El Hospital de Día Pediátrico, un éxito en el bienestar de los pacientes tras un año en su nueva ubicación

Desde noviembre de 2020 la Unidad del Hospital La Candelaria ha atendido a más de 1.900 niños y niñas evitando el ingreso hospitalario

El Hospital de Día Pediátrico del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, cumple un año en su nueva ubicación, desde que abriera sus puertas hace más de 20 años, con el fin de mejorar el tratamiento de los pacientes oncológicos, y de otras especialidades pediátricas, y evitar su ingreso hospitalario.

Durante este último año, más de 1.900 menores han sido tratados en estas nuevas dependencias en las que también se incorporó una consulta de Oncohematología Pediátrica y Cuidados Paliativos, servicios adaptados para las niñas y niños con problemas de movilidad, una sala de preparación de medicamentos y una zona de descanso para el personal sanitario.

Del mismo modo, se han llevado a cabo pruebas diagnósticas de especialidades como Endocrinología y Digestivo Pediátricos, así como tratamientos específicos de otras áreas pediátricas, como Hematología, Nefrología y Neurología.

Con el fin de mejorar la calidad del servicio y la experiencia de los usuarios, este espacio cuenta con iluminación natural con vistas al exterior y zonas diferenciadas para facilitar la realización de pruebas y terapias ambulatorias con mayor intimidad.

En contínua mejora

El Servicio de Pediatría del Hospital de La Candelaria ha incorporado a su equipo una pediatra y una enfermera en la Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos, con el objetivo de acompañar a niños y familias desde el diagnóstico de una enfermedad compleja hasta el final de la vida. Se benefician de la misma pacientes oncológicos con mal pronóstico, pacientes crónicos complejos y, en muchos casos, también menores con patologías neurológicas.

Esta Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos, que se constituyó hace seis años, comenzó su andadura con una pediatra, a la que se han sumado estas dos nuevas incorporaciones, con el fin de dar respuesta a las necesidades, mejorar la calidad de vida, y crear vínculos tanto con el paciente como con su familia. Durante este periodo de atención, los menores cuentan además con la ayuda de un psicólogo, un trabajador social y asesores espirituales.