Los pasados días 22 y 23 de noviembre se celebró en Gran Canaria el Encuentro Internacional de expertos ‘El Legado Amazige y el Patrimonio Mundial’, coincidiendo con las IX Jornadas de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria. Las jornadas juntaron en la isla a cerca de 25 especialistas de Túnez, Argelia, Marruecos, Níger y Francia que, junto a otras personas expertas de Canarias y de otros puntos de España, profundizaron en los desafíos que afronta la preservación y reconocimiento de los sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial y otras manifestaciones relevantes del ancestral patrimonio asociado al legado amazige.

Esta ancestral cultura es un hilo milenario con el que se ha tejido un manto común bajo el que se agrupan costumbres, tradiciones orales, lenguas, mitologías, creencias y formas de relacionarse con el territorio y con los astros. El encuentro fue una oportunidad para dar mayor visibilidad y reforzar los cimientos de este puente que conecta el extenso territorio que va del Mediterráneo al Sahel y desde las Islas Canarias hasta Egipto.

Además, esta justa y necesaria defensa de la riqueza de sus valores materiales e inmateriales tiene lugar en Canarias, archipiélago que alberga la huella de las expresiones más occidentales e insulares de la cultura amazige de principios de la era. En el caso concreto de Gran Canaria y de su cumbre, esta herencia resultó crucial en la decisión de la Unesco de incluir en la Lista de Patrimonio Mundial, en 2019, a nuestro Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria.

Gran Canaria escribió un capítulo particular en el extenso y apasionante libro de la cultura amazige, pues aquí tuvo lugar una auténtica odisea atlántica protagonizada por hombres y mujeres que tuvieron que sobrevivir en condiciones extraordinarias y alumbraron una sociedad inédita que echó raíces y fructificó a partir de su matriz norteafricana, igual que germinaron los granos de cebada que trajeron consigo, pertenecientes además a variedades genéticas que todavía se cultivan en la isla más de mil años después y que suponen todo un símbolo de las ramificaciones y la pervivencia de aquella cultura.

El aliento de aquellos tiempos nos sigue susurrando, acompañando e inspirando. A veces lo hace con la claridad de una inscripción en la piedra. Y otras con la sutilidad de las manos que dan forma a la cerámica del mismo modo que se hacía en tiempos prehispánicos. O con la verdad de las palabras, como los topónimos de origen amazige, que hilvanan presente y pasado.

En cualquier caso, desde el Cabildo de Gran Canaria hemos tenido claro en todo momento la importancia de subrayar que la memoria es un elemento más del Paisaje, como se hace patente en nuestro Patrimonio Mundial. Igual que sucede, desde luego, con los espacios que representan e investigan los expertos y expertas que nos acompañaron en las jornadas con el tesón y la admiración de quien contempla a un ser que habita al mismo tiempo en nuestro pasado y en nuestro presente.

Queremos sacar brillo a este espejo en el que nos seguimos mirando. Por eso este Cabildo decidió apostar por una novedosa figura de gestión conjunta del Patrimonio Mundial y la Reserva de la Biosfera, a través de un Instituto Insular de Gestión Integrada que el propio Ministerio de Cultura ha señalado como un ejemplo para otros territorios en los que convivan varias figuras de la Unesco.

CapturaFruto de este empeño, el Cabildo aprobó este año el Plan Integral de Gestión del Paisaje Cultural. Este plan programa una inversión de casi 34 millones hasta 2026 para afrontar más de 150 acciones que canalizan iniciativas transversales que, a su vez, garantizan su conservación y divulgación. Es una manera importante de contribuir al desarrollo socioeconómico de las 18.000 hectáreas de este territorio con una visión panorámica sustentada en la sostenibilidad, la participación pública y la coordinación de instituciones y otras entidades del ámbito.

Pero nuestro compromiso va más allá y se plasma en el respaldo a las personas que son el cuerpo y el alma de este legado. Sin su sabiduría, sin su modo de estar en la tierra, el espejo nos devolvería el reflejo de un Paisaje Cultural sin vida, justamente lo contrario de lo que queremos que sea.

Por eso trabajamos en coordinación con los ayuntamientos, la población local y el conjunto de las entidades y colectivos de la cumbre para fijar a nuestra gente al territorio a través de la dinamización socioeconómica en el seno del Paisaje Cultural, además de para preservar los valores que nos identifican como pueblo.

El Encuentro Internacional sobre ‘El legado amazige y el Patrimonio Mundial’ tuvo lugar en el marco de las IX Jornadas de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria y, además en el contexto de la celebración del cincuenta aniversario de la Convención de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Y el lema elegido para la conmemoración subraya que el Patrimonio Mundial es una fuente de resiliencia, humanidad e innovación para las generaciones futuras. Cada uno de estos conceptos entraña una invitación a regresar a aquella Gran Canaria, a imaginar a aquellos hombres y a aquellas mujeres bregando por su supervivencia. Medían su tiempo en este mundo observando el diálogo entre los astros, los rayos del Sol y la luz de la Luna con los roques, santuarios y otros espacios sagrados que ustedes tendrán ocasión de conocer.

Y con la misma determinación que consideramos la memoria como una fortaleza de nuestro presente, aspiramos a ganar el futuro. Pero un futuro autodeterminado desde el conocimiento y el aprecio por esas raíces que nos fortalecen y mantienen viva nuestra identidad, para dialogar y colaborar con los pueblos vecinos y hermanos. Deseamos otro orden mundial donde no seamos subalternos, ni dependientes de los intereses de los grandes poderes económicos y militares multinacionales, un mundo en el que podamos generar un espacio de paz, de creación y de libertad.

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

Aunque la Constitución de 1978 estableció el Estado de las Autonomías y con él una importante descentralización política, lo cierto es que, en muchos aspectos, España sigue siendo un país muy centralista y centralizado en Madrid

Esto se ve especialmente en la administración pública: la inmensa mayoría de las sedes de los organismos oficiales se encuentra en la villa del oso y el madroño

Centralizar podría tener sentido hace décadas, cuando aún no había comenzado la digitalización de la administración pública y su concentración era un requisito para su eficiencia. Pero hoy no tiene ningún sentido que, por poner un ejemplo especialmente sangrante, la sede de Salvamento Marítimo esté en Madrid. Este centralismo también afecta a las mercancías, el transporte de pasajeros, etc ,etc.

Por aportar algunos datos, la revista “Diario El Canal” recoge que la Comunidad de Madrid acapara el 75% de las compañías logísticas y de transporte de España. Según los datos del Ministerio de Política Territorial y Función Pública, de los más de 514.000 empleados que trabajan en el sector público del Estado, unos 150.000 se encuentran en Madrid. Es decir, el 29% del personal al servicio del sector público del Estado se concentra en la capital española.

Esto implica también una concentración de las sedes de las principales empresas, de altos funcionarios del Estado con alto poder adquisitivo, de los mejores profesionales (que irán a Madrid buscando las mejores ofertas de empleo), etc. Además, Madrid aprovecha este efecto “capitalidad” para hacer dumping fiscal: bajar impuestos a las empresas y rentas más altas para concentrar aún más riqueza en la ciudad y en la Comunidad. Es evidente que se trata de una injusticia manifiesta, que genera desigualdad y desequilibrio en el desarrollo de los diversos territorios del Estado.

Para intentar revertir esta tendencia, el Gobierno de España anunció en noviembre de 2021 una tímida desconcentración de las instituciones del Estado. Digo tímida porque no afectaba a ninguno de los ministerios, ni principales organismos, pero desde luego era un paso positivo para acabar con el centralismo y avanzar hacia un modelo de desarrollo territorial más igualitario.

La primera de las instituciones que entró en este proceso de deslocalización fue la sede de la Nueva Agencia Espacial Española, que el gobierno anunció que iba a estar fuera de Madrid. Además no se trata solo de la sede del organismo, sino que la Agencia está incluida en el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) Aeroespacial, una iniciativa de impulso al I+D+i con la que aspira a movilizar unos 4.500 millones de euros hasta 2025, aprovechando fondos europeos. Además se trata de una institución con un presupuesto de 500 millones de euros al año.

