Si la economía azul mundial fuera un país, sería la séptima economía más grande del mundo. Es un segmento económico que incluye sectores como la pesca, la acuicultura, el transporte marítimo, el sector portuario, la biotecnología marina, el turismo costero y las energías renovables marinas, entre otros

Pero la importancia de la economía azul no se puede medir solo por el volumen de negocios, los puestos de trabajo o el valor añadido. Los mares y océanos no solo son el activo más importante de la economía azul, sino que también producen la mitad del oxígeno mundial y son uno de los principales sumideros naturales de carbono. Estamos ante un gran eje de oportunidad que será testigo y escenario de la mayoría de los avances que deberán posicionarnos en sostenibilidad, innovación, soberanía alimentaria, cohesión e inclusión social.

En estos últimos años hemos demostrado que la apuesta del Cabildo por el crecimiento azul es indudable. El modelo de ecoísla que defendemos solo se puede entender si dirigimos nuestra mirada hacia el mar como un recurso clave para nuestra diversificación económica. Estamos convencidos de que el sector marino-marítimo desempeñará un papel crucial en la descarbonización de Gran Canaria, especialmente a través de la energía renovable marina a partir de tecnologías como la eólica, la undimotriz, la mareomotriz o la solar que deben desarrollarse con el máximo respeto al paisaje, las actividades tradicionales de pesca o los deportes náuticos.

El Cabildo de Gran Canaria ha apostado por apoyar con subvenciones directas a las entidades locales que desarrollan actividades de I+D en el medio marino. En este sentido destaca la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN) que recibe 450.000€ para la contratación de tecnólogos altamente especializados para el desarrollo de proyectos de I+D+i en colaboración con empresas.

Junto con el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), y el Centro Demostrador de las TIC para la Innovación Turística (CDTIC) estamos desarrollando diversas iniciativas por valor de 12,5 millones de euros para proyectos tecnológicos innovadores en materia de desalinización de agua marina, uno de los principales retos que afrontamos en unas islas que dependen de la desalación para su subsistencia.

Por otra parte desde el Cabildo hemos contribuido con 1 millón de euros a potenciar el talento científico-técnico de jóvenes en formación e investigadores con experiencia vinculados a los departamentos de aguas, energías renovables y biotecnología y hemos subvencionado al ITC con 700.000€ con el fin de desarrollar actuaciones vinculadas al Departamento de Biotecnologías para la gestión de insumos, la producción y el procesado de microalgas marinas una de las actividades vinculadas al mar con mayor futuro.

En breve esperamos poner en marcha con el ITC el equipamiento de un banco de datos para la medición del recurso eólico y condiciones meteoceánicas en los parques eólicos experimentales de Gran Canaria, situados en el mar, dotado con 500.000 euros y además destinaremos otros 600.000€ para el equipamiento de un banco de ensayos que busca soluciones experimentales en la valorización de salmueras de plantas desaladoras de agua de mar en Gran Canaria.

La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria juega un rol fundamental en la generación de conocimiento aplicado en diversas áreas de la Economía azul de extrema importancia para facilitar la transferencia a la sociedad a través de proyectos de I+D en colaboración con el sector empresarial. En este sentido, el Cabildo ha contribuido a través de subvenciones por importe de más de 2.200.000€ en los últimos 3 años a potenciar el talento local y la mejora de las infraestructuras y equipamientos en diferentes áreas, especialmente aquellas vinculadas a la iniciativa BIOASIS Gran Canaria para el desarrollo del sector de la biotecnología azul y la acuicultura.

BIOASIS Gran Canaria es la iniciativa del Cabildo que ofrece oportunidades no solo en alimentación humana a través de la acuicultura sostenible con baja huella de carbono, sino también a través de otras aplicaciones como la nutrición, la cosmética o los nuevos materiales, así como la enorme contribución a la descarbonización y la circularidad de la economía local.

Para ello, a través de la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria (SPEGC) se ha puesto en marcha la Incubadora de Alta Tecnología en biotecnología azul y acuicultura con una inversión global que asciende a 3.000.000 de euros, de los que 1.112.000€ han sido financiados a través de fondos europeos gestionados por la Fundación INCYDE. El objetivo de esta infraestructura singular es la de facilitar a las empresas su implantación en Gran Canaria de manera ágil y simplificada. El puerto de Taliarte, con una inversión de más de 14 millones para su modernización está llamado a ser uno de los grandes polos estratégicos de investigación y desarrollo para la potenciación de la economía azul en la isla.

El tema de la edición del Foro Gran Canaria Economía Azul, celebrado hace unos días en Gran Canaria, fue el de la digitalización en los puertos. El transporte marítimo y los puertos no sólo mantienen unida a la economía mundial, sino que, además, suponen un ecosistema complejo donde interactúan múltiples cadenas de valor que se comunican y se influencian mutuamente en materias industriales, energéticas y alimentarias.

De todas las cuestiones y desafíos marítimos, la digitalización portuaria es uno de los más cruciales, por cuanto tiene la capacidad no solo de resolver problemas inmediatos, sino también por su capacidad de permear, replicar y escalar soluciones hacia otros problemas portuarios, algunos incluso sin identificar. Así pues, podemos afirmar sin ningún género de dudas que ha llegado la hora del desarrollo de los “puertos inteligentes”. Un puerto inteligente es aquel que utiliza automatización y nuevas tecnologías para mejorar su rendimiento, pero también para generar una mayor democratización del dato y de la gestión de las operaciones.

Las oportunidades que presenta son claras: un sistema interactivo para monitorear y gestionar todas las actividades portuarias, con control total sobre toda la industria logística. Si la infraestructura portuaria se digitaliza correctamente, la eficiencia, la seguridad y la rentabilidad irán de la mano. Además, es una transición que necesitamos contemplar en el contexto global de cambio climático, cambio en el consumo de energía y la innovación tecnológica, por ejemplo.

Los puertos pueden ser aceleradores o cuellos de botella en la economía de un territorio. En el caso de Gran Canaria, contamos con un puerto bien posicionado geográficamente, con una infraestructura física robusta, una comunidad involucrada y ágil y la confianza de la industria marítima global. Si queremos que nuestro puerto sea además un acelerador digital, debemos apostar por la inversión en innovación tecnológica y generar nuevos campos de trabajo conjunto entre nuestra comunidad portuaria y nuestra comunidad digital.

El Cabildo de Gran Canaria impulsa también a través de la SPEGC tres iniciativas que pretenden desarrollar un ecosistema innovador en el Puerto de las Palmas: el Programa SmartPort Gran Canaria, que busca la aceleración de ideas innovadoras para el sector portuario; la Incubadora de Alta Tecnología en Inteligencia Artificial y Datos aplicados a entornos marino-marítimos y el desarrollo del PortCentre, con dos centros empresariales dentro del recinto portuario, que más allá de su presencia física, supondrá un foco para el encuentro y creación de ideas para el sector.

En definitiva, la economía azul es sin duda alguna, una de las principales oportunidades que tenemos de diversificar nuestro modelo de desarrollo, para hacerlo más sostenible, innovador y generador de empleo de calidad. Por ello, el Cabildo de la mano de instituciones científicas y empresas está invirtiendo para convertir a la isla en un referente de esta nueva economía.

