Un viaje por todo el proceso para transformar la lana de oveja esquilada en hilo, desde la selección del vellón, pasando por todas las partes de lavado, secado, escarmenado, cardado, hilado y torcido

En estos meses estivales, lunes y viernes de tarde, en la sala de exposiciones del auditorio vallesequense, con un precio de 95 euros al mes

El municipio de Valleseco, a través de la Universidad Popular “Teodoro Cardoso León” ha puesto en marcha el curso de “Iniciación al hilado de lana y telares”, el mismo se está impartiendo en los salones del auditorio vallesequense, donde varias personas han apostado por aprender este oficio artesanal, con el objetivo de que las personas que participen obtengan el máximo conocimiento posible durante el desarrollo del mismo.

Este proyecto surge por motivos culturales, dado que se pretende rescatar un oficio artesanal casi extinto y que ha tenido representación en este municipio. Una actividad entretenida y enriquecedora, donde el conocimiento y la etnografía tienen un papel muy importante al ser un oficio casi desaparecido.

Actividad que es impartida por la artesana, Bárbara Dolores Suárez Herrera, conocida por Dory, acerca a la población que participan en el mundo de la lana, con la intención de confeccionar diferentes prendas de la vestimenta de nuestra tierra.

Dory nos señalaba que “hemos llevado la lana a diferentes lavaderos de Valleseco, a aprender el proceso de lavado, de ahí, la pasamos por las cardas, que nos permite prepararpequeñas cantidades de lana para su posterior hilado o fieltrado, hacemos las madejas y las vamos a utilizar para trabajar en el telar. Aunque también lo podemos hacer con las dos agujas, con la intención de realizar patucos, chalecos o bufandas”.

Que decir tiene, que Dory tiene un largo bagaje, una experiencia de fondo, como muy pocas artesanas de la isla tienen en la actualidad. Ejerce su actividad desde 1990, año en que, según, “empecé a hilar y en 1994 me dieron el carné de artesana, pero desde pequeña me dedicaba a ayudar a mi abuela a lavar la lana, porque ella tenía ovejas, me enseñó a hacer pulóver, rebecas, etcétera”.

Por su parte, Iván Rodríguez Padrón, comentaba que mi intención es “ampliar, digamos, mis ganas de conocer, de experimentar cosas relacionadas con las tradiciones, con formas de vida que ya prácticamente en nuestra cultura están desapareciendo”. Por último, Cristina Torres Navarro, me aporta de forma personal “crecimiento, conocimiento. experiencia, alegría, y lo más importante, no dejar que mueran las tradiciones”.

La artesanía ayuda a alcanzar ese estado en el que una persona está concentrada en lograr una cosa, es un estado de calma y de ausencia de tiempo en el que solo importa lo que se está haciendo en ese momento, te olvidas de otras cosas. Por lo tanto, convertirse en artesano puede ser beneficioso para la salud. Es además una terapia para huir de las pantallas, que producen estrés mental.

Es un buen momento para aprender, las personas interesadas en este oficio se pueden apuntar en el 928 618740, siendo el precio de 95 euros mensuales.