Los agricultores y ganaderos europeos no respaldaremos nunca un acuerdo comercial que carezca de armonía y que sea perjudicial para el medio ambiente, para nuestra soberanía alimentaria y para el medio rural
Con esta contundencia se han manifestado tanto el COPA a nivel europeo como UPA en España a la hora de valorar el acuerdo anunciado, el pasado mes de diciembre en Montevideo, por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con los líderes del Mercosur: Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
UPA considera que este acuerdo puede perjudicar especialmente a las explotaciones de carácter familiar y suponer un freno al necesario y tan complejo relevo generacional. Por tanto, no tiene sentido alguno tolerar un acuerdo que ponga en jaque a un sector tan estratégico como la agricultura y ganadería.
Aun siendo conscientes de que hay que entablar amistades y forjar alianzas en estas épocas turbulentas que atraviesa la geopolítica internacional, tanto el COPA como UPA critican que Ursula von der Leyen, incumpliendo su compromiso de estrechar lazos con el sector agrario, no haya dialogado suficientemente con las organizaciones representativas de los agricultores y ganaderos.
Este acuerdo puede suponer la importación al mercado europeo de productos agroalimentarios que distan mucho de cumplir con las normas que sí se imponen a los productores y fabricantes europeos, por ejemplo, en el uso de productos fitosanitarios o en la legislación laboral y en materia de bienestar animal. Por tanto, UPA exige que haya un compromiso obligatorio para los países del Mercosur sobre las normas relacionadas con el bienestar animal, el uso de medicamentos en la producción animal, el clima, el tratamiento químico y demás normas medioambientales.
En todo, caso, el acuerdo alcanzado en diciembre de 2024 es un primer paso de un largo camino. El Acuerdo deberá ratificarse por parte del Parlamento Europeo, así como en los Estados Miembros.
UPA seguirá muy atenta a los siguientes pasos desde la firma de este acuerdo, exigiendo siempre que el sector agrario sea respetado, escuchado y protegido. Lo haremos en Europa, a través del COPA-Cogeca, y lo haremos en España, exigiendo al Gobierno español que tenga en cuenta nuestras demandas y que no acepte ni apoye ningún acuerdo que sea perjudicial para el campo.
Reivindicaciones de UPA sobre el Acuerdo UE-Mercosur
Mayor transparencia para todo lo relacionado con el acuerdo y su negociación y que se cree un fondo europeo de compensación para el sector agrario.
Que en el proceso de ratificación que debe pasar a partir de ahora el acuerdo se modifiquen los puntos que perjudican a los agricultores y ganaderos españoles. Está en la mano del Parlamento Europeo y de los jefes de Estado y de Gobierno evitar los daños que puede provocar este acuerdo injusto.
Que prevalezcan siempre los intereses del conjunto de la Unión Europea, en especial de los sectores más vulnerables, como agricultores y consumidores.
Que se establezcan fuertes controles a toda mercancía importada en frontera y se verifiquen las condiciones de producción en estos terceros países. Las normas de producción deben ser las mismas para todos, para lo producido aquí y para lo producido fuera.
Que se garantice un verdadero seguimiento y monitoreo en el cumplimiento de lo acordado, con una periodicidad suficiente que permita imponer sanciones a tiempo para reparar los daños causados, y sobre todo que permita reevaluar con agilidad los términos del acuerdo en caso de detección temprana y reiterada de tales infracciones en un corto espacio de tiempo.
La introducción de cláusulas de salvaguarda ágiles y sencillas de implementar resulta fundamental en tal sentido. Igualmente es necesario llevar a cabo estudios que analicen los efectos antes de la puesta en marcha y se establezcan cláusulas que impidan esos efectos negativos.
Etiquetado claro. Los consumidores tienen derecho a saber sin ningún tipo de duda el origen de los productos que compran, y un refuerzo de los sistemas de trazabilidad que permita conocer todo el “viaje” que ha realizado cualquier producto, incluyéndose aquí a productos consumidos en restauración colectiva como escuelas, hospitales…
Informe UPA. UE-Mercosur: Un acuerdo que amenaza el futuro de la agricultura familiar en Europa
El 29 de junio de 2019, la Unión Europea y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) concluyeron las negociaciones sobre los componentes comerciales de un Acuerdo de Asociación entre ambas partes. Esto se complementó en julio de 2020 con la conclusión de las negociaciones de los componentes políticos y de cooperación del acuerdo.
