
La popular y veterana emisora de radio "Radio faro del Noroeste" sigue su proyección hacia una mayor ampliación de su cobertura.
En la urgencia de su afán de servicio a los demás se estrelló a veces con los procedimientos burocráticos
Ángel Víctor Torres, Teodoro Sosa, Alfredo Gonçalvez, Pedro Rodríguez, Fernando Bañolas, Demetrio Suárez y Brígida Mendoza valoran la dimensión pública y humana del ex dirigente socialista fallecido
Concluidos los tres días de luto por el fallecimiento de su ex alcalde, Ángel Trujillo Jorge, incinerado el miércoles, en la memoria de los guienses se prolongará el recuerdo de un gestor público que antepuso el interés colectivo por encima del particular.
Una valoración en la que coinciden hoy distintas figuras políticas de la Comarca Norte, donde se desenvolvió durante una veintena de años, con un breve periodo al frente del ayuntamiento (1991-1993), y otros años como concejal y consejero del Cabildo de Gran Canaria, tras abandonar la docencia.
Los modos y pensamiento eran ya de izquierda durante su juventud en la década de los 60, siete años antes de apagarse definitivamente la luz de El Pardo y la Dictadura. Su pensamiento avanzado para aquellos tiempos, sus acciones determinantes, le auparon rápidamente al liderazgo de una masa de jóvenes en su barrio de La Atalaya, asociándolos para fomentar actividades educativas, culturales, lúdicas y deportivas.
En esa fructífera etapa destacaron logros especialmente en teatro y música. Puso en marcha el Festival de la Canción del Norte que dio a conocer a Braulio como ganador en una de sus ediciones, con el tema “Mi amigo el pastor”.
Foto: Junio 1991. Ángel Trujillo Jorge recibe el bastón de alcalde de Oscar Bautista /LP-DLP
Su fortaleza de carácter y firmeza de actuación, a la hora de alcanzar objetivos, serían clave para vencer obstáculos o incomprensiones. Le sucedió a veces con Ignacio Arencibia Miranda, alcalde la época, con el que, no obstante, mantuvo casi siempre una relación correcta. Se respetaban y apreciaban mutuamente. Demostraron con hechos, no sólo con palabras, que ambos aspiraban por caminos e ideologías diferentes, avanzar en el bienestar y progreso general de sus conciudadanos.
La vena socialista de Ángel Trujillo Jorge, nacido en Gáldar en agosto de 1946, tenía un antecedente ejemplar en su propia familia. Su tío, Diego Trujillo, fue el último alcalde republicano no electo de la misma ciudad de los Guanarteme, hasta desatarse la Guerra Civil de 1936. Fue represaliado y aislado durante un tiempo en el lazareto de Gando, con otros compañeros.
En charlas con diversos interlocutores, su sobrino Ángel lo traía a menudo a colación y lo recordaba orgulloso como un referente de integridad y coherencia política a emular. Igual como docente.
La trayectoria institucional de Ángel Trujillo Jorge describe el perfil de un verdadero político de brega, inasequible al desaliento. Condenaba toda rendición ante la gravedad de los problemas que lidió en más de una ocasión. Uno de ellos, recién estrenado como alcalde guiense. El principal abastecedor privado de agua potable al municipio, aliado o amigo del alcalde predecesor, maniobraba al parecer para cortar bruscamente el suministro tras el relevo en el ayuntamiento. En tiempo relámpago, Ángel Trujillo negoció con otros “aguatenientes” y pudo garantizar la continuidad del servicio sin ninguna interrupción.
Policías locales con sus jefes de la misma etapa, reconocieron enseguida otros valores del nuevo alcalde, a riesgo de poner en peligro su seguridad. Cuentan que despreciaba salidas falsas por la puerta de atrás de las Casas Consistoriales como le sugerían, y optaba por el tránsito difícil ante alguna concentración de protesta en la plaza que existía y existe delante de la fachada. “Fue siempre un tipo de dar la cara e ir de frente”, aseguran.
Foto: La capilla ardiente de Ángel Trujillo Jorge en el ayuntamiento de Guía, el pasado miércoles /LP-DLP
Las luces de su mandato han sido recordadas ya puntualmente en las páginas de este periódico con motivo de su óbito. Las sombras o errores, que también tuvo, se derivaron de su urgente afán de entrega a los demás. Se estrellaría más de una vez en el muro infranqueable de los procedimientos administrativos, que le costaba admitir y cumplir, aduciendo la imperiosa necesidad de una solución social inmediata. “No pensé jamás en un proyecto emblemático concreto. Mi proyecto global era atender las necesidades de la gente que me demandaba”, replicó cuando se le pedía un balance de su labor.
ESPIRITU CRÍTICO
Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, además de secretario general del PSOE canario, transmite su pena por la muerte de Ángel Trujillo Jorge, compañero de partido, a la vez que resalta detalles de su personalidad. “Lamento mucho su fallecimiento. Fue un hombre de espíritu crítico y de un humor peculiar. Me apoyó desde mis inicios en política, y eso nunca lo olvidaré. Mi más sentido pésame a su familia y a la militancia socialista guiense”.
Por su parte, Alfredo Gonçalvez Ferreira, flamante alcalde de Guía, confiesa abiertamente que “estoy donde estoy porque me empujó Ángel Trujillo en el año 2002, cuando yo era afiliado, para que luchara por la secretaría local del partido, que entonces detentaba Pedro Melián. Me dijo que más pronto o más tarde yo sería alcalde de Guía. Así lo recordé en mi discurso durante la reciente moción de censura. Ángel era un trabajador incansable y honesto, carismático. Un maestro de la política orgánica. Cometió errores, pero jamás para su beneficio personal”. Concluye anunciando que el nuevo gobierno municipal retomará la propuesta para otorgar el nombre de Ángel Trujillo Jorge al campo de fútbol de La Atalaya.
Teodoro Sosa, alcalde de Gáldar y vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria, se jacta de “la relación de amistad y respeto” con el político desaparecido, vínculo reforzado por raíces comunes de ambos: “Nació en Gáldar y era de los Jorge de mi ciudad, al igual que mi padre. Sus dos hijos son trabajadores de nuestro ayuntamiento. Coincidimos bastante en los últimos años en los espacios de comunicación que tuvo en Canal Norte y Radio Faro. Era un hábil conversador sobre asuntos de actualidad. Siento mucho su pérdida, como ya lo hice saber a toda su familia”.
Foto: Agosto 1991. José Macías y Jerónimo Saavedra escoltan a Ángel Trujillo Jorge en la procesión guiense de la Virgen /FRANCISCO RIVERO GARCIA
Pedro Rodríguez, concejal y ex alcalde guiense, expresa profundo afecto por Ángel Trujillo, “no en vano fue para Mónica Falcón, hoy mi esposa, un maestro especial en Montaña Alta, tras quedar ella huérfana de madre con 11 años. Ángel resultó, por encima de todo, un político intenso en su quehacer. Se volcaba sin límites en la atención a la gente. Su vocación por el servicio público era inquebrantable”.
Fernando Bañolas, ex alcalde de Guía y ex consejero regional de Sanidad y del Cabildo grancanario, recuerda que entró en política y presidió el ayuntamiento norteño, por primera, vez gracias a un pacto con el PSOE local, liderado por Ángel Trujillo Jorge en 1999. Considera que fue “una etapa ilusionante, en la que me enseñó mucho en cuanto a gestión política, para mí desconocida, por mi procedencia de la Medicina. Él mostraba predilección por la actividad deportiva. Juntos impulsamos las obras del campo de Guía y la instalación de su césped artificial, también en la cancha de La Atalaya. La ruptura posterior del acuerdo no fue impedimento para que mantuviéramos un trato afable. Era un enamorado totalmente de su municipio y un defensor a ultranza de Guía. No falté a la cita en su capilla ardiente para dar el pésame personalmente a Margarita, su viuda, y familia.”
Brígida Mendoza, ex consejera de Sanidad, nacida en La Atalaya de Guía, destaca la arista docente de Ángel Trujillo: “Muchos de sus antiguos alumnos acabamos los estudios con formación y titulación universitaria. Descubrimos asimismo con su enseñanza en nuestra adolescencia que hay una ideología preocupada esencialmente por los problemas sociales, y esta lección suya nos llegó muy adentro. Razón suficiente para quedarle eternamente en deuda”.
LEGADO PARA NO OLVIDAR
El desfile incesante de personas por la capilla ardiente instalada en el salón de plenos del ayuntamiento antes de su despedida final, certificaría que Ángel Trujillo Jorge ha transmitido un legado que, al menos, no merece borrarse por las generaciones futuras.
“Pese al extraordinario celo profesional desplegado por el personal facultativo y de enfermería en la Clínica San Roque de la capital grancanaria –subraya con gratitud su familia-, la defunción se produjo el lunes”, quince días después de ingresar, aquejado de varias y graves complicaciones, neumonía incluida.
Descanse en paz.
*Publicado en La Provincia el 26.01.25
Foto: José Alemán, Premio Canarias de Comunicación 2023
Su magisterio como profesional del oficio sentó cátedra en muchos de sus compañeros y en la siguiente generación
El periodismo canario sigue desangrándose con la desaparición de figuras irrepetibles
Alcanzó la cima de su notoriedad firmando una columna política en LA PROVINCIA
El periodismo canario continúa desangrándose con el adiós por goteo de algunos de sus personajes irrepetibles. Aún no recuperado del todo, tras el fallecimiento de Guillermo García-Alcalde en mayo de 2023, el pasado sábado día 4 de enero del recién estrenado 2025 recibimos la noticia de la muerte de José Alemán (Las Palmas de G.C. 1941), otro profesional del mismo oficio, cuyo magisterio sentó cátedra con humildad en muchos compañeros de su generación y de la siguiente. Fue Premio Canarias de Comunicación en 2023.
El firmante de este texto apresurado por la triste circunstancia recuerda y reconoce hoy que lo evoca y admiraba ya en su temprana edad de adolescente, siendo entonces un simple lector del viejo Diario de Las Palmas. Lo descubrió hacia la mitad de los años sesenta del pasado siglo. Especialmente dos periodistas de aquella época me engancharon a la lectura de sus trabajos. Con estilos distintos, uno era Pepe Alemán, y otro Luis García Jiménez. No obstante, ambos tenían en común una profunda capacidad de análisis y comunicación con su escritura, y acreditaban un vasto conocimiento de la historia y la realidad de Canarias.
