En cuestión de días será convocada la Comisión Directiva del CSD para ratificar estos estatutos de una Liga que lleva reconocida como profesional por este mismo organismo desde el 15 de junio del año pasado 2021

El pasado 8 de enero informábamos del desbloqueo de la nueva liga de fútbol femenino profesional, tras el acuerdo al que llegaron los 16 clubes en torno a los estatutos que regirán el ente regulador, que comenzará a funcionar con vistas a organizar la competición a partir de la próxima temporada 2022- 2023.

Pues bien, según hemos sabido, en cuestión de días será convocada la Comisión Directiva del CSD para ratificar estos estatutos de una Liga que lleva reconocida como profesional por este mismo organismo desde el 15 de junio del año pasado 2021.

El CSD sólo está a la espera de que la Federación Española de Fútbol emita su informe preceptivo, que no es vinculante, al respecto, para lo que se le concedió un plazo de diez días.

Las discrepancias principales han venido existiendo entre los doce clubes de la Asociación de Clubes Femeninos y los otros tres, Real Madrid, Barcelona y Athletic Club, clubes que, por puro egoismo, han tenido bloqueada la nueva liga hasta ahora.

Los derechos comerciales y los porcentajes a la hora de la toma de decisiones (mayoría cualificada o el derecho de veto que pretendían los tres clubes aliados) han sido los puntos de fricción más importantes que han estado encima de la mesa entre las partes.

Una vez se aprueben los Estatutos, se inscribirá en el Registro de Entidades Deportivas del CSD y tendrán que convocarse elecciones a la presidencia, un proceso donde está previsto que se postule para ocupar este puesto la exdirectiva azulgrana María Teixidor.

Acto seguido se pondrá en marcha la Liga profesional de cara a la próxima temporada 2022-2023, debiendo explotar de manera conjunta los derechos audiovisuales de la categoría.

Una puesta en marcha donde tendrá un papel esencial el CSD con una inversión que rondará los quince millones de euros en los tres primeros años de existencia de esta nueva competición, a razón de cinco millones de euros al año que serán destinados a gastos en infraestructura y gastos corrientes de la propia Liga.

Por último, la nueva Liga profesional, al igual que sucede con la masculina, deberá firmar un convenio de coordinación con la RFEF, punto en el que tamnbién puede haber discrepancias, pero se estima que hay tiempo suficiente de aquí a junio para resolverlas.