Por tanto, el anuncio del pasado 6 de diciembre de 2024 entre la UE y Mercosur constituye la finalización política para un Acuerdo de Asociación UE-Mercosur que contiene lo alcanzado en 2019 e incorpora ahora un protocolo que incluye una cláusula de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático.
El acuerdo alcanzado supone el final de las negociaciones políticas. Una vez publicados los documentos oficiales, y tras la revisión jurídica final por ambas partes, el texto se traducirá a todas las lenguas oficiales de la UE y se presentará al Consejo y al Parlamento europeo.
Respecto al apoyo del Parlamento europeo, este paso es necesario para la conclusión y entrada en vigor de cualquier acuerdo comercial. Los eurodiputados se pronunciarán, primero en el seno de la comisión de Comercio Internacional. Después, el pleno debería decidir si aprueba o rechaza el acuerdo. Es decir, el Parlamento deberá aprobar o rechazar el acuerdo, pero no podrá introducir cambios ni presentar enmiendas.
A nivel del Consejo cabe recordar que existe un bloque de países encabezados por Francia, Polonia y Austria que pretenden crear una minoría de bloqueo. La clave para alcanzar esa minoría constituida por 4 estados miembros - que representen al menos el 35% de la población total de la UE- estará en la posición que fije el gobierno de Italia.
Respecto a la fecha para su entrada en vigor, aún se desconoce. El proceso de ratificación es una fase de larga duración y por lo tanto se estima que se necesitaran varios años hasta su entrada en aplicación.
Por último, en el momento actual la estructura del acuerdo no aporta claridad sobre si el acuerdo deberá ser ratificado posteriormente por los parlamentos nacionales. Esto es algo que todavía necesitará ser clarificado.
CONTENIDO DEL ACUERDO
A pesar del propósito inicial del acuerdo, que se quiere presentar como positivo en términos de apertura y acceso a nuevas posibilidades de negocio que se vean reflejados en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, los detalles del acuerdo continúan preocupando, y mucho, al sector agrario en la Unión Europea y especialmente en España, donde el modelo de agricultura familiar es mayoritario.
El carácter comercial del acuerdo hace que ciertas actividades económicas que se desarrollan en el mundo rural vayan a ser, en principio, las más afectadas. Si se analizan los datos de importaciones y exportaciones entre ambos bloques, los países del Mercosur exportan materias primas, principalmente minerales (29,3% del total), productos alimentarios, bebidas y tabaco y animales (19,2%) y productos vegetales, sobre todo soja (11,9%). Mientras tanto, los países europeos envían a los países del bloque suramericano productos manufacturados, maquinaria (26,7% del total) productos químicos y farmacéuticos (25%) y equipos relacionados con el transporte (11,9% del total).
En cuanto al acceso al mercado agroalimentario, Mercosur acordó liberalizar el 93% de sus líneas arancelarias para las importaciones agroalimentarias procedentes de la UE. La UE, por su parte, liberalizará el 82% de las importaciones agrícolas. El resto de las importaciones estará sujeto a compromisos de liberalización parcial, que incluyen contingentes arancelarios para los productos más sensibles, excluyendo un número mínimo de productos: carne de vacuno, aves de corral, carne de cerdo, azúcar, etanol, arroz, miel y maíz dulce. Por tanto, es evidente que la UE tiene intereses en Mercosur en materia de acceso a inversiones, exportaciones de productos industriales y servicios mientras que, al contrario, el bloque Mercosur tiene intereses ofensivos en el sector agrario.
Con estos datos a la vista, existen preocupaciones fundadas de que el acuerdo UE-Mercosur suponga la práctica liberalización total, aunque progresiva, del comercio entre estos bloques, que permita a las empresas europeas vender sus productos industriales en un mercado hasta ahora muy protegido cuyos aranceles al automóvil, calzado y textil eran del 35%, los de maquinaria entre 14%-20%, los de productos químicos del 18% y los de productos farmacéuticos del 14%-18.
Como señala un informe del Real Instituto Elcano, Mercosur es hoy en día el principal proveedor de productos agrícolas a la UE (20% del total) y responsable de casi el 70% de la alimentación que consumen los animales europeos, fundamentalmente proveniente de Brasil. De hecho, Brasil y Argentina son el 2º y 5º país de procedencia de las importaciones europeas de productos agrarios.
ÁNALISIS POR SECTORES
Carne de vacuno. Uno de los temas más controvertidos de este acuerdo en la UE es el aumento del contingente arancelario para la carne fresca y congelada procedente de Mercosur. Actualmente hay que recordar que Mercosur ya exporta a la UE 200.000 toneladas al año. Con el acuerdo se conceden a los países del Mercosur una cuota de 99.000 toneladas.
Por lo tanto, se concede un derecho preferencial con un arancel del 7,5% para 99.000 toneladas que se reparte entre un 55% de producto fresco y un 45% de congelado. La liberalización total deberá alcanzarse en 6 años a partir de la entrada en vigor del acuerdo. Antes del acuerdo, Mercosur tenía acceso preferencial a la UE a través de dos contingentes individuales:
Acceso con un arancel del 20% para 46.800 toneladas de carne fresca en el marco de la Cuota Hilton (piezas nobles).
Acceso libre para 20.000-25.000 toneladas en el marco del contingente libre de hormonas.
Tras el acuerdo, los exportadores de carne de vacuno del Mercosur tendrán el siguiente acceso al mercado para sus exportaciones de carne de vacuno a la UE:
Acceso libre de impuestos para 46.800 toneladas dentro del contingente Hilton.
Un nuevo contingente de 54.450 toneladas con un arancel interno del 7,5% para la carne de vacuno fresca.
Potencialmente 10.000 toneladas más de acceso a través de la Cuota Libre de Hormonas.
Un cambio notable es que todas las exportaciones bajo la Cuota Hilton (cortes de alta calidad) tendrán un arancel del 0%. Argentina es el país con la cuota Hilton más alta, (29.500 toneladas), y ha estado pagando un arancel del 20% para vender a Europa bajo esta cuota. Sólo en Argentina, se calcula que la eliminación del arancel sobre la cuota Hilton inyectará 70 millones de dólares anuales en la cadena cárnica nacional.
Un aspecto muy importante será la gestión de las cuotas de importación entre operadores y partidas arancelarias. Las condiciones del acuerdo, la certificación y el control de las licencias de importación se gestionarán por parte del importador (por parte de la UE) y deberán ir acompañados de certificados de autenticidad. Cuanta más división de la cuota haya será mejor para los intereses de la UE.
Aves de corral: la liberalización adicional de 180.000 toneladas repartidas al 50% entre deshuesadas y sin deshuesar se logrará en 6 años a partir de la entrada en vigor del acuerdo. Así pues, se producirá sin duda un aumento de las exportaciones de aves de corral. Sin embargo, las nuevas cuotas representan aproximadamente el 1,3% del consumo de la UE, que sigue aumentando, pero en combinación con el incremento de las importaciones procedentes de Ucrania y la posible apertura a Tailandia en el marco del Acuerdo de Libre Comercio (FTA) que se está negociando actualmente, este acuerdo representa una seria amenaza para nuestros productores y los precios en el mercado de la UE.
Carne de cerdo: Mercosur tendrá acceso a un contingente arancelario (TRQ) de 25.000 toneladas, que se dividirá en seis tramos anuales. El arancel dentro del contingente será de 83 euros por tonelada, inferior a los aranceles de “Naciones Mas Favorecidas” y a la mayoría de los aranceles dentro de los contingentes actuales. La carne que puede importarse dentro de este contingente arancelario debe proceder de cerdos sin raptotamina. La cantidad de carne de porcino que importa actualmente la UE procedente de Mercosur es relativamente pequeña.
Azúcar: el acuerdo no prevé cuotas adicionales, pero la cuota existente con derechos reducidos se liberalizará para una cuota de 180.000 toneladas específica para Brasil, además de una nueva cuota de 10.000 toneladas para Paraguay.
Miel: se ha acordado una liberalización de 45.000 toneladas que se logrará a lo largo de 6 años. El principal país beneficiario del bloque es Argentina. Las importaciones actuales de Mercosur son de 30.000 toneladas siendo la cuota del bloque Mercosur inferior al 10% del consumo de la UE.