Año 1975. Antigua sede de Diario de Las Palmas con parte de sus redactores en la calle Murga. Pepe Alemán, segundo por la izquierda, entre Amado Moreno y Diego Talavera, junto a Juan Gregorio. De pie, Fernando Ramírez, Martín Díaz, José Henríquez, Adolfo Santana, Arturo Andreu, Pablo Hernández (director), Maribel Rodríguez y Nacho Jiménez Mesa. Por encima, el fotógrafo Álamo Montañez. Algunos, con un ejemplar del periódico que registra en su portada la muerte de Franco en la misma jornada del 20 de noviembre.
Pepe, que empezó de corrector de pruebas en el diario vespertino, y posteriormente ingresaría como miembro de la Redacción, cultivó con destreza casi todos los géneros del periodismo. Durante esta etapa inicial, los temas socioeconómicos parecían su predilección. Mostró particular inquietud por los problemas del sector primario. Puso en la diana la verdad lacerante por la sobreexplotación de los aparceros en el cultivo del tomate, y lo mantuvo en el foco de la opinión pública hasta después de la muerte de Franco, animando con su combate periodístico las movilizaciones del colectivo afectado.
Foto: Año 1975. Antigua sede de Diario de Las Palmas con parte de sus redactores en la calle Murga. Pepe Alemán, segundo por la izquierda, entre Amado Moreno y Diego Talavera, junto a Juan Gregorio. De pie, Fernando Ramírez, Martín Díaz, José Henríquez, Adolfo Santana, Arturo Andreu, Pablo Hernández (director), Maribel Rodríguez y Nacho Jiménez Mesa. Por encima, el fotógrafo Álamo Montañez. Algunos, con un ejemplar del periódico que registra en su portada la muerte de Franco en la misma jornada del 20 de noviembre.
Entre sus reportajes memorables, ejemplo de periodismo a pie de calle, plasmado en dos páginas enfrentadas de Diario de Las Palmas en aquel ciclo de la década de los 60, cabe consignar el relato de su vivencia personal una madrugada con las familias de los pescadores de Las Nieves (Agaete), tomando a la orilla de la playa el café arábigo, de “puchero”,humeante y aromático producido en el Valle, al tiempo que consumía cigarrillos, uno tras otro, mientras aguardaban todos impacientes la arribada de las barquillas a primera hora para entregar luego las capturas a sus mujeres. A continuación, ellas deberían correr a vender en “bañeras”, posadas sobre sus cabezas, la “fresquita y vivita” mercancía de sardinas, viejas, sargos, samas, morenas, etc., por los predios de Guía y Gáldar, además de la villa agaetense.
El testimonio del periodista en primera persona revelaba en esta experiencia la personalidad monumental de Pepe Alemán. De la primera a la última línea transmitía autenticidad, antes que cualquier otra cosa. Autenticidad propia del autor sensible con un sello de humanidad para percibir y trasladar a los lectores, con soltura y desenfado, la grandeza, el riesgo, la ansiedad, el sufrimiento y la miseria del trabajo artesanal en la mar, a veces traicionera.
Quienes tuvimos el privilegio de concurrir con él durante unos años en el Diario de Las Palmas, de los años 60 y 70, conservamos diversidad de recuerdos y anécdotas suyas. Unas edificantes, la mayoría en lo profesional, y otras simplemente gratas o humorísticas para partirnos de risa. Incluso en momentos de tensión informativa era capaz de sorprendernos y hacernos ver el lado pintoresco o gracioso de la situación, o bien el ridículo del mandamás de turno en política. Era un ejemplo también de periodista vocacional. Compartía ese entusiasmo y deleite con lo que había escrito a máquina, pasándolo a la lectura de cualquier compañero cercano, previamente a su entrega al taller para su edición en página.
Sus pausas daban pie con frecuencia a debates más o menos serios en los que Pepe Alemán no rehuía el choque de opinión con la jerarquía, aunque sin perder nunca la compostura. En una de esas ocasiones alzó la voz para calificar de cacique a Matías Vega Guerra, en aquel momento dueño de la cabecera informativa y de la empresa para la que trabajaba como periodista. En la acalorada pero civilizada discusión al respecto con Nacho Jiménez Mesa, redactor jefe, Pepe acabó aceptando con una sonrisa que Matías era un “cacique bueno”, tras el razonamiento contundente de su interlocutor.
No desaprovechaba un resquicio de la actualidad protagonizada por José Carlos Mauricio, cuando aún lideraba el Partido Comunista en Canarias. Más de una vez Pepe volvería a contarnos divertido sus partidos de fútbol con el dirigente en el patio de los Jesuitas de la capital grancanaria, donde ambos estudiaban. Con tono irónico admitía que los dos eran hábiles con el balón, pero que José Carlos chafaba la fiesta deportiva a todos llevándose enfadado el balón para su casa. Manifestaba así su contrariedad porque el juego no discurría como deseaba.
Años después, la columna “A modo de ver y manera” de Pepe Alemán en LA PROVINCIA se convirtió en un referente de obligada lectura para la clase política y empresarial. Era incluso temida por su irreverencia con los poderosos. Cuestionaba a unos, se mofaba de otros, y cuando no, los ridiculizaba por decisiones públicas que sonrojaban o provocaban rechazo. Durante una temporada, aderezaba reiteradamente las andanadas de su columna recurriendo al anglicismo of course.
Podría concluirse por parte de muchos fieles a sus escritos publicados, que Pepe Alemán alcanzaría, con tal exitosa iniciativa editorial, la cima de notoriedad e influencia como periodista, amparado por la cabecera de LA PROVINCIA, entonces el periódico de mayor difusión en las islas. Es innegable que respondía inequívocamente con aquella “ventana” a sus lectores, a lo que otra figura de la época, Paco Umbral, había definido como verdadero columnismo: “fenómeno natural de la libertad de expresión que siempre comporta la gracia y el perfume de la subjetividad”.
*Texto publicado en el periódico LA PROVINCIA-Diario de Las Palmas el lunes 6 de enero de 2025
Fernando León y Castillo, ministro del Interior y de Ultramar del Gobierno de España y embajador en París, promotor de Diario de Las Palmas en 1893/LP-DLP
Los periódicos fundados por Gustavo J. Navarro Nieto y Fernando León y Castillo se integraron bajo una sola cabecera, empujados por la nueva realidad social y tecnológica
Sendos editoriales justificarían el nuevo rumbo al unificar ambas publicaciones, reiterando su fe en un proyecto regional para Canarias
La fusión de Diario de Las Palmas con LA PROVINCIA era un desenlace inevitable. La incógnita sería la fecha o el año en que habría de producirse. Con anterioridad, la mayor parte de todos los rotativos nacionales de tarde iban cerrando y desaparecían de los quioscos, sin importar su prestigio o calidad de contenidos como Pueblo, Informaciones, ambos en Madrid, y El Noticiero Universal de Barcelona, entre otros.
No todos serían clausurados por idénticos motivos. Sin embargo, sí concurría un elemento en común que les debilitaba progresivamente en su difusión: la intensa y variada competencia televisiva. La fuerte irrupción del medio audiovisual en los hogares modificó los hábitos de lectura vespertina, de modo que gran parte de esos habituales compradores, migraron para engancharse a la prensa de la mañana. Fenómeno similar siguió el flujo de la publicidad.
La suma de ambos factores decadentes, difusión y publicidad, incidiría negativamente en la fuente de ingresos que les había garantizado cierta estabilidad. No obstante, en la etapa previa a su fusión con LA PROVINCIA, se constató un denodado esfuerzo empresarial por mantener individualmente Diario de Las Palmas, aunque no a cualquier precio, ni con ensoñaciones inviables.
Modernizó su diseño, variando su mancheta de portada para dejar atrás el tipo gótico de letra con el que había nacido. Emprendió acertadas promociones extras que tiraban de las ventas puntualmente. Imprimió ediciones en inglés, a la vez que potenciaba la pluralidad de contenidos, en particular las de opinión, con firmas radicalmente opuestas en lo ideológico, sin desdeñar en el plano informativo la persecución de exclusivas y reportajes de impacto.
Diario de Las Palmas sumaba así un conjunto de esfuerzos con el sello profesional de Santiago Betancort Brito en la dirección durante catorce años, antes de unirse definitivamente al periódico matinal de Editorial Prensa Canaria, y dentro del conglomerado de Prensa Ibérica, grupo editorial ya extendido por otras autonomías de España con más cabeceras sobresalientes en el ámbito regional.
En la memoria de generaciones posteriores ha prevalecido aún la meritoria labor desempeñada por los directores del vespertino, tras su reaparición de la mano de Matías Vega Guerra en 1953, años después de la guerra de 1936-1939 en España. Pedro Perdomo Acedo, Andrés Ruiz Delgado, Pablo Hernández Montesdeoca, Juan Ignacio Jiménez Mesa, José Henríquez Núñez-Ojeda, Amado José El-Mir Sánchez, además del último, Santiago Betancort, fueron sucediéndose en la responsabilidad ejecutiva.
Francamente, el anuncio de la fusión que ahora está por conmemorarse, no pilló entonces por sorpresa a muchos de los afectados. Eran conocedores de experiencias ajenas en cuanto a publicaciones de tarde ya desaparecidas. De manera distinta a lo que sucede habitualmente en las grandes fusiones empresariales, priorizan como urgencia un recorte de personal muchas veces despiadado, aquí se prescindió, no sin amargura, sólo de un grupo de leales y eficaces colaboradores de Diario de Las Palmas.
Su permanencia fue desestimada para evitar duplicidad de funciones que eran asumidas por la propia plantilla. La marcha de aquellos sería lamentada por la solvencia que habían acreditado en su especialidad respectiva, y por ser un modelo de compañerismo. Así los seguimos recordando hoy algunos de los que entonces remábamos en la aventura periodística.
TRASCENDENCIA CON EXPLICACIONES
Un editorial, medido cuidadosamente tanto en la forma como en el fondo, anunciaba en portada el viernes 31 de diciembre de 1999 la fusión del diario de tarde con LA PROVINCIA a partir del domingo 2 de enero de 2000. Bajo el título “Nueva etapa en una larga historia” advertía que era la última vez que utilizaba su cabecera de manera individual, y que dos días después seguiría en la calle “indivisiblemente unido a LA PROVINCIA”.
El editorialista evocó los años de esplendor de los periódicos de tarde, haciendo de Diario de Las Palmas el de mayor circulación de Canarias, como ocurrió a escala nacional con distintos vespertinos en Madrid. En otro párrafo revelaba que “las mutaciones sociológicas acaban imponiéndose a las razones subjetivas” para justificar la nueva alternativa empresarial y la unión de ambas cabeceras, la del matutino grancanario, fundado por Gustavo J. Navarro Nieto en 1911, y la del periódico de tarde, promovido por Fernando León y Castillo en 1893. “Creemos en Canarias como unidad y esta es nuestra manera empresarial y cultural de demostrarlo”, resumía aquel mensaje de despedida en solitario.
Con parecida declaración pública de “fe regional” se expresó el editorial que LA PROVINCIA-Diario de Las Palmas colgaría en primera página al estrenar la fusión el 2 de enero de 2000, bajo el título “Apuesta por Canarias”. Dirigido por Diego Talavera Alemán –décadas más tarde de iniciarse éste en el oficio precisamente en la Redacción del vespertino- precisó que los más de cien años de historia de Diario de Las Palmas “desaguan con toda su presión histórica y su energía de futuro, en el más joven caudal de LA PROVINCIA. Si fueron paralelos en gran medida, fluyen desde ahora por una sola cuenca con la vitalidad, el ímpetu y la ambición derivados de su unidad”.
Además de ambos editoriales, las portadas de las fechas aludidas coincidieron en valorar otro tema: “El cambio de año más vigilado del siglo” por el posible “efecto 2000” al transitar 1999 al Año Nuevo, era el asunto relevante de Diario de Las Palmas en su despedida individual el 31 de diciembre. La misma cuestión sería replicada en LA PROVINCIA-Diario de Las Palmas al estrenar sus cabeceras ya juntas, para desvelar que “el efecto 2000 no provocó contratiempos en Canarias”. La información era avalada en hojas interiores por Antonio López, entonces delegado del Gobierno en Canarias.
Una noticia de alcance internacional, sobre mismos personajes, Yeltsin y Putin, encontraron espacio igualmente en las portadas de ambas publicaciones. Con el epígrafe de “Última hora”, cuando ya agonizaba el siglo XX, Diario de Las Palmas avanzó aquella tarde la dimisión de Boris Yeltsin al cabo de ocho años en la presidencia de Rusia. Poco más de 24 horas después, en el marco de la bienvenida al siglo XXI, LA PROVINCIA-Diario de Las Palmas, ya unidos, ratificaba la noticia de la jornada: “Putin, nuevo hombre fuerte de Rusia, tras la dimisión de Yeltsin”.
PERIODISMO DE REFERENCIA
Mensaje la víspera de la fusión, insertado en Diario de Las Palmas el 31 de diciembre de 1999, último día de su publicación en solitario/LP-DLP
A la luz de diversos sucesos en años siguientes, particularmente el sufrido por Ucrania con la invasión rusa, se antoja memorable y no exento de vigencia el artículo firmado la misma jornada por Manuel Leguineche sobre el relevo en Moscú.
Apareció en la página dos de la modificada cabecera de los dos periódicos unificados por Editorial Prensa Canaria, el primer día de su llegada a los quioscos con la innovación.
Leguineche, visionario, legendario y veterano reportero curtido en múltiples frentes bélicos de Europa, África y Asia, escribe que Yeltsin dejaba su cargo “a un Putin militarista y nacionalista que ha amenazado con arrojar a los chechenos al inodoro. Hace seis meses, Putin era un don nadie. Yeltsin le ha permitido saltar a la popularidad”.
Añadió el columnista que la guerra que entre 1994-1996 desprestigió a Yeltsin, había servido a su heredero, sin embargo, para sumar puntos y llevar a cabo una meteórica carrera. El periodista español ilustró su análisis con una anécdota: “Un vecino suyo ha dicho en TV que Vladimir Putin es la clase de hombre que asusta a los niños. No importa que sea el sacamantecas: todos parecen satisfechos”.
Más adelante, en “La Marea”, otro apartado del mismo ejemplar de LA PROVINCIA-Diario de Las Palmas, abunda sobre una arenga de Putin a los militares rusos en el frente checheno.
El nuevo presidente, tras celebrar la Nochevieja anterior con champán a bordo de una aeronave que le trasladó desde Moscú para aterrizar a cuarenta kilómetros de Grozni, les anima en estos términos: “Vuestra principal tarea es poner fin a la desintegración de Rusia. Entre todos debemos restablecer el honor y la dignidad del país”.
Poner hoy el foco en este detalle informativo y analítico de orden internacional, veinticinco años después, no es una obviedad.
Aunque la preferencia siempre de LA PROVINCIA y Diario de Las Palmas ha sido la pulsión del acontecer canario, nunca dieron la espalda a lo que sucedía más allá del territorio insular, concediéndole el espacio y examen que exigía cada circunstancia, por razón de la vertiginosa globalización en la esfera de casi todas las actividades.
El juicio de Leguineche, entre las firmas más prestigiosas de la época, definía un retrato ajustado del flamante presidente ruso, que permite comprender su prolongado mandato en el Kremlin. Permite entender también su afán expansionista hoy en Ucrania, tras laminar la capital chechena años antes, sin abandonar luego su intromisión para frenar la inercia soberanista de otras repúblicas caucásicas que se descolgaron de la antigua URSS o imperio soviético.
Contar lo que pasa y que interesa a la gente debe ser el norte de todo periodista, Eugenio Scalfari dixit. Leguineche enarbolaba ciertamente, también como columnista asiduo, ese lema que distinguía al informador y analista ejemplar, y que ya alumbraba como un faro el periodismo de la Redacción de LA PROVINCIA-Diario de Las Palmas que surgió con la publicación conjunta en una sola cabecera, el dos de enero del año 2000.
Publicado día 30 de diciembre de 2024 en LA PROVINCIA con motivo del 25 aniversario de la fusión con Diario de Las Palmas
“Caso de incendio del museo rescataría la Pascalina, calculadora original con ruedas y engranajes, inventada por Pascal en 1642”
“La idea de destinar el edificio para otros fines, empresariales o turísticos, era una broma del alcalde que tenía la capital en 1997”
Jacinto Quevedo Sarmiento, delante de la escultura de Martín Chirino en la calle Triana/LP-DLP
Licenciado en Ciencias Matemáticas por la universidad de La Laguna en 1977, Jacinto Quevedo Sarmiento (Las Palmas de Gran Canaria, enero 1953), se vio forzado por sus progenitores, maestros de profesión, a emprender la carrera de magisterio, tras fracasar su hijo el primer año de estudios en la ULL. Ocurrió que la pasión por el ajedrez en Tenerife, deporte en el que destacó y fue campeón universitario, le había distraído tanto de los estudios de Matemáticas, al extremo de no pasar el filtro académico del primer año. Pero su tenacidad personal y vocación por Ciencias exactas, así como un cambio sustancial en la Ley de Educación de la época, le permitieron corregir el rumbo y volver a La Laguna para reanudar la carrera con éxito. En sólo un año superó los exámenes de los dos primeros cursos de Matemáticas y proseguir a continuación hasta el logro de la licenciatura. Posteriormente su vida profesional ha transcurrido entre la enseñanza como catedrático de institutos, técnico de la administración educativa, incluyendo un periodo en la inspección.
Aspecto relevante de esta trayectoria individual ha sido su labor como promotor y primer director del Museo Elder, que cumple su veinticinco aniversario el próximo martes día 10. Una iniciativa de la que se siente siempre orgulloso, aunque no lo verbalice explícitamente.
-Veinticinco años más tarde de su apertura ¿cómo juzga el papel desarrollado y los resultados que ofrece hoy el Museo Elder inaugurado con usted en la dirección?
El logro del MECT (Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología) para nuestra capital fue una carambola a ocho bandas , valga el símil lúdico-deportivo. A partir de su inauguración el 10 de diciembre de 1999 hasta hoy, otras 25 carambolas casi todas bien jugadas. Un museo que partió de referentes de primer orden y ha ido evolucionando al estilo de esta tipología de centros: proponiendo nuevos espacios, ideas y contenidos. Sus más de tres millones y medio de visitantes en estos años avalan la idoneidad de la propuesta y el acierto de la tipología museística presentada. Un centro interactivo, en la puerta marítima de la ciudad, que seguía aquel slogan de “prohibido no tocar”.
-¿Celebra también hoy que el edificio Elder se destinara para la Ciencia y no para otro fin artístico como propugnaba el alcalde de entonces, en 1997?
Lo de destinar al Edificio Elder a otros fines, ya fueran empresariales o turísticos (1995-97), era un chiste o una broma del alcalde del momento a los vecinos y a la prensa local. Él sabía que una propiedad de Patrimonio del Estado (como eran los Edificios Elder y Miller del Parque de Santa Catalina, cedidos al Ayuntamiento de LPGC para uso cultural), no se podían cambiar de uso sin permitirlo el Estado (que no lo iba a permitir!). El asunto era que aquel alcalde no quería, tener de su cuenta, gastos culturales o educativos, y sí cederlos a otras instituciones o administraciones. Así se desafectó el Edificio Elder y fue cedido su uso, por Patrimonio del Estado, al Gobierno de Canarias, Consejería de Turismo y Fundación Canaria Museo de la Ciencia y la Tecnología (que lo había solicitado). Aquí jugó un papel destacado don Lorenzo Olarte, vicepresidente y Consejero de Turismo del Gobierno de Canarias.
-¿Cuáles fueron sus principales referentes museísticos para lanzar el proyecto?