El tomate ha sido sin duda uno de los productos clave para la economía canaria en el último siglo y medio. Su cultivo y exportación no solo han sido factores determinantes del desarrollo económico de Canarias sino que influyeron decisivamente en la configuración de las dinámicas sociales y poblacionales de muchas zonas de las islas, como es el caso de Agüimes y el sureste de Gran Canaria, de dónde provengo, o de La Aldea.

Todo empezó cuando a finales del siglo XIX los ingleses decidieron comenzar a plantar en Canarias esta hortaliza para su exportación. Se generalizó así el consumo de un producto que hasta entonces no era tan común. Su cultivo pasó por varias fases, aunque especialmente importantes fueron los años 50 del siglo pasado en los que tras la Segunda Guerra Mundial su plantación experimentó un gran crecimiento.

Familias enteras se desplazaban desde el interior de la isla a las zonas de cultivo para hacer la campaña del tomate. Incluso llegaban desde otras islas como Fuerteventura, hecho que ha quedado reflejado en algunos topónimos del Sureste de Gran Canaria, como Las Majoreras en Ingenio, llamado así por el lugar en el que residían durante la campaña las mujeres que llegaban desde la isla vecina a trabajar en la plantación y empaquetado de tomate.

El otro hito histórico importante en la historia de esta plantación es la entrada de Canarias en la Unión Europea en 1986. Hay que tener en cuenta que el 80% del tomate se destina a la exportación, por lo que la entrada en el mercado único implicó cambios estructurales, así como las subvenciones derivadas de la Política Agrícola Común (PAC).

Aún hoy, el cultivo de tomate sigue teniendo un importante papel en Gran Canaria, especialmente en municipios como La Aldea. En la isla, 3.500 familias trabajan de manera directa en esta actividad y contamos con 500 hectáreas de cultivo repartidas entre 10 municipios. En Gran Canaria 6 empresas producen 65.700 toneladas de tomates y pepinos, de las cuales 45.700 se dedican a la exportación a Reino Unido, Europa Central y Escandinavia.

No obstante, pese a la importante historia y presencia del tomate en Canarias, la exportación hortofrutícola en este archipiélago, y fundamentalmente en Gran Canaria, lleva más de una década en recesión. En este tiempo se ha perdido el 75% de la superficie de cultivo destinado a la exportación y más del 50% de las empresas y cooperativas que se dedican a ello. El sector ha dado la voz de alarma en reiteradas ocasiones, trasladando a las instituciones la situación agónica que está sufriendo, con el fin de buscar alternativas y tomar decisiones efectivas para evitar su desaparición.

Las claves de la recesión son fundamentalmente la competencia desleal, el incremento de los costes de producción y las plagas que afectan al cultivo. La competencia viene principalmente de Marruecos, país que además tiene un acuerdo preferente con la Unión Europea, pero también de Turquía, Egipto y países del Magreb. Por otra parte se ha producido un aumento desorbitado de los costes de producción (insumos, fertilizantes, embalajes, etc.) y del transporte, sin poder repercutirlos en los precios de venta, que además se suman a los ya de por sí altos costes estructurales que tiene la comercialización en Canarias.

Por último, el tomate ha sufrido las consecuencias de la aparición de recientes plagas y virosis como el daño producido por el mildiu (mancha negra) a inicios de año o el temido “rugoso del tomate” que ya se ha notificado en Murcia y Andalucía. Además, la tropicalización del clima de Canarias como consecuencia del cambio climático parece apuntar a un aumento a corto plazo del riesgo de virus y plagas.

A estos elementos estructurales se han sumado otros factores más coyunturales como la implantación del Brexit, con la consiguiente pérdida de las ayudas necesarias para continuar exportando a este importante destino y la devastación del COVID desde el pasado mes de marzo de 2020, que afectó de lleno a la campaña 20/21.

Por todos estos motivos el pasado día uno de diciembre mantuve una reunión con la Federación De Exportadores Hortofrutícolas de la Provincia de Las Palmas (FEDEX) en la que abordamos el sombrío futuro del tomate en Gran Canaria. Es imprescindible impulsar un proceso de reconversión – como se ha hecho con distintos sectores económicos en el conjunto del estado español - que permita mantener la actividad en el sector primario insular, bien con la continuidad de los productos tradicionales o bien diversificando la oferta. Permitirá no solo proteger la actividad, el empleo, la logística y la distribución, sino también la reputación, la tecnificación, la eficiencia y la experiencia consolidadas durante tantos años. En el mismo acto solicité una reunión urgente al Presidente de Canarias para avanzar en esta propuesta. Se trata de mantener una agricultura que necesita para su producción un 60% de mano de obra y que es clave, por tanto, para el empleo, la economía y la industria local.

Es más, lo conveniente sería diversificar y no apostar el futuro del sector a una sola carta. La experiencia de nuestra agricultura y algunos cultivos experimentales llevados a cabo en la Granja del Cabildo de Gran Canaria nos señalan algunos caminos posibles. El primero y más obvio pasa por cultivar aquellos productos que todavía se importan pero que se podrían dar en Canarias. Asimismo se podrían reforzar los cultivos ya existentes de frutas tropicales como papayas, fruta de la pasión, etc, aunque cuentan con el inconveniente de que, en la mayoría de los casos, son frutas con poco consumo y demanda en los países a los que exportamos.

También se podrían introducir nuevos cultivos como los arándanos y los frutos rojos en general ya que las pruebas hechas en la Granja Experimental señalan que algunas variedades serían viables en la isla, con un consumo de agua muy moderado y con la ventaja de que es un producto con una gran demanda en Europa a lo largo de todo el año. Caben también posibilidades como el cannabis medicinal o las algas.

Por la dimensión de la reconversión de la que estamos hablando y las graves consecuencias que puede tener sobre el empleo, la cohesión social y el desarrollo de nuestra agricultura, este es un plan que debe implicar al sector y a todas las instituciones, empezando por el Ministerio de Agricultura, que debe aportar fondos, así como el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Gran Canaria y los ayuntamientos de los municipios que cuentan con más hectáreas de cultivo, cuya experiencia y conocimiento de la realidad social y económica es imprescindible.

No se trata, por tanto, de insistir en las ayudas al tomate, que también, pero que no dejan de ser un parcheo. Es ineludible entonces que se avance en la creación de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) del tomate canario y que se cree urgentemente una mesa de trabajo que profundice, sin dilación, en la reconversión de un sector indispensable para la diversificación de nuestra economía. El Cabildo de Gran Canaria lo considera estratégico y se volcará en ello para hacerlo posible.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

Es curioso que esta sociedad siga teniendo la capacidad de sorprenderse ante lo obvio. Se publican las últimas cifras de la pandemia y ante el aumento de los contagios se produce una especie de asombro colectivo. ¿Pero de qué nos vamos a asombrar si está sucediendo lo que es previsible?

Hay una nueva variante, ómicron, que ha venido a sustituir a la “vieja” variante, delta. El coronavirus está mutando libremente en el mundo y aunque nos demos prisa con las vacunas vamos corriendo detrás de una enfermedad contagiosa terriblemente eficaz. Y si no se produce un comportamiento responsable de la gente, si no nos cuidamos a nosotros y cuidamos a los que más queremos, nos estamos arriesgando a contraer la enfermedad por muchas campañas y muchos esfuerzos que hagan las administraciones públicas.

