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Con motivo del inicio del periodo hábil de caza, agentes del CGPC llevaron a cabo una inspección en la que hallaron 33 perros, uno de ellos muerto y en avanzado estado de descomposición, y el resto en una evidente situación de abandono
Tras el operativo, los animales intervenidos, en su mayoría de raza galgo y podenco, quedaron bajo la tutela y en las instalaciones de la Asociación de Defensa y Protectora de Animales de Canarias (Adepac), a disposición de la Autoridad Judicial
Agentes pertenecientes al Grupo de Medio Ambiente (GRUMA) del Cuerpo General de la Policía Canaria (CGPC), adscrito a la Dirección General de Seguridad y Emergencias de la Consejería de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias, que dirige Julio Pérez, han llevado a cabo recientemente, con motivo del inicio del periodo hábil de caza, la investigación y posterior denuncia de un vecino de la isla de Tenerife como presunto autor de un delito de maltrato animal a 33 perros.
La intensificación de los dispositivos de inspección y control sobre la actividad de caza dio como resultado, en uno de los operativos realizados, la detección de un varón que transportaba siete canes en el interior de un armazón metálico, de construcción casera, y que presentaba salientes punzantes y terminaciones cortantes, constituyendo un potencial peligro para los animales que viajaban en su interior.
En la citada intervención, además, los agentes observaron cómo algunos de los perros mostraban indicadores de no encontrarse en un buen estado de salud, tales como deshidratación, delgadez, conjuntivitis, uñas largas o verrugas, hechos que, unidos a la actitud e información extraída al conductor, en relación a una finca en la que tenía alrededor de 30 perros más, y ante las sospechas de que estos se encontraran en malas condiciones, provocó que se iniciara una investigación para determinar la ubicación de la parcela y confirmar las sospechas.
Una vez recabada toda la información, y ante los indicios manifestados, los agentes, junto con un facultativo veterinario de la Asociación de Defensa y Protectora de Animales de Canarias (Adepac), que emitió el correspondiente informe pericial y personal, llevaron a cabo una inspección de la finca, donde hallaron 33 perros, uno de ellos muerto y en avanzado estado de descomposición, y el resto en una evidente situación de abandono, hacinados en jaulas de pequeñas dimensiones dispuestas en el interior de una estructura formada por planchas metálicas y de madera superpuestas, y habitáculos que carecían de limpieza y que contenían gran cantidad de heces, orines y restos óseos de otros perros fallecidos.
El resto de perros sufría lesiones e infecciones como caquexia, filaria, deshidratación severa, otitis, conjuntivitis, alopecias, palidez de mucosas, fiebre, parásitos, tumores, heridas producidas por objetos cortantes. Varios de ellos fueron ingresados de urgencia y, en algunos casos, con la necesidad de un tratamiento de transfusión de sangre, resultando dos de ellos fallecidos al día siguiente de ser rescatados en las condiciones higiénico-sanitarias bajo las que se hallaban.
Tras el operativo, los animales intervenidos, en su mayoría de raza galgo y podenco, han quedado bajo la tutela y en las instalaciones de Adepac, a disposición de la Autoridad Judicial, y el atestado entregado en el Juzgado de Instrucción competente.
Asimismo, y durante la intervención policial, también se procedió a la incautación de tres hurones, dos ejemplares vivos y uno de ellos cadáver, que ha sido remitido al Instituto Universitario de Sanidad Animal de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, donde se procederá a realizar el correspondiente análisis histopatológico.