Para el proyecto elaboré un estudio detallado de los Science Centers más importantes y representativos de esa tipología interactiva. Fue más que sacar una carrera y desarrollar varios doctorados y masters. Desde el pionero en París, el Palais de la Decouverte, diseñado por el gran científico Jean Perrin, o el Exploratorium de San Francisco de la mano de Frank Oppenheimer (hermano de Robert) con su frase mítica “la mejor manera de aprender es enseñar”, con sus publicaciones “Cookbooks” y la información detallada de todos sus módulos interactivos; la Citê des sciences et de l´industrie de la Villette también en París con Goery Delacote o el Museo de la Ciencia de La Caixa en Barcelona con Jorge Wagensberg al frente; y tantos otros que visité y estudié: NY Science Center, Pacific Center en Seattle, Science Museum Londres, Deutches Museum Munich, Papalote en Mexico DF, Power Museum en Sydney, etc. Así hasta más de 40 centros. También me valieron multitud de exposiciones temporales o itinerantes de distintas instituciones como la muestra “Horizontes matemáticos”, que procedente de la Villette visitó todas nuestras islas entre 1989-90 de la mano de la Sociedad Canaria de Profesores de Matemáticas. Y todas las exposiciones que la Fundación La Caixa trajo a Canarias.
-En el supuesto de un posible incendio del museo, qué objeto salvaría de las llamas: ¿La locomotora La Pepa, uno de los aviones, o algún elemento ingeniado por Agustín de Betancourt?
Me agenciaría uno de los extintores de CO2, también conocidos como Nieve Carbónica o Anhídrido Carbónico, que son los usados en la Seguridad del MECT, y lo usaría para extinguir el fuego. De paso explicaría al público que sigue el protocolo de desalojo del museo, las características físico-químicas del extintor de CO2 y cómo es su “doble” interactividad. Aplicando el principio de “la navaja de Ockham”, de manera que “en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable”, salvaría la “bola de agua de la entrada del museo” y su principio de Pascal intrínseco, por ser totalmente ignífuga y estar siempre cargada… y ya en la calle. Caso que se exija salvar solo una pieza y del interior del museo, cabe recordar que es un museo más de “fenómenos” que de “objetos”, actuaría para rescatar la “Pascalina”, primera calculadora que funcionaba a base de ruedas y engranajes, inventada en 1642 por el filósofo y matemático francés Blaise Pascal, de la cual el MECT posee un ejemplar original.
-“¿Museos de objetos o fenómenos?” era la interrogante que planteaba usted en noviembre del pasado año en su discurso de ingreso en la Real Academia Canaria de Ciencias, pregunta contextualizada en el origen y evolución de los “Science Centers”. ¿Realmente era una cuestión a aclarar con urgencia, o sólo perseguía llamar la atención y el interés de los académicos y la opinión pública?
Ni urgencia alguna, ni llamar la atención de nadie. Solamente explicar cuáles fueron las ideas y los modelos que definen la tipología de los Science Centers para aplicarlos en la redacción del proyecto de MECT de nuestra ciudad. Intenté seguir una cronología histórica del surgimiento de estos centros y su evolución, de la mano de sus creadores. A finales del siglo pasado son varios los museos de ciencia, en particular el nuestro, que comprenden bien la complementariedad mixta entre el objeto y el fenómeno, y trabajan sobre las capacidades comunicativas de ambos recursos museísticos, tanto por separado como combinados. A medida que avanza esta implantación del fenómeno junto con la del objeto en la museología del siglo XX, el centro pasa también de ser un fin en sí mismo, con la colección como activo fundamental, a medio de comunicación, sumando los fenómenos, puestos de modo explícito al servicio de un propósito divulgativo y educativo.
-¿Qué futuro sueña o dibuja para este museo que usted alumbró hace 25 años con el respaldo de instituciones públicas de la época como el Gobierno regional y empresas públicas y privadas de distinta tipología?
Ha de ser un centro donde sociabilizar la ciencia y la tecnología: actividades grupales, trabajos en equipo tipo aprendizaje-servicio: el alumnado aprende a la vez que realizan actividades de acción comunitaria. Un espacio de formación del profesorado en Pensamiento Computacional (Uso de Scratch Programación, Robótica, FabLab). Uso de herramientas de IA generativas. Sin descuidar la promoción de actividades grupales de divulgación (murales interactivos, Entornos Domóticos, Planetarios, Acuarios, Terrarios, Mariposarios, etc.) Al mismo tiempo y al igual que cuando la pandemia de COVIC se convirtió en apoyo a los planes sanitarios de información y de vacunación, prestar interés a la información de las políticas de lucha contra el cambio climático, sostenibilidad, Medio Ambiente, Vulcanismo activo, y Reciclaje. Procurando en todos estos casos y los que surjan, que sean acciones continuas y no coyunturales.
*Publicado en La Provincia el 8 de diciembre de 2024.
Consideraciones y recuerdos con motivo de la obra “El silencio de sus soledades”, firmada por Manuel García Morales
Fue presentada en la casa museo del artista en Gáldar, con participación de su sobrina María Victoria Padrón Martinón
Si escribir es vivir, como sostenía Flaubert, tan meticuloso siempre con su literatura para encontrar la palabra adecuada y producir su obra inmortal Madame Bovary, posiblemente no nos equivocamos al asegurar hoy que para Antonio Padrón “pintar también es vivir”.
Llegaremos sin dificultad a la misma conclusión tras la lectura del texto, no exento de calidad literaria, que ahora nos regala el profesor Manuel García Morales. Relato fronterizo con el ensayo, fundamentado en la impagable documentación de la tesina suscrita por María Victoria Padrón Martinón, sobrina del artista canario. Apelo y pongo el acento deliberadamente en la condición canaria de Antonio Padrón pues la lleva impresa en su obra. Fue esa una prioridad tan suya, al extremo que respondió con cierta indiferencia ante algunos reclamos de admiración para que su arte trascendiera los límites del localismo galdense y los del Archipiélago.
La pintura, ligada a su tierra insular y a las tradiciones ancestrales, habría de ser la verdadera savia de Antonio Padrón. Más de una decisión suya estuvo motivada por esta preeminente y peculiar querencia artística. Tal es así que le induciría a incumplir, por ejemplo, un compromiso adquirido con el ejercicio de la docencia en el instituto de Guía. Lo describe el trabajo creativo de Manuel García Morales, oscilante entre la realidad y la ficción, que se presenta en este acto.
El curioso episodio me retrotrae a una vivencia personal cuando me iniciaba con 21 años en la plantilla de Diario de Las Palmas. Tres años después de la muerte del artista, yo –disculpen que comunique en primera persona, sin ánimo de hurtar el protagonismo que corresponde a los demás intervinientes-, tuve la suerte o el privilegio de asistir a la apertura de esta casa museo, en mayo de 1971, para firmar posteriormente la crónica del evento en el periódico vespertino.
La experiencia no pudo ser más gratificante en lo humano y profesionalmente. Entre otras satisfacciones, todas emotivas, me deparó la confidencia directamente de Luis Cortí, entonces director del Instituto de Guía, y que luego se reprodujo íntegramente en la publicación.
Considero oportuno evocar ahora su versión literal, en la medida que fue el interlocutor de Antonio Padrón en aquel lance surgido en la trayectoria del pintor. Cortí narra con matices el encuentro en el que se consuma el frustrado ingreso, después de haber aceptado la propuesta para enseñante del arte que dominaba.
“Aún recuerdo aquel profesor de Bellas Artes de la Academia de San Fernando, Antonio Padrón, –me confesaría el que seguía siendo director del centro guiense-. Llegó a nuestro instituto para prestarnos sus servicios, imbuido en un noble afán de colaboración, como un verdadero maestro. Mas, de pronto, arrastrado por su innata vocación, nos recuerda (Antonio Padrón) que necesitaba la luz del día para cumplir su misión, la suya, la verdadera, y esta se vería imposibilitada si se dedicara a la docencia”.
“No olvido el tacto exquisito con que nos lo hizo ver, poco menos que disculpándose ante esta rápida despedida”, escuché decir también a Cortí, antes de finalizar reconociéndome que en toda la obra de Antonio Padrón veía el pincel de un hombre serio, enterado de las diversas técnicas, “pero que creó una tan suya, tan de su tierra –subrayaría- que sin querer, sin presentirlo, saltó las barreras del tiempo”, debiendo ocupar en consecuencia el puesto que merece en el mundo pictórico nacional e internacional, a su juicio.
Foto: María Victoria Padrón, Manuel García Morales y Amado Moreno
Otros invitados en mayo de 1971 a aquel mismo acto inaugural de esta casa, en la que hoy celebramos lo que celebramos de este pintor que renunció a los cantos de sirena del arte mercantilizado en Paris, por amor a su tierra y a su singular arte, abundaron en elogios para Antonio Padrón, incorporados luego a nuestra crónica periodística. Merece la pena rescatarlos para este instante:
Juan Rodríguez Doreste: “Es una de las figuras más conspicuas del arte canario”.
Felo Monzón: “Junto con Zabaleta, Antonio representa las dos posturas más meritorias del expresionismo nacional”
Néstor Álamo: “Es la primera vez que en las artes de las islas se incorporan los elementos antropomórficos de nuestros antepasados”
Justo Jorge Padrón: “Un hombre que ha sabido aglutinar con su arte y bonhomía a los más dispersos caracteres”.
Ellos y otras personalidades del mundo de la cultura y de las instituciones se dieron cita aquel día en esta casa museo, convertida felizmente con el paso de los años en referente de primer orden en el conjunto de la oferta monumental y artística que luce la ciudad de Gáldar.
Un estudio inédito de la figura y obra de Antonio Padrón por su sobrina María Victoria Padrón Martinón vería la luz años más tarde, en 1981, con respaldo del Cabildo de Gran Canaria. En el afán de alcanzar el mundo del pintor y tío suyo, María Victoria culmina una laboriosa recopilación de impresiones y datos.
Un conjunto de obligada lectura para aproximarnos a las claves de su andadura vital, sus debilidades y fortaleza, su manifiesta vocación y tendencia artística, con el paisaje y el costumbrismo canarios como elementos imprescindibles.