Los países más ricos se han olvidado de que no vale de nada vacunar a todos sus ciudadanos si la otra mitad del planeta sigue abandonada a su suerte. Hay una terrible realidad en muchas zonas pobres de nuestro mundo. No solo porque no disponen de vacunas, sino porque la dispersión de la población en pequeños núcleos rurales hace muy difícil una vacunación masiva o incluso porque no hay electricidad disponible para conservar los viales a la temperatura que se necesita. Pero, claro, si no hemos querido evitar que la gente se muera de hambre y sed, ¿de qué nos vamos a sorprender ahora?

Cuanto más sabemos del coronavirus, más nos lleva a la conclusión de que nos enfrentamos a un enemigo enormemente peligroso y resistente. Esta no es una batalla que vamos a ganar en unos pocos meses y a olvidar como una pesadilla superada. Como un volcán apagado. Es una amenaza real que todavía está aquí y que estará durante mucho tiempo entre nosotros.

Mientras la ciencia busca soluciones —un tratamiento efectivo contra los efectos del coronavirus, que parece cada vez más cercano— la única vía que nos queda es la vacunación y mantener viva la economía, el comercio y la actividad social, aplicando determinadas reglas de protección y algunas limitaciones. No existe una varita mágica para hacer otra cosa. Si abres la mano y relajas las medidas de protección, los contagios crecen. Si cierras la mano y aumentas las medidas de restricción, la economía se resiente y crece la pobreza. Y así nos vamos moviendo entre la espada del virus y la pared de la recesión.

Las cifras en Canarias empiezan a ser muy preocupantes. Tanto que posiblemente lleven al Gobierno a endurecer las limitaciones a la interacción social. Nos enfrentamos a unas fechas navideñas que suponen viajes y encuentros familiares. Hijos que regresan de otros lugares para ver a sus padres. Familias que viven dispersas y que se reencuentran en sus raíces en estas fechas. ¿Quién puede evitar todo esto? Nadie. Pero el riesgo que estamos asumiendo es terrible. Y quienes único pueden evitar que el virus se nos vuelva a ir de las manos son las personas, a nivel individual.

Hay que pedirles a todos los que queremos que nos ayuden a proteger a los mayores de la casa. Hay pruebas que nos permiten estar seguros de que no somos portadores del virus. Y hay normas que sabemos que debemos cumplir. Que podamos contener el virus en estas fechas está en el ámbito de la responsabilidad de todos y cada uno de nosotros.

No es descabellado pensar que una conducta irresponsable nos haga retroceder a épocas donde los contagios obligaron a las autoridades sanitarias a adoptar medidas extremas. Por toda Europa estamos viendo los efectos terribles de una nueva ola del virus.

Les deseo a todos paz y amor en estas próximas fechas. Pero también les pido mucho cuidado. El enemigo sigue aquí, entre nosotros, y se alimenta de la imprudencia. No le hagan un sitio en su mesa de Navidad.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de La Gomera y portavoz de ASG en el Parlamento de Canarias

En Canarias, desde hace años, vivimos el drama humano, social y económico del desempleo juvenil. España lidera la mayor tasa de paro entre menores de 25 años en toda la Unión Europea, con un 38,38%, y según la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre, en Canarias el 56,24% de las personas con menos de 25 años está sin empleo, después de haber superado el 60% en las fechas posteriores a la pandemia.

Son unas cifras insostenibles desde el punto de vista humano ya que son miles de proyectos vitales postergados por falta de condiciones materiales. Pero también es insostenible social y económicamente puesto que estos jóvenes siguen dependiendo económicamente de sus padres o familias, aumentando la fragilidad de los hogares canarios. Estamos excluyendo del mercado laboral a personas en la mejor edad para la adquisición de competencias profesionales. Del mismo modo se genera un problema de futuro ya que la incorporación tardía al mercado laboral se traducirá en salarios más bajos, menos estabilidad, más precariedad, menos ahorro, inversión y/o consumo y probablemente pensiones más bajas.

Pero la situación también afecta a jóvenes de mayor edad, que se encuadran dentro de la conocida como la “generación de las dos crisis”. Son las personas que se incorporaron al mercado laboral coincidiendo con la crisis financiera de 2008 y que ahora han vuelto a sufrir las peores consecuencias económicas de la pandemia global. En 2008 fueron los primeros en perder el trabajo o directamente no lo encontraron, produciéndose una importante migración a otros países de la Unión Europea y en muchos casos la realización de trabajos para los que estaban sobrecualificados.

Es más, si miramos los datos de paro de la franja de edad en la que se incluye la mayor parte de esta generación (25-34 años) vemos que es del 24,8%, una cifra extraordinariamente alta y que está detrás de muchos fenómenos como por ejemplo la baja natalidad. También supone un hándicap para el desarrollo profesional, alcanzar puestos de responsabilidad o conseguir ahorros con los que emprender o afrontar inversiones.

En Canarias el desempleo juvenil está fuertemente ligado a la falta de formación. Del colectivo juvenil canario que está en situación de desempleo, el 93% solo tiene estudios primarios o secundarios, mientras que el 4,1% cuenta con formación profesional y el 2,8% con cualificación universitaria. Es evidente que es necesaria una apuesta decidida por la formación profesional y por programas de cualificación que permitan a estas personas acceder en mejores condiciones al mercado laboral.

Pero pese a sufrir menor tasa de desempleo, los jóvenes con formación superior también se enfrentan a otro tipo de problemáticas, fundamentalmente la de encadenar prácticas no remuneradas (o escasamente remuneradas), la realización de trabajos para los que están sobrecualificados y dificultades a la hora de conseguir un primer empleo. Las empresas suelen exigir un mínimo de experiencia que no les es posible conseguir en el mercado generando un círculo vicioso del que es difícil salir.

Éste mismo mes se han incorporado 119 personas a trabajar en el Cabildo de Gran Canaria a través del Programa Nuevas Oportunidades de Empleo (NOE) cuyo objetivo es dar una primera experiencia laboral a personas con titulación universitaria o de formación profesional en situación de desempleo. Durante 12 meses, mediante un contrato de prácticas, desarrollarán diversas actividades en el Cabildo de Gran Canaria recibiendo una remuneración del 75% del salario fijado para el puesto que van a desempeñar.

Además se incorporarán también ocho tutores y seis personas de apoyo técnico, por lo que en total supone la contratación de 119 personas. El proyecto tiene un presupuesto de 4,2 millones de euros, de los cuáles el 78% está financiado por el Servicio Canario de Empleo y el 22% restante por el Cabildo de Gran Canaria.

Durante la duración del contrato también reciben un plan de acompañamiento basado en acciones formativas centradas en habilidades sociales y de comunicación, igualdad de oportunidades, trabajo en equipo o competencias digitales así como algunas específicas relacionadas con los diferentes puestos desempeñados.

De esta manera se consigue que estos jóvenes adquieran competencias y capacidades profesionales así como experiencia que les permita su posterior integración en el mercado laboral al tiempo que reciben un salario digno que les permite ser autónomos. Son muchos los casos en los que hemos podido comprobar cómo poco tiempo después de terminar su estancia en el Cabildo tardan apenas unos meses en encontrar un trabajo en el sector privado.

