No nos equivocamos cuando en 2015, el primer año de los tres gobiernos de progreso del Cabildo de Gran Canaria, decidimos lanzar la política pública insular de participación ciudadana y plantear que fuese un componente imprescindible del Gobierno Abierto de la isla. Más de ocho años después vemos con satisfacción cómo esa mecha participativa en el hacer público se ha ido impregnando en nuestra institución, en los gobiernos locales, en los colectivos sociales y en el conjunto de la sociedad grancanaria

Captura 3El aprendizaje acumulado en estos años nos reafirma en la idea de que la gobernanza de las instituciones debe construirse colectivamente si queremos que las intervenciones públicas tengan el grado deseable de eficacia, que de verdad mejoren la vida de la gente y que permitan avanzar hacia un modelo de desarrollo insular próspero, justo y ambientalmente ejemplar. Esto es precisamente la Ecoísla Gran Canaria, el ideal que guía nuestro programa de gobierno y que, ineludiblemente, tiene que ser una responsabilidad colectiva, tal como lo deja claro la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 de Naciones Unidas.

Es ampliamente conocido que algunos de los fundamentos de nuestro programa de gobierno tienen que ver con la soberanía energética, la seguridad hídrica y la soberanía alimentaria. Este último concepto ha sido desarrollado por la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, que considera que la participación es clave para la sostenibilidad porque ayuda a construir sobre las capacidades existentes, crea sentimiento de pertenencia en las personas involucradas y garantiza los logros conseguidos a largo plazo.

¿Qué hemos hecho en estos años para saber que estamos en el buen camino de una sociedad corresponsablemente participativa?

El primer paso que dimos fue asegurar el derecho de participación regulando el conjunto de mecanismos que lo hiciera posible a través de la aprobación del primer reglamento de participación ciudadana de la institución. Se trata de un documento que, además, apura el actual marco legislativo e incluye todos los mecanismos que contempla la normativa.

También asumimos el imparable avance de la digitalización con la creación de una plataforma de participación digital (participa.grancanaria.com) basada en código abierto. Junto a los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, facilita el ejercicio de consultas, peticiones, iniciativas y presupuestos participativos y nos proporciona una herramienta fundamental para cualquier procedimiento futuro.

Hemos fortalecido el asociacionismo a través de la convocatoria anual de subvenciones destinadas a proyectos que fomenten la participación ciudadana, para hacer de la sociedad civil organizada un verdadero canalizador privilegiado y activo de la implicación social en las decisiones públicas del gobierno insular y los ayuntamientos de Gran Canaria. En este sentido recogimos una larga demanda de los colectivos y ya hemos adquirido un edificio emblemático, el antiguo Cuasquías, que se va a convertir en “La Casa Común” un espacio para la creación, la innovación y la participación, que va a estar en parte autogestionado por las propias organizaciones que usen el espacio.

Acompañamos y fortalecemos la política pública de Participación Ciudadana de los ayuntamientos de Gran Canaria a través del Gabinete de Asistencia Técnica a Municipios, un grupo de profesionales destinado a cubrir las necesidades de acompañamiento técnico que surgen en los gobiernos locales en sus estrategias y programas para implantar y promocionar la participación ciudadana en su gestión. Como gobierno insular profundamente municipalista es una prioridad para nosotros el fortalecimiento institucional de los gobiernos locales que hagan partícipe a la ciudadanía en las decisiones públicas, haciéndolas más eficientes y eficaces.

Durante este tiempo hemos impulsado la formación y capacitación de profesionales en el ámbito de la participación y la gobernanza pública con el lanzamiento, de la mano de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, del Experto Universitario en Gobernanza y Participación Ciudadana, que va por su 4ª edición y que ya ha formado a casi 200 técnicos y técnicas municipales, personal de ONG y personas decisoras públicas.

Ante la situación provocada por el repunte de las llegadas por mar de personas migrantes y los conflictos sociales y políticos que estaban provocando, hemos elaborado la primera estrategia insular de Convivencia Intercultural, Gran Canaria Convive, que vamos a presentar en las próximas semanas y que va a contribuir a hacer de Gran Canaria una isla inclusiva y ejemplar en la lucha contra el racismo y la xenofobia.

La parte más visible de la participación en muchas ocasiones son los procesos participativos que implementamos para el diseño y ejecución de intervenciones públicas, insulares y municipales. Estos procesos vinculados a proyectos concretos son actuaciones con un alto valor demostrativo y ejemplificador.

En un artículo de opinión no tengo espacio para resumir todos los procesos iniciados, pero sí puedo citar algunos de los más relevantes. Cabe destacar, por el nivel de implicación ciudadana, la travesía del Monte, el proceso participativo para dar solución al tramo de carretera y zona peatonal que discurre entre la rotonda de Bandama y la curva del vivero de flores, en Santa Brígida, una vía afectada por un tráfico cuyo aforo supera los 24.000 vehículos diarios.

En primer lugar la propuesta ya supone la colaboración institucional entre el Cabildo y el Ayuntamiento de Santa Brígida, que deciden impulsarla conjuntamente, para recoger propuestas ciudadanas que permitan a los técnicos de carreteras elaborar el proyecto. Las 80 propuestas vecinales incluidas han permitido mejorar aspectos como la seguridad de los peatones, servicios como la recogida de residuos, preservar el arbolado o mejorar la accesibilidad. El último proceso ejecutado con este Ayuntamiento tuvo que ver con la consulta que realizó acerca de la decisión a tomar con el espacio ocupado por lo que todo el mundo conoce como “mamotreto”.

Es solo un ejemplo de cómo estos procesos pueden mejorar aspectos concretos y cotidianos de la vida de las personas, pero podríamos citar otras experiencias similares como las desarrolladas en el Paisaje Cultural, declarado como Patrimonio Mundial, de Risco Caído y Montañas Sagradas de Gran Canaria, una herramienta de diagnóstico participativo para la renovación del asociacionismo vecinal insular. O el impulso dado, a través de ayuntamientos o entidades, a procesos vinculados a intervenciones municipales: conformación de la Estrategia de la Agenda Urbana de La Aldea, el diseño urbanístico participativo de Parques Asocados de Ingenio o la creación del Consejo de Barrios de Gáldar.

Somos conscientes de que debemos contribuir decididamente a contrarrestar la desafección y deslegitimación de la política, por lo que asumimos con responsabilidad nuestro papel de avanzadilla de las políticas públicas de empoderamiento de la ciudadanía para que sean protagonistas de las decisiones públicas y la acción de sus gobiernos. Y porque estamos convencidos y convencidas de que la ecoísla sólo será sostenible si también es participativa.

Antonio Morales. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

Un pueblo que no tiene conciencia de sí mismo, está condenado a ignorarse. Esa es una de las reflexiones de Juan Manuel Trujillo, uno de los intelectuales más destacados de nuestra tierra en el siglo XX, vinculado a las vanguardias artísticas, escritor, editor, secretario personal del ministro José Franchy Roca y esposo de la musicóloga Lola de la Torre Champsaur

el blog de antonio moralesSu análisis de la realidad isleña nos muestra esa carencia de conciencia secular de Canarias, el archipiélago que fue poblado por personas cuya cultura fue sometida y sepultada por los colonizadores hace casi 550 años. Y se fueron sucediendo después distintos procesos que moldearon y enriquecieron ese sustrato inicial. Gran Canaria se insertó como gran puerto de escala en el desarrollo de la globalización avanzando pocos años después con la aventura colombina. Esa realidad condicionó nuestra cultura como sociedad atlántica.

Y desde que Juan Manuel Trujillo aportara su visión crítica, no ha cambiado suficientemente el guión en casi un siglo, tras escuchar en el Parlamento de Canarias a los representantes autonómicos dejar en el Diario de Sesiones sus valoraciones sobre el déficit de contenidos canarios en el sistema educativo.

Por ello, considero necesario no pasar página en este debate abierto sobre la importancia de los contenidos canarios para nuestra comunidad. Es una cuestión de defensa propia y colectiva que nos atañe a todos, colectivos y organismos, pero que es de especial trascendencia en el sistema educativo en todas sus áreas de actuación. No es justo culpar a uno de sus estamentos, como se ha hecho recientemente señalando al colectivo docente, de las carencias y fracasos en el conocimiento de nuestra realidad, así como en el compromiso por la defensa de nuestro patrimonio natural y cultural, material e inmaterial.

Probablemente sea el profesorado canario el grupo profesional que más ha adaptado, creado y compartido recursos didácticos y culturales para conservar, apreciar y disfrutar los contenidos que nos singularizan y distinguen como pueblo y que entre todas y todos y durante generaciones hemos generado. No olvidamos que suya ha sido la teorización y la concreción de un modelo de escuela canaria que ha tenido expresiones muy felices y valiosas. Recordemos el acontecimiento que supuso la realización de las Escuelas de Verano como gran expresión de participación y formación del profesorado.

Y menos podemos aceptar la crítica si parte de dirigentes políticos que han llevado las riendas del Gobierno en Canarias durante décadas. Son responsables, por tanto, de la educación recibida por varias generaciones de canarios y canarias, precisamente las que hoy conforman la población activa, tras la jubilación de aquellas personas que fueron educadas en el sistema educativo que estuvo vigente hasta hace apenas 50 años y que carecía de contenidos canarios.

Desde la asunción de las competencias educativas en 1983 por el Gobierno de Canarias el cambio respecto a las situaciones anteriores ha sido palpable. En unos casos por iniciativa de la administración pública y en su mayoría por la acción de escuelas, colegios e institutos, movimientos de renovación pedagógica, colectivos docentes de investigación e innovación y una infinita y anónima lista de profesionales que han sembrado las ocho islas de iniciativas y proyectos que justifican un agradecimiento y un reconocimiento sinceros.

Pero al mismo tiempo tenemos que reconocer que se ha creado una nueva situación en nuestra realidad social con la presencia de poderosos medios de comunicación, redes sociales y sistemas de información que han desbordado la respuesta que familias y escuelas pueden dar. Si nuestros niños y jóvenes están, de media, tanto tiempo delante de las pantallas digitales como horas pasan en una actividad escolar reglada, es imposible que podamos garantizar la conservación de nuestra habla, el conocimiento de nuestro medio natural y patrimonial y el disfrute de las creaciones que han hecho de nuestra cultura referencia en las artes plásticas, en la literatura, en la música o en la arquitectura.

Este desfase entre los medios que nos ofrece/impone la globalización y las herramientas de las que la mayoría de nuestra gente puede disponer para acercarse a lo general desde lo local, desde lo cercano, no se está abordando con suficiente profundidad y rigor. No se puede prevenir un tsunami como el que nos desborda, con medios rudimentarios o voluntaristas, si se quiere conservar y transmitir las raíces que nos identifican y que nos permiten ser un pueblo con voz propia en el concierto mundial. Y aquí sí hay una responsabilidad política de quienes tienen competencias educativas en Canarias. La necesidad de elaborar un conjunto de recursos del máximo nivel, atractivos, adaptados a las distintas edades y etapas y que recojan la riqueza natural, etnográfica, artística, lingüística, patrimonial, deportiva, histórica que suponen un tesoro que nosotros y la humanidad necesitamos conservar.

La obligación central es del Gobierno de Canarias que tiene las competencias. Cabe preguntarse por qué se entregó al Partido Popular en el pacto de gobierno, la Consejería de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes si se consideraba que la difusión y defensa de los contenidos canarios eran una prioridad. No se conoce ninguna iniciativa que identifique a ese partido con ese objetivo, ni realizaciones donde gobierna en esa dirección. Esta contradicción me lleva a preguntarme si no estamos ante un debate poco sincero y que no responde de verdad a una preocupación real de la mayoría de gobierno actual.

Pero en esta tarea deben arrimar el hombro todas las instituciones y colectivos que de verdad consideran una prioridad la transmisión de los valores culturales canarios. Por eso, el gobierno del Cabildo de Gran Canaria tiene entre sus ejes preferentes de actuación la investigación, conservación y difusión de las riquezas patrimoniales, culturales y naturales de Gran Canaria. Podemos y queremos aumentar esos recursos y las iniciativas que garanticen que el conjunto de nuestra población conozca y valore una realidad de enorme valor. Y así debemos avanzar en colaboración con los 21 municipios de la isla.

En Canarias, una década antes de la muerte del dictador, la percepción borrosa de lo que éramos cambió porque desde Lanzarote a El Hierro tuvimos programas informativos, culturales y deportivos sobre Canarias. Se elaboraban en las islas por el enorme coste que suponía conectar al archipiélago con la señal de Televisión Española en la Península Ibérica. Y la alternativa económica era crear un centro de producción en Canarias que, por primera vez en nuestra historia, hizo concebir la unidad territorial, cultural, social y económica de nuestro fragmentado territorio. Las telecomunicaciones y aquellas pantallas catódicas elaboraron y difundieron más contenidos canarios en unas pocas décadas que ninguna otra iniciativa en toda nuestra historia.

Los programas pioneros (y hoy decanos en España) como ‘Telecanarias’, 'Tenderete' (1971) o La Luchada (1985), llenaron una televisión en blanco y negro de encuentros entre gentes de las islas en torno a sonidos amables y cargados de sentimiento. Todo ello a pesar de tratarse del órgano de propaganda, controlado y encorsetado por la dictadura a través del Ministerio de Información y Turismo. Pero, a pesar de las restricciones a la información, el impacto de este nuevo medio de comunicación se hizo notar en el auge de un sentimiento de canariedad que superó las barreras de la isla. Los resquemores del pleito insular dejaron paso a la convicción de que teníamos los mismos problemas pero agravados por la lejanía y la falta de mecanismos de autogobierno, a excepción de los Cabildos.

En esta senda profundizaron también entidades como el Museo Canario, la Escuela Luján Pérez, Radio Ecca o proyectos editoriales como Edirca, Natura y Cultura de las Islas Canarias, Taller JB o el Centro de la Cultura Popular Canaria.

Desde su creación, el Cabildo de Gran Canaria afrontó el reto del impulso educativo y cultural ante la falta de centros educativos, por lo que una de sus primeras actuaciones originó en 1916 el Instituto de Las Palmas de Gran Canaria, (después se convertiría en el Pérez Galdós). La puesta en marcha de la Casa de Colón en 1952 como Museo de Bellas Artes de Gran Canaria, las casas museo de Pérez Galdós, Tomás Morales, Antonio Padrón y León y Castillo, para profundizar en la figura de isleños universales, el Museo Cueva Pintada, para divulgar el conocimiento de nuestro pasado o el Jardín Canario en 1952 con su colección de endemismos de nuestra región macaronésica, afianzaron ese reto

En la misma línea aparecen el intento del Cabildo de crear en 1962 la Universidad Internacional Pérez Galdós para dotar a la isla de estudios universitarios, la creación del Plan Cultural de la Mancomunidad provincial que impulsó numerosas publicaciones de historia, literatura, arquitectura y otras temáticas en su breve tiempo de 1975 a 1978, las becas-préstamo que puso en marcha nuestra Corporación en 1980 para apoyar a los y las jóvenes que se veían obligados a estudiar sus carreras universitarias fuera de la isla, los premios de investigación Viera y Clavijo de Humanidades y de Ciencias que se crearon a mediados de los años 50 del siglo XX para impulsar los estudios sobre temas canarios, los Anuarios de Estudios Atlánticos que edita la Casa de Colón desde 1955, los Coloquios de Historia Canario Americana o los Congresos Internacionales de Estudios Galdosianos.

El Cabildo también conserva y pone a disposición de la ciudadanía la mayor colección artística de Canarias en sus centros y el próximo Museo de Bellas Artes (Mubea) será la expresión de esta permanente vocación. Sostiene o colabora con fundaciones relacionadas con la naturaleza, o con figuras ilustres de las artes (Kraus, Tomás Morales, Antonio Padrón, Pancho Guerra, etc), el folklore y la etnografía (Nanino Díaz Cutillas, el Instituto Canario de las Tradiciones o la Fedac), así como la política y la ciencia (Juan Negrín).

A pesar de no tener competencias educativas el Cabildo siempre ha apoyado, a la formación profesional, creando escuelas de capacitación agraria (1958) y de hostelería (1962) que abrió el Cabildo en San Cristóbal. Otro ejemplo es la creación de la Escuela de Enfermería (ATS) en 1971, o el Colegio Universitario de Las Palmas (CULP) en 1973, así como un largo etcétera de actuaciones que han tenido la realidad, la tradición y la identidad como objetivos estratégicos.

Estoy convencido de que el cambio de escenario comunicativo y formativo es un reto para trabajar la conciencia de la canariedad. No para retroceder en el tiempo, sino para avanzar con la conciencia de un pueblo que aprecia su cultura, su naturaleza, su identidad, o para comprender los cambios producidos en la psicología del pueblo canario tal y como nos enseña Manuel Alemán. Porque los contenidos canarios no solo son reconocer nuestro paisaje, sino compartir emoción y sentimiento, raíces y tradiciones, oportunidades y esperanzas, valores y enseñanzas que alumbramos a lo largo de una historia milenaria que nos permitirá ganar el futuro.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

Los medios de comunicación de ámbito estatal han situado en la agenda informativa diaria, de forma tozuda porque su importancia lo merece, la sequía en Cataluña o en Andalucía

antonioSe trata de una realidad que no sólo afecta a estas dos comunidades y a algunas de las ciudades de mayor población del país, sino que nos enfrenta a un panorama desolador de cuencas hidrográficas y acuíferos al límite. La huerta europea y algunos de los humedales más importantes del mundo presentan un diagnóstico dramático que vaticina un futuro a corto plazo alarmante conforme la emergencia climática arrecia.

La crisis del agua amenaza a la salud, al desarrollo económico y a la seguridad alimentaria mundial. Una cuarta parte de la población del planeta padece escasez de agua. Más de 1300 millones de personas no tienen acceso a agua potable. El planeta está sometido a un “estrés hídrico” galopante que afecta igualmente a la naturaleza y a la biodiversidad. Distintos autores hablan de que vivimos en estos momentos en Europa la peor sequía de los últimos 500 años. Y España es uno de los territorios más afectados, como lo están siendo numerosos países donde el agua es el desafío más acuciante para el desarrollo socioeconómico y humano en general.

Se considera que existe “estrés hídrico” cuando los suministros anuales de agua en una zona o país se sitúan por debajo de los 1.700 metros cúbicos por persona y año. Por debajo de los 1.000 metros cúbicos por persona y año estaríamos ante una situación de "escasez de agua". La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) prevé que en el año 2025 unos 1.900 millones de personas vivirán en países o regiones que se enfrentan a una escasez absoluta de agua y dos tercios de la población mundial podrían estar en una situación de estrés hídrico. Desde hace décadas hemos escuchado a geoestrategas advertir que el agua será la causa de las mayores migraciones y conflictos entre países. Lo estamos viviendo. Y se manifiesta de manera muy sensible

Y la pregunta que deberíamos hacernos todos los grancanarios y grancanarias es ¿cómo hemos podido sobrevivir en una isla con los recursos subterráneos sobreexplotados y con una escasez de lluvia que se repite cada año? La situación es grave. De nuestras grandes presas, el caudal almacenado tiene un nivel muy bajo en Gambuesa (53%) y El Mulato (40%), que hacen que en el conjunto se sitúe la capacidad en el 14%. Pero, si añadimos la presa de Soria apenas alcanzamos el 6% del volumen del que podríamos disponer.

Estos datos son desoladores y se han acrecentado en los últimos años aunque la sequía ha estado presente entre nosotros desde al menos la segunda mitad del siglo XX. Tristemente forman parte de nuestra memoria. Una realidad endémica en un territorio que cuenta con el mayor número de pozos y galerías por kilómetro cuadrado y también con la mayor densidad de grandes presas del mundo.

Esto último nos reafirma en la visión de futuro que tuvieron los responsables del Cabildo desde hace más de medio siglo, cuando elaboraron los primeros estudios y planes hidrológicos. Gracias a su empeño, hoy disponemos de 8 grandes presas que pueden garantizar el agua durante un importante periodo de tiempo. Sólo el volumen de la presa de Soria cubre esas necesidades durante seis meses. Junto a las demás presas (El Mulato, Gambuesa, Ayagaures, Candelaria, Chira, Fataga y El Vaquero) dispondríamos de agua para cubrir todas las necesidades de la isla a lo largo de nueve meses.

No olvidemos que para hacer frente a esa situación también fuimos uno de los lugares pioneros en la desalación de agua del mar, una producción industrial que nos ha permitido disfrutar de un abastecimiento estable sin depender de los inciertos periodos de lluvia.

Se ha logrado la estabilidad del suministro a las poblaciones y un volumen de agua regenerada importante que nos permite garantizar el agua para el sector primario. Y eso tiene un coste. Los sistemas de desalación por ósmosis o los de depuración y reutilización consumen mucha energía y, por tanto, enormes cantidades de combustibles fósiles. Por ello pusimos en marcha el plan Renovagua para la integración de energías renovables en los procesos de desalación, con el objetivo de reducir en un 40% el uso de energías convencionales en la producción y distribución de agua. Y se ha avanzado muchísimo en desaladoras como las del Sureste, Arucas, Las Palmas de Gran Canaria, etc,.

Renovando el espíritu visionario de quienes hace 60 años planificaron los instrumentos para proveernos de agua, hemos invertido 2,2 millones de euros en el proyecto “Aquagran” un sistema de alta tecnología que nos permitirá obtener y gestionar datos de las infraestructuras del Consejo Insular de Aguas, que monitoriza 431 puntos y puede recoger información de hasta un millar de sensores en las instalaciones hidráulicas del Cabildo. Eso permitirá conocer en tiempo real las cantidades de lluvia, el nivel de las presas, las averías en la red o la calidad del agua de las desaladoras y depuradoras. Además de aumentar la eficiencia de la red y minimizar las pérdidas, nos proporcionará un gran flujo de datos de enorme valor para asegurar el suministro de agua en el futuro y adaptarnos a los diversos escenarios.

Por la frecuencia de periodos secos que se han venido registrando en esta isla desde tiempos inmemoriales, desde hace ya más de 30 años los principales sistemas de abastecimiento en la isla -sobre todo en su franja costera, donde se acumula gran parte de la población-, se nutren de aguas desaladas. Esto ha llevado a que, en la actualidad, el 86% de los recursos destinados a cubrir las necesidades de abastecimiento de la población sean recursos no convencionales, en este caso aguas desaladas, hasta un volumen total anual de unos 66 Hm3.

No ocurre lo mismo, no obstante, con los ámbitos de medianías y cumbres, en los que los sistemas de abastecimiento dependen de los recursos convencionales subterráneos que se deben de mantener en la zona para garantizar la supervivencia de la población y los usos y costumbres tradicionales.

La agricultura se ha visto también gravemente afectada. La práctica ausencia de agua superficial en algunas cuencas está intentando ser paliada, en parte, con el trasvase hacia el sur de aguas de producción industrial, procedentes sobre todo de la planta de tratamiento terciario de Barranco Seco. En este sentido, el incremento inmediato de capacidades de producción de agua industrial empieza a convertirse en una necesidad imperiosa. Tenemos que ser muy firmes en la consecución de la regeneración del cien por cien de nuestras aguas residuales.

La planificación hidrológica de Gran Canaria ya prevé un incremento importante en la capacidad de producción de dos de los centros principales de producción que se vinculan a la actividad agraria, la planta desaladora de Arucas-Moya y el Terciario de Barranco Seco, además de otros terciarios de menor entidad. Es la manera de desarrollar una política de garantía y flexibilidad que nos permitirá hacer frente al avance de la desertización.

Gran Canaria vuelve a innovar y a ser pionera, como lo fue en desalación, con un proyecto clave como Salto de Chira. El almacenamiento energético para la penetración de las renovables y la disponibilidad de 750.000 m3 de agua anual para el sector primario (el equivalente al volumen que almacena la presa del Mulato), supondrán un cambio de modelo de gestión del agua en la isla, en beneficio de los agricultores de cumbres y medianías.

El Cabildo de Gran Canaria es hoy el mayor productor de agua para el sector primario, al que distribuimos 11 millones de metros cúbicos al año, de los que el 55% es agua regenerada y el resto, desalada. Desde El Fondillo parte la práctica totalidad de esos recursos necesarios para el conjunto del territorio insular, 9 millones de metros cúbicos. En estos momentos, estamos a un 50% y tenemos que conseguir que, en los próximos años, el cien por cien de las aguas regeneradas se puedan utilizar para el sector primario y para otros usos, como jardines y otras actividades.

Para ello, hemos puesto en marcha la ampliación y mejora de la EDAR de Barranco Seco, que cuenta con un presupuesto estimado de 36 millones de euros. El proyecto ya está redactado y pendiente de su revisión y del inicio de los trámites de autorización. Y, por último, se está finalizando el proyecto de la Planta de tratamiento terciario de la EDAR de Barranco Seco, en la que se invertirán otros 20 millones de euros.

Por todo esto no tenemos los agobios que presenta en estos días la España peninsular en los que Cataluña y Andalucía anuncian el diseño de una propuesta para traer agua potable en barcos desde otros territorios. Vimos venir el problema y actuamos en consecuencia y con la suficiente antelación. Sin embargo esto no puede servir de excusa al Gobierno central para dejar a nuestro sector primario a la cola en la distribución de recursos para la compensación de las dificultades debidas a la sequía y a la guerra de Ucrania. Una decisión injusta, profundamente arbitraria.

El futuro, incierto y amenazante para un territorio aislado como Gran Canaria, pasa por conseguir la soberanía energética e hídrica, dando respuesta a nuestras mayores vulnerabilidades. Y nuestro proyecto de isla va dirigido a alcanzar esos objetivos.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

La semana pasada anunciamos en rueda de prensa que desde el Cabildo ibamos a flexibilizar los requisitos para acceder a la gratuidad del bono residente de transportes. De esta manera, a partir del 1 de febrero, en lugar de 15 viajes mensuales solo será necesario realizar 30 trayectos al trimestre para que el bono de transporte sea gratuito

antonio 1Aunque es cierto que esta medida se financia en parte con fondos que el Gobierno de España ha habilitado para este fin, se enmarca dentro de una decidida política de mejora y fomento del transporte público llevada a cabo por el Cabildo de Gran Canaria dentro de su estrategia de ecoísla. Una decidida política que, como veremos más adelante, está dando sus frutos.

Pero, antes de entrar a detallar las medidas adoptadas para alcanzar este objetivo, creo que es necesario que hagamos hincapié en la importancia del transporte público. En primer lugar, es fundamental desde el punto de vista socioeconómico ya que vertebra y cohesiona el territorio, facilita la movilidad laboral y formativa e influye en la oferta cultural y de ocio, ya que permite acceder a ella a muchas personas que sin transporte público no podrían, etc. Es también una forma de luchar contra el cambio climático ya que el transporte terrestre es la principal causa de emisiones contaminantes en Gran Canaria: el 26% de las 5.150 kilo-toneladas de dióxido de carbono equivalentes generadas en la isla proviene del transporte.

Por todos estos motivos fuimos la primera administración pública de Canarias que abogó por una semigratuidad real del transporte público, con una política de bonos dirigida a los jóvenes, a los mayores y al conjunto de la ciudadanía que apuesta por el uso de las guaguas. De esta manera el precio del bono residente era, antes de la gratuidad total, de 14 euros para el público general y de 10 para jóvenes y mayores. Estamos hablando de un bono que permitía hacer viajes ilimitados tanto urbanos como interurbanos en toda la isla y con todos los operadores.

Los datos son elocuentes ya que el número de viajeros y viajeras en el transporte público en la isla alcanzó en 2022 los 66 millones y en 2023 se acercó a los 91 millones. Es decir, 24,5 millones más, lo que significa un 37% de aumento. Y hay 400.000 bonos residentes activos, lo que quiere decir que casi la mitad de la población de Gran Canaria usa el transporte público con cierta regularidad (ya que los viajeros ocasionales utilizan otros títulos de transporte o pagan en efectivo).

Otro de los proyectos estrella para la modernización del transporte es el Centro de Control de la Movilidad en Gran Canaria, previsto en el intercambiador de Tamaraceite, que cuenta con más de 23 millones de presupuesto y que va a estar operativo en 2025. Se trata de un centro de alta tecnología para regular el transporte público de la isla, que sabrá en cada momento y en tiempo real dónde está cada guagua y cuántos pasajeros lleva y podrá incluso abrir o cerrar semáforos. De esta manera se contará con una gran herramienta para reaccionar rapidamente a las diversas incidencias y poder adaptar el servicio, además de dotarlo de seguridad y mayor puntualidad. Gracias a él contaremos con una enorme cantidad de datos que, gestionados adecuadamente, nos ayudarán a planificar nuevas infraestructuras viarias y nuevas líneas o adaptaciones de líneas ya existentes.

Las obras de la metroguagua, proyecto que cuenta con el apoyo del Cabildo, están muy avanzadas y cuando se ponga en marcha va a transformar la movilidad de Las Palmas de Gran Canaria, la urbe que concentra un mayor número de desplazamientos. Se mejorará en rapidez, puntualidad, comodidad, frecuencias e interconexión entre la zona baja y otras zonas de la ciudad. Además, como la mayoría de los vehículos que van a prestar el servicio serán eléctricos, va a contribuir de manera decisiva a la reducción de emisiones.

Por supuesto también tenemos que hablar del tren. Desde el Cabildo hemos hecho los deberes y lo tenemos todo listo para poder licitar la obra desde que garanticemos los fondos para su construcción. Estamos hablando de una infraestructura que permitirá descongestionar la GC-1, que se alimentará exclusivamente de energía renovable y que permitirá conectar con rapidez y puntualidad el principal eje económico y poblacional en el que se concentra la inmensa mayoría de los viajes de la isla. Tendrá un impacto ambiental muy moderado ya que gran parte del trayecto discurre soterrado. Se trata de un proyecto cuya inversión y envergadura sin duda marcarán un antes y un después en la sociedad y economía de la isla.

No podemos olvidarnos tampoco de otras iniciativas para la descarbonización de la movilidad, como la red de puntos de recarga de vehículos eléctricos. Aunque la prioridad tiene que ser el fomento del transporte público, la realidad es que hay algunos trayectos que por diversos motivos (dispersión poblacional, actividades profesionales, etc.) solo pueden ser cubiertos por el vehículo privado, por lo que el coche eléctrico también juega un papel clave en la movilidad sostenible.

Pero la movilidad también es territorio para el I+D+i. Estamos colaborando con el ITC, que recientemente abrió la primera refinería de hidrógeno alimentada por energías renovables de España y Europa, con un sistema de producción totalmente aislado de la red eléctrica general. El hidrógeno refinado en esa planta va a servir, por ejemplo, para alimentar las primeras guaguas de Global movidas por hidrógeno que prestarán servicios en los municipios del sureste. De esta manera nos posicionamos a la vanguardia del que se espera que sea el combustible del futuro.

Como vemos, Gran Canaria está avanzando con paso firme y decidido hacia un modelo de movilidad sostenible, que articule y cohesione los municipios de nuestra isla, que reduzca las emisiones, que contemple todas las modalidades de transporte para adaptarse al máximo número de demandas posible, que sea accesible para toda la población y que sea un vector de diversificación económica e innovación. En definitiva, insisto, una movilidad sostenible que sea uno de los pilares de la ecoísla.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

El Sector Primario de Gran Canaria fue el sostén económico de nuestra población desde antes de la conquista hasta principios del siglo XX. Tras la eclosión turística de los años 50 del pasado siglo, junto al consecuente crecimiento poblacional que se produjo en la isla, nuestro sector primario sufrió un profundo retroceso y se tornó incapaz de suministrar el suficiente alimento para el abastecimiento de aquella población. Para solucionar esta carencia se optó por la vía más fácil, fomentar y subvencionar la importación de alimentos

portada antonio moralesEn nuestra isla, y tras haber mirado hacia otro lado durante mucho tiempo mientras asistíamos al empobrecimiento de nuestra gente en el entorno rural y el consiguiente abandono de las tierras de uso agrario, hemos tomado conciencia de la gravedad de esta irresponsabilidad.

Las recientes crisis sanitaria, inflacionista y bélica y sus devastadoras consecuencias socio económicas nos llevó al gobierno insular al convencimiento de que había que hacer algo ante el histórico abandono de nuestro sector primario y las ineficientes políticas paliativas aplicadas. Por ello, nos establecimos como prioridad el rescate y la potenciación del sector primario para disminuir la dependencia del exterior, alcanzando las mayores cotas posibles de soberanía alimentaria.

Así, en 2016, consensuamos, diseñamos y pusimos en marcha el Plan Estratégico del Sector Primario de Gran Canaria, con una visión clara “Hacia la soberanía alimentaria: una isla sostenible”, enmarcado en el modelo de Ecoísla. Ese plan se basaba en 5 grandes objetivos estratégicos: Mejorar la competitividad de las explotaciones, coordinar el quehacer de las administraciones públicas hacia el nuevo modelo, promover el relevo generacional e impulsar la integración de la mujer en el campo, la sostenibilidad ambiental y la valorización del sector y sus productos.

Este Plan Estratégico se ejecuta a través de unos planes insulares de desarrollo que nos han permitido alcanzar importantes logros a lo largo de estos años. A continuación resumiré algunos de esos principales hitos.

Hemos puesto en marcha el Centro de reproducción animal de razas autóctonas en el Polígono Agroganadero de Corralillos con una inversión de 900.000 euros, una acción de la que se han beneficiado unas 200 explotaciones.

Gracias al Banco de Tierras se han recuperado, por parte de 497 agricultores, 437 hectáreas agrícolas que estaban en desuso. Es la única isla que ha ganado suelo agrícola efectivo: 772 hectáreas. Asimismo se han regenerado unas 15 hectáreas vitícolas en 2022 y esperamos que se recuperen otras 12 hectáreas en 2023, este mismo año. Es la única isla que ha crecido en el sector. Mención especial merece el Plan Forrajero de Gran Canaria, que ha permitido que, de 80 hectáreas de cultivos forrajeros en 2019, hayamos pasado a 130 hectáreas (un aumento del 62,5%). Este incremento de superficie de cultivo también ha permitido que 107 personas se incorporen al sector agrario, gracias a las ayudas y el asesoramiento del Cabildo de Gran Canaria.

Por otra parte, desde 2016 han sido entregados a agricultores 191.167 árboles frutales, lo que supone unas 337 hectáreas repobladas. El mismo programa de fomento de la fruticultura ha permitido la valorización de frutales de medianías, lo que ha posibilitado a los agricultores aumentar sus ingresos por kilo de ciruelas o albaricoques.

Pero es fundamental también dar a conocer la calidad de nuestros productos. Por eso hemos acudido a más de 100 eventos con esta finalidad, destacando la feria Fruit Attraction en Madrid o el Foro internacional del Queso y por supuesto, la feria Gran Canaria Me Gusta, que volveremos a disfrutar dentro de apenas un mes.

Hemos creado, junto a la Denominación de Origen “Vinos de Gran Canaria”, AIDER Gran Canaria y la SPEGC, la Ruta del Vino de Gran Canaria, única en Canarias acreditada por los ministerios de Agricultura y de Turismo. De hecho la semana pasada la isla acogió la asamblea general de la Asociación de Ciudades del Vino de España en la que se dieron cita 32 Rutas del Vino de España.

Por supuesto, en el marco de la lucha contra el cambio climático y la transición ecológica, es fundamental la descarbonización de la actividad agraria, y en esa tarea se han invertido más de 2 millones de euros en ayudas para la instalación de energías renovables. También hemos apostado por la circularidad de la actividad gracias a distintas acciones de gestión de residuos ganaderos para la producción de compost y abono y una planta de biomasa en Artenara para el aprovechamiento de restos agrícolas.

También hemos promocionado la pesca artesanal sostenible y la acuicultura, ya que el Plan Insular de Ordenación ha multiplicado por 25 el espacio compatible con esta actividad. En acuicultura lideramos su implantación en las islas con un incremento de un 10,2 % en la producción de doradas y un 33% de lubinas. Está prevista una inversión de 40 millones de euros que creará 120 nuevos empleos y aumentará la producción en un 186%.

Y para garantizar la pervivencia de la agricultura y la ganadería contamos con el Plan Formativo del Sector Primario que desarrolla más de 150 actuaciones formativas anuales, que llegan a unos 3.000 alumnos y alumnas al año.

No obstante, para poder competir y sobreponerse a las diversas crisis que estamos atravesando, el sector necesita de subvenciones y ayudas extraordinarias. En este sentido hemos incrementado un 37,5% de 2020 a 2023 el presupuesto de ayudas ordinarias, orientadas al fomento del sector primario hasta un total de más de 20 millones de euros. Además, a esa cifra hay que sumar 12,5 millones de euros en ayudas extraordinarias por el COVID y la crisis de Ucrania.

La modernización de las infraestructuras es otra de las líneas de trabajo que hemos ejecutado, con 90 actuaciones por valor de 16 millones de euros repartidas por 15 municipios. Son principalmente caminos rurales, infraestructuras de desarrollo rural, de riego y de modernización de las instalaciones de la Consejería.

Entre estas últimas mejoras en las instalaciones de la Consejería, ejecutadas para poder prestar un mejor servicio al sector, destacan la renovación de cuatro Agencias de Extensión Agraria por valor de 2,5 millones de euros y ocho nuevas instalaciones de desarrollo rural como mercados agrícolas, la Bodega Insular, o la Casa del Vino, con una inversión de 3,5 millones. Dentro de esas 90 obras también hay proyectos de riego que harán que a finales de 2023 se hayan invertido, en el Plan de Riego de Medianías y Cumbre, unos 4,7 millones.