En definitiva, el entorno y los factores que sirvieron al artista galdense para crear “un mapa espiritual de Canarias”, en definición de Juan Ismael a María Dolores de la Fe para el rotativo LA PROVINCIA en junio de 1970.
Celso Martín de Guzmán narra en una columna periodística suya en marzo de 1990 cómo quedó anonadado con la erudición de Antonio Padrón sobre la variedad de estilos pictóricos, en particular los de Zurbarán y Velázquez. Ocurrió durante un encuentro casual entre ambos, en las cercanías de esta casa, y en cuya planta baja trabajaba su colaborador don José Domínguez, para el montaje de los bastidores de sus cuadros.
“Descubrí entonces que no solo estaba ante un artista sino ante un profesor que conocía , en todo su calado, el fenómeno del Arte”, sentencia Celso en su escrito.
Dicho todo lo anterior, que no es poco ni mucho, pero sí revelador y significativo por la relevancia que voces cualificadas y diversas conceden a Antonio Padrón, puedo afirmar que descubrirán mucho más del artista en esta obra que firma Manuel García Morales con estilo pulcro, donde no resulta fácil distinguir la ficción de lo real, por la delicadeza con que disecciona la investigación de María Victoria Padrón sobre su tío Antonio. Afronta esa tarea con una habilidad literaria que sugiere interpretar que estamos ante unas “Memorias” dictadas por el propio pintor galdense.
La inspiración del autor parece acertar también con el título de su obra: “Antonio Padrón: el silencio de sus soledades”, fruto de un cuidadoso análisis de la personalidad del artista, no en vano admirador de literatos como Lope de Vega que, entre otros poemas, nos dejó uno imperecedero: “A mis soledades voy/ de mis soledades vengo/ porque para andar conmigo/ me bastan mis pensamientos”.
No sería extraño que esta lección poética guiara también los pasos en la vida de Antonio Padrón, aunque en su caso introduciría quizás una ligera variante en el último verso, para precisar que le bastaría la pintura para andar consigo, no los pensamientos, expresión elegida por Lope.
(Texto de Amado Moreno en el acto de presentación del libro Antonio Padrón, El silencio de mis soledades, en la casa museo del pintor galdense en la ciudad de Gáldar, viernes 4 de octubre de 2024).
*Publicado en La Provincia
“Aunque de pequeño soñé con Sudamérica, he sido feliz trabajando treinta años en varios países de África”
“Parece mentira que Alemania se inspiró en nuestro modelo exitoso con la FP dual en Togo”
“Escandalizan los planes educativos diferentes y las variedades territoriales en España, con una EBAU de cachondeo”
“En Lomé conocí a un grupo de etarras deportados por Francia, uno de los cuales murió en extraña circunstancia”
“La Iglesia debe ponerse en manos de seglares o laicos, sin discriminación de la mujer”
“Los sacerdotes, aunque titulares de las parroquias, se ocuparían exclusivamente de la actividad sacramental”
“Los treinta años de trabajo en África me han parecido cortísimos. He sido muy feliz en este continente”, asegura el sacerdote y misionero salesiano Lucas Camino Navarro (Tejeda, junio 1948). Su confidencia se produce a pocos meses de cumplir cincuenta años de su ordenación en Las Palmas de Gran Canaria por el obispo José Antonio Infantes Florido, el 25 de diciembre de 1974. No obstante, eligió el templo de su pueblo natal durante el fin de semana para anticipar una ceremonia eucarística de tal conmemoración, rodeado de su familia y su gente.
Realizó sus estudios de Filosofía en Córdoba y los de Teología en la Cartuja de los Jesuitas en Granada, tras el noviciado en Cádiz y el bachiller en Guía de Gran Canaria. Obtuvo también el título de peritaje industrial en Málaga, requisito importante para desarrollar posteriormente su labor educativa en África durante tres décadas, destacando los diecisiete años en Togo (en dos etapas), nueve en Senegal, y cuatro entre Mali y Burkina Faso.
“Aunque soñaba de pequeño misionar como salesiano en Sudamérica, en el alto Orinoco, influido por mis muchas lecturas en el colegio guiense de mi infancia, lo cierto es que África no me defraudó como destino para mi trabajo. Me sentí realizado en un 200 por 100”, agrega hoy Lucas Camino al echar una mirada atrás y poner el foco especialmente en su labor educativa y de catequesis entre los años 1982 y 2012 en el vecino continente.
Lucas Camino Navarro en patio del colegio salesiano de la capital grancanaria
¿Cuál fue su principal descubrimiento en los países africanos? ¿Tuvo la sensación de chocar con otra civilización opuesta a la de la Europa cristiana?
En la lógica diaria por supuesto que hay gran diferencia en sus comportamientos. Pero al aprender su lengua me percaté de que su lógica está más correctamente de parte de la sencillez africana que de la complejidad del pensamiento europeo. A diferencia de nuestra tradición occidental que profundiza excesivamente en conflictos tensionados, el africano renuncia a sobredimensionar la discusión y opta por dar media vuelta. A la espera de que se rebaje la temperatura para reanudar luego el encuentro y lograr la conciliación. Lo describo así de manera simple para mejor comprensión de mi experiencia.
La avalancha de cayucos procedentes de África cargados de inmigrantes le pilla destinado hoy en los salesianos de Málaga. ¿Le sorprende esta explosión del fenómeno migratorio que castiga particularmente al Archipiélago Canario en este 2024?
Me sorprende un poco la dimensión numérica de arribadas, sobre todo la de los norteafricanos. La avalancha del África negra no me extraña demasiado. Comprendo la llegada de tantos cayucos por la situación de miseria y extrema pobreza en su territorio y por el hambre. El miedo a la violencia de una vida sin futuro explica el desbordado fenómeno migratorio. Paralelamente, las mafias han aprovechado la situación de necesidad para hacer su negocio. También es cierto que los gobiernos de los países emisores se sienten aliviados en el fondo con este éxodo masivo. Los que marchan son menos bocas a alimentar en sus lugares de origen. Además, piensan esos gobernantes que los que acaban en Europa abren pronto cuenta en un banco, cuyos ingresos revierten sin demasiada tardanza en sus parientes o naciones de las que salieron. Ha ocurrido y sigue ocurriendo con muchas familias africanas. En algunos casos, con un éxito extraordinario. Conocí el caso concreto de un joven inmigrante, formado con nuestro modelo dual, desembarcó en Alemania, donde empezó de barrendero a las puertas de una potente industria multinacional. Hoy es el delegado de seguridad de la misma para toda África. No es el único caso exitoso entre nuestros antiguos alumnos.
¿La ayuda de la UE con millones de euros a los gobiernos de esos países para frenar la inmigración es un método a mantener pese a revelarse insuficiente?
Como remedio paliativo es aceptable, pero evidentemente no es la fórmula adecuada que resuelva con garantías el fondo del problema.
CON ETARRAS DEPORTADOS EN LOMÉ
En Togo, independientemente de su trabajo misional, coincidió y compartió momentos en 1984 con un grupo de etarras deportados por Francia, que se alojaban en un hotel de Lomé, pagados por el Gobierno español. ¿Qué impresión le dejaron?
Los que conocí fueron amables conmigo. Percibí que era un grupo heterogéneo. Observé que había un líder casi indiscutible, por su indisimulada capacidad intelectual y fortaleza física, José Miguel Galdós Oronoz. Incluso fue entrenador del equipo nacional de rugby en Togo. Pero los deportados no conformaban un solo bloque. Hubo una aparente escisión a raíz de que Francisco Javier Alberdi Beristain, el mayor de todos a su 47 años, y también con cierto predicamento entre ellos, insinuó volver a España para acogerse a los resquicios legales que le permitirían integrarse de nuevo socialmente en su País Vasco. Su intención era rechazada por otros del grupo. Lo real es que Alberdi no tardó en fallecer en circunstancia extraña. Su cadáver fue descubierto completamente carbonizado en Lomé, según testimonios de la época.
¿Alguno le mostró arrepentimiento o pesar por crímenes que habían forzado su destierro a África?
De acuerdo con lo que escuché y leí entonces, el único etarra de los deportados que dio signos de intentar rectificar sería Alberdi. Inició los trámites necesarios para acogerse a una amnistía o ley favorable en España que posibilitara su reinserción. Y en tal sentido fui testigo de que hizo un viaje de Lomé a París en el mismo avión que iba yo, pocas fechas antes de su muerte.
ÉXITO DEL MODELO DE LA FP DUAL
Tras décadas ejerciendo como docente, ¿qué opinión le sugiere la última reforma educativa en España?
Me escandalizan tantos planes diferentes, incluidas las variedades territoriales. La EBAU (Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad) es un cachondeo. En cambio aprecio todo lo que pueda hacerse en el campo de la formación dual con las empresas en la FP. Parece mentira que en Togo empezó a inspirarse el modelo alemán de la formación dual que los salesianos ya habíamos puesto en práctica en Lomé, con el posterior reconocimiento del gobierno al cabo de los años. Contaba con nosotros como asesores y para todos los encuentros nacionales o internacionales que tuvieran que ver con nuestra exitosa experiencia. No sólo poníamos en valor la formación dual para la parte práctica, también concedíamos relevancia a la educación teórica en disciplinas como las matemáticas o cálculo, contabilidad, gestión financiera y los idiomas extranjeros como el francés y el inglés. Este otro apartado es tan imprescindible como la dualidad con las empresas. En núcleos periféricos de Lomé y Dákar fuimos más allá en nuestros objetivos con poblaciones de más de veinte mil habitantes. Pusimos en marcha el sistema de microcréditos para jóvenes emprendedores cuando habían acabado la FP. Procurábamos comprometer la participación de familiares, vecinos y entidades locales en esta iniciativa, aunque no siempre se lograba con el nivel deseable.
¿Qué lugar desempeñaba la religión en aquellas sociedades africanas en las que desarrollaba su labor?
Un papel fundamental como elemento de cohesión social y familiar. Incluso las religiones tribales hacían su aportación en ese sentido. La religión representa para los africanos un verdadero refugio en medio de las duras dificultades para la mayoría de ellos. Muestran una fe profunda en el Dios único, aunque no necesariamente miran siempre a Jesucristo como su referencia. Por consiguiente, no son difíciles las conversiones al cristianismo o al islam, con predominio del segundo.