No obstante el Cabildo, a través de la Consejería de Empleo y con la financiación del Servicio Canario de Empleo y en ocasiones de los ayuntamientos, también viene desarrollando un importante número de planes y programas de empleo para atender a las necesidades de la juventud grancanaria con menor cualificación y en general de todos los colectivos con dificultades de inserción y/o acceso al empleo.

Gracias a los diversos planes de empleo (con ayuntamientos, para la restauración de las consecuencias del incendio, los planes de garantías social, etc.), los incentivos a la contratación de personas desempleadas o los planes de garantía juvenil, el Cabildo de Gran Canaria ha conseguido desde 2019 la contratación de 4432 personas, una parte importante de ellas jóvenes. Además habría que sumar a las aproximadamente 180 personas beneficiarias de las “Lanzaderas de empleo” un programa para relanzar la búsqueda de empleo de las personas en paro.

En conjunto, el Cabildo de Gran Canaria ha invertido desde 2019 casi 20 millones de euros en las actuaciones destinadas a proporcionar un empleo a personas en situación de desempleo, a incentivar la contratación por parte del sector privado y los ayuntamientos, y a actuaciones cuyo objetivo es mejorar la inserción y facilitar la búsqueda de un trabajo a personas y colectivos con necesidades específicas, con el foco puesto especialmente en los y las jóvenes.

Se trata de un esfuerzo ingente para ayudar a atajar el que sin duda es uno de los principales problemas sociales de Canarias y que está en el germen de otros muchos: las más de 200.000 personas que quieren trabajar pero no encuentran un trabajo y una de las tasas de desempleo juvenil más altas de Europa.

Por supuesto se trata de un problema estructural que solo encontrará una solución estable a través del cambio de modelo productivo para avanzar hacia uno con mayores cotas de sostenibilidad, soberanía (alimentaria, hídrica y energética) e innovación, así como planes formativos adaptados a esta nueva realidad. Pero mientras construimos ese modelo tanto desde el sector público como desde el privado, tenemos que dedicar todos nuestros esfuerzos a generar nuevas oportunidades de empleo.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

La mayoría de las ciudades ya están preparadas para las fiestas navideñas y las próximas semanas estaremos inmersos en una infinidad de estímulos, principalmente luminosos y musicales. ¿Hasta qué punto pueden influir en nuestra decisión de compra?

Música y consumo

Vivimos en un entorno lleno de estímulos y nuestro cerebro solamente procesa conscientemente una parte de ellos. Estos estímulos pueden originar cambios de nuestras constantes fisiológicas y emociones, repercutiendo a su vez en nuestra conducta. Aquí es donde el marketing, bajo la denominación de marketing sensorial, intenta influir en el potencial consumidor facilitándole bien el recuerdo de una marca o un producto, o una rápida decisión de compra, consiguiendo así un incremento de ventas para mejorar las cuentas de resultados.

En realidad, no es tan novedoso. Solemos hacer nuestras compras allí donde nos gusta más, ya sea porque nos atienden amablemente, porque su iluminación es muy adecuada, porque el aroma del ambiente nos gusta y/o porque el hilo musical que ameniza el establecimiento coincide con nuestros gustos personales. El neuromarketing, a través de determinadas herramientas procedentes de la neurociencia, lo analiza y evalúa.

Decisiones inconscientes

Hasta hace bien poco estábamos convencidos de que todas nuestras decisiones, especialmente las importantes, se tomaban en estados plenamente conscientes y por eso valorábamos una y otra vez sus pros y contras, para evitar en la medida de lo posible equivocarnos. Pero unos años atrás, los renombrados neurocientíficos Antonio Damasio y Joseph LeDoux indicaron que la toma de decisiones no era un proceso racional y que predominaban las componentes emocionales.

Se estima que entre un 85 % a 95 % de las decisiones de compra son inconscientes, por lo que son las emociones las que dirigen «la racionalización». Estudios recientes evalúan en tan solo 2,5 segundos el tiempo que se dedica a la toma de decisión de compra y de ellos, el 95 % del tiempo (2,4 segundos) es un proceso inconsciente. Podemos afirmar que «la razón conduce a conclusiones y la emoción a la acción».

Cómo nos afecta la música

Dado que la música afecta de forma muy directa a las emociones, resulta un estímulo adecuado para incidir en las decisiones de compra. Sus efectos dependerán de cada uno de nosotros, pues influyen muchos factores o variables y no hay un algoritmo preciso. De hecho, es un proceso probabilístico. Si no fuera así, nos comportaríamos como absolutos autómatas, aunque en algunas ocasiones reconozcamos que actuamos así.

De forma simplificada, podemos considerar que la respuesta que ofrecemos a la «música» está modulada por una serie de variables «internas» (personales e individuales) y otras «externas» (parámetros musicales, entorno). Las internas son las relacionadas con nuestra experiencia y vivencias (recuerdos, gustos personales, expectativas ante lo que escuchamos, estado anímico…), todo lo que nos diferencia e identifica individualmente. En cuanto a las externas, incluimos principalmente a los parámetros musicales (ritmo, melodía, armonía, tonalidad, timbre, dinámica…) y a las características del entorno en el que en ese momento me encuentro. Por ello, la respuesta o afectación siempre es individual, aunque estadísticamente puedan derivarse determinadas conclusiones al respecto.

La música en los establecimientos comerciales

Las grandes cadenas de ventas al por menor intentan controlar el máximo de detalles del ambiente, adecuándolo para que pueda generar estados de ánimo que impacten positivamente en la experiencia del consumidor y, la ambientación musical es uno de ellos.

Los estudios de neuromarketing indican cómo pueden afectarnos, entre otros, el género musical, el tempo y el volumen de reproducción musical. Mediante el género musical puede seleccionarse el “target” deseado del público objetivo. Con el tempo, se influye en la rapidez o lentitud de las decisiones, así como en un mayor o menor tiempo dentro del establecimiento comercial. Y, con el volumen, atraemos o rechazamos al público deseado, a la vez que afecta a la atención y concentración que podemos prestar, por ejemplo, a los precios, e incita a tomar decisiones rápidas. Estos conceptos se exponen, ampliamente, en mi último libro Pero...¿qué le hace la música a mi cerebro? Neuromarketing, consumo y branding”

Así que ya lo sabes. Si al regresar de tus compras navideñas, ya tranquilamente en casa, te tomas la molestia de observar lo que has comprado y analizas los factores anteriores, quizás te lleves alguna que otra sorpresa, porque ... .Un día es un día, ¿no?

(*) Jordi A. Jauset. Doctor en Comunicación, Ingeniero y Músico. Divulgador Científico

EL PROBLEMA NO ESTÁ EN MADRID, NI EN BRUSELAS, AUNQUE SEAN PARTE DEL PROBLEMA

El problema del sector primario está dentro del sector, está en cada uno de los pequeños y medianos y de la agricultura familiar. En estos momentos se está más en el cabreo que en la reflexión, y es eso lo peor que les puede suceder en el momento que vivimos. Estamos en un momento crucial del cambio real que se está produciendo. Por eso desde el sector se tienen que reflexionar todas las decisiones que se tomen

Si le echamos la vista al planeta veremos el deterioro que ha supuesto dejar en manos de unas pocas multinacionales el comercio mundial, los organismos internacionales nunca han pensado en y para la mayoría y menos pensar con ellos para mejorar la calidad de vida. Queda claro unos pocos deciden por unos muchos y con miedos. Y precisamente eso, es lo que está pasando en esta España agrícola, que unos pocos deciden los beneficios que les tienen que llegar a los pequeños y medianos agricultores, con el único fin de abandonen, esa es la finalidad, son tan insolidarios, que solamente les preocupa hacer caja, pero en este caso con más elementos, el poder que significa ser los dueños de la alimentación del planeta.

África se vende, las grandes multinacionales y muchos países se han puesto en marcha y compran miles de hectáreas, ( una sola empresa 700 mil). Eso da idea de las falsedades que se dicen cuando se habla de la ayuda al desarrollo de un continente tan rico y tan expoliado como el africano, las ayudas nunca llegan a la base de su población, siempre se pierden en el camino salvo las de algunas ONGs comprometidas con la salud, pero que todos los días nos dicen a la cara lo que sucede en ese continente. Lo único que llega con claridad meridiana son las armas para que se sigan matando entre ellos, África sigue colonizada desde que llegaron los primeros colonos europeos, lo único que ha cambiado son las formas pero no el fondo de seguir generando esclavos.

Allí siguen los grandes terratenientes holandeses, belgas, franceses y otros, a los que ahora se les une las grandes corporaciones americanas de la alimentación dueños también de las semillas y de los pesticidas. Pero la población occidental solamente se queda con dos cosas, " Qué pobrecitos " y " Qué pena me dan ". Eso es con lo que se queda la sociedad occidental, como se ve una actitud muy pobre que revela algo más que la insolidaridad manifiesta de muchos, está demostrando la decrepitud de los valores éticos y morales del ser humano como tal. Y en esto tienen mucho que ver los medios de comunicación occidentales que no denuncian la veracidad de tal situación, lo que demuestra una vez más al servicio de quienes están esos medios de gran difusión, evidentemente al servicio de los que les pagan.

Un ejemplo de lo que digo. Hace muy poco el presidente de la comunidad valenciana acompañado de miembros de su gobierno fue a Bruselas para plantear varias cosas, entre ellas, que los cítricos de Sudáfrica tuvieran el mismo trato que se exige a otros, que su transporte respetara la cadena de frío y el tratamiento fitosanitario que se exige a los cítricos españoles. Lo que le dijeron fue, que Sudáfrica no podía soportar económicamente la cadena de frío, pero qué casualidad, Sudáfrica si lo hace con EE.UU, y en cuanto a los fitos sanitarios no les gustó el tema, y como contrapartida dijeron que Sudáfrica era muy importante para Europa dada su condición geopolítica.

Y mientras por Holanda entran y venden más cítricos que España. Lo cual da a entender la preocupación que sienten los altos funcionarios, La Comisión Europea y la inmensa mayoría de los parlamentarios por la seguridad alimentaria y la soberanía de los europeos. Hay un dato revelador que pienso que nos debería preocupar y en la medida que se pueda ocupar. Siendo África un continente tan rico en agricultura y muchísimas riquezas más, ¿ Cómo es posible que tenga tantas necesidades vitales y que muchos de sus habitantes pasen hambre ? Sabiendo que de ese territorio salen millones de toneladas de alimentos todos los años.

Lo mismo sucede en la Ámerica de habla hispana, la derecha española y parte de la izquierda, se siente dueña y por consiguiente se sigue creyendo vigilante de de la libertad de esos pueblos y naciones, por eso mandan observadores para las elecciones que hacen informes que en su gran mayoría no respetan lo que esos pueblos han votado, siempre ponen peros a la legitimidad de los elegidos. Y que casualidad nunca ponen peros a los que fraudulentamente salen elegidos como el caso de Bolsonaro en Brasil, los peros siempre van encaminados a los gobiernos de izquierdas, o lo que es igual las democracias tienen que ser a su estilo o de lo contrario son dictaduras filocomunistas.

Pero no es la democracia lo que les importa a estos lacayos, lo que de verdad les importa es el negocio que las grandes corporaciones puedan dejar de hacer. Eso a mi entender es lo que hay en el fondo, esos lacayos miran al África y a la América latina no de igual a igual, lo miran como cuando eran esclavos, su actitud siempre es prepotentemente de magna superioridad, hasta tal punto que son capaces de poner sanciones sangrantes para la población para se subleven contra los elegidos por el pueblo, y que esos sean los que se llaman demócratas es como para empezar a pensar a quienes se vota.

Todos eso que he comentado anteriormente, es lo que nos afecta a todos, pero en especial al sector primario y por consiguiente a la soberanía y seguridad alimentaria de Europa. Por eso digo que el problema no está en Bruselas solamente, el problema a mi entender está en el sector, sobre todo en los pequeños y medianos y en los de la agricultura familiar, durante muchos años las grandes organizaciones agrarias que son las que van a Bruselas, se sientan en las mesas de negociación en los ministerios y en las consejerías de las comunidades autónomas, esa son las que plantean qué es y qué no se debe hacer, son a los que la administración les reconoce la representatividad legal. Pero el resultado a la vista está, la crisis más la crisis pandémica o al revés, la pandemia ha traído una crisis que como siempre donde más recae es los más débiles en todo. Hace muy poco se ha sacado adelante la Ley de la Cadena Alimentaria, es bueno aclarar una cosa, soy demócrata y no pertenezco a ningún partido, aclarado. Pero en esta ley han sucedido muchas cosas importantes, aparte de los partidos de derechas y de ultraderecha que dice mucho hasta donde están con el sector.

También se opusieron a ella las dos federaciones de cooperativas de España, da mucho que pensar esa actitud sabiendo que lo que se quería por ambas era que se quitara la prohibición de no poder vender a perdidas. ¿ Algún agricultor se le cabe en la cabeza que su producto se venda a pérdidas ? Esa propuesta por parte de los que tienen que defender a sus asociados, como mínimo es muy sospechosa, ¿Qué significa a pérdidas ? ¿ para quién serían las pérdidas ?. Evidentemente es el pequeño y mediano y la agricultura familiar las que más tiene que perder, los costes del que tiene 200 hectáreas de lechuga no son los mismos del que tiene dos o tres, o una que son muchos, por consiguiente los de siempre.

En Canarias la mayoría de los parlamentarios canarios no estuvieron a la altura, y su desconocimiento del sector pero también de la historia y el devenir de los mandamases de ASAPROCAN, siguieron la consigna de la diputada de CC Ana Oramas, y el Parlamento votó a favor de los grandes empresarios plataneros y en contra de la mayoría platanera que son los más y los más perjudicados por ello. Todo eso lo único que se demuestra lo lejos que se está de la realidad cotidiana del sector. Pero no sólo fue el parlamento canario, también fue en el Congreso y en el Senado, los males nunca llegan solos. La solución salomónica fue la buscar un precio medio.

Un ejemplo, en Gran Canaria la hora de agua de 36 mil litros cuesta entre 18 y 24 € en el norte, pero en San Sebastián de La Gomera es gratis, lo mismo que no hay comparación posible entre los precios del agua de las islas verdes que los de Gran Canaria. Se consiguió lo que Asprocan quería, todo muy bien, lo decidieron entre todos los plataneros, no, lo decidieron unos pocos que estaban en la mesa y que las directivas de las cooperativas habían delegado en ellos, supuestamente eso fue lo que sucedió, ¿ Qué fue democrático ? no lo dudo, pero algo tan importante podía haber sido más participativo, que todos tuvieran voz y decidieran lo que quería de verdad, y no vender a pérdidas.