Es decir, el territorio que albergue dicha institución va a tener una oportunidad histórica de desarrollar uno de los sectores más innovadores y con mayor potencial de crecimiento, lo que implica generación de empleo, de industria altamente competitiva, formación profesional y universitaria en la materia, etc.

CapturaDesde el Cabildo de Gran Canaria enseguida nos pusimos a trabajar para presentar una candidatura competitiva que nos diera la oportunidad de ser la sede de dicho organismo. No se trata, como coloquialmente se suele decir de un “brindis al sol”: la relación de Gran Canaria con el sector aeroespacial es histórica.

Contamos con el Centro Espacial de Canarias en San Bartolomé de Tirajana, dependiente del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Se trata de un complejo que se puso en marcha en los años 60 y que jugó un papel fundamental en el seguimiento de la misión que llevó al ser humano a La Luna, así como en otras misiones espaciales y satelitales.

Gran Canaria dispone, para hacer realidad la sede de la AEE, de unas condiciones extraordinarias para ensayos en tierra y lanzamientos de satélites en el mar desde entornos seguros y para convertirnos en un laboratorio de pruebas y valoraciones de robótica aeronáutica. Participamos en numerosos proyectos internacionales de relevancia, disponemos de comunicaciones extraordinarias a través del puerto más importante del Atlántico Medio y de un aeropuerto situado entre los seis más importantes del Estado. Igualmente esta isla cuenta con centros de investigación punteros y facultades universitarias de singular relevancia en el sector, robótica militar para salvamento, cobertura vía satélite...

La Red Atlántica de Estaciones Geodinámicas y Espaciales (proyecto RAEGE) instalará un radiotelescopio en Temisas en los próximos meses, así como un ecosistema institucional de apoyo a la innovación y el emprendimiento tecnológico. Nuestro marco financiero y fiscal es ventajoso y adecuado para la inversión de empresas tecnológicas del sector aeroespacial y disponemos de capital humano y de un entorno seguro y con calidad de vida. Asimismo tenemos ya en marcha proyectos fundamentales para el sector como una infraestructura de lanzamiento de micro y mini satélites desde el área marítima de Canarias.

Y somos conscientes de que debemos abrir un marco de colaboración con otras islas y contar con Tenerife y su Instituto de Astrofísica de Canarias, con Lanzarote y sus campos de entrenamiento de la ESA y la NASA y con Fuerteventura y su Stratoport para HAPS (High Altitude Pseudo-satellites), un área para la integración, pruebas y operación (despegue, aterrizaje, certificación, ensayos, mantenimiento y embarque de aplicaciones, etc. de plataformas pseudosatelitales de gran altitud).

Con todos estos argumentos presentamos una sólida candidatura que ofrece diversos edificios para albergar las oficinas de este organismo y que cuenta con el apoyo del conjunto de las instituciones públicas y del sector privado. De hecho ha sido la candidatura elegida por el Gobierno de Canarias para ser propuesta al Gobierno de España.

En este contexto, la semana pasada, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, escribía en twitter que “La Agencia Espacial Española ha de estar en Tres Cantos. Madrid concentra más del 90% de la industria; el 70%, esta localidad. El interés político por perjudicar a Madrid afectará gravemente al sector”. Es decir, volvía a la carga con su empecinamiento centralista. Frente a este mensaje yo respondí: “Ayuso pretende frenar el desarrollo de Gran Canaria. Quiere aumentar el centralismo y concentrarlo todo en Madrid. Que se pronuncie el PP”.

Pues el PP canario se pronunció y para mi sorpresa no fue para defender a Gran Canaria, sino para defender a su líder, Díaz Ayuso, a pesar de que su postura perjudicara gravemente a la isla. Me acusaron a mí de estar “rizando el rizo” e incluso el nuevo presidente del PP de Canarias, Manuel Domínguez, aseguró que “se quitaba el sombrero” ante la estrategia de la presidenta para reclamar que la sede de la Agencia estuviera en Madrid. Inaudito.

