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Esther Monzón presentó esta herramienta que tiene un enfoque de género, multidisciplinar y multisectorial y establece pautas de actuación normalizadas y homogéneas que favorecen la detección precoz de la violencia de género producida por parte de la pareja o expareja, así como las valoraciones e intervenciones necesarias en cada caso desde los centros de salud
El documento da cumplimiento a las recomendaciones del Ministerio de Sanidad en materia de atención sanitaria a mujeres víctimas de violencia de género
La consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, Esther Monzón, y la directora general de Programas Asistenciales del Servicio Canario de la Salud (SCS), Antonia María Pérez, coincidiendo con la conmemoración el próximo 25 de noviembre del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, presentaron esta mañana los detalles del Protocolo de detección y actuación sanitaria ante la violencia de género en Atención Primaria.
Durante su intervención en la rueda de prensa, Esther Monzón recordó que la OMS reconoció en 1996 a la violencia de género como un problema de salud pública de alta prevalencia y de graves consecuencias en la salud de las mujeres, sus hijos e hijas y personas que conviven o son dependientes de ellas.
“Esta violencia se identifica como un factor crucial en el deterioro de la salud, tanto por su magnitud como por sus consecuencias. El impacto sobre la salud puede ser inmediato o a largo plazo, e incluye múltiples consecuencias físicas, sexuales, psicológicas e incluso mortales. Afecta negativamente al bienestar de las mujeres e impide su plena participación en la sociedad. Además de tener consecuencias negativas para las mujeres, la violencia también impacta en su familia, la comunidad y el país”, explicó la consejera de Sanidad.
En este contexto, y dando respuesta al compromiso del Gobierno de Canarias de hacer frente a esta lacra y poner a disposición de las mujeres víctimas de esta violencia machista de los servicios sanitarios, el SCS ha elaborado y publicado este protocolo que iniciará su implantación en enero en todos los centros de salud de Canarias.
Esta herramienta tiene un enfoque de género, multidisciplinar y multisectorial y establece pautas de actuación normalizadas y homogéneas que favorezcan la detección precoz de la violencia de género producida por parte de la pareja o expareja, así como las valoraciones e intervenciones necesarias en cada caso, dando cumplimiento, además, a las recomendaciones del Ministerio de Sanidad en esta materia.
La consejera de Sanidad explicó que el SCS fue pionero, en 2003 en España, con la puesta en marcha un protocolo de actuación ante la violencia de género para el ámbito sanitario, que sirvió de referencia al Protocolo común para la actuación sanitaria ante la violencia de género del Sistema Nacional de Salud de 2012.
No obstante, el repunte de asesinatos de mujeres por parte de su pareja o expareja ha llevado a la revisión de las actuaciones institucionales de respuesta a la violencia de género, sobre todo en cuanto a medidas de prevención, detección temprana y protección.
Estructura del protocolo
La directora general de Programas Asistenciales, Antonia Pérez, explicó que el documento recoge los conceptos y definiciones genéricas necesarias para entender este fenómeno y su comportamiento, así como las formas más frecuentes de presentarse, la atención ante situaciones de especial vulnerabilidad y las repercusiones que tiene en la salud de las mujeres y en la de sus hijos.
“También se aborda el papel del personal sanitario, los obstáculos para identificar o intervenir en violencia de género y las dificultades que impiden a las mujeres a reconocerse como víctimas y, como tal, pedir ayuda” según dijo.
Pérez señaló que el protocolo incluye algoritmos de actuación para atender a mujeres que acuden a consultas en Atención Primaria por cualquier motivo, así como el algoritmo de actuación para las mujeres que acuden sin cita al centro de salud para ser atendidas por lesiones físicas, alteraciones emocionales o violencia sexual y que se reconocen o no como víctimas de violencia de género.
Herramientas de detección
El Protocolo contempla para la detección, preguntar a las mujeres cuando a consulta. Para ello, se dispone de una entrevista clínica con preguntas de forma rutinaria y natural, en un clima de respeto, escucha atenta y reflexiva, para poder conocer y estar alerta ante posibles signos que puedan hacer sospechar la existencia de violencia.
Y, por otro lado, el documento incorpora el Cuestionario WAST (Women Abuse Screening Tool), una herramienta sencilla, estandarizada y validada que puede ser usada de forma rutinaria en las consultas para facilitar la detección de casos. Este formulario permite mejorar la detección en Atención Primaria con preguntas ágiles, sencillas, concretas y directas.
Tanto la entrevista clínica como el Cuestionario WAST se incluyen en la Historia Clínica Electrónica del SCS para su mejor cumplimentación.
El Protocolo también engloba los indicadores de sospecha, es decir, aquellos signos, síntomas o situaciones que pueden hacer sospechar de la existencia de violencia de género y sobre los que se debe estar alerta y preguntar de forma adecuada. Estos indicadores de sospecha también se pueden registrar en la Historia Clínica de la paciente.
En caso de que se detecte que una mujer no tiene riesgo actual de violencia de género se le informa y se deja la puerta abierta por si lo necesitara en el futuro. Se volverá a preguntar a los dos años o antes si aparecieran indicadores de sospecha.
Caso de sospecha
Si hay un caso de sospecha el protocolo plantea una serie de valoraciones y un plan de intervención específico y de seguimiento para estos casos.
Ante una mujer que sufre violencia de género, se realiza una serie de valoraciones, entre ellas, la del peligro/seguridad, quedando el diagnóstico en mujer víctima de violencia de género sin peligro extremo o con peligro extremo. En ambos casos, está planteado un plan de intervención específico.
En los casos de sospecha fundada de violencia de género, o si es víctima y tienen hijos o hijas menores a su cargo o personas dependientes, debe ser informada tanto Pediatría como Trabajo Social para realizar las oportunas actuaciones coordinadas.
Todas estas acciones están integradas en la Historia Clínica Electrónica Drago AP con el fin de facilitar a los y las profesionales las valoraciones, las intervenciones y el seguimiento.
Por último, el documento recoge los dispositivos que integran la red de recursos públicos especializados de atención social a las víctimas de violencia de género de Canarias. Entre ellos, se especifican los recursos de atención inmediata, alojativos de acogida temporal, de atención especializada insulares y municipales y otros recursos como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, el servicio 016, etc.
Para ejecutar la implementación de este protocolo, se ha planificado una serie de acciones formativas para el personal, en colaboración con las gerencias de Atención Primaria y de los Servicios Sanitarios de todas las Áreas de Salud, que se desarrollarán en los próximos meses.
Datos en el ámbito sanitario
Los datos de detección de la violencia de género en el ámbito sanitario sitúan a la Atención Primaria en el eje idóneo para la detección. En los tres últimos años se ha atendido una media de 1.400 casos nuevos anuales en el ámbito sanitario de los cuales en torno a los 1.100 han sido diagnosticados por los profesionales de los centros de salud.