Como decía al comienzo, el sector debe reflexionar con suficiente serenidad qué es de verdad lo que quiere, pero no par quedárselo, para compartir con los demás para que la piña cada vez sea más grande, poner el mismo empeño en agrandar la piña que en el cultivo, descubrir con quienes me he de unir y con quienes no, pero que las acciones sean efectivas, manifestarte en la plaza del pueblo, está bien un día, pero los resultados a la vista está, como mucho en algún medio local.

Todo lo contrario de lo sucedido en la reunión ministerial con los sectores que constituyen supuestamente la cadena alimentaria, salierón en todos los medios las declaraciones del presidente de Asaja, el poder de la CEOE y la gran distribución es muy grande y eso lo demuestra, Pero solo no se llega a ningún sitio, pero no es difícil saber con quién si y con quién no. Por mucho que se diga, nunca serán los mismos intereses los de los pequeños agricultores, que la de los empresarios de la agricultura. Por eso digo que es bueno unirse, pero con quién y para qué, todos y los hechos así lo demuestran no tienen el mismo sabor.

Desde el año 2009, Canarias soporta una financiación injusta y lesiva para los intereses de sus ciudadanos porque se firmó un mal acuerdo. Ahora, el Gobierno de España está dando los primeros pasos para reformar el Sistema de Financiación Autonómico (SFA), que es la herramienta a través de la cual se garantiza la prestación de los servicios del estado del bienestar y con la que se pueden corregir los desequilibrios entre las comunidades más ricas y las más pobres. Para que quede claro, desde 2009 hasta hoy, esa brecha social entre territorios ricos y pobres no ha hecho más que aumentar. Algo ha funcionado rematadamente mal.

Agrupación Socialista Gomera exigió al anterior Gobierno de Canarias que elaborase un estudio donde se pusieran, negro sobre blanco, los costos de la insularidad y de la doble insularidad. Le dijimos que ya era hora de saber con exactitud cuáles eran los costes extras de vivir en Canarias. La cifra, según esos estudios realizados por el Gobierno, supera los cinco mil millones de euros.

¿Y cómo se afrontan esos sobrecostos derivados de la insularidad y la lejanía de las islas? Pues a través de un Régimen Económico y Fiscal especial cuyos orígenes se remontan al periodo inmediatamente posterior a la Conquista del Archipiélago. Canarias siempre ha sido tratada de manera distinta por los gobernantes españoles de cualquier régimen. La llamada Ley del REF contempla excepciones y políticas especiales que el Estado tiene la obligación de hacer para igualar nuestras condiciones de vida con las del territorio peninsular. Es el caso de las subvenciones al transporte, el precio de la producción de energía eléctrica o el costo de la desalación de aguas, entre otros asuntos.

Canarias consiguió la seguridad jurídica de incluir ese régimen especial en su Estatuto de Autonomía, que es una ley orgánica. El Estatuto separa claramente los fondos que se destinan a compensar la insularidad de la financiación que se tiene que dar a Canarias como una Comunidad Autónoma más del Estado. Es decir, establece que no se pueden contabilizar los fondos estructurales destinados a Canarias con los fondos de la financiación ordinaria. Y esto es así porque, como dije una vez, hace muchos años “nuestra vida no puede ser una permanente negociación que dependa del gobierno de turno en Madrid. Necesitamos un marco de estabilidad y seguridad. Un sistema de financiación solidario y fiable”.

La noticia, ahora, es que se está trabajando en las bases de un nuevo pacto de financiación de las Autonomías. Y el cañonazo de advertencia es que, en el caso de Canarias, los fondos que se destinan a compensar nuestra lejanía e insularidad se van a sumar a lo que recibimos como financiación del Estado. Eso, que se dice así tan fácil, sería la ruina definitiva de estas islas. Sería incumplir la ley. Y sería terrible.

Me preocupa enormemente que Madrid sea siquiera capaz de estar contemplando esa posibilidad. Porque produciría una erupción social sin precedentes en nuestras islas. El coronavirus y sus secuelas económicas han causado enormes daños sociales y económicos en las islas. Las ayudas europeas hacia España y las políticas del Gobierno nos han permitido —nos están permitiendo— atravesar a duras penas esta enorme depresión económica. Ha sido una política de estímulos públicos completamente distinta a la de los recortes de la gran crisis del 2008. Es justo reconocerlo. Pero plantearse ahora que las ayudas que recibe Canarias puedan ser parte de la financiación de los servicios públicos en las islas sería la puntilla. Sería condenar a esta tierra a una pobreza sin precedentes.

El presidente de Canarias, con prudencia, ha hecho una primera advertencia. Ojalá todo quede en el terreno de los tanteos o los rumores. Ojalá. Pero el presidente debe tener la seguridad de que todos, absolutamente todos los canarios, sus partidos, sindicatos y organizaciones sociales, estarán, llegado el caso, a su lado.

Y a Madrid le debe quedar muy claro que, si lesiona los fueros de Canarias, estará cometiendo un error histórico de incalculables consecuencias.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de La Gomera y portavoz de ASG en el Parlamento de Canarias

En varias ocasiones, tanto a través de artículos como en intervenciones públicas, he comentado que desde que se inició esta crisis sanitaria y llegó el confinamiento se ha producido un aumento de la violencia de género debido, entre otras cosas, a que muchas mujeres se vieron obligadas a estar confinadas con sus agresores 24 horas al día

Los datos de la violencia de género en nuestra isla son estremecedores. Durante el pasado año, la Red Insular de Gran Canaria de Atención a Víctimas de Violencia de Género atendió a un total de 5.440 personas, 4.857 mujeres y 583 menores. Una vez más confirmamos que la Covid19 ha supuesto un retroceso en la lucha contra las violencias machistas, ya que el incremento de casos en comparación al año 2019 asciende a 588 personas.

El Dispositivo de Emergencias de Mujeres Agredidas (DEMA) atendió a 630 mujeres, mayoritariamente por agresiones físicas y psicológicas, así como por agresiones sexuales o amenazas de muerte. El 90,16% de las mujeres atendidas en este servicio eran pareja o expareja de sus agresores.

Desde el Cabildo de Gran Canaria hemos apostado por una cada vez mayor especialización de los servicios de atención integral y acogida que ofrecemos a las mujeres y a menores. Por ello, desde 2019 hemos puesto en marcha nuevos servicios especializados como el Servicio de Atención a Víctimas de Violencia Sexual y el Servicio de Atención Psico-Educativa a Menores que son víctimas directas de la violencia de género; ambos servicios gestionados por Cruz Roja. A ellos se le suma la Casa Maday de acogida terapéutica para mujeres víctimas de violencia de género con problemas de adicciones que inauguramos recientemente con la Fundación Yrichen.

Pero mientras los datos no dejan lugar a la más mínima duda sobre la gravedad y persistencia de este problema, en la sociedad crece de manera alarmante el número de personas que considera que la violencia machista no existe. Es el resultado del auge de los discursos de odio y del crecimiento de una extrema derecha negacionista que amenaza con hacer retroceder gran parte del camino andado hasta la fecha.