Etanol: las importaciones a la UE están sujetas al arancel de “nación más favorecida” (NMF) del 21%. El acuerdo concede un contingente de 650.000 toneladas anuales. De ellas, 450.000 toneladas se reservarán para el etanol con fines químicos, que estará libre de derechos. Las 200.000 toneladas restantes tendrán un derecho dentro del contingente de un tercio del tipo de NMF y está abierto a todos los usos, en particular para carburantes. Estas cuotas son sustanciales si se comparan con el comercio actual, ya que representan casi la mitad de las exportaciones totales de alcohol etílico del Mercosur al mundo. Se espera que las industrias bioplásticas y bioquímicas europeas, importantes compradoras de etanol, crezcan significativamente a corto y medio plazo. De ahí que quepa esperar un aumento significativo de las exportaciones de etanol del Mercosur a la UE y el consiguiente aumento de la producción en Brasil. Brasil es uno de los principales productores de etanol del mundo y el primer productor de etanol a partir de la caña de azúcar.
Arroz: el acuerdo prevé una cuota de liberalización de 60.000 toneladas que deberá alcanzarse en un plazo de 6 años a partir de la entrada en vigor del acuerdo, con incrementos iguales por año. El principal país del Mercosur afectado es Uruguay.
Zumo de naranja: la UE importa en la actualidad el 90% del total del zumo de naranja de Brasil. Con el acuerdo se liberaliza en un periodo de 7 años (los aranceles actuales son del 12-18%)
El acuerdo también establece que Mercosur liberalizará una serie de productos de interés exportador para la UE: vino (con un precio mínimo para el vino espumoso durante los doce primeros años y la exclusión recíproca del vino a granel), bebidas espirituosas, aceite de oliva, fruta fresca (manzanas, peras, nectarinas, ciruelas y kiwis a partir de la entrada en vigor), melocotones en conserva, conservas de tomate, malta, patatas congeladas, carne de cerdo, chocolates, galletas y refrescos.
Esta liberalización implica un interés específico de las empresas europeas por exportar estos productos al Mercosur. Estas empresas podrán introducir en los países del Mercosur productos agroalimentarios de calidad libres de aranceles: vinos (actualmente pagan un arancel del 27%), chocolates (20%), whiskies y otros destilados (20 a 35%), quesos (28%), pasteles y galletas (16 a 18%) e incluso refrescos (que pagan del 20 al 35%).
Todos ellos, al igual que productos como el aceite de oliva, las frutas frescas, los melocotones, los tomates en conserva y las patatas congeladas, se indican en el texto como productos ofensivos para la exportación europea. Sin embargo, para algunos de estos productos enumerados, la competencia de ambos bloques es elevada, como en el aceite de oliva. Además, en este último caso no se establece liberalización de aranceles para ciertas variedades de aceituna. Por último, el bloque Mercosur se compromete a reconocer y proteger 357 Indicaciones Geográficas Protegidas (IG).
MEDIDAS DE SALVAGUARDA
Este capítulo establece en su artículo 2 que “en circunstancias excepcionales” las partes podrán aplicar medidas bilaterales de salvaguardia en caso de que, una vez entrado en vigor el acuerdo, “las importaciones de un producto en condiciones preferenciales hayan aumentado en cantidades (...) y en condiciones tales que puedan causar o amenacen causar un perjuicio grave a la rama de producción nacional de la parte que efectúe la importación”. Cabe señalar que la UE mantuvo el derecho a las subvenciones agrícolas por razones de interés público (aunque excluye las subvenciones a la exportación).
El mantenimiento de las subvenciones al sector agrícola en Europa hizo saltar las alarmas de los intereses empresariales en Mercosur. Por ejemplo, el sector vinícola argentino, que en general se beneficiará del acuerdo, señala que existe un desequilibrio importante entre la industria vinícola europea y la argentina. Las subvenciones, dicen, hacen que la industria europea del vino sea muy competitiva y, combinadas con la reducción de aranceles, podrían perjudicar a los productores argentinos.
DIVERGENCIA NORMATIVA Y PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE
Aparte de las preocupaciones relacionadas con el acceso al mercado concedido en virtud del acuerdo, el argumento más destacado es el de la divergencia de las normas de producción y de protección del medio ambiente.
La resolución del Parlamento Europeo sobre el acuerdo UE-Mercosur, adoptada en octubre de 2020, adoptó una postura crítica hacia el pacto comercial en su forma de 2019: exigía la introducción de criterios de sostenibilidad adicionales. La resolución subraya las importantes preocupaciones sobre el impacto medioambiental del acuerdo, en particular en relación con la deforestación y la pérdida de biodiversidad en la región amazónica, y pide compromisos más firmes de los países del Mercosur para cumplir las normas medioambientales y climáticas en consonancia con el Acuerdo de París. En la resolución, el Parlamento Europeo afirma que la ratificación del acuerdo debe estar supeditada a compromisos ejecutables de los países del Mercosur para abordar estas preocupaciones.
CUESTIONES CLAVE
Preocupaciones medioambientales. Las zonas boscosas de la UE se han ampliado en 12 millones de hectáreas durante la última década. En marcado contraste, Brasil ha perdido 90 millones de hectáreas de bosques durante el mismo periodo. Según las ONG ecologistas - en Brasil, los cambios en el uso del suelo debidos a la agroindustria representan casi la mitad de las emisiones del país (49%). El metano liberado por el ganado rumiante, los residuos ganaderos y el cultivo de arroz de regadío también suponen el 25% de las emisiones de Brasil. Los aspectos medioambientales y las obligaciones en materia de biodiversidad son mucho más estrictos para los agricultores europeos y exigen importantes inversiones, lo que conlleva una pérdida de competitividad si se exponen a una competencia desleal.
Plaguicidas. En menos de una década, la UE ha reducido el uso de plaguicidas peligrosos en más de un 25%. Sin embargo, en la región del Mercosur, la expansión de los cultivos de soja, maíz y caña ha incrementado significativamente el uso de plaguicidas. En Brasil, el volumen de ventas se ha cuadruplicado de 2000 a 2020. Además, el 27% de los plaguicidas utilizados en Brasil en 2020 estaban prohibidos en la UE, como el fungicida clorotalonil, prohibido desde 2019, y el insecticida novaluron, prohibido desde 2012. En febrero de 2023, el Ministerio de Agricultura brasileño liberó o renovó 42 productos agroquímicos, entre ellos 24 prohibidos en la Unión Europea.
Hormonas. La Unión Europea prohíbe el uso de hormonas de crecimiento en el ganado desde los años 80, prohibición que se reforzó varias veces en los 90 y en 2006 para incluir los antibióticos utilizados como promotores del crecimiento. Un reciente informe de auditoría de la Comisión Europea, (DG SALUD) sobre los controles de residuos en animales y productos de origen animal destacó la necesidad de detener las importaciones de bovinos procedentes de Brasil debido a las insuficientes garantías sobre el uso de hormonas. Aunque las importaciones de carne producida con hormonas de crecimiento procedentes de la zona del Mercosur están prohibidas, algunas de estas restricciones se eluden utilizando determinados antibióticos como promotores del crecimiento.
Salud/bienestar animal. Especialmente relevante de cara a una posible revisión de la legislación de la UE- en los países del Mercosur, el auge de las prácticas ganaderas intensivas, en particular para el ganado vacuno, avícola y porcino, ha generado preocupación por el bienestar animal. Estas prácticas suelen implicar altas densidades de población, acceso limitado a zonas al aire libre y condiciones de vida inadecuadas que pueden causar estrés, lesiones y problemas de salud a los animales. Como se ha mencionado, las recientes auditorías de la DG SANTE han mostrado muchas deficiencias de las autoridades brasileñas para respetar los requisitos de la UE sobre seguridad alimentaria y protección de la salud animal.
Trabajo. El Acuerdo de 2019 no incluye ninguna norma vinculante sobre derechos humanos y laborales. No prevé medidas para sancionar las violaciones de los derechos humanos y laborales y carece de normas vinculantes sobre la responsabilidad de las empresas. En la propuesta de adenda de sostenibilidad de marzo de 2023 la Comisión Europea ha propuesto que el pleno cumplimiento de los convenios de la OIT forme parte del acuerdo, pero eso no ha sido confirmado por los países del Mercosur.
Muchos países del Mercosur tienen una legislación laboral y unos mecanismos de aplicación menos estrictos que los de la UE. Esto incluye una protección inadecuada de los derechos de los trabajadores, normas de seguridad menos estrictas y medidas insuficientes para prevenir la explotación y el trabajo infantil. El acuerdo podría dar lugar a una competencia desleal, ya que los productores de los países del Mercosur podrían beneficiarse de unos costes laborales más bajos debido a estas normas menos estrictas. Esto coloca a los productores de la UE, que deben cumplir una normativa laboral más estricta y costosa, en una situación de desventaja competitiva.