Todas estas actuaciones se hacen con un objetivo prioritario: avanzar hacia la soberanía alimentaria. ¿En qué medida hemos avanzado hacia ese objetivo?

Según los datos que se registran mensualmente en Mercalaspalmas, donde se estima que se comercializa más del 50% de la fruta y verdura que se consume en la isla, el 34,7% (19.700 toneladas) de la fruta que se vende es de Gran Canaria, así como el 72,9% de las hortalizas, (42.300 toneladas) y el 45,7% (14.300 toneladas) de las papas. En total, respecto a estos productos, el nivel de autosuficiencia llega al 52,3%, unas 76.400 toneladas, aunque en algunos productos como los huevos frescos se alcanza el 80% de autoconsumo.

No obstante algunos de estos productos, como la papa, tienen un porcentaje mayor de autoabastecimiento, porque los productores venden directamente a mercados y supermercados, estimándose que el consumo de papa local supera el 60%.

Como hemos visto, los datos son concluyentes. Gran Canaria avanza con paso decidido hacia la soberanía alimentaria, lo que implica más bienestar para la población rural, alimentos de más calidad para toda la población de Gran Canaria, menor dependencia del exterior, más paisaje mosaico que nos protege de los incendios, menos emisiones y mejor conservación del paisaje y los entornos rurales.

El pasado viernes celebramos el centésimo décimo aniversario de la creación del Cabildo, del Gobierno de Gran Canaria. Reconocimos ese día a personas y colectivos que se han significado por sus trayectorias sociales o profesionales. La perspectiva de once décadas desde su constitución nos permite valorar serenamente una de las decisiones históricas que justifican en gran medida el progreso y el dinamismo que la isla ha desplegado en el último siglo

portada antonio moralesEstoy convencido de que quienes el 11 de julio de 1912 promovieron la Ley de Cabildos, hoy celebrarían con la ciudadanía isleña el acierto y la oportunidad de aquella Ley sobre Organización Administrativa y Representación a Cortes en las Islas Canarias que sustentó la creación de los cabildos insulares.

La historia de Gran Canaria se aceleró con la puesta en funcionamiento del Cabildo porque la institución ha funcionado como catalizador, referencia y expresión de las necesidades estructurantes de nuestra sociedad. Así ocurrió con las demandas sanitarias o de protección social, de conservación o repoblación de nuestros bosques, de garantía de suministro de agua con una red de presas única en el mundo, con la ampliación del puerto de la Luz y Las Palmas o más recientemente con la reivindicación y consecución de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Estas son las raíces de las que se nutre el afecto, el aprecio que nuestra gente siente por una institución que está cumpliendo la misión para la que fue creada. Y podría seguir profundizando en cientos de testimonios acerca de ese sentimiento de pertenencia e identificación que se ha ido tejiendo entre el Cabildo y la isla.

Y tan importante como aprender de la historia es comprobar que no renunciamos a construir un futuro mejor para esta tierra, que avanzamos como sociedad y que las personas y entidades reconocidas en este aniversario ejemplifican de manera sobresaliente la creatividad, el esfuerzo, la solidaridad, la resiliencia en áreas muy diversas… y todas, con su aportación individual o colectiva, contribuyen a ensamblar una isla atractiva, tolerante, integradora e innovadora.

Gran Canaria es una pasión que nos convoca a todas y a todos a impulsar propuestas de desarrollo sociales y económicas sostenibles, innovadoras, referenciales. La trayectoria de las personas y los colectivos premiados son historias de vida que engrandecen nuestra convivencia. Vivimos mejor y cimentamos con firmeza nuestras proyecciones de futuro por las aportaciones que han sembrado en esta tierra.

Con el acto del pasado viernes, esta isla, orgullosa y agradecida les ha devuelto esa contribución impagable. Reconocemos ese esfuerzo valioso, pero al mismo tiempo marcamos un modelo, una referencia para que la sociedad la tenga en cuenta y prosiga el camino que han iniciado.

Escuchamos a nuestro alrededor que vivimos tiempos de incertidumbre y desconcierto. Pero desde Gran Canaria podemos proclamar que tenemos faros y guías en las personas y entidades galardonadas porque todas tienen dimensiones de las que aprender, a las que imitar, ejemplarizantes. Frente a la cultura del pesimismo hoy tenemos pruebas para afianzar la cultura de la ilusión y la esperanza. No basta con tenerlas entre nosotros sino que es imprescindible reconocerlas y visibilizarlas como hacemos cada año desde el Cabildo.

Aquella decisión de crear los cabildos hace 110 años dio sus frutos porque se asentó en tres aciertos que se han confirmado a lo largo de la historia de Canarias como indispensables para organizar nuestra convivencia: respeto a la singularidad isleña, representación democrática del Cabildo y el autogobierno que le permite disponer de hacienda propia.

Ha costado siglos que las instituciones estatales y europeas comprendieran nuestras singularidades. Lo más fácil era equipararnos a territorios continentales y colocarnos en el mapa como convenía a los poderes centrales.

Normalmente aparecíamos a pocas millas de las costas del continente y en un mar equivocado. Poco a poco han aprendido que somos atlánticos e isleños. Cada vez que surge una circunstancia nueva se pone a prueba este equilibrio inestable. Para avanzar necesitamos mantener una gestión rigurosa y firmeza en la defensa de los derechos canarios.

Estas singularidades no son realidades definitivamente aprendidas, ni resueltas. Hay que recordarlas cuando hablamos de inmigración, de inversiones en las islas, de respeto de nuestro REF, de cesiones a países limítrofes que ponen en jaque nuestros derechos o el de un pueblo abandonado, de aguas territoriales o de prospecciones petrolíferas o tierras raras. El Cabildo ha mantenido y mantendrá una voz serena y a la vez firme en la defensa de nuestros fueros.

Y estoy convencido de que la comunión entre sociedad y Cabildo, además de la misión que a lo largo de la historia ha cumplido, tiene también su origen en el carácter democrático y representativo de todos los consejeros y consejeras que lo son por elección directa desde su creación en 1912, salvo el paréntesis de la dictadura.

Fue una diferencia con las diputaciones que se conformaron por elección de segundo grado. Y ese plus de legitimidad es de rabiosa actualidad cuando se escuchan voces que cuestionan el sistema democrático e incluso la propia existencia de los cabildos.

En una época de profundos cambios, la democracia se cuestiona y se abren camino posiciones reaccionarias y totalitarias que destruyen los valores básicos de una convivencia basada en los Derechos Humanos. Queremos reafirmar la experiencia de progreso a la que nos ha llevado un modelo democrático de cabildos como un gran proyecto que estabiliza e identifica a nuestra sociedad. No queremos silenciar el riesgo para no tener que lamentar la involución.

Saramago reflexionó sobre la debilidad de las democracias occidentales y escribía que “debemos cuestionarla en todos los debates. Si no encontramos un modo de reinventarla, no perderemos sólo la democracia, sino la esperanza de ver un día los derechos humanos respetados en este planeta. Sería entonces el fracaso más estruendoso de nuestro tiempo, la señal de una traición que marcaría a la humanidad para siempre”.

Gran Canaria encontró en su Cabildo la proyección de sus posibilidades sociales, económicas, culturales y políticas. Y desde estas raíces sólidas, a semejanza de la palmera y el drago, queremos aspirar a ganar el futuro. Si los fundadores nos ayudaron a ganar el siglo pasado, nos corresponde a todas y a todos ganar el siglo que va caminando aunque sea con sobresaltos.

Y les puedo asegurar que tenemos las mejores condiciones para lograrlo porque nuestra gente está implicada y preparada, desde la cercanía diaria a miles de mujeres y hombres que se afanan por abrir sus comercios, por plantar sus tierras, por atender su ganado y elaborar nuestros quesos, por atender los servicios públicos, por recibir a millones de turistas, por perseverar en la investigación y el conocimiento, por consolidar el puerto y el aeropuerto que nos abren al mundo,

Con esas certezas asumimos el compromiso de alentar, de acompañar, de impulsar las grandes transformaciones que mantendrán a Gran Canaria en la vanguardia de los tiempos nuevos que están llegando. Y en estacelebración importante del ciento diez aniversario del Cabildo, deben quedar en nuestra conciencia referencias prioritarias que confirman que la isla tiene un libro de ruta, que estamos centrados en lo decisivo y que la confluencia social es la condición indispensable, como siempre ocurrió, para el éxito.

Estamos ganando la apuesta de la sostenibilidad social y económica. La de las soberanías energéticas y alimentaria y la seguridad hídrica. La de la sociedad del conocimiento, la innovación y la isla inteligente. La de las economías azul, verde y circular. La de la movilidad sostenible con el transporte guiado. La del turismo digital y sostenible. La de la protección del territorio y el paisaje, nuestra biodiversidad y riqueza medioambiental frente a la sobrepoblación. La del impulso a la cultura, el patrimonio histórico, la cohesión social, la igualdad, la solidaridad, los cuidados, la vivienda, el empleo… La apuesta de la Ecoísla.