Según una reciente encuesta realizada por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), un 20% de los chicos jóvenes (hombres) de entre 15 y 29 años niega que la violencia de género exista hoy en día, creen que es “un invento ideológico” y uno de cada diez incluso niega la existencia de desigualdades de género de cualquier tipo. Para hacernos una idea de la velocidad del incremento de estas posturas, en 2019, tan solo el 12% de estos mismos jóvenes negaba la violencia machista.

Es evidente que esto es el resultado del consumo de mensajes negacionistas de la violencia machista extendidos a través de las redes sociales por parte de los partidos de extrema derecha, de youtubers y generadores de contenido a través de diversas plataformas, con discursos abiertamente machistas (cuando no abiertamente misóginos) cuyo público mayoritario son chicos muy jóvenes. También un falso espejismo en los últimos años que nos ha hecho creer que la igualdad estaba conseguida y que habíamos superado esta terrible lacra. Esto, junto a la crisis económica brutal que hemos padecido, ha provocado, entre otras cosas, una reducción de los recursos para la educación afectivo-sexual y para la formación en sexualidad, en igualdad y contra la violencia machista a los menores en los centros educativos. Ahora estamos padeciendo las consecuencias.

Estos datos tienen que ponernos en alerta sobre la necesidad de seguir avanzando en campañas y acciones de sensibilización, de ser muy didácticos explicando las causas y consecuencias de este tipo de violencia, así como de desarrollar estrategias que permitan la prevención de estos comportamientos, especialmente entre los y las jóvenes.

Por todo ello, este año presentamos la primera campaña conjunta del Cabildo de Gran Canaria con los ayuntamientos de la isla por el Día Internacional contra la Violencia de Género. Esta campaña es el resultado de un trabajo coordinado de la Consejería de Igualdad con todas las concejalías de Igualdad de Gran Canaria que comenzó el pasado mes de julio con la firma del compromiso del Marco Estratégico por la Igualdad – Gran Canaria Infinita, entre el Cabildo y los 21 ayuntamientos grancanarios.

Y el lema de la acción diseñada es contundente, “Sí existe, corta”. Es una medida destinada a visibilizar los diferentes tipos de violencias machistas que mediante mensajes muy directos y explicativos busca combatir los discursos que niegan esta realidad y señalar la necesidad de la implicación de toda la sociedad para cortar de raíz un fenómeno que atenta contra los derechos más fundamentales de millones de mujeres.

Además, en el programa de actividades de este año por el 25 de noviembre entendíamos que era fundamental incorporar una acción formativa especializada en la materia y tuvimos la oportunidad de contar con las expertas Nerea Barjola y Nira Santana en la jornada ‘Desmontando las violencias machistas: narrativas y constructos de la violencia sexual’, que tuvo lugar recientemente en el Teatro Cuyás.

El 14 de noviembre, después de una serie de talleres por los diferentes municipios de la isla, tuvo lugar el final del proyecto ‘Hombres de Gran Canaria por una isla libre de machismos’, que culminó el pasado sábado en un encuentro en el Jardín Canario.

El lunes 15 celebramos un acto institucional en el que inauguramos una exposición con el resultado de los talleres de collages feministas de la artista Elia Verona, realizados también por los municipios, en donde, al igual que en el anterior, hemos contado con la colaboración de los ayuntamientos de la isla.

Porque en las políticas de igualdad y de lucha contra las violencias machistas es fundamental que todas las instituciones permanezcamos unidas y desde el Cabildo tenemos la obligación de llegar a todas las partes del territorio insular. Juntas, juntos, llegamos mejor a todos los rincones de Gran Canaria para conseguir una isla libre de violencia.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

El espacio es un entorno infinito, al que la humanidad siempre ansiaba llegar para cerrar multitud de interrogantes que, a mediados del siglo pasado, aún no tenían respuesta. Ese empeño por alcanzarlo, por subir peldaños para entender aquello que nos rodea, puede ser la mejor metáfora para entender la carrera que el mundo inició hacia la globalización casi en la misma época.

Esta interconexión entre continentes, que ha abierto la puerta a la movilidad sin límites, también ha desembocado en un crecimiento exponencial del consumo de materias primas, de la demanda energética y, por tanto, de la necesidad de disponer de vías de comunicaciones marítimas capaces de dar respuesta al transporte constante de mercancías.

Desde hace unos meses, hemos escuchado hablar de un encarecimiento desmesurado del coste de los fletes marítimos. Se trata de un aumento exponencial del precio del transporte de mercancías que, en el caso de Canarias, tiene un impacto mayor por su dependencia del exterior, situación que se refleja en los índices de precios que escalan a medida que crece la demanda y se reduce la oferta, porque a la carestía de los fletes, se une la reducción significativa en la disponibilidad de algunas materias primas.

Este círculo vicioso ha comenzado a acentuarse en las últimas semanas. Hoy traer una tonelada de mercancía a Canarias es un 33% más caro que en las pasadas navidades y esto se nota en los bolsillos de las familias de las Islas, que pagan más cuando van hacer la compra o quieren acceder a determinados productos, a las puertas de unas fechas en las que se dispara el consumo, con el riesgo de tener dificultades a la hora de adquirir algunos de ellos.

Aunque estamos lejos del desabastecimiento, la realidad es evidente. Cuanto más cara sea la mercancía, más importante será la subida en los precios al consumidor y la situación social y económica que padecemos no está como para sortear estos vaivenes porque las familias canarias, que ya hacen sacrificios para llegar a fin de mes, no pueden quedar sumidas en un callejón sin salida que asevere más los riegos de pobreza y exclusión social que padece esta Comunidad Autónoma.

Sabemos que las soluciones son complejas. Esta semana trasladé esta preocupación al Parlamento de Canarias, porque hay que ir tomando medidas en cooperación con el Estado, de tal forma que se despachen los contenedores con más rapidez, adecuar los centros de distribución logísticos y dotar de más medios materiales y humanos a los circuitos de distribución, en definitiva, ganar en competitividad, aunque el calado de este problema trasciende de nuestras fronteras.

No obstante, también se pueden dar pasos desde aquí. Y en este camino, he insistido en la recuperación de las bonificaciones en las tasas portuarias que afectan a pasajeros, buques y mercancías. Ha habido quien no lo ha entendido bien, pero siempre he reiterado que llegar hasta las islas, especialmente a las no capitalinas, debe ser más barato tanto para residentes como para los turistas.

Y lo hemos logrado, después de alcanzar el consenso en el seno del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, en el que expresé mi rechazo a la supresión de estas bonificaciones y la necesidad irrenunciable de recuperarlas, tal y como ha sucedido, permitiendo que quienes viajan, por ejemplo, a La Gomera, lo puedan hacer pagando menos por las tasas portuarias, y la mercancía que llega lo haga también con menor coste, al aplicarse un 70% de bonificación en los pasajeros residentes y no residentes, unido a la reducción del coeficiente aplicable a mercancías y buques.

Este es el camino a seguir. Mejorar la competitividad de los puertos, que los ciudadanos lo noten en su día a día; y sortear en la medida de nuestras posibilidades los inconvenientes que nos está dejando el transporte globalizado.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de La Gomera y portavoz de ASG en el Parlamento de Canarias

En menos de 60 km en línea recta, desde el faro de La Isleta hasta Tasartico, hay un territorio muy diverso que se muestra superpoblado en las zonas costeras, poblado en medianías, vaciado en las cumbres y vacío en la Isla Vieja, en Guguy. Así es Gran Canaria, el "continente en miniatura", como dice acertadamente el lema acuñado por Domingo Doreste, 'Fray Lesco', hace un siglo. Y sigue siendo así esta isla, a la vez cosmopolita y deshabitada.

