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Ha sido redactado por la Dirección General de Infraestructuras y Equipamientos, en colaboración con la FECAM y el resto de departamentos de la Consejería
Busca garantizar el buen estado de centros de infantil, infantil y primaria y centros de educación especial de las islas
La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, que dirige Poli Suárez, da un paso más en su política para la mejora de las infraestructuras escolares del archipiélago con la puesta a disposición de directivas y ayuntamientos del primer Manual de uso, conservación y mantenimiento de centros educativos públicos, que da respuesta a una “demanda de muchos años”, según el director general de Infraestructuras y Equipamientos, Iván González.
Se trata de una exhaustiva guía elaborada por la citada Dirección General, donde, entre otros aspectos, se detalla el mantenimiento que, con cierta frecuencia, debería hacerse en estas instalaciones esenciales.
En concreto, recoge instrucciones para centros cuya conservación corre a cargo de los consistorios: centros de educación infantil (CEI), centros de educación infantil y primaria (CEIP) y centros de educación especial (CEE).
Próximamente, se publicará, además, un segundo manual para otro tipo de centros, mantenidos por la Consejería.
El documento, que se ha elaborado de manera participativa, incluye aportaciones de la Federación Canaria de Municipios (FECAM), así como del resto de centros directivos de la Consejería de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes, y tiene tres misiones fundamentales, según González.
En primer lugar, busca aclarar las competencias en materia de conservación y mantenimiento que tienen los ayuntamientos en centros de educación infantil, centros de educación infantil y primaria y centros de educación especial. En segundo lugar, aportar una guía de uso, conservación y mantenimiento que permita asesorar a los responsables municipales y a los equipos directivos para garantizar la calidad de sus infraestructuras, prevenir en costes de reparación y evitar daños accidentales y de uso garantizando un correcto funcionamiento por parte de la comunidad educativa. Y, por último, persigue informar a los equipos directivos del nuevo sistema de comunicación de incidencias relacionadas con infraestructuras educativas.
Para ello, el manual recoge aquellos elementos a los que los responsables del mantenimiento de estos centros deberán prestar especial atención, incluidos cimentación, estructuras, cerramientos y particiones, carpinterías y protecciones físicas, aislamientos e impermeabilizantes, revestimientos y trasdosados, equipamientos e instalaciones exteriores.
Además, una recomendación sobre la frecuencia con la que estos elementos deben ser revisados, y en qué han de consistir cada una de esas revisiones periódicas, al objeto de poder llevar a cabo un adecuado mantenimiento, tanto continuo, como preventivo y correctivo, para, llegado el caso, reponer los elementos que así lo requieran.
Así, cada curso escolar, los centros educativos afectados por este documento, junto con los responsables municipales, podrán poner en marcha las herramientas y protocolos necesarios para cumplir con las medidas que correspondan al año escolar correspondiente, promoviendo las acciones de mantenimiento que procedan en cada caso.
Asimismo, en relación con los centros de educación obligatoria (CEO), el manual aclara que el mantenimiento y conservación de la parte de educación infantil y primaria correrá a cargo de cada ayuntamiento, mientras que la parte de secundaria será competencia de la Consejería.
Los CEO que tengan convenios en vigor, se regirán por lo que el contenido de estos establezca, según la guía, cuya elaboración ya había sido aconsejada por la Audiencia de Cuentas a los ayuntamientos, a los que el Gobierno de Canarias facilita ahora su labor.
Mejor comunicación
Por último, el manual contempla la forma en la que deben comunicarse las incidencias a la Dirección General de Infraestructuras, que «recibe una cantidad importante de documentación por parte de los centros educativos, otros departamentos y agentes externos», lo que «exige una nueva forma de gestión más ágil, eficaz y cercana a los centros educativos».
No obstante, se parte de una premisa: incidencias o solicitudes referidas al mantenimiento y conservación de los centros educativos contemplados en el manual deben remitirse, en primera instancia, al ayuntamiento donde esté ubicado el centro, por ser competencia municipal.
El resto de incidencias y solicitudes sí pueden realizarse a la Dirección General de Infraestructuras a través del nuevo sistema de comunicación y siguiendo las instrucciones que se detallan en el documento.
Este sistema, al que se accede a través de la plataforma de CAU_CE (apartado de Creación de Incidencias de Mantenimiento de Edificios de Infraestructuras educativas), permitirá reducir los tiempos, mejorar la calidad de las respuestas y un mayor control en la organización del trabajo de la Dirección General ante 140 posibles actuaciones distribuidas en ocho categorías y 142 subcategorías.