Pedro García Cabrera nos interpretó cuando escribió: “Caminos que me conducen, sombreados de esperanza,/a roques que no se nublan y a piedras enamoradas/de dialogar con las cimas de sueños que no se alcanzan./Mas si la quieres leer, verás tan sólo en sus rayas/los caminos de una isla que se llama Gran Canaria…”

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

La pasada semana tuvo lugar, en la Finca de Osorio, el segundo encuentro de pastores. Una oportunidad pararenovar la alianza entre el Cabildo y este colectivo para colaborar en la protección de la isla contra los incendios y en garantizar esta actividad ancestral

portada antonio moralesGran Canaria está en deuda con los pastores y las pastoras y con todas las personas del mundo rural que, durante siglos, han producido nuestros alimentos, preservado nuestro medio y conservado nuestras tradiciones. Lo han hecho además en condiciones muy duras, con pocos recursos, en entornos de difícil acceso, sufriendo las condiciones climatológicas más adversas. Lo han hecho, en muchos casos, con escaso apoyo de las instituciones públicas y sin el reconocimiento social que se merecen.

Pero sin duda, algo está cambiando. La mayor parte de los parajes que los pastores recorren desde siempre con sus ganados han sido reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad en su categoría de Paisaje Cultural o como Reserva de la Biosfera. Es decir, se valoran las formas de vida que conforman una interacción con el medio única en el mundo, como la trashumancia o la elaboración de quesos artesanos.

Suponen un patrimonio cultural inmaterial y una seña de identidad cultural de nuestra isla que debemos proteger, porque además reporta múltiples beneficios a la sociedad. La ciencia, la técnica y el pastoreo tradicional conforman una extraordinaria herramienta para la conservación del patrimonio natural.

Esta manera de relacionarse armónicamente con el medio no solo nos remite a la tradición, sino que en ella también está la solución para afrontar muchos de los retos a los que nos enfrentamos actualmente, como, por ejemplo, el cambio climático.

El abandono de la agricultura y de la ganadería, la sequía y las temperaturas extremas hacen que nuestros montes estén cada día más expuestos a incendios forestales que, a decir de los expertos, serán cada vez más graves y devastadores. Ante esta situación, el pastoreo conforma una excelente herramienta para gestionar grandes extensiones de terrenos, ya que las ovejas eliminan gran parte del exceso de vegetación que, cuando se seca,arde con facilidad.

Además, la ganadería extensiva tiene un papel importante en la economía rural y circular, evita su despoblación, conserva el patrimonio y ayuda en la mitigación de los efectos del calentamiento global. Para garantizar la supervivencia de esta actividad, es necesario que los pastores tengan el reconocimiento social e institucional que se merecen.

Por eso, de la misma manera que los pastores están comprometidos con su tierra, desde el Cabildo estamos comprometidos con ellos, para gestionar de manera conjunta el territorio, el paisaje y la naturaleza de Gran Canaria. Hace 5 años, en 2018, nos encontramos también en Osorio para promover la alianza que reeditamos la pasada semana.

Puedo decir con orgullo que en estos cinco años se han cumplido los compromisos a los que nos comprometimos mediante aquella alianza. Los nuevos tiempos, sin embargo, traen consigo nuevos retos y desafíos para nuestra isla. Es por esto que hoy es más necesario que nunca reeditar aquel pacto y seguir trabajando unidos para mantener un oficio tradicional que tantos beneficios reporta a la sociedad grancanaria.

Este nuevo acuerdo se enmarca en el programa Gran Canaria Mosaico, una estrategia de prevención de grandes incendios forestales impulsada por la consejería de Medio Ambiente del Cabildo. Se promueve con ella la recuperación de paisajes mosaico diversos, habitados y con menor riesgo ante los incendios, basados en actividades agrícolas, ganaderas y forestales y se potencia la adaptación de la sociedad para convivir con el fuego. Una preciosa metáfora también de la isla que queremos construir, una isla mosaico, diversa y plural, pero apacible, solidaria....

Durante estos 5 años de trabajo compartido hemos dado grandes pasos para que la ciudadanía de la isla conozca mejor la labor y el valor del pastoreo, con la creación del documental “Pastores de Gran Canaria: Gestores del territorio, del paisaje y la biodiversidad”, la edición del libro “Pastores de Volcanes y Alisios” o la Exposición “La Mudá: Trashumantes de Gran Canaria”.

Hemos dado grandes pasos también en la gestión compartida del medio, como por ejemplo contando con una cuadrilla que realiza desbroces en barrancos y superficies públicas de pastoreo a petición de los pastores o con la autorización del pastoreo controlado en los barrancos de la isla.

Pero hay un aspecto que me parece de vital importancia, ya que estoy convencido de que se va a convertir en una herramienta imprescindible de futuro para la gestión del medio rural. Estoy hablando del pago por servicios ambientales, en este caso el pago que abona el Cabildo por la labor de prevención de incendios que cumple el pastoreo. Porque es una labor que previene la destrucción de miles de hectáreas, protege vida y biodiversidad y ahorra cientos de miles de euros a las administraciones tanto en la prevención como en la restitución de los daños provocados por los incendios.

Por una cuestión de justicia y de eficiencia hay que reconocer que muchas de las actividades que se realizan en el medio rural tienen enormes beneficios para el conjunto de la isla, aunque el mercado no les asigne un valor, y es una cuestión de justicia reconocerlo, y de eficiencia integrar esas actividades en la gestión del medio.

Con el acuerdo firmado queremos reconocer el papel del pastoreo para el desarrollo sostenible, así como de herramienta para la prevención de incendios forestales y de lucha contra el cambio climático. El pastoreo es una actividad fundamental para proveernos de alimentos de calidad, sostenibles y de cercanía, lo que nos acerca a la soberanía alimentaria.

No podemos olvidarnos de nuestros quesos, una joya gastronómica mundial. Los quesos de Gran Canaria son reconocidos y premiados internacionalmente. Nos comprometemos a seguir promocionando su producción, comercialización, consumo y divulgación. Ni podemos olvidarnos de nuestras carnes de baifo o corderos, para las que se han diseñado campañas de consumo de enorme éxito.

Somos herederos y guardianes de una tradición y de una cultura ancestral, que hoy es reconocida mundialmente. Es una enorme fortuna, pero también una enorme responsabilidad ya que debemos esforzarnos por preservar y por mantener vivo este legado para las generaciones venideras.

La alianza que volvimos a refrendar es sin duda un compromiso con ese legado. Con nuestro pasado, con nuestro presente y con nuestro futuro. El pastoreo es un orgullo para Gran Canaria. Hay que agradecer a los pastores su voluntad de construir con el Cabildo una isla mosaico, una ecoísla.

La pasada semana el Cabildo presentó el Diagnóstico Energético de Gran Canaria, elaborado por la profesora Julieta Schallenberg y un equipo de la ULPGC. Este trabajo ofrece una oportunidad para hacer un balance de las políticas energéticas en la isla y para poder comprobar si estamos en el camino de la consecución de los objetivos de descarbonización, reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y de avance de la soberanía energética que defendemos

Lo cierto es que hemos hecho grandes avances en el desarrollo de nuestra agenda de implantación de energías limpias. El progreso de las energías renovables en Canarias es un hecho y en Gran Canaria es aún más patente. Es esta la isla con una mayor contribución renovable, casi un 24%, después de la isla de El Hierro (con un 48,5%). La media en Canarias es del 20%, por lo que estamos 4 puntos por encima.

Aunque las islas tienen un clima idóneo para implementar un sistema eléctrico basado en energías limpias, la potencia total instalada en Gran Canaria apenas llegaba a 128 MW en 2017. Cinco años después ronda los 350 MW. En este lustro el crecimiento ha sido de un 173%.

Pero tenemos que ser más ambiciosos y cumplir con los objetivos de descarbonización que nos hemos trazado para el año 2040. El estudio demuestra que en los últimos años Gran Canaria está en camino de alcanzar estos retos, gracias en parte a la reducción de los precios en los últimos años de tecnologías clave como la eólica y la solar.

Tenemos también la ventaja del Salto de Chira y de que esta gran pila de almacenamiento vaya a hacer posible que la eólica marina pueda anidar en nuestro mar en muy poco tiempo. Con la aprobación, en el último Consejo de Ministros, de los planes de ordenación para los mares del estado español ya está todo disponible para que sea una realidad. Estoy convencido de que en los próximos años seremos una referencia mundial: una isla de un millón de habitantes soberana energéticamente.

No podemos seguir quemando en Gran Canaria 49.671 barriles de petróleo, cerca de ocho millones de litros, al día. Porque contaminamos, porque nos enfermamos, porque hacemos un enorme daño a nuestra biodiversidad…

Hay que implementar políticas y medidas basadas en el autoconsumo para una transición inclusiva y justa, marcándonos objetivos como la descentralización energética y la democratización. Y aquí los datos son también muy positivos: Gran Canaria ha pasado de tener algo más de 100 instalaciones de autoconsumo en 2019 a superar las 2000 en 2022.

La potencia instalada para el autoconsumo en Gran Canaria se ha multiplicado casi por seis entre 2019 y 2022, pasando de menos de 5 MW a casi 28 MW. Es la isla con más autoconsumo del Archipiélago, llegando casi al 50% del autoconsumo regional.

Y en este sentido, el Cabildo de Gran Canaria predica con el ejemplo. Ahora mismo hay instalados 1,5 MW de autoconsumo en las cubiertas de edificios insulares y 2,5 MW contratados o en fase final de adjudicación: en el Ecoparque Norte, El Sabinal, Gran Canaria Arena, Polígono de Arinaga o en la Cueva Pintada… Todo esto supone más de 3,5 millones de euros de inversión.

También incentivamos a la ciudadanía y a las empresas para que invierta sus propios fondos en la producción de electricidad para el autoconsumo a través de nuestras subvenciones (300 concedidas en 2021). Se han instalado de esta manera 2,4 MW, de los cuales se ha subvencionado 1MW. Es decir, casi 3 millones en ayudas desde 2019 hasta ahora.

Desde el área de Soberanía Alimentaria se ha ayudado a 131 agricultores y ganaderos, con 2,2 millones de euros, para hacer posible la implantación de 2 MW de autoconsumo en sus instalaciones

También desde el Consejo Insular de Aguas, dentro del proyecto RENOVAGUA que pretende llevar las renovables al conjunto de la desalación y regeneración de aguas, se han invertido más de tres millones de euros para conseguir instalar - o estar en el proceso de instalación- más de 2.000 MWh/año, 1.700 Kw de potencia. En este caso estamos hablando de más de 3 millones de inversión.

El Plan de Cooperación con municipios y mancomunidades ha permitido instalar en distintos municipios y mancomunidades y en cubiertas de centros de mayores, colegios, edificios municipales, plantas aisladas, etc… un total de 702 kW de potencia y 2,5 millones de inversión.

Los ecoparques Norte y Sur están cubriendo el 60% de sus necesidades energéticas, con picos del 100%, a través del biogás que producen. La previsión en los próximos meses es que cubran el 100% de sus necesidades y se produzcan excedentes. En estos momentos estamos cerrando la negociación para participar con un 25% como administración pública en un parque privado de 9MW en el Polígono de Arinaga.

Todo esto nos está permitiendo acelerar el proceso de descarbonización, reducir la necesidad de construir y financiar grandes instalaciones de renovables, evitar pérdidas en la distribución y avanzar en la democratización de la energía.

Además, las comunidades energéticas van a ser el eje sobre el que pivotará la descentralización y la democratización del sector energético insular. La comunidad energética industrial que impulsamos desde el Cabildo en el Polígono de Arinaga o el trabajo que estamos desarrollando en el barrio de Siete Palmas son un buen ejemplo de este compromiso. En este sentido hemos dado un paso adelante constituyendo la Oficina de Transformación Comunitaria y Transición Energética de Gran Canaria para impulsar las comunidades energéticas y el autoconsumo compartido por todos los municipios de la isla.

Ahora bien, con el autoconsumo solo podemos cubrir el 40% de la demanda del sector residencial. Así que la eficiencia energética y el autoconsumo solos no pueden ser los garantes de la transición hacia un modelo más sostenible. La única manera de crear resiliencia, y avanzar hacia un modelo autosuficiente, es a través de la diversificación.

Y en Gran Canaria hemos contribuido a hacer posible o iniciado proyectos en geotermia, de ahorro y eficiencia, de desalinización y de regeneración eficientes o, como les dije anteriormente, la energía eólica marina, o la central de bombeo reversible del Salto de Chira. También estamos desarrollando anteproyectos para almacenar los excedentes de renovables y para integrar el hidrógeno verde en algunos de nuestras iniciativas.

Pese a los buenos datos, tenemos que acelerar el despliegue de energías renovables en los próximos años y desde todas las instituciones tenemos que plantar cara, con soluciones reales, al cuello de botella que se sufre con los permisos y autorizaciones.

También hay que mejorar la eficiencia energética de la isla, como estamos haciendo en el Cabildo de Gran Canaria el centro de mayores de El Sabinal, por ejemplo, o seguir facilitando la electrificación del transporte con la red de recarga de vehículos eléctricos, ámbito en el que también somos líderes, aunque su despegue es muy lento.

Un sistema ecológico y limpio es la única manera de garantizar nuestra seguridad en el futuro. Seguridad energética, seguridad económica y seguridad para afrontar los impactos del cambio climático. Gran Canaria ya está en el camino correcto.

Antonio Morales Méndez
Presidente del Cabildo de Gran Canaria

Desde el Cabildo de Gran Canaria estamos convencidos de que la economía y las empresas de nuestra isla pueden competir en el marco de una economía globalizada. Estamos realmente seguros de que Gran Canaria puede atraer inversores en sectores punteros e integrar nuestra economía en cadenas de valor internacional

portada antonio moralesTenemos una posición estratégica que nos permite ser un puente entre tres continentes. Formamos parte del mercado europeo al tiempo que estamos a unos pocos cientos de kilómetros de África Occidental. Mantenemos vínculos históricos y culturales con América Latina y con los miles de hermanos y hermanas canarias y descendientes que viven en países como Cuba o Venezuela.

A esto se suman los incentivos fiscales que, como el REF, refuerzan la competitividad de Gran Canaria en el panorama internacional. O nuestro talento, ya que es difícil encontrar un territorio de nuestras dimensiones que concentre tantas capacidades en tantos campos diferentes, así como universidades y centros de investigación de primer nivel.

Cuando hablamos de internacionalización, hay 4 ámbitos prioritarios: el incremento del volumen de las exportaciones, el número de empresas canarias abiertas a mercados internacionales, la captación de inversión extranjera y el incremento del número de empresas canarias internacionalizadas.

Desde el Cabildo de Gran Canaria estamos impulsando diversas iniciativas en esos cuatro ámbitos que hacen que hoy la economía insular no solo esté más internacionalizada, sino que estemos sentando las bases para que esta estrategia sea sostenible a medio y largo plazo.

La Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria (SPEGC), es uno de los instrumentos clave a través del cuál el Cabildo está apoyando cuatro iniciativas que, a día de hoy, cumplen con el objetivo de promocionar la inversión extranjera y dar a conocer nuestra isla al mundo: Best in Gran Canaria, Gran Canaria Film Commission, Bioasis Gran Canaria y Talento Gran Canaria.

Best in Gran Canaria engloba, bajo el liderazgo de la SPEGC, a 14 entidades públicas y privadas para la atracción de inversiones y proyectos a la isla en sectores como las tecnologías de la Información y actividades digitales, las energías oceánicas y otras actividades off shore. Valga como ejemplo el Centro de Innovación Marino-Marítimo, que ya desarrolla una intensa actividad promocional a través de la Incubadora de Alta Tecnología de Analítica de Datos e Inteligencia Artificial en los ámbitos marinos y marítimos.

Gran Canaria Film Commission está siendo clave para uno de los sectores en los que el desarrollo de la isla está siendo más espectacular. Durante el año 2022 en Gran Canaria se rodaron 148 producciones con una inversión aproximada de 100 millones de euros. Ha supuesto la realización de 9.100 contrataciones.

Es relevante el incremento de la animación digital: se han instalado 6 estudios, produciendo 17 series, con 280 profesionales del sector de la animación, la mitad de ellos, de talento local.

Además este sector va a dar otro salto con Gran Canaria Platós, una inversión de más de 9 millones de euros reforzada con una subvención de 6 millones procedente de los fondos Next Generation para su digitalización.

A estas iniciativas hay que sumar Bioasis Gran Canaria, un proyecto colaborativo que promociona la isla como destino de producciones asociadas a la biotecnología azul, la acuicultura o la economía circular. En estos momentos se están invirtiendo en nuestra isla alrededor de cuatrocientos millones de euros en el campo de la acuicultura. La activación de la Incubadora de Alta Tecnología en el ámbito de la Biotecnología Marina y la Acuicultura, que inauguramos recientemente, está sirviendo como reclamo para atraer proyectos de esta naturaleza.

Talento Gran Canaria es un programa a través del cual facilitamos el contacto de los más de 1.100 grancanarios y grancanarias en el exterior con más de 100 empresas. Asimismo hemos abierto también una línea de becas en África Occidental para jóvenes de Gran Canaria con el objeto de estrechar lazos y colaboración económica con la sociedad civil, las universidades, las empresas y las instituciones.

Hay un sector industrial que es una buena muestra de hasta dónde podemos llegar si creemos en nuestras posibilidades y en el talento de nuestra gente: la moda. No podría hablar de la moda en Canarias sin hablar de la moda de baño, del mismo modo que no podría hablar de la moda de Gran Canaria sin hablar de Moda Cálida.

Durante los últimos años el Programa Gran Canaria Moda Cálida ha experimentado un salto cualitativo en la promoción y comercialización de la moda que se hace en Gran Canaria. Gracias a este trabajo, la Semana de la Moda de Baño ya es referente internacional. En la última edición participaron empresas del Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Suecia, Colombia, Italia, Israel…

Hemos tomado protagonismo en la Macaronesia con el proyecto europeo Modamac, liderando una alianza con otros territorios como Tenerife, La Palma, Senegal, Cabo Verde o Madeira. Esto ha supuesto casi medio millón de euros de financiación para Gran Canaria.

El Plan de Internacionalización, que hemos puesto en marcha junto a la Cámara de Comercio de Gran Canaria, nos ha permitido estar presentes en las tres ediciones de la Feria Italiana Mare da Mare y situarnos en el mercado alemán y danés con sendas acciones promocionales en la Semana de la Moda de Berlín y Copenhague.

En este contexto también se celebró la primera cumbre de la Alianza Europea de la Moda en la isla de Gran Canaria, lo que dió a conocer a los 21 países visitantes la Semana de la Moda de Baño.

Ahora bien, si estamos hablando de internacionalización, no podemos olvidarnos del turismo, nuestro principal sector económico y en el que somos más competitivos. El sector cuenta con dos vías de internacionalización principales: la apertura de nuevas filiales en destino y la exportación de conocimiento.

Es en este segundo campo en el que creo que debemos centrar nuestros esfuerzos. Y es que el conocimiento y la experiencia que tenemos en Canarias sobre el sector es totalmente internacionalizable.

Hoy ya nadie duda de que el futuro del turismo está en la digitalización y en la sostenibilidad. En estos dos campos, estamos en condiciones de generar conocimiento y experiencias que nos conviertan en una referencia, tanto para la atracción de inversiones como para la exportación de conocimiento.