Pero esta realidad preocupa a su población y así lo reflejan los datos presentados en la V Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural 'Presura21', celebrada en Soria la primera semana de noviembre. La comunidad de nuestras cumbres es menguante aunque, afortunadamente, todavía hay ganaderos, agricultores o cocineros de máximo nivel que han apostado por seguir allí ayudando de esta forma a mantener viva la cumbre. No podemos olvidar algunos de sus hijos ilustres como Abraham Cárdenes, José Domingo Hernández Guerra, Pancho Guerra, Siona García o el timplista José Antonio Ramos, quien ha recibido uno de los mejores tributos, de manos de Germán López, que interpreta parte de su obra como solemne canto final de la película 'Aborixen', presentada el pasado 11 de noviembre y que se emitirá para el mundo en la serie 'Table Chef', en plataformas de televisión en streaming. En Aborixen, el chef de Tejeda Borja Marrero invita a reflexionar sobre la oportunidad y la necesidad de habitar y cuidar las zonas agrícolas y forestales de nuestras cumbres. Nuestra isla contiene una extraordinaria variedad de paisajes y Borja Marrero extrae de ellos los sabores de cada espacio, demostrando su creatividad culinaria con productos del lugar, la Texeda de sus orígenes. Así lo describe en este documental que lo situará entre los más famosos maestros de la cocina y al tiempo dará una proyección internacional de la imagen menos conocida de la isla, de sus espectaculares vistas, del respeto a la naturaleza y de unos productos que se recogen directamente del huerto para crear menús que van desde lo más sencillo, incluso silvestre, a lo más sofisticado. Con los productos de la finca, del barranco o del arroyo.

En las Montañas Sagradas de la isla vaciada, que ha vivido el éxodo del campo a la costa y la ciudad desde los años 50 del siglo pasado, el pueblo de la cumbre supo del espanto y del aislamiento absoluto en los grandes incendios. Pero ha renacido otra vez, como el pinar. Y Borja Marrero lo explica nítidamente, con sus palabras y a través de la felicidad y el dolor que cicatriza con sus aromas y sabores, reflejado de forma impactante en la película de Adolfo Peña y Noelia Ortiz ('Clayton').

La realidad de la Gran Canaria vaciada es un grito, un llamamiento para preservar el territorio frente los fenómenos climáticos extremos, mediante el apoyo a actuaciones para frenar la erosión, prevenir los incendios, fomentar el sector primario y procurar una vida digna en un entorno único, pero no aislado

La particularidad de este territorio quedó reflejada también en los datos expuestos por el concejal de Medianías del Ayuntamiento de Gáldar, Carlos Ruiz (ex consejero del Cabildo), cuando expuso en el espacio Ágora de Presura21 -ante la sorpresa de los asistentes- que el problema de la despoblación también afecta a la Canarias de interior, a sus zonas rurales. Por primera vez, un representante del Archipiélago Canario exponía en este foro nuestra realidad, presentada con datos alarmantes de la transformación social de los territorios de cumbres de un municipio, Gáldar, que contando con una población de 25.400 habitantes, tiene empadronados entre las medianías (300 metros sobre el nivel del mar) y las cumbres (1.800 metros), sólo 700 personas (el 3% de la población), con el agravante de que la mayoría de ellas sólo utiliza sus viviendas como segunda residencia para fines de semana o temporadas. En 1900, la población del municipio vivía repartida a medias, entre la costa y el interior, hasta que en los años 50, con el boom del turismo, se produjo un éxodo masivo hacia otras zonas del territorio insular en busca de trabajo en el sector servicios. De siete escuelas rurales sólo quedan tres, y todos los años vuelve el temor a que, por falta de un niño/a, se pueda cerrar alguna de ellas y las aulas se contagien del silencio que se extiende por medianías y cumbres. Igualmente sucede con la atención sanitaria: de tres consultorios solo queda uno, y con muchísimos problemas porque no se sustituyen las bajas médicas a pesar de que hablamos de un territorio mayoritariamente poblado por personas de la tercera edad.

Respecto a la actividad agrícola del interior, las industrias más conocidas en la zona son las queserías (en estos días las de Gáldar han obtenido dos medallas de plata, en la World Cheese Awards), pero ya sólo quedan siete y no tienen relevo generacional. En la actualidad hay casas rurales, antiguas escuelas reconvertidas en hotelitos, una tienda, una ferretería y acaban de retirar el único cajero automático, quedando el más próximo a 20 kilómetros de esta comarca.

La zona alta de Gáldar forma parte, junto a otros cuatro municipios, del Paisaje Cultural Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, Patrimonio Mundial de la Unesco. Pero la Gran Canaria vaciada es más extensa y se extiende por casi la totalidad de la Reserva de la Biosfera.

Ante esta realidad, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Por ello, el Cabildo promueve diversas actuaciones para revertir la situación, incluidas en el plan 'La Cumbre Vive', que coordina y potencia las iniciativas de las instituciones ciudadanas y del sector privado para el desarrollo sostenible de medianías y cumbres de la isla, lo que también implica un re-equilibrio del modelo insular y un avance del conjunto de Gran Canaria. La isla necesita cuidar ese territorio. Y eso no es posible sin personas, sin las actividades que forman parte del paisaje. No cayendo en modelos ya superados sino promoviendo la innovación como han demostrado tantos hombres y mujeres que se han quedado, que han mantenido actividades tradicionales o se han arriesgado a innovar y a poner en marcha iniciativas ligadas a la restauración, el turismo rural, el comercio o la actividad agropecuaria.

Por eso, este plan de reactivación económica y medioambiental de la cumbre y medianías impulsa medidas e inversiones para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU. Están estructuradas en torno al medio natural para conservar y restaurar los espacios naturales y el equilibrio de los ecosistemas de la cumbre, recuperar la vitalidad y el protagonismo de la economía y la sociedad rural y fijar la población al territorio generando rentas y empleo. Conservar y difundir los bienes culturales materiales e inmateriales que atesora esta zona, en especial los comprendidos dentro del Patrimonio Mundial, es otra de las medidas fundamentales. Un territorio agreste al que las telecomunicaciones han marginado por lo costoso de su infraestructura pero que próximamente contará con la máxima conectividad por vía satélite.

El Cabildo de Gran Canaria trabaja en estos momentos de manera coordinada y transversal con todas las áreas del Gobierno de Canarias y con las demás instituciones, con inversiones productivas para 'La Cumbre Vive'. Acabamos de presentar el plan para distribuir agua a toda la cumbre, desde Soria hasta Acusa. Un agua que se suma a la que aporte la lluvia o las depuradoras naturales que se crearán. Asimismo, se potenciarán las energías renovables, la gestión del ciclo integral del agua, la mejora de las infraestructuras hidráulicas y la protección contra incendios, la gestión de residuos, la mejora de senderos, la promoción del comercio y del producto local… Es una apuesta firme por la cohesión social, por un modelo de crecimiento autocentrado, respetuoso con nuestro patrimonio y nuestro medio natural. En definitiva, combatir la despoblación es una apuesta por la construcción de la ecoisla.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria