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Es el fruto de un trabajo colaborativo de profesionales y usuarios, guiado por la terapeuta ocupacional
Esta Unidad ofrece atención psiquiátrica continuada e intensiva a pacientes de la franja de 12 a 17 años
Un jardín con un gran árbol y la fachada del Hospital Universitario de Canarias (HUC), adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, son los protagonistas de este mural tan especial ubicado en la entrada de la Unidad Infanto-Juvenil (UHB) de Salud Mental del centro hospitalario, realizado por los jóvenes pacientes de esta planta de hospitalización y por profesionales.
El dibujo incorpora detalles como un helicóptero en la torre, las esculturas que se encuentran en el jardín del hospital, algunos edificios de Santa Cruz en el horizonte, como las torres o el Auditorio, y las manos de los autores. Además, cada flor del jardín cuenta con el nombre de un profesional de la planta.
Esta iniciativa surgió por parte del equipo de profesionales, con la participación incluso de familiares, y ha sido un trabajo colaborativo guiado por la terapeuta ocupacional.
La Unidad Infanto-Juvenil (UHB) de Salud Mental, un dispositivo hospitalario que ofrece atención psiquiátrica continuada e intensiva a pacientes de la franja de 12 a 17 años, se puso en marcha en el mes de febrero de este año.
El equipo de profesionales que trabajan en esta Unidad está formada por una psiquiatra, una psicóloga, una terapeuta ocupacional, un supervisor, once enfermeras, once auxiliares de Enfermería, una trabajadora social y una administrativa.
Atención en una Unidad Infanto-Juvenil de Salud Mental
La hospitalización en estas Unidades se realiza cuando el paciente presenta cuadros clínicos agudos, que requieren atención intensiva y específica durante las 24 horas del día. Está indicada en aquellas situaciones en las que un paciente, generalmente con un trastorno mental grave, no pueda ser abordado, por su clínica, desde un régimen de tratamiento y seguimiento ambulatorio, siendo preciso, por tanto, un ingreso hospitalario.
Los diagnósticos más frecuentes de los pacientes ingresados son: los trastornos de la conducta alimentaria, la desregulación emocional con autolesiones y la conducta suicida.
El objetivo principal del ingreso es la estabilización y/o mejoría clínica suficiente, que permita el seguimiento ambulatorio. Esto se realiza a través de una intervención interdisciplinar que permita restaurar un funcionamiento psicosocial normalizado a la mayor brevedad posible.