A través de la iniciativa Gran Canaria Isla Inteligente, hemos puesto en marcha diversos proyectos para la promoción turística del Patrimonio Mundial y la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, para la implantación de un Sistema de apoyo para su gestión y preservación y para convertirnos en un destino turístico inteligente a través de la iniciativa Smardest y Datagran. Nos va a permitir aplicar al sector del big data, lo que probablemente sea la principal materia prima de la economía del futuro.

Mención especial merece el que hace aproximadamente un año nos uniéramos al programa Biosphere, que traslada al sector turístico una metodología para adaptarse a los grandes objetivos marcados en las cumbres mundiales de la UNESCO y la Organización Mundial del Turismo (OMT).

No podemos olvidarnos de la que históricamente ha sido la principal puerta de Gran Canaria al mundo: el Puerto de la Luz y de Las Palmas. Una infraestructura vital en nuestra historia económica y social, que incluso durante la pandemia consiguió seguir creciendo y que demuestra día a día que es uno de los principales polos de diversificación e internacionalización económica.

Pero ninguno de estos proyectos será posible sin lo más importante: la implicación de la sociedad civil. Necesitamos creernos que es posible, huir del pesimismo y del negacionismo, y contar con la totalidad de la enorme inteligencia colectiva que existe en nuestra sociedad, tanto de las organizaciones ciudadanas como del sector empresarial y las personas emprendedoras.

Porque estoy seguro de que podemos ponernos de acuerdo para entre todos y todas situar a Gran Canaria en el mundo.

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

La sequía que afecta a nuestra isla, fruto del calentamiento global, genera preocupación e incertidumbre en municipios del interior y en sectores agrícolas y ganaderos de nuestras cumbres y medianías

Si bien es cierto que Gran Canaria avanza en un 80% hacia la desertización, la realidad es que hoy en día la escasez de agua está controlada y se dispone de la cantidad suficiente para la agricultura en la cuenca sur-suroeste –la más afectada- para al menos una temporada agrícola

portada antonio moralesPara finales del año 2023 o principios del 2024, el agua producida en la desaladora que estamos construyendo en Arguineguín empezará a entrar en Salto de Chira y, por tanto, a llenar las presas de Chira y Soria. Pero si, mientras llega ese momento, hiciera falta agua, no habría problemas porque se ha construído una red de suministro y distribución de agua regenerada desde Las Palmas de Gran Canaria a Fataga.

Para que esta seguridad hídrica se extienda al conjunto de las medianías y cumbres de Gran Canaria, el Cabildo, a través del Consejo Insular de Aguas y de Soberanía Alimentaria-Sector Primario, ha elaborado una estrategia encaminada a garantizar –mediante la compra de infraestructuras; convenios con Heredades; inversiones en redes de riego y distribución; construcción de embalses y depósitos, etc.- que no falte el agua en el conjunto del territorio insular y que el agua de la cumbre permanezca en la cumbre, que es donde debe estar para permitir la pervivencia de nuestra agricultura y ganadería, para luchar contra los incendios, para proteger nuestro territorio, nuestro paisaje y nuestra biodiversidad…

Según las Naciones Unidas, la seguridad hídrica forma parte esencial del desarrollo sostenible y sus objetivos estratégicos. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, sobre agua y saneamiento, tiene la finalidad de garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para toda la población. El Cabildo de Gran Canaria ha elaborado – ha sido la primera administración en hacerlo- una Estrategia para la Adaptación y la Mitigación del Cambio Climático. Somos conscientes de que la seguridad hídrica es uno de los pilares fundamentales de la sostenibilidad y por eso ocupa un lugar relevante en ese modelo de ecoísla que defendemos.

¿Cuál es la realidad hídrica actual de Gran Canaria? Las islas Canarias forman parte de la España seca, en la que se dan muy escasas precipitaciones que se extiende ya casi una década. Cuando esto sucede, nos encontramos ante el inicio de una sequía.

Se manejan datos que corroboran que, al menos desde 2015, existe un déficit de precipitaciones generalizado, aunque algunos datos reflejan que ya desde 2012 la precipitación media anual de muchas zonas es inferior a la media. En cualquier caso, este periodo seco tiene un reflejo cierto e inmediato sobre la realidad hídrica insular. En concreto y de forma directa, sobre el volumen de agua almacenada en las presas aunque también tiene además otros efectos menos inmediatos sobre la recarga de los acuíferos.

La realidad palpable es que esa ausencia de lluvias supone que los volúmenes almacenados vayan disminuyendo progresivamente hasta desaparecer en gran parte del conjunto de presas que salpican nuestra orografía. Esta es nuestra situación actual. Aunque no se trata de una realidad que ataña únicamente a Gran Canaria, ni siquiera es exclusiva de las Islas Canarias. Según diversos estudios, la sequía afecta al 64% de Europa.

La tendencia general en las precipitaciones es claramente descendente. En los últimos seis años (periodo 2015-2020), la precipitación registrada en Gran Canaria no llega al 75% de la esperable por valor medio, con tres de los seis registros en el entorno del 50% del valor esperable.

Esto afecta de manera diferente a la costa y a la cumbre. En zonas costeras la resiliencia del sistema es mucho mayor ya que, ante la ausencia de recursos superficiales, se recurre al agua industrial para cubrir las demandas, mientras, en las zonas de medianías y cumbres, al no existir alternativa, cuando escasea el recurso superficial no existe un recurso artificial que lo sustituya.

En definitiva, desde el punto de vista de la gestión de los recursos hídricos, las zonas de medianías y cumbres deben autoabastecerse de agua procedente de su ámbito, tanto desde el punto de vista del sector primario como desde el punto de vista del abastecimiento a la población.

Además, no es factible elevar agua industrial de forma generalizada a cotas muy altas, por su gran coste energético, salvo por la excepción de Salto de Chira, que es un proyecto singular basado en un aprovechamiento del excedente de energías renovables y con un canon anual de seis millones de euros, que recibirá el Cabildo y que podrá dedicar a abaratar el coste del agua de riego.

¿Qué se puede hacer y qué estamos haciendo frente a esta situación? Ante la reducción de recursos hídricos, hay que incrementar la capacidad de producción de agua industrial, tanto de agua regenerada como desalada, aunque la regenerada solo se puede utilizar para uso agrícola y no doméstico. De esta manera aumenta la capacidad de introducir agua en el sistema y se da la oportunidad de que se reduzca la tasa de trasvases desde la cumbre a la costa.

Hay dos obras que son clave para aumentar la disponibilidad de agua. La primera es la ampliación de la planta desaladora de Arucas-Moya que, por su ubicación, tiene un ámbito de influencia enorme, abarcando casi todo el litoral norte de la isla. Ya cuenta con un proyecto y su coste se estima en unos veinte millones de euros. La segunda pasaría por incrementar la capacidad del terciario de Barranco Seco, que es el corazón de la red de distribución de agua regenerada, para disponer de un mayor volumen de esta agua en todo el sistema insular. En este caso estamos hablando de unos quince millones de euros de presupuesto.

Es necesaria asimismo una gestión integrada de cuencas y convenios de intercambio con heredades, comunidades y grandes usuarios. Esta es la mejor herramienta para contrarrestar el efecto de lo que se ha venido a denominar los trasvases cumbre-costa, porque existen recursos hídricos en las zonas de medianías y cumbres que están siendo desplazados a zonas costeras, en virtud de unos derechos perfectamente vigentes de las heredades y comunidades de regantes.

Por ello, creemos que, en paralelo al Salto de Chira como trasvase de la costa a la cumbre, debemos dotarnos de las herramientas colaborativas oportunas, en forma de convenios, acuerdos o cualquier otra fórmula pertinente, con heredades, comunidades de regantes o ayuntamientos, que permitan adoptar medidas de gestión y afrontar los efectos económicos de estas actuaciones.

En este sentido, ya estamos trabajando en un convenio de intercambio con la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, en un acuerdo de gestión integrada de la cuenca del Guiniguada con la Junta Permanente de Heredades de Las Palmas, Dragonal, Bucio y Briviesca y otro convenio de cesión de infraestructuras de captación y almacenamiento de aguas superficiales propiedad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. En total esto nos permitirá incrementar los recursos en cumbre y medianías en casi un millón de metros cúbicos.

Pero también son necesarias nuevas infraestructuras de riego y canalización de aguas. Contamos con 1,8 millones de euros de inversiones en redes de riego en ejecución y casi tres millones de euros en inversiones en redes de riego en licitación. A esto habría que sumar diversas actuaciones en el marco del proyecto la Cumbre Vive, los sistemas de depuración natural en diferentes núcleos aislados de los municipios de Tejeda, Artenara, Gáldar y Agaete, la adquisición de patrimonio hidráulico, la ampliación de la depuradora de Bocabarranco o el sistema de distribución de aguas procedentes del Salto de Chira.

Si tenemos en cuenta todas las actuaciones en ejecución o proyectadas, estamos hablando de más de cien millones de euros con los que aspiramos a garantizar la seguridad hídrica de la isla y adelantarnos al escenario de escasez derivada del cambio climático.

Aseguramos de esta manera también, insisto en ello, las formas de vida de miles de personas de medianías y cumbre que dependen de la agricultura y la ganadería para vivir, garantizamos la protección de nuestros ecosistemas, luchamos contra la desertización y nos dotamos de recursos para prevenir y combatir los incendios forestales. La seguridad hídrica es garantía de futuro, de sostenibilidad y de bienestar para Gran Canaria.

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria