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En Canarias, desde hace años, vivimos el drama humano, social y económico del desempleo juvenil. España lidera la mayor tasa de paro entre menores de 25 años en toda la Unión Europea, con un 38,38%, y según la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre, en Canarias el 56,24% de las personas con menos de 25 años está sin empleo, después de haber superado el 60% en las fechas posteriores a la pandemia.
Son unas cifras insostenibles desde el punto de vista humano ya que son miles de proyectos vitales postergados por falta de condiciones materiales. Pero también es insostenible social y económicamente puesto que estos jóvenes siguen dependiendo económicamente de sus padres o familias, aumentando la fragilidad de los hogares canarios. Estamos excluyendo del mercado laboral a personas en la mejor edad para la adquisición de competencias profesionales. Del mismo modo se genera un problema de futuro ya que la incorporación tardía al mercado laboral se traducirá en salarios más bajos, menos estabilidad, más precariedad, menos ahorro, inversión y/o consumo y probablemente pensiones más bajas.
Pero la situación también afecta a jóvenes de mayor edad, que se encuadran dentro de la conocida como la “generación de las dos crisis”. Son las personas que se incorporaron al mercado laboral coincidiendo con la crisis financiera de 2008 y que ahora han vuelto a sufrir las peores consecuencias económicas de la pandemia global. En 2008 fueron los primeros en perder el trabajo o directamente no lo encontraron, produciéndose una importante migración a otros países de la Unión Europea y en muchos casos la realización de trabajos para los que estaban sobrecualificados.
Es más, si miramos los datos de paro de la franja de edad en la que se incluye la mayor parte de esta generación (25-34 años) vemos que es del 24,8%, una cifra extraordinariamente alta y que está detrás de muchos fenómenos como por ejemplo la baja natalidad. También supone un hándicap para el desarrollo profesional, alcanzar puestos de responsabilidad o conseguir ahorros con los que emprender o afrontar inversiones.
En Canarias el desempleo juvenil está fuertemente ligado a la falta de formación. Del colectivo juvenil canario que está en situación de desempleo, el 93% solo tiene estudios primarios o secundarios, mientras que el 4,1% cuenta con formación profesional y el 2,8% con cualificación universitaria. Es evidente que es necesaria una apuesta decidida por la formación profesional y por programas de cualificación que permitan a estas personas acceder en mejores condiciones al mercado laboral.
Pero pese a sufrir menor tasa de desempleo, los jóvenes con formación superior también se enfrentan a otro tipo de problemáticas, fundamentalmente la de encadenar prácticas no remuneradas (o escasamente remuneradas), la realización de trabajos para los que están sobrecualificados y dificultades a la hora de conseguir un primer empleo. Las empresas suelen exigir un mínimo de experiencia que no les es posible conseguir en el mercado generando un círculo vicioso del que es difícil salir.
Éste mismo mes se han incorporado 119 personas a trabajar en el Cabildo de Gran Canaria a través del Programa Nuevas Oportunidades de Empleo (NOE) cuyo objetivo es dar una primera experiencia laboral a personas con titulación universitaria o de formación profesional en situación de desempleo. Durante 12 meses, mediante un contrato de prácticas, desarrollarán diversas actividades en el Cabildo de Gran Canaria recibiendo una remuneración del 75% del salario fijado para el puesto que van a desempeñar.
Además se incorporarán también ocho tutores y seis personas de apoyo técnico, por lo que en total supone la contratación de 119 personas. El proyecto tiene un presupuesto de 4,2 millones de euros, de los cuáles el 78% está financiado por el Servicio Canario de Empleo y el 22% restante por el Cabildo de Gran Canaria.
Durante la duración del contrato también reciben un plan de acompañamiento basado en acciones formativas centradas en habilidades sociales y de comunicación, igualdad de oportunidades, trabajo en equipo o competencias digitales así como algunas específicas relacionadas con los diferentes puestos desempeñados.
De esta manera se consigue que estos jóvenes adquieran competencias y capacidades profesionales así como experiencia que les permita su posterior integración en el mercado laboral al tiempo que reciben un salario digno que les permite ser autónomos. Son muchos los casos en los que hemos podido comprobar cómo poco tiempo después de terminar su estancia en el Cabildo tardan apenas unos meses en encontrar un trabajo en el sector privado.
No obstante el Cabildo, a través de la Consejería de Empleo y con la financiación del Servicio Canario de Empleo y en ocasiones de los ayuntamientos, también viene desarrollando un importante número de planes y programas de empleo para atender a las necesidades de la juventud grancanaria con menor cualificación y en general de todos los colectivos con dificultades de inserción y/o acceso al empleo.
Gracias a los diversos planes de empleo (con ayuntamientos, para la restauración de las consecuencias del incendio, los planes de garantías social, etc.), los incentivos a la contratación de personas desempleadas o los planes de garantía juvenil, el Cabildo de Gran Canaria ha conseguido desde 2019 la contratación de 4432 personas, una parte importante de ellas jóvenes. Además habría que sumar a las aproximadamente 180 personas beneficiarias de las “Lanzaderas de empleo” un programa para relanzar la búsqueda de empleo de las personas en paro.
En conjunto, el Cabildo de Gran Canaria ha invertido desde 2019 casi 20 millones de euros en las actuaciones destinadas a proporcionar un empleo a personas en situación de desempleo, a incentivar la contratación por parte del sector privado y los ayuntamientos, y a actuaciones cuyo objetivo es mejorar la inserción y facilitar la búsqueda de un trabajo a personas y colectivos con necesidades específicas, con el foco puesto especialmente en los y las jóvenes.
Se trata de un esfuerzo ingente para ayudar a atajar el que sin duda es uno de los principales problemas sociales de Canarias y que está en el germen de otros muchos: las más de 200.000 personas que quieren trabajar pero no encuentran un trabajo y una de las tasas de desempleo juvenil más altas de Europa.
Por supuesto se trata de un problema estructural que solo encontrará una solución estable a través del cambio de modelo productivo para avanzar hacia uno con mayores cotas de sostenibilidad, soberanía (alimentaria, hídrica y energética) e innovación, así como planes formativos adaptados a esta nueva realidad. Pero mientras construimos ese modelo tanto desde el sector público como desde el privado, tenemos que dedicar todos nuestros esfuerzos a generar nuevas oportunidades de empleo.
Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria