Reportaje: 'Juan F. Serrano Moreno, in memoriam, Artesano, deportista…y bombero', por Amado Moreno

Amado Moreno Septiembre 07, 2025

1 SERRANO 1Juan F. Serrano Moreno, en una edición guiense de la romería de las Marías/JOSÉ MANUEL VEGA

*Los guienses y su comarca lamentan la desaparición del tallista Juan Serrano Moreno

*En 1966 libró al templo parroquial de una catástrofe, tras apagar un fuego surgido en el camarín

*Su duelo en un tanatorio de la capital concentró a lo largo de la jornada a centenares de paisanos

 La ciudad grancanaria de Guía y su comarca Norte han sentido hondamente el pasado fin de semana la desaparición de Juan Francisco Serrano Moreno (1942 Guía, 1925 Las Palmas de Gran Canaria). Su duelo en un tanatorio de la capital concentró a lo largo de la jornada a centenares de paisanos, amigos y familiares, mientras una multitud de coronas de flores rodeaban su féretro, antes de la incineración a primera hora de ayer domingo.

Tantos testimonios de afecto y consternación junto a su viuda, Custodia Rodríguez Miranda; hijos, Elena y Alejandro, y nietos, Guillermo y Diego Serrano Artiles, no representaban sorpresa alguna. Juan era un ejemplo de seriedad, nobleza, disciplina y humanismo en sus actuaciones desde muy joven, tras su breve paso educativo por el antiguo centro salesiano y completar su formación en la capital, para iniciarse en la labor de tallista.

CAMARIN DE LA VIRGEN VISITA DEL CARDENAL 12Año 1972. Juan Serrano junto al cardenal arzobispo de Sevilla, José María Bueno Monreal, el párroco de Guía, Bruno Quintana, y el alcalde del municipio guiense, Ignacio Arencibia, durante la inauguración del camarín del templo religioso

Pronto demostraría su habilidad técnica y artística como artesano con las maderas nobles que debía trabajar para adornar el camarín de la Virgen de Guía. Acometió su ardua tarea en los años 60 y 70 del pasado siglo por encargo de la parroquia y una comisión ad hoc, en la que figuraba Néstor Álamo, entre otros personajes guienses de la época.

Culminó con la inauguración diez años más tarde, en 1972, y la asistencia del cardenal arzobispo de Sevilla, Bueno Monreal, junto al obispo Infantes Florido.

Al terreno de la anécdota pertenece el suceso en el que Juan Serrano tuvo que hacer de improvisado bombero para evitar una verdadera catástrofe al camarín y al templo religioso.

Según la versión recogida en las Memorias de Bruno Quintana Quintana, cura párroco de Guía durante casi cuatro décadas, en la sala aludida se produjo “un hecho misterioso que pudo ser de fatales e irreparables consecuencias no solo para el camarín, sino para todo el templo, que alberga una abundante colección de obras de arte de valor incalculable”.

Relata el presbítero seguidamente que un día de febrero de 1966 “el artista Juan Serrano Moreno había ya terminado el tallado maravilloso del ropero o vitrina central del camarín, y estaba colocando las puertas del mismo, ya talladas”.

3 SERRANOFigura de la Lucha Canaria, Serrano luce indumentaria en el terrero de Guía al comienzo de la década de los años 60 del pasado siglo

A las doce del mediodía abandonó la instalación para almorzar, al igual que Juana López Moreno, encargada de policromar la madera de una puerta, y el maestro ebanista Pedro Mendoza.

Una sorpresa mayúscula sucedería una hora después. “Cuando Juan Serrano regresa al lugar, quedó terriblemente impresionado al comprobar que ardía la puerta tallada”, escribe Bruno Quintana.

Revela que el fuego había prendido también en una silla y en el bote de pintura. Y el camarín estaba saturado de humo y con un fuerte olor a tea quemada.

“Ante la inminencia de un desastre irreparable, el propio Serrano –reconoce el párroco en sus Memorias– emprendió en solitario la difícil y precipitada tarea de sofocar el fuego antes de que se incrementara, cosa que logró rápidamente”.

El firmante del relato no siembra sospecha sobre la posible autoría del incendio. Deja la incógnita en el aire para confesar que “todo ha quedado en un profundo enigma y sólo pedimos a Dios y a su bendita madre que perdone a quien lo intentó”.

La de tallista no fue la única vocación de Juan Serrano. El deporte también le atraía. Probó fugazmente con el Atletismo, antes de desembarcar en la Lucha Canaria, deporte vernáculo en el que sobresalió con cierto estilismo propio en las filas del histórico club local, Ramón Jiménez, presidido entonces por Salustiano Álamo Suárez.

2 SERRANO 900x603Serrano, entre el artista Cayetano Guerra y el ebanista Pedro Mendoza, con la imagen de San Roque a su espalda

Pese a radicarse en la capital grancanaria más adelante, tras su ingreso laboral en Correos, Serrano mantuvo permanentemente una fuerte vinculación sentimental con su querido lugar de origen, que le había reconocido sus méritos años atrás otorgándole la medalla de oro de la ciudad.

Sin remilgos, ni fundamentalismos, se comportaba como un católico tolerante sin renunciar a sus convicciones, con una fe mariana que exteriorizaba en su asistencia anual a la romería guiense de las Marías.

No parece casualidad que su óbito se produjera el viernes 15 en un hospital capitalino, coincidiendo con la festividad de la Virgen de Guía.

Un desenlace incluido con serenidad en sus previsiones, asumido en paz consigo mismo, después de llevar con entereza personal, y la admiración de su entorno afectivo, la grave enfermedad que le fue diagnosticada en abril de este año.

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Modificado por última vez en Domingo, 07 Septiembre 2025 08:59