La red de distribución de agua de Gáldar recibe la implantación de un sistema de automatización y telecontrol por parte de Aqualia

La sectorización permite dividir y gestionar el municipio a partir de siete grandes zonas en las que se han instalado grandes contadores con los que controlar el volumen de agua que se suministra

La gestión eficiente y sostenible del ciclo integral del agua resulta clave para el cumplimiento de algunos de los propósitos globales a los que, como sociedad, nos enfrentamos: los medioambientales, como el estrés hídrico, la adaptación al cambio climático, la protección de la biodiversidad o el acceso a energías renovables; los sociales, como la accesibilidad universal al agua, con especial atención a los más vulnerables, y la concienciación acerca del cuidado y calidad de este recurso vital.

El agua, por lo tanto, debe ser gestionada de una manera eficiente. Uno de los objetivos de esta eficiencia debe ser la reducción de las pérdidas en las redes de abastecimiento, para lo cual se necesita conocerlas en profundidad.

Un ejemplo de actuación con la que se persigue estos objetivos es el Plan de Digitalización, Automatización y Mejora del Rendimiento Hidráulico, puesto en marcha en Gáldar por Aqualia, responsable de la gestión del servicio de abastecimiento del municipio, que durante 2022 situó su inversión en tecnología cerca de los 17 millones de euros.

Gáldar en cifras

En Gáldar, por sus dimensiones y sus condiciones geográficas, la red de distribución del servicio de abastecimiento tiene una enorme longitud, alcanzando los 327 kilómetros de red de agua potable que suministra a 12.724 abonados.

La orografía por la que discurren las tuberías dificulta especialmente el control de las presiones y la sectorización, puesto que las diferencias de cota y las múltiples zonas con variaciones de altura considerablemente pronunciadas generan valles y cumbres en pocos kilómetros en un sistema hidráulico completamente interconectado entre sí.

A nivel de distribución y gestión, la red de abastecimiento se divide en dos zonas diferenciadas, y debe tenerse muy en cuenta el volumen de agua distribuido: la zona urbana y costera, que representa aproximadamente el 93% del consumo total, y la zona de medianías o rural, que representa aproximadamente el 7% restante.

Sectorizar y digitalizar la red

La sectorización de una red de abastecimiento es una técnica que consiste en la división de una red en varias subredes más pequeñas. Cada subred, también conocida como “sector”, constituye una unidad de distribución, suficientemente limitada y homogénea para que la gestión de los datos a captar y analizar sea lo más rápida y fiable posible.

Por lo tanto, la sectorización es una opción estratégica que reduce el área de inspección para la detección y localización de anomalías, (como roturas, fugas, deficiencias de presión), a lo que hay que añadir la implantación de un sistema de digitalización de la red mediante el telecontrol, algo en lo que Aqualia lleva años trabajando para mejorar sustancialmente la gestión de la explotación global de la red municipal de Gáldar.

El telecontrol, por su parte, consiste en implantar sensores autónomos (prelocalizadores) en la red de abastecimiento, capaces de detectar de forma automática las fugas de agua y desde el puesto de control determinar con precisión la ubicación de la fuga, minimizando los desplazamientos y el tiempo que el personal dedicaría a revisar todo el sector, centrándose solo en confirmar la existencia de la fuga mediante un geófono en el punto marcado por los dispositivos.

El plan en Gáldar

La red de abastecimiento de Gáldar ha sido dividida en siete grandes sectores, Casco - Baños públicos, Gáldar – Sardina, Rompecargas – Sardina, Reptilandia – La Enconada, Guía – Gáldar, Anzo y por último Medianías, y en cada uno de estos se han instalado grandes contadores con los que controlar remotamente el volumen de agua que se suministra a cada zona y detectar un posible aumento anormal del volumen distribuido, lo que suele ser indicativo de averías.

Estos sensores inteligentes entran en funcionamiento en horas nocturnas, cuando el consumo es mínimo, y detectan en un radio de 150 metros el ruido que hace la salida del agua por un orificio (avería) de una tubería a presión. A diario, envían los datos registrados vía GPRS, volcándose éstos en una base de datos para su control y seguimiento por parte de los técnicos de Aqualia.

Una vez localizada la fuga de agua con estos prelocalizadores inteligentes, se determina la ubicación exacta en la calle por personal especializado, con el uso de otros instrumentos (geófono y correlador acústicos).

Paralelamente, en algunos sectores se han instalado válvulas reguladoras de presión, que se encargan de modificarla para evitar roturas en las tuberías cuando se producen cambios en la demanda de agua, sobre todo por la noche, y minimizar, de esta forma, la aparición de roturas por sobrepresión en las tuberías.

Todas estas medidas puestas en marcha por Aqualia en Gáldar permiten tener un mayor conocimiento de la red y mejorar la sostenibilidad en la gestión del servicio de abastecimiento como parte de su compromiso con los ciudadanos.