Como suelo repetir a menudo, estamos en un momento clave en el que la transición energética y los Fondos Europeos “Next Generation” suponen la mayor oportunidad que hemos tenido en nuestra historia reciente de diversificar nuestra economía, desarrollarnos de manera sostenible, tener una economía más innovadora y generar empleo de calidad. La sede de la Agencia Espacial Española es una gran oportunidad en este sentido, que se ha presentado porque por fin un gobierno ha decidido, aunque tímidamente, poner freno al centralismo.

Desgraciadamente, en lugar de ponerse del lado de Canarias y de Gran Canaria, el PP, ese que dice que quiere gobernar en el Cabildo de Gran Canaria para impulsar la isla, ha decidido rendir pleitesía a una líder autonómica extremista y ultra, centralista (como toda la derecha española) y negacionista del cambio climático (recientemente aseguró que el cambio climático era “comunismo”). Ese parece ser el modelo que el PP propone para las islas: sumisión, apoyo a una líder trumpista y rendir pleitesía a Madrid blanqueando el centralismo. Yo seguiré luchando por convertir a Gran Canaria en un referente de desarrollo sostenible, innovación y bienestar.

La Reserva Natural Especial de Las Dunas de Maspalomas es sin duda uno de los mayores tesoros ambientales y paisajísticos que tenemos en Gran Canaria. Contiene hasta 6 hábitats de interés comunitario; es uno de los parajes más queridos por los y las grancanarias y, al situarse en el corazón de uno de los principales destinos turísticos de Europa, es un paisaje ampliamente conocido por quienes nos visitan y difundido en publicaciones de toda Europa

Pero su popularidad también supone un reto mayúsculo para su conservación ya que por sus características y por su emplazamiento es uno de los Espacios Naturales Protegidos sometido a una mayor presión humana. No obstante, los problemas que afrontan estas dunas no son exclusivamente provocados por la acción del ser humano, ya que también existen otros más específicos relacionados con la propia dinámica del sistema dunar.

Según un estudio encargado por el Ministerio de Medio Ambiente en 2006 y realizado por el Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria y expertos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la formación del campo dunar se produjo hace poco más de dos siglos como consecuencia de un fenómeno que depositó grandes cantidades de sedimento marino, en un momento muy determinado, pero cuyo aporte cesó. El estudio apunta que ese fenómeno pudo ser un tsunami producido por un terremoto en Lisboa en 1755.

Este tsunami habría provocado olas de hasta 15 metros de altura que habrían arrastrado hasta la superficie las grandes cantidades de arena sumergida que conformaron el campo dunar. Dado que este aporte se produjo en un momento determinado al depositarse grandes cantidades de sedimento y que posteriormente el aporte se detuvo o decreció considerablemente, el ecosistema dunar pierde arena por el mar que no recupera. Es decir, en términos coloquiales podemos decir que las Dunas están en un lento proceso de desaparición.

Aunque se trata de un proceso natural, la urbanización de Playa del Inglés a partir de los años 60 alteró el flujo del viento, frenándolo en unas zonas y acelerándolo en otras, incrementando la erosión de las dunas. Esto provoca que en determinadas circunstancias se pierda arena por la Punta de la Bajeta (la unión entre Playa del Inglés y Maspalomas) que no vuelve. Se calcula que, de esta manera, se pierden unos 45.000 metros cúbicos de arena al año.

Además de la pérdida de arena, el espacio también se ve amenazado por la desaparición de balancones, una especie vegetal imprescindible para la retención de la arena y el freno a la erosión, así como por conductas incívicas como el abandono de basura o la creación de goros y otras formaciones con piedras que entorpecen la dinámica dunar. También por la llegada de especies invasoras, tanto vegetales como animales.

CapturaPara hacer frente al conjunto de problemas medioambientales que sufre este espacio, en 2018 pusimos en marcha el proyecto Masdunas, sin ninguna duda la propuesta de conservación y restauración ambiental más ambiciosa que se ha llevado a cabo en este espacio y probablemente en el conjunto de los espacios naturales de la isla.

El primer objetivo es frenar la pérdida de arena. Para ello se llevó a cabo una experiencia piloto consistente en extraer arena del fondo marino de la Punta de la Bajeta para reintegrarla en la parte seca de Playa del Inglés. De esta manera unos 60.000 metros cúbicos de arena se reincorporaron al sistema dunar de manera natural, transportados por la acción del viento. También se llevó a cabo la plantación de 583 ejemplares de balancones (Traganum moquinii) y captadores de arena para frenar la erosión y favorecer la formación de las dunas costeras.

Estas dos acciones tenían como objetivo principal frenar la pérdida de arena, pero Masdunas también contempla la mejora de la biodiversidad del espacio. La principal acción en este sentido ha sido la eliminación de especies vegetales y animales invasoras como tuneras, rabo de gato o las tilapias de Mozambique que llegaron a la Charca. En total se han eliminado 760 metros cúbicos de flora exótica invasora y se han capturado más de 250.000 ejemplares de tilapias de Mozambique.

Por último, se diseñaron estrategias para limitar los efectos nocivos de la presencia humana en las zonas de uso restringido y de exclusión. Para ello se rebalizaron los 8 Km de senderos que transcurren por dentro de la Reserva, con más de 1.500 bolardos verticales, y se instalaron nuevos carteles informativos, tanto en los senderos como alrededor de la zona de exclusión para evitar, por desconocimiento, el deterioro del paraje.

Y es que hay que recalcar que no se puede transitar libremente por las Dunas. Aunque parezca una acción inofensiva, el tránsito de cientos de miles de personas al año provoca afecciones a la vegetación, propicia el movimiento de piedras y la apertura de nuevos senderos, lo que altera los movimientos de las dunas y puede provocar una aceleración de la erosión.

Para garantizar el cumplimiento de estas medidas también se ha reforzado la vigilancia. En primer lugar la presencia de cuadrillas de trabajo para erradicar la presencia de especies invasoras también es una forma indirecta de controlar el espacio, ya que pueden informar a los visitantes de la prohibición de transitar o avisar a los agentes de la autoridad. Asimismo, hemos asignado nuevos agentes de medio ambiente para vigilar las 400 hectáreas de extensión de la reserva y se ha reforzado la colaboración con otros cuerpos de seguridad.

Pero ¿se han obtenido los resultados esperados? El primer y más importante resultado del proyecto Masdunas es que ha aumentado la cantidad de arena en el frente dunar, que era sin duda uno de los objetivos prioritarios del proyecto. Para ello han sido fundamentales las repoblaciones de balancones, que se han mostrado muy efectivas para frenar la erosión.

Por otro lado, el trabajo intenso y continuado sobre especies invasoras tanto vegetales como animales en el entorno de La Charca ha mejorado la biodiversidad. Creemos que también ha aumentado el nivel de concienciación de la población sobre la problemática de este espacio y cada vez son más las personas informadas de la prohibición de transitar por las Dunas.

Ahora bien, tal y como decíamos se trata de un espacio sometido a una gran presión humana, que además es muy extenso y accesible, por lo que aún queda mucho trabajo por hacer. Estamos en contacto con la Demarcación de Costas y el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana para estudiar propuestas que perimetren la Reserva e impidan el acceso, pero integradas en el medio y sin afectar al paisaje.

Masdunas es una experiencia exitosa, un ejemplo de restauración y conservación ambiental que condensa la investigación científica que se ha hecho durante décadas y que, gracias a la colaboración entre instituciones, ha conseguido mejorar el nivel de conservación de la Reserva Natural Especial. Esta experiencia también ha sentado las bases para garantizar el futuro de este patrimonio colectivo de los hombres y mujeres de Gran Canaria.

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

Dentro de muy poco, en 2025, se cumplirán 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco. Fue un acontecimiento que transformó a España profundamente después de casi cuatro décadas de aislamiento y atraso, persecución política y sindical, censura cultural e informativa y represión moral y sexual. Eran los tiempos de la Ley 16/1970, de 4 de agosto, sobre peligrosidad y rehabilitación social, continuación de la Ley de Vagos y Maleantes

Fueron tiempos de televisión en blanco y negro con los dos canales de la televisión pública, los nodos y los 'partes' oficiales que relataban una España triunfal que estaba apartada de Europa. Incluso la dictadura de Salazar en Portugal había sucumbido a la Revolución de los Claveles del 25 de abril de 1974, lo que había profundizado ese arrinconamiento

Gran Canaria no era ajena a la situación, aunque en comparación con el territorio peninsular se vivía una cierta apertura al exterior en lo económico y comercial con los puertos francos, lo que nos permitía acceder a las tendencias de la moda internacional y a los productos electrónicos llegados de todo el mundo. Un gran bazar global en el que también cabían los libros censurados, la música más vanguardista y el tránsito libre de personas de todas las culturas y nacionalidades. Pero, a pesar de la autarquía, Gran Canaria sufrió también los coletazos de la primera crisis energética planetaria, la del petróleo, tras la guerra del Yom Kipur en Oriente Medio. Una situación contradictoria, ya que la falta de turistas se compensaba con otro efecto de aquella crisis al cerrarse entre 1967 y 1975 el Canal de Suez y convertirse la ruta del Atlántico en la alternativa al tráfico de mercancías entre el Pacífico y Europa, con el Puerto de La Luz como uno de sus principales puntos de escala.

A pesar de todas las preocupaciones y, sobre todo, de la proximidad del fin de una dictadura que agonizaba, una novela de Orlando Hernández (Agüimes, 1936-1997) se abrió paso en todas las librerías del país. En ese contexto vio la luz 'Catalina Park', que agotó rápidamente la primera edición lanzada por Plaza & Janés, en junio de 1975. La faja de la cubierta incluía un lema publicitario que avisaba al lector del contenido marginal y provocador de la obra de Orlando Hernández: “Crónica variopinta y esperpéntica del submundo de un turismo internacional”, cuando en el interior, nos describe con espíritu de cronista aquella ciudad cosmopolita que manifestaba su vitalidad y contradicciones en cada rincón de aquel parque de Santa Catalina y a la vez su condición de microcosmos, con sus personajes definidos a través de sus expresiones, sus jergas, tribulaciones y vulnerabilidades.

CapturaLa reedición de esta obra, realizada por Mercurio, con la colaboración del Ayuntamiento de Agüimes, del Cabildo de Gran Canaria y del Gobierno de Canarias, nos invita a dirigir la mirada hacia aquella época que muchos vivimos. Es como entrar en una espiral de acontecimientos, un torbellino que no cesa desde entonces, con una sucesión de rápidas transformaciones que Orlando desvela en medio de las dificultades y profundas desigualdades que se vivían entre la Gran Canaria oficial y la real, con el contraste entre la moda de 'ripochear', y las andanzas del 'buscavida'. Situaciones reales que entroncan y destacan en el auge de la literatura canaria de los 70, tras la publicación de 'Guad', por el que fuera director de La Tarde, Alfonso García Ramos, tras el que surgirían firmas como J.J. Armas Marcelo, Juan Cruz, Luis León Barreto, Rafael Arozarena, Alberto Omar, Luis Alemany, Fernando G. Delgado, Víctor Ramírez y otros. Pero quizás la obra con mayor repercusión dentro y fuera de las islas fuera esta irreverente y real semblanza de la vida del puerto turístico, moderno y bohemio tirando a marginal que vivió Santa Catalina durante los setenta y ochenta del siglo pasado. Estamos ante un documento valioso que nos muestra cómo sobrellevaban las carencias nuestros conciudadanos en aquella época.

El título de la novela nos introduce en el microcosmos de la 'dolce vita' mezclado con las corrientes underground y hyppies, movimientos contestatarios que surgieron tras el Mayo del 68, y el hartazgo de la generación del 'baby