Cruz Roja presenta dos nuevos modelos de intervención para favorecer la crianza y la parentalidad positiva

Tras cinco años de estudio y pilotaje, lanza ‘Criando en equipo’ (de 0 a 6 años) y ‘Promoción y apoyo a las parentalidades en positivo’ (de 7 a 17 años) en una jornada con 500 profesionales de Servicios Sociales y entidades del ámbito familiar

La privación material y la vulnerabilidad social tienen consecuencias sobre la crianza: las familias están obligadas a priorizar la satisfacción de necesidades básicas y encuentran dificultades para garantizar otras derivadas del desarrollo infantil

Cruz Roja ha presentado dos nuevos modelos de intervención familiar y sus manuales de implementación, claves en el ámbito de la crianza y la parentalidad positiva: ‘Criando en equipo’ y ‘Promoción y apoyo a las parentalidades en positivo’. Ambos, realizados gracias al apoyo del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, tras un proceso de investigación académica, pilotaje y testeo realizado por Cruz Roja y la universidad. Estas herramientas se han presentado ante 500 profesionales de los Servicios Sociales y entidades del ámbito familiar para que puedan aplicarlos en sus intervenciones. En ellas, se abordan las diferentes etapas del desarrollo de la infancia y adolescencia, mediante enfoques basados en la evidencia científica y la innovación social, como motor de adaptación a los retos que madres, padres y otras figuras parentales enfrentan cada día en el ejercicio de sus responsabilidades.

La presentación, en el marco de la Jornada de Parentalidad Positiva, Preservación Familiar e Innovación Social llevada a cabo hoy en Madrid, ha estado encabezada por Mari Ángeles Cacereño, coordinadora general de Cruz Roja, y ha contado con el apoyo de Directora General de Diversidad Familiar y Servicios Sociales, Patricia Bezunartea, el Director de Política Social de Federación Española de Municipios y Provincias, Joaquín Corcobado, y destacados profesionales académicos en el ámbito de la intervención familiar a nivel estatal.

Estos modelos de intervención son el resultado de cinco años de estudio, elaboración y aplicación en los servicios de atención a la infancia y las familias de Cruz Roja. Dan respuesta a necesidades ya detectadas por la Organización Humanitaria en anteriores boletines de vulnerabilidad que alertaban de la necesidad de sistemas de apoyo a las familias integrados en la comunidad y que constatan las graves consecuencias que genera la privación material y la pobreza para el desarrollo de la crianza. El objetivo de Cruz Roja era conocer el punto de partida de las familias que viven estas situaciones para aprender a detectar las necesidades psicoeducativas de los niños y niñas, y a partir de ahí, desarrollar un manual para dotar a los y las profesionales de herramientas para acompañar a la familia en la crianza, en función de las etapas del desarrollo evolutivo del menor de edad.

Estos programas no sólo representan un avance significativo en la intervención familiar, sino que son un modelo replicable para otras organizaciones y entidades que se han presentado en una jornada de trasferencia del conocimiento para asegurar que los beneficios de la parentalidad positiva se extiendan a más familias en todo el país.

Este apoyo es crucial para todas las familias, pero especialmente en situaciones de vulnerabilidad, como el desempleo o la migración, donde las dificultades aumentan. La privación material y la vulnerabilidad tienen consecuencias directas sobre la crianza que van más allá de lo material: las familias están desbordadas y sienten ansiedad o frustración para poder ofrecer a sus hijos e hijas las mejores condiciones de vida, y tienden a priorizar las necesidades inmediatas, complicando la lectura comprensiva de lo que les acontece en cada etapa a de sus hijos e hijas. La parentalidad positiva enseña a identificar y priorizar las verdaderas exigencias de los niños y niñas y fomenta un estilo de crianza flexible y dialogante, respetuoso con sus derechos y tiempos de desarrollo sin renunciar a las normas y límites necesarios con una visión que implica el desarrollo emocional, educativo y social. Temas como la alimentación, la vivienda y la escolarización se colocan en primer plano, priorizando las necesidades de los niños y niñas sobre las creencias de los adultos.

La atención a las familias y a la infancia ha estado siempre presente en la labor humanitaria del Movimiento Internacional de la Cruz Roja. Tras el impulso de las políticas de bienestar social en España, la Organización se ha visto fuertemente comprometida en estos últimos treinta y cinco años con la promoción del bienestar de la infancia y la adolescencia, movilizando a la sociedad en el reconocimiento y respeto de sus derechos fundamentales y fomentando la calidad de vida de las familias.

Los resultados de este trabajo revelan que la participación de las familias en la experiencia de los programas ‘Criando en equipo’ y ‘Promoción y apoyo a las parentalidades en positivo’ contribuyen a mejorar sus competencias parentales, lo cual se traduce en mejoras en el desarrollo infantil de sus hijos e hijas. Asimismo, se ha comprobado la eficacia del programa para la detección temprana de dificultades en el desarrollo de niños y niñas.

Los materiales de los dos modelos están disponibles a través de la web ‘Criando en positivo’ de Cruz Roja.

Impacto en la primera infancia

El programa "Criando en equipo", que comenzó durante la pandemia y ha contado con 496 familias, utiliza metodologías de investigación aplicada para evaluar su impacto y afinar los procesos a través de pilotajes. Tres pilotajes han demostrado que la participación de los padres y madres mejora sus competencias parentales y el desarrollo evolutivo de sus hijos e hijas, permitiendo la detección temprana de debilidades en el desarrollo y abordándolas eficazmente.

Los resultados han sido evaluados mediante tres instrumentos clave:

Una prueba de desarrollo evolutivo: evaluada por el cuidador o cuidadora principal, o un profesional de la educación social o la psicología.

Una prueba de contexto familiar: desarrollada en colaboración con la Universidad del País Vasco, que evalúa en qué medida el contexto familiar promueve el desarrollo del menor de edad en cinco áreas: comunicación, psicoafectiva, motora, vínculos y lenguaje.

Evaluación del tutor o tutora escolar: recoge información del ámbito escolar para una visión integral del desarrollo del niño o niña.

Estos instrumentos permiten una evaluación integral e involucran no solo a la familia, sino también al entorno educativo y de salud. Mediante la creación de una red de apoyo para las familias, va más allá de darles soporte y actúan en el proceso de la crianza en positivo y ayudan a los padres y madres en el proceso. Todas las personas involucradas en su rol de educador y criador han mejorado sus competencias y reconocen el impacto positivo, que mejora el desarrollo de la autonomía y el apego seguro del menor de edad.

Competencias parentales y acompañamiento

El programa ‘Promoción y apoyo a las parentalidades en positivo’ se enfoca en la elaboración y diseño de metodologías para trabajar con familias, inicialmente desarrollado en colaboración con la Universidad de Sevilla. Se creó un instrumento denominado ‘Entrevista para la evaluación de competencias parentales’ (FP12), que identifica las necesidades y fortalezas de las familias. Es una entrevista semiestructurada que el profesional hace, dirigida al padre o la madre, con preguntas sobre 12 competencias parentales (corresponsabilidad, implicación escolar, percepción adecuada del rol parental, estimulación y estructuración, gestión doméstica…)

Con esta información, se diseñan sesiones de intervención psicoeducativa grupal, probadas en pilotajes, que han demostrado ser eficaces. Estas sesiones no solo se centran en la evaluación, sino también en la sensibilización y el acompañamiento, asegurando que los cambios sean duraderos.

El trabajo piloto ha revelado que los padres y madres se sienten más seguros al tomar decisiones de crianza y los profesionales involucrados han mejorado en su capacidad para apoyar a las familias. Además, se ha ampliado el concepto de crianza, que no se trata solo de la educación, sino que incluye factores externos como la comunidad y el entorno.

Uno de los pilares del programa es la creación de una red de apoyo que incluye a profesionales de diversas áreas como la psicología y el trabajo social, así como a otros actores del entorno comunitario, y otras familias participantes en el programa. Esta red ofrece un acompañamiento constante, asegurando que los cambios en las prácticas parentales sean duraderos y que las familias se sientan siempre apoyadas y comprendidas, incluso tras las 8 sesiones que componen el modelo de intervención grupal en el que se desarrollan esas competencias.

Sin embargo, las familias por sí mismas no suelen demandar este tipo de formación por ser algo muy personal y privado (el estilo de crianza de sus hijos e hijas), lo que les haría cuestionarse como padres y madres; quienes se acercan a Cruz Roja para participar en este programa en realidad aprenden y perfeccionan su estilo de crianza.

En muchas ocasiones, los padres y madres sólo piden la intervención de Cruz Roja cuando los hijos e hijas son problemáticos o están adoptando conductas incorrectas. Sin embargo, las señales de alerta que se deberían tener en cuenta para participar en este tipo de acciones no son las pataletas o actos rebeldes de los menores de edad, sino que es la sensación de frustración del padre o la madre, la culpa ante las decisiones tomadas, y la incapacidad de gestionar y controlar la percepción de que la crianza le sobrepone lo que hay que escuchar.

No obstante, el programa está diseñado para todos los tipos de familias, como forma de prevención, promoción y fortalecimiento de las competencias parentales positivas, sin necesidad de que haya problemas en la crianza, y prensando en la repercusión positiva que conlleva para los hijos e hijas.

Sobre Cruz Roja

Cruz Roja Española, que celebra este año su 160 aniversario, pertenece al mayor movimiento humanitario del mundo. Colabora con entidades públicas y privadas para que la ayuda y la dignidad lleguen a todas las personas en cualquier lugar, y en todo momento y circunstancia. Su misión es prevenir y aliviar el sufrimiento humano, proteger la vida y la salud y hacer respetar a las personas.

Sus más de 254.000 personas voluntarias dan respuesta en 1.263 municipios, lo que permite atender anualmente a más de 11,8 millones de personas. Todo ello con el apoyo de 1,3 millones de personas socias, empresas y alianzas en todos los sectores de la sociedad.

Cruz Roja Española continúa con su lucha contra todas las formas de vulnerabilidad adaptándose y anticipándose a los escenarios de futuro, abierta a la población general, incidiendo en la contribución firme y consistente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.

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