isla no solo se buscó eliminar físicamente al adversario republicano, sino aniquilarlo moral y simbólicamente mediante procedimientos sádicos que rayaban lo demencial. En la sede de la Falange, convertida en centro de tortura, los prisioneros —hombres y mujeres— eran sometidos a todo tipo de vejaciones.

La represión no fue solo asesinato, fue tortura ritualizada, un sadismo institucionalizado, una maquinaria de sufrimiento que convirtió a Gran Canaria en uno de los escenarios más oscuros de la barbarie fascista en España. La saña con que se aplicó responde también al deseo de enviar un mensaje claro: nadie que pensara diferente estaba a salvo; no solo buscaban destruir los cuerpos, pretendían destruir conciencias, borrar memorias y sembrar el miedo como herencia generacional.

En Los barrancos del silencio, de Francisco González Tejera, se despeñan las reconciliaciones que nunca existieron, los relatos del regreso de una democracia que excluyó a quienes más la defendieron, a quienes la habían conocido y ya no querían vivir sin ella. Desterrados de los medios de comunicación, de los parlamentos, del repertorio de los ejemplos a seguir, de cientos de libros de texto en los que quienes recuerdan y son recordados en estas páginas nunca tuvieron un espacio que los diera a conocer.

La recuperación de la memoria es fundamentalmente una conversación en la que toman la palabra quienes nunca subieron a una tribuna o accedieron a un juzgado para testificar contra los perpetradores de todo su sufrimiento. Tenemos que conocer sus vidas para saber que hay otros caminos, otras rutas con las que entretejer el destino de una sociedad más justa, más libre, como la que ellos estaban construyendo y defendieron, en la que sus voces, en la que estas voces nunca habrían corrido el riesgo de caer en el olvido.

Del prólogo de Emilio Silva

Campo de concentración LaIsleta

«Esa madrugada de agosto del 36, el viento parecía estar a punto de llevarse volando en cualquier momento las lonas del siniestro campo de concentración de La Isleta, donde mal dormían algo más de 1.300 presos. El sargento Ballón, más conocido por «Malacabra», llegó junto a varios falangistas y militares, borracho, de las casas de putas del barrio de Los Arenales. Traía un ojo hinchado y una herida en la nariz por alguna de sus habituales peleas. Comenzó a gritar insultos a los detenidos, a dar vivas al Movimiento y a la sagrada Santa Cruzada contra el demonio rojo, irrumpiendo en las harapientas chabolas a latigazos, junto a los cabos de vara y compañeros de farra, también exaltados por el abuso del alcohol».
Del relato «Malacabra».

Gabinete Literario

«A las veinte mujeres las sacaron de las celdas de las monjas de clausura del viejo convento del barrio colonial de Vegueta en Las Palmas. Allí las tenían presas hacía varios meses, sometidas a tortura y abusos por parte de pistoleros falangistas y guardias civiles. Todas eran hijas y esposas de hombres asesinados en los primeros instantes del golpe fascista del 36, detenidas en sus casas o cuando se acercaron por los centros de tortura del Gabinete Literario […] a preguntar por sus familiares, en muchos casos ya muertos. Su único delito era tener algún vínculo con los sentenciados a desaparecer en cualquier lugar de exterminio de la isla».

Del relato «Celebración»

Comisaría, sededeFalange

«[…]el actual Colegio La Salle, donde fueron torturadas y asesinadas cientos de personas vinculadas a la democracia republicana. El mórbido boxeador era una de las opciones más devastadoras de maltrato físico, utilizada por los cerebros organizadores de las Brigadas del Amanecer y de estos espacios de exterminio, dirigidos, entre otros, por el empresario tabaquero Eufemiano Fuentes».
Del relato «The Boxer»

Simade Jinámar

«Sin dejar de humillar y golpear, los bajaron mientras caían de cabeza sobre el punzante picón volcánico que les desgarraba la carne ya molida y dañada por las horas y los días de tortura salvaje.
Al agruparlos y formarlos para subir en fila de uno hacia la profunda chimenea, parecían absurdos guiñapos que, formando un solo cuerpo tambaleante, aparentaban, en la penumbra de la hacienda, estar de pie sobre un barco imaginario en medio de una oscura tormenta».

Del relato «Jinámar».

Campode concentraciónde Gando
«En el campo de concentración de Gando, cuando no lo tenían junto a sus compañeros picando o cargando piedras, de un lado a otro, de sol a sol, los pistoleros falangistas le obligaban a caminar en círculo, siempre hacia la derecha, durante horas en el patio de la bandera. Quienes se paraban agotados o mareados por las fuertes temperaturas eran apaleados salvajemente por los Cabos de Vara, presos traidores y vendidos por una serie de absurdos privilegios de los fascistas».
Del relato «Teorema del círculo».

Francisco GonzálezTejera

Tamaraceite (GranCanaria), 1960. Nació en una familia diezmada y perseguida por la bárbara represión franquista como consecuencia de su filiación de izquierdas y su adhesión republicana. Su tío Braulio, con apenas unos meses de vida, fue brutalmente asesinado por un falangista que lo arrancó de la cuna en la que dormía. La misma suerte corrió Francisco González Santana, padre del bebé Braulio y abuelo del autor, fusilado tras un Consejo de Guerra sumarísimo sin garantías.

Juan Tejera Pérez, el otro abuelo del autor, fue condenado a pena de muerte por ser comunista, pena conmutada por doce años de prisión. Fundador y presidente de la Agrupación de Familiares Fosa Común del cementerio de Vegueta-LPGC, Francisco González Tejera también es miembro fundador de la Asociación de Memoria Democrática de Braulio González. Memoria por el Niño Braulio.

González Tejera lleva treinta años recogiendo testimonios de víctimas del franquismo en Canarias y publicando libros para mantener viva su memoria. Autor de la trilogía de relatos «Crónica del genocidio fascista en las Islas Canarias», ha publicado también Fragmentos de rebelión (2021); y Señales del alba (2022), crónica descarnada de la represión y tortura perpetrada por los ejecutores del golpe del 18 de julio.

Publicado en Cultura, Sociedad