¿Alarma en su colectivo la crisis de vocaciones? ¿Puede ser subsanada con el potencial de jóvenes africanos y sudamericanos, sumando avances de la Iglesia católica a la hora de ceder mayor protagonismo a la mujer y prescindir a la vez del celibato?
La alternativa potencial de africanos o sudamericanos no pasaría de constituir una respuesta coyuntural. No es la solución definitiva. La Iglesia debe ponerse en manos de seglares o laicos, hombres y mujeres, sin discriminación alguna. Estamos llegando al momento en que los párrocos deben ser seglares. Los sacerdotes, aunque titulares, habrían de ocuparse exclusivamente de la actividad sacramental o espiritual.
*Publicado en La Provincia el 16.09.24
El cardenal Ángel Fernández Artime con la biografía “Eusebia de Armas y el Colegio Salesiano de Guía”, en Luanco /AMADO MORENO
El purpurado salesiano, uno de los más cercanos al papa Francisco, recoge con satisfacción un ejemplar en sus vacaciones estivales de Luanco
La cifra de alumnos en centros de la congregación de Don Bosco supera hoy los seis mil en Canarias
Cuando aún no era purpurado de la Iglesia, Fernández Artime estuvo en mayo del año anterior en Gran Canaria para participar en el centenario del primer colegio salesiano promovido en esta isla
Durante las vacaciones de verano en su localidad natal de Luanco (Asturias), el cardenal salesiano Ángel Fernández Artime ha recibido recientemente, con interés, satisfacción y palabras de gratitud por su parte, un ejemplar de la obra “Eusebia de Armas y el Colegio Salesiano de Guía”. Complacencia de signo distinto fue para él que en el mismo mes de agosto conociera su título como hijo predilecto del Principado en el marco del Día de Asturias 2024, que se conmemora este domingo 8 de septiembre.
Cuando aún no era purpurado de la Iglesia, Fernández Artime estuvo en mayo del año anterior en Gran Canaria para participar en el centenario del primer colegio salesiano promovido en esta isla. Vino como rector mayor de la congregación de Don Bosco (2014-2024). Entonces y siempre animó a divulgar la labor de su clero y educadores. Lo hizo personalmente en más de los 130 países que visitó por su máxima condición jerárquica en el organigrama de la comunidad religiosa. Esta reiterada prédica justificaría plenamente su alegre acogida por el obsequio editorial novedoso. La biografía ahora entre sus manos, con la firma de Sergio Aguiar Castellano, había sido presentada el pasado agosto en el contexto de la fiesta patronal guiense y con el respaldo del ayuntamiento norteño.
El tomo, con más de quinientas páginas y centenares de fotografías, con sello de Edigeca, es una descripción amplia de la andadura vital de Eusebia de Armas Almeida, dama de Guía, que legó todo su importante patrimonio a la diócesis de Canarias, después de invertir una cuota significativa de su fortuna en la construcción de un centro educativo modélico que confió a los salesianos desde 1955.
El autor, Sergio Aguiar, se congratula con la recepción de la obra por el cardenal Fernández Artime: “No en vano fue durante una década el superior de los salesianos, expandidos por más de un centenar de países de todo el mundo –comenta-. El primer español en ocupar el puesto de rector mayor, al convertirse en el décimo sucesor de Don Bosco, fundador de la congregación en el siglo XIX”
Remitiendo a los números, el investigador rubricante de la publicación pone en valor al colectivo religioso que centra su trabajo. Destaca los 14.299 salesianos con las 1.865 casas o centros en más de un centenar de países, datos a los hay que sumar las 11.535 hijas de María Auxiliadora, distribuidas en noventa y siete naciones de los cinco continentes.
“Estamos por tanto –remata el autor- ante una figura histórica de los salesianos, comunidad que dejó también su huella a lo largo de los dieciséis años que ejerció su labor en el municipio grancanario de Guía, gracias a la decisión y aportación económica de Eusebia de Armas Almeida”.
Complementario a las cifras manejadas por Sergio Aguiar, merece señalarse que la congregación salesiana contabiliza actualmente en Canarias más de seis mil alumnos y alumnas, tres mil de ellos bajo la tutela de las hijas de María Auxiliadora, abarcando en conjunto desde 1994 una notable actividad social en Gran Canaria y Tenerife, además de Fuerteventura, orientada a través de la Fundación Canaria Maín. Permanece empeñada en la atención y reinserción laboral de multitud de jóvenes y niños en riesgo de exclusión.
AFINIDAD SALESIANA CON EL PAPA
No sorprende que Ángel Fernández Artime sea considerado por uno de los cardenales más próximos al papa Francisco. Antes de liderar su congregación religiosa desde Turín o Roma, fue superior provincial de los salesianos en Buenos Aires, donde coincidió y fraguó una estrecha amistad con el arzobispo de la ciudad argentina, Jorge Mario Bergoglio, elegido Papa posteriormente en marzo de 2013 con el nombre de Francisco.
La cercanía entre ambos se consolidó con el nuevo pontífice al mando de la Iglesia católica. A la afinidad de los dos contribuirían igualmente lazos comunes. La trayectoria del argentino Francisco está jalonada de marcas salesianas, como su bautizo en la basílica de María Auxiliadora y San Carlos (Buenos Aires), diciembre de 1936, y formación pocos años más tarde hasta sexto grado en centros de la comunidad religiosa en la misma capital.
Dedicatoria especial en el libro para el cardenal salesiano, extendida por el autor, Sergio Aguiar Castellano/A.M.
“No es raro que hable con cariño de los salesianos. Mi familia se alimentó espiritualmente de ellos en Buenos Aires. Aprendí a privarme de cosas para darlas a gente más pobre que yo (…) Uno se sumergía en un tramo de vida, preparado como para que no hubiera tiempo ocioso”. Son palabras con las que el Papa Francisco ha resumido en alguna ocasión su experiencia con los discípulos de Don Bosco, y con los que aprendería a empatizar entre los necesitados, antes de vincularse definitivamente a la orden de los Jesuitas.
Ángel Fernández Artime conserva diversidad de anécdotas con el Papa, algunas registradas antes de que uno y otro accedieran a sus últimas responsabilidades. Siendo arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio acudía los días 24 de cada mes a oficiar la misa en la basílica de María Auxiliadora, patrona de los salesianos, cuando Artime ejercía allí de superior de la congregación, al margen de mantener ambos regularmente reuniones de trabajo sobre pastoral y educación.
El cardenal de origen asturiano nunca imaginó alcanzar el cardenalato. De hecho, ningún rector mayor lo había logrado. Además, sin haber sido previamente obispo. Algo sin precedentes.
“En el momento del Ángelus con un provincial salesiano de África, me comentaron que el Papa había dicho mi nombre entre los futuros cardenales. Pensé que era una equivocación”, ha declarado en sucesivas entrevistas, meses después de su designación. Tampoco olvida cómo Bergoglio bromeó antes con él cuando sus compañeros lo eligieron rector mayor en 2014: “Pero gallego, ¿qué te han hecho?”, le espetó.
No obstante, tanto como rector mayor en el pasado y como flamante cardenal ahora, Ángel Fernández Artime muestra ser el mismo en la comunicación con los demás, “profundamente humano y profundamente sólido”. Evocó esta fijación en su conducta habitual durante la homilía de su última misa, el pasado mes en Luanco, con un templo abarrotado de fieles, y el gobierno local de color socialista en la primera bancada, cuya presencia el orador subrayó y agradeció en especial, como la de los demás asistentes.
Todo ello con una cuidada escenografía litúrgica, donde no faltó un coro local de jóvenes, ni la improvisada imagen de María Auxiliadora de testigo, junto al altar, detalle del párroco José Antonio Alonso Artero, en atención al dignatario eclesiástico protagonista.
En vísperas de su regreso a Roma, donde le ha sido asignada por el Vaticano la basílica de Santa María Auxiliadora, el cardenal Fernández Artime manifestó al periódico La Nueva España (Grupo Prensa Ibérica), que desconoce la misión que le confiará el Papa Francisco para el futuro: “Estoy para lo que me pida. Voy a hacer cualquier tipo de servicio porque para eso estoy disponible”.
*Publicado en La Provincia el 10 de septiembre de 2024.
Texto íntegro del discurso de Amado Moreno durante la presentación de una biografía sobre la dama guiense, con la firma del investigador Sergio Aguiar
“Agradezco en primer lugar la invitación a participar en este acto, aunque no la solicité. Incluso traté inicialmente de alejar de mí este cáliz, que es como siento toda exposición pública o mediática no deseada. Mi esfuerzo fue vano. Siempre acabo cediendo por la imposibilidad de rechazar la insistencia de un amigo o amiga, en este caso Sergio Aguiar. Cuesta aún más denegar el compromiso cuando me consta que se trata de reconocer un trabajo concienzudo y serio, como este que hoy nos convoca para presentar una vasta biografía sobre una ciudadana notable del municipio guiense del siglo XX, Eusebia de Armas Almeida.
Como se demuestra a través de las páginas de la novedad editorial, la protagonista femenina sobresale y deja huella no por ser un antecedente de la Sra. Preysler (icono ésta de una parte de la sociedad actual). No.
Doña Eusebia pasa a la historia no por una superficialidad glamurosa, pasa a la historia por su decidido afán de servicio a la sociedad de su tiempo, cuando queda viuda de su esposo militar y oficial de la guardia civil, muerto en San Sebastián, apenas iniciada la guerra de 1936.
Doña Eusebia de Armas, lejos de rendirse o deprimirse en aquellos años convulsos y de penuria en la posguerra, busca y da sentido a su vida con un sueño que seguramente había abrigado mucho antes. Un sueño de impulso plenamente altruista que la anima a invertir su fortuna en un ambicioso proyecto educativo. Se traduce en la construcción de un monumental centro docente de singular esteticismo arquitectónico, y destinado a la atención especialmente de los niños más necesitados de la época. Confiaría con entusiasmo la futura labor a la congregación salesiana, tras contrastar diversidad de estamentos y opiniones, coincidentes todos en valorar positivamente a la comunidad de Don Bosco como la mejor posicionada para ofrecer enseñanzas de artes y oficio, equivalentes a lo que hoy conocemos como Formación Profesional.
Con la perspectiva que ofrece el tiempo transcurrido y los datos que brinda esta estudiada y minuciosa obra, podría afirmarse sin rodeos que los discípulos de Don Bosco, pese a su extraordinaria labor de formación en el ámbito escolar, fueron obligados a abandonar su tarea en el centro que le había encomendado la fundadora dieciséis años antes, y tuvieron que huir campo a través en el año 1971, si se nos permite esta hipérbole aplicada al vencido en una contienda. La entendida como fuga salesiana sería provocada al sufrir sus miembros previamente, año tras otro, una asfixia de su economía y recursos por parte de la administración heredera e independiente de la congregación (la Diócesis). Táctica cicatera empleada –dicho sea de paso- similar a la que poco tiempo antes había propiciado igualmente la marcha de los mismos religiosos de la villa de Teror.
Bien es cierto que concurrieron otros factores o circunstancias en ambas situaciones, al margen de las consabidas disputas o diferencias entre los gestores diocesanos y la cúpula salesiana.
Parafraseando al romano Terencio, al remarcar que nada humano le era ajeno en su condición de hombre, confieso también yo que nada de lo que sucedió con los Salesianos durante su estancia en Guía me resulta ajeno. Después de aprender yo las primeras letras y números en la escuela de doña Carmelita aquí en esta ciudad, ingresé como alumno en el Colegio María Auxiliadora prácticamente desde la llegada salesiana en 1955 de la mano de Guillermo Navarro, que recibió las llaves de doña Eusebia como coordinador del centro. La arribada del primer director, Ángel Carretero, fue un hecho que no se demoró excesivamente.
Meses más tarde fui llevado a la presencia de la gran benefactora, cumpliendo con el ritual de conocer ella a los menores acogidos en su centro. La experiencia me quedó grabada. Duró pocos minutos. Ella ya había sufrido un ictus que le paralizó la mitad lateral de su cuerpo y permanecía inmovilizada, sin habla, en una silla de balanceo. No obstante, su semblante parecía intentar ser expresivo y empático. Yo me limité a decirle mi nombre, apellidos y mi edad, cumpliendo con la tradición que me habían recomendado. Yo no había cumplido entonces los siete años.
De izquierda a derecha, Carmelo Santiago, editor, Sibisse Sosa, concejala de Cultura, Sergio Aguiar, autor, Pedro Rodríguez, alcalde, y Amado Moreno, periodista.
He de consignar, para que se comprenda mejor mi fuerte vinculación salesiana -asumiendo así el riesgo de perder la objetividad analítica de lo ocurrido ante quienes siguen este relato-, que el primer director, Ángel Carretero, escogió y contrataría a Bonifacio, mi padre, para múltiples funciones domésticas o laborales (para comedor, jardinería, granjas, cocina, provisiones, transporte escolar, etc). Lo recuerdo hasta de actor en el papel de guardia civil con tricornio con una comedia estrenada en el teatro del colegio. Su actividad tan versátil se prolongó hasta 1971, año del forzado éxodo salesiano de Guía.
Marcelino Carreto Carretero, otro clérigo que ejerció en el mismo centro antes de ser director en diversos núcleos de la comunidad religiosa, tanto en las islas como en la Península, atribuía a mi progenitor una función idéntica a la de un intendente. Así lo definió públicamente en la emotiva y afectuosa pincelada que trazó de mi querido padre durante la ceremonia fúnebre en el cementerio de San Isidro, tras fallecer en octubre de 2001. En sus tareas con la comunidad religiosa, había contado por largos periodos con el concurso inestimable de Carmen, su esposa, y, obviamente mi madre.
Marcelino, sobrino además del primer director, Ángel Carretero, ambos de origen salmantino, tuvo a gala siempre una predilección por Guía y su gente. Orgulloso aceptó ser pregonero de las fiestas de la Virgen en una oportunidad.
Después de todo lo apuntado, y no apuntado, he de añadir que fui testigo directo de secuencias importantes en el devenir del colegio. Circula una fotografía en la que me identifican con diez años. Saltándome el protocolo, me encuentro junto al féretro de doña Eusebia en la cripta donde iba a ser enterrada. Ocurría apenas tres años más tarde de haber sido llevado yo a la presencia de ella en su casona residencia de Guía.
Tampoco olvido la visita por sorpresa del obispo Antonio Pildain al centro María Auxiliadora durante un verano, ya fallecida la fundadora, y cuando la diócesis entró de lleno a ser la administradora como heredera de todos los bienes de doña Eusebia. El prelado, acompañado del director entonces, el orensano Modesto Cabano Domínguez, recorrió de arriba abajo la mayoría de las dependencias, salvo la cocina, la despensa, los aseos…y la cripta en la que descansaba doña Eusebia y demás familiares allí enterrados.
Portada del libro
¿No merece su memoria, su obra y su religiosidad en vida, recordarla con un oficio litúrgico, al menos cada década, por quien heredó todo su patrimonio? Es una pregunta que sobrevuela por la cabeza de antiguos alumnos salesianos que fueron beneficiados por la inmensa generosidad de ella, y que después han destacado como profesionales en disciplinas varias, convirtiéndose en empresarios, abogados, médicos, docentes, psicólogos, periodistas, sacerdotes, etc.
Vuelvo al libro firmado por Sergio, que es lo relevante, y no mis anécdotas personales.
De antemano advierto a los interesados en su lectura que procede hacerla de forma pausada para disfrutar y digerir la cuantiosa documentación que maneja en sus más de quinientas páginas. Abarca un rico muestrario de imágenes de la época, muchas de ellas verdaderamente inéditas, que sorprenden y despiertan añoranzas por un tiempo que en algunos aspectos fue mejor a lo que sobrevino después.
Entre los múltiples testimonios que recoge el texto, impacta el remitido por Lucas Canino Navarro, originario de Tejeda, con el que coincidí como estudiante, y con el que mantengo una estrecha amistad hasta hoy. Ejerce de salesiano en Málaga y párroco de fin de semana en la iglesia de María Auxiliadora, en Antequera. Con anterioridad fue misionero en Africa durante más de una década, concretamente en Senegal y Togo, deparándole su responsabilidad, entre otras vivencias, la ocasión de alternar y conocer a un grupo de etarras deportados por Francia, que vivían allí en Lomé capital, sufragados por el gobierno de España.
En su misiva, que reproduce el libro de Sergio Aguiar, califica Lucas Canino a doña Eusebia de “persona grande en la historia reciente de Guía” y evoca su encuentro infantil con ella como alumno:
“No estoy seguro si había sufrido ya la grave enfermedad que la dejó hemipléjica –indica-. Supongo que sí, pues de mis visitas a su casa así es como la recuerdo. La primera vez fui acompañado exclusivamente por María de la Concepción Bautista Pérez, conocida como la señorita Quica (encargada con sus hermanas de la central telefónica guiense, y tía de nuestro cantante, Braulio). Ésta quería dar la alegría a doña Eusebia con la presentación de uno de los niños pobres del campo, al que estaba ayudando a estudiar con las becas que fundó. No sé el grado de comprensión que ella tenía –admite Lucas- , pero actuó conmigo como si lo hubiera entendido completamente. Me acercó hacia ella y puso su mano un ratito sobre mi cabeza. Su cara sonreía de contenta. Es la imagen que conservo de ella. Sonriente. Tal vez un rictus, pero que transmitía paz y alegría. Así también cuando acudíamos ante ella a tocar con la rondalla del colegio, dirigida por otro gran salesiano, don Antonio Ferrete, en la fiesta del cumpleaños de doña Eusebia. Parecía disfrutar mucho con nuestros pasodobles, rondallistas incipientes, pero con el entusiasmo transmitido por el maestro. Luego había zumos y pastas como premio”.
“Lástima –concluye Lucas- que malos entendimientos de personas que miraban intereses muchos más bajos que los de doña Eusebia, hicieran del colegio salesiano de Guía un episodio educativo que no duró mucho”.
En su afán investigador, y con la perseverancia y disciplina de una hormiga o abeja, Sergio Aguiar escudriña archivos y hemerotecas para ofrecernos la más completa biografía con datos, documentos y testimonios diversos.
En ese trabajo, casi tan sacrificado como la minería, nos descubre también un torpedo de la época, uno de los muchos que gustaba disparar Néstor Álamo, ilustre guiense, a través de sus colaboraciones habituales en Diario de Las Palmas. No eludió terciar en la polémica pública por el uso del legado de doña Eusebia y la fundación que llevaba su nombre. Con ribete de ironía Néstor etiqueta tal fundación como “la de los tristes destinos, a la que intentan despersonalizar, o dejarla sin plumas, que es lo mismo”. Seguidamente defiende que la fundadora merecía algo más que la recordación por un pueblo con una lápida o busto, “aunque de tener que erigirlo a la reverenciada dama es cosa –dice literalmente- que corresponde a quienes de cualquiera de las formas se han alzado con su herencia, que no era, exactamente, lenteja de chinipita”.
Termino rápidamente. Lo hago con la certeza de que desde hoy Guía cuenta ya con una herramienta más, no una herramienta cualquiera, la que significa esta biografía escrita por Sergio Aguiar Castellano para enriquecer el conocimiento pormenorizado del personaje, Eusebia de Armas Almeida, y la historia que ésta ha interpretado con humildad y a la vez con ambición, en aras fundamentalmente del progreso educativo de su ciudad y comarca.
Me resta por último dar la enhorabuena al autor por su esfuerzo y resultado. No le ha faltado el detalle sensible de dedicar el trabajo a su hermana Laura Auxiliadora, con nombre de evidente raigambre salesiana, y uno de sus pilares afectivos, junto a su madre, Nélida, sus sobrinas, Abril y Lía, y su hermano Eduardo.
Enhorabuena también al conjunto del ayuntamiento de Guía, que, a través de su concejalía de Cultura regida por Sibisse Sosa Guerra, acogió y respaldó la iniciativa editorial.
Y cómo no, en nuestra condición de lector, justo reconocimiento a la editorial Edigeca, promovida por Carmelo Santiago Casañas, un entusiasta de publicaciones con sello de autores canarios. Ejemplo de su admirable emprendimiento empresarial es la obra que hoy presentamos y que ya pueden tener en sus manos”.
Texto de la intervención de Amado Moreno el miércoles 7 de agosto de 2024 en el teatro Hespérides de Guía, Gran Canaria, con motivo de la presentación del libro de Sergio Aguiar “Eusebia de Armas y el Colegio Salesiano. Una pugna por su fortuna”, lanzado por la editorial Edigeca y promovido por el ayuntamiento del municipio guiense.
Alineación de la SD Tenisca, campeón regional canario de Primera Categoria en 1965. De pie: Pedro Miguel, Sergio, Aroldo, Francisco Duque (entrenador), Feluco, Carmelo, Reinaldo y Álamo. Agachados: Francisquito, Toño Brito, René, Pepín y Fredy/DLP
Amado Moreno.
Figura relevante del fútbol palmero conquistó el campeonato regional de Primera con la S.D. Tenisca en la temporada 1964-65
Fue despedido el viernes último en el cementerio de La Atalaya de Guía, tras fallecer en su domicilio a la edad de 78 años
En el cementerio de La Atalaya de Guía, familiares y amigos dieron ayer tarde el útimo adiós a Antonio Brito Martínez, “Toño” (Santa Cruz de La Palma, 1946), tras el oficio religioso celebrado en la iglesia del barrio. Destacada figura del fútbol en La Palma durante la década de los años 60 del pasado siglo, Toño, como era conocido en su isla natal, falleció en el domicilio familiar guiense en la madrugada del viernes, después de luchar valerosamente los últimos cuatro años plantando cara a una enfermedad que fue minando con ritmo inexorable su salud.
Los testimonios por su fallecimiento se acumularon a lo largo de la jornada, tras la noticia de su muerte. Han sido significativos los procedentes de la Isla Bonita, en primer lugar del club en el que sobresalió como uno de sus máximos goleadores, la S.D. Tenisca. Hoy presidida por Jorge Galván, con apenas dos años en el cargo, se apresuró a manifestar ayer públicamente su condolencia. “Aunque por mi juventud no tuve la suerte de verle como futbolista, poseo las mejores referencias suyas como deportista y como persona, de modo que compartimos con su esposa y familia el pesar por la desaparición”, comentó.
Más sobrado de recursos a la hora de opinar sobre la trayectoria futbolística del fallecido se muestra Blas Pérez Pérez, directivo y secretario en diversas ocasiones de la S.D. Tenisca desde 1967, durante más de dos décadas, y descendiente, además, de Blas Pérez Casaña, uno de los fundadores del club.
Antonio Brito, con la indumentaria del Tenisca/LP-DLP
“Toño protagonizó una de las etapas históricas, siendo campeón insular y también de la Primera Categoría regional canaria en 1965. Acreditó un extraordinario olfato para el gol, convirtiéndose en uno de los rematadores más eficaces del Tenisca. Conformaba una delantera homologable con los “cinco magníficos” del Real Zarazoga, si me permite la comparación. Estaba integrada por Francisquito, Reinaldo, Toño Brito, Fredy y Pepe Conde”, rememora con entusiasmo y nostalgia.
Su eficacia goleadora quedaría sellada tempranamente cuando, sin haber cumplido los 18 años, debutó con el Tenisca y en un partido frente al CD Argual en los Llanos de Aridane, marcó siete de los nueve goles que dieron el triunfo a su equipo sobre el rival, apuntó Blas Pérez como anécdota.
Pepe Conde, médico urólogo, y antiguo compañero en aquella delantera, hoy con 77 años, no disimula su emoción, lloroso a través del teléfono, y desde Santa Cruz de la Palma, por la pérdida de quien consideraba un amigo desde la infancia: “Vivíamos incluso en la misma calle. Y luego triunfamos y compartimos muchas satisfacciones en el Tenisca, formando parte de una delantera que deleitaba casi siempre a los aficionados al buen fútbol. Confrontamos con los grandes y célebres clubes en categoría regional de la época. Conservamos bonitos recuerdos de nuestros enfrentamientos al Artesano, Firgas, Arucas, Sporting San José y UD Guía, todos ellos de Gran Canaria. También nos medíamos a los tinerfeños, obteniendo una victoria memorable por 5-1 sobre el Puerto Cruz, entonces un conjunto de solera. Firmamos la goleada los cinco delanteros de entonces: Francisquito, Reinaldo, Toño, Fredy y yo, que tenía la posición de extremo izquierdo”.
En clave de resumen, subraya que su amigo y compañero Toño, con el que coincidió también un año estudiando en la facultad de Medicina de la universidad de Cádiz, era “una excelente persona y mejor futbolista. Lamento muchísimo su muerte”.
Un infortunio –de salud, según sus allegados- obligó a Antonio Brito a abandonar la universidad gaditana y trasladarse luego a Venezuela, reclamado por su padre que seguía allí establecido, y donde orientaría su vida más tarde como empresario comercial. En el nuevo destino sudamericano conoció a la que sería su esposa, natural de Guía de Gran Canaria, Teresa Díaz Jiménez, con la que contrajo matrimonio en diciembre de 1971 en Caracas. Tuvieron dos hijos, Patricia y Christopher.
Al cabo de más de una veintena de años, con residencia primero en la capital venezolana y después en Isla Margarita, regresaron a Canarias. Tras una breve etapa en Tenerife, su último periodo ha transcurrido en la ciudad guiense, en la que Antonio Brito Martínez ha terminado falleciendo. Curiosamente ha sucedido después de haber logrado disfrutar, pese a su precaria salud, siguiendo por televisión todos los triunfos de la selección española en la Eurocopa 2024, hasta la victoria en la final por 2-1 sobre Inglaterra.
La penosa circunstancia de su óbito aconseja finalmente sumarme a compartir y expresar el sentimiento de pesadumbre a su esposa, a sus hijos y demás familia, extensivo en concreto a María del Rosario y Carmen Elvira Brito Martínez, hermanas del fallecido ex futbolista y empresario de origen palmero. Descanse en paz.
* Publicado en La Provincia el 20 de julio de 2024.
Foto: Amado Moreno junto a Roberto Moreno, posando delante de dos de los retratos expuestos en el rectorado de la Universidad de Las Palmas
Cuelga en el rectorado del centro más de sesenta retratos de personas isleñas, colmados de luz y colores
Su exposición de más de sesenta retratos de personas de la sociedad grancanaria, conocidas su mayoría por su función pública, ofrece “la pintura no como objeto de contemplación, sino como objeto de la acción personal”
La muestra artística del científico Roberto Moreno (Gáldar, septiembre 1939) en el rectorado de la universidad de la capital grancanaria, inaugurada al comienzo del presente mes de febrero, camina hacia su última semana para ser clausurada el próximo viernes. El cierre se producirá un día después de que la visiten los miembros de la comunidad científica internacional que se reúnen en el Museo Elder a partir del lunes para la cita de Eurocast (Congreso Internacional sobre Teoría de Sistemas y Computadores), un evento impulsado también desde hace décadas por el inquieto investigador, Premio Canarias de Investigación 1985.
Su exposición de más de sesenta retratos de personas de la sociedad grancanaria, conocidas su mayoría por su función pública, ofrece “la pintura no como objeto de contemplación, sino como objeto de la acción personal”, en opinión de Lluís Serra, rector de la ULPG. Valora que Roberto Moreno “con paciencia y mano de orfebre ha sido capaz de reflejar no solo los rostros de muchos de quienes compartimos con él esta santa casa (la Universidad), sino también sus almas. Sus retratos nos ofrecen al trasluz un acercamiento a la psicología del retratado”.
La muestra, que se extiende a través de las salas Lola Massieu, Juan Hidalgo y Clara Muñoz de la sede rectoral, destaca por su luminosidad y colorido, además de la percepción singular del autor, inquieto creativo sin pretensión de deformar la imagen del sujeto artístico para alcanzar el logro expresivo que persigue, centrándose especialmente en ojos y rostros. Con humildad pero también con rotundidad, Roberto Moreno confiesa abiertamente que es un autodidacta en materia artística, formado día a día en el “autoaprendizaje”. Una tenacidad y disciplina que lejos de empujarlo a la imitación o copias, estimulan más su afán creativo y al que nunca renuncia cuando emprende sus retratos, o cuando afronta otros objetivos con su pintura.
Orillada por un momento su pasión por la ciencia y tarea investigadora en su otoño vital , Roberto Moreno explica esta manifestación artística con la que ha sorprendido a propios y extraños, declarando que “el arte universal es una vía de comunicación simbólica de alto nivel entre humanos, que no necesita intérpretes”. Este y otros mensajes dispares se deslizan en algunas de las obras expuestas al público para poner de relieve también el pensamiento o filosofía del propio autor. “Una mujer bien vestida, a pesar de que su bolso está dolorosamente vacío, puede conquistar el mundo” reza en otro retrato y lienzo de una joven.
Javier Cabrera, comisario de la muestra, apunta que se hace cada vez más evidente en el arte que brinda esta vez Roberto Moreno “una alusión al Bosco”, aunque en buena parte será la pintura contemporánea la que se traiga al contexto de muchas de sus piezas, para seguidamente considerar que hay igualmente pruebas “que abarcan desde el guiño al Expresionismo (…) al tiempo que fondos de composición traídos del neoplasticismo”.
Acreditado todo lo anterior, cabe concluir que la explosión artística no impide tampoco en este caso a Roberto Moreno aprovechar un resquicio para reiterar su fervor por la investigación y su interés por la pintura. Sentencia con breve texto en inglés junto a la figura femenina de uno de sus retratos que “cuando la religión, la superstición y el esoterismo se desvanecen, la ciencia y el arte son las opciones”.
*Publicado en La Provincia el 24 de febrero de 2024
DESCARGAR EJEMPLAR DE LA PROVINCIA
La popular y veterana emisora de radio "Radio faro del Noroeste" sigue su proyección hacia una mayor ampliación de su cobertura.