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Con las nuevas prospecciones se han inventariado 92 yacimientos arqueológicos y 131 bienes etnográficos
Los talleres de obsidiana y varias áreas de talla ocasional certifican la importancia de la alta montaña de Tenerife para la sociedad guanche
Las Cañadas del Teide es un territorio clave para entender la ocupación histórica de las cumbres de Tenerife desde la época aborigen hasta el siglo XX. Con la última campaña de prospecciones impulsada por la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural se han localizado 92 yacimientos arqueológicos, entre ellos quince talleres de obsidiana inéditos, y 131 enclaves etnográficos que amplían notablemente el inventario sobre el patrimonio cultural del Parque Nacional del Teide.
Esta nueva prospección patrimonial de carácter superficial ha sido realizada por la empresa especializada PRORED en colaboración con la Universidad de La Laguna donde la Dra. Matilde Arnay de la Rosa ha sido la asesora científica dentro del proyecto encabezado por los arqueólogos Efraín Marrero y Hacomar Ruiz. El área de estudio alberga algunas de las rutas utilizadas por la sociedad guanche para conectar Las Cañadas con el sudoeste de la isla y también en épocas posteriores.
Para el director general de Cultura y Patrimonio Cultural, Miguel Ángel Clavijo, es fundamental continuar con la investigación científica porque “Las Cañadas del Teide es el yacimiento arqueológico más importante de Tenerife, no solo por su extensión sino también por la cantidad de información que aporta sobre el pasado de la isla”. Este enclave tiene “2000 años de historia desde el punto de vista cultural” por lo que el Gobierno tiene el deber de “dar a conocer este importante legado a la población”, concluye.
Tal y como menciona Clavijo, El Teide no solo fue ocupado y transitado por la población aborigen, también fue un espacio de una intensa actividad posterior a la conquista. De hecho, una constante en las prospecciones realizadas es que se evidencia “de una manera notoria, la huella etnográfica a partir de los restos de carboneras, asientos de colmenas, estructuras o descansaderos”, determina Ruiz, entre otros bienes etnográficos.
En cuanto a los yacimientos arqueológicos documentados destacan “las áreas de restos en superficie no adscritas a estructuras o espacios de hábitat”, fenómeno que, “unido a fragmentos cerámicos dispersos, marcan esa idea de zona transitada temporalmente por la población indígena”, asegura Ruiz. Según estos datos, la sociedad guanche subía a las cumbres de Tenerife de forma estacional para aprovechar los variados recursos que ofrecía este medio.
Talleres de obsidiana
La localización de quince talleres de obsidiana y varias áreas de talla así como cabañas certifican la “importancia de Las Cañadas ligada a la captación de recursos líticos”, confirma Marrero, poniendo como ejemplo este vidrio volcánico que era utilizado principalmente como una herramienta de trabajo por la población guanche.
Estos hallazgos abren nuevas líneas de investigación que serán abordadas en el contexto del proyecto I+D ARQUEOVOL del Ministerio de Ciencia e Innovación junto a la Universidad de La Laguna con el doctor Cristo Manuel Hernández como investigador principal. Se trata de un estudio para analizar la explotación de la obsidiana desde diferentes perspectivas y la relación entre las actividades humanas y el volcanismo de la alta montaña.
Sin embargo, la obsidiana no es el único elemento lítico que se aprovechaba en Las Cañadas por parte de la población aborigen, también se han identificado “elementos elaborados con basalto vacuolar o poroso que se utilizaba en la fabricación de muelas de molino para triturar grano”, explica Marrero.
Desde el año 2014, la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural colabora con el Parque Nacional del Teide en el programa de prospecciones y excavaciones arqueológicas en Las Cañadas. El objetivo de este proyecto es profundizar en el conocimiento sobre la ocupación histórica de Las Cañadas y completar el inventario sobre su patrimonio cultural para disponer de un recurso eficaz en la gestión y difusión de sus bienes arqueológicos y etnográficos.