Sábado 3 de agosto a las 20.00 horas con multitud de actividades

En un barrio escondido entre las colinas y manzaneros de Valleseco, vivía una burra llamada Rosa. Rosa no era un animal común y corriente; su pelo era de un gris plata que relucía con los primeros rayos del sol, y sus ojos, de un marrón cálido y profundo, parecían contar historias de tiempos antiguos.

Pero se unió con un veterinario y diferentes amantes de los burros para que las historias de antaño, de sus tiempos con los arrieros, volviera al presente, de ahí nace, en el pago de Lanzarote (Valleseco), la primera edición de la Noche Mágica del Burro. Con el objetivo de preservar y dar a conocer esta raza majorera a toda la población, conocer sus virtudes y cualidades, todo ello con multitud de actividades para todas las familias de la isla.

Rosa escuchó unos murmullos provenientes de los manzaneros cercanos. Era su amigo, el hombre que susurra a los burros, Aníbal Vega Santana, que, con el colectivo vecinal de Santa Rosa de Lima, han ideado la leyenda de antaño en una realidad, sábado 3 de agosto, a partir de las 20.00 horas.

Intrigadas, Rosa y todos los burros y las burras de la comarcal, unos 20 ejemplares entre grandes y pequeños, escucharon al susurrador, “principalmente darles un homenaje a ustedes y que la población que toda la vida han convivido, pues pueda verlos y pueda ver las actividades programadas e interactuar”.

“Una acción muy importante a la hora de difundir, preservar lo que es el burro canario, que sigue habiendo ejemplares y de que tiene otras funciones y se puede mantener fuera de las actividades que tenía antes que hoy en día”, señalaba Aníbal.

Rosa extendió las orejas y comentó las actividades para este sábado, “un paseo por todas las calles que iremos haciendo señas para que la vecindad vaya viéndolos a su paso, haremos en la propia plaza paseos para el público infantil. A su vez, habrá carrera de cinta”. Y tendremos un concurso de fotografía, exposición de aperos, tanto albarda como cabezada y en resumen, pues echar un ratito en la plaza del barrio, en los comienzos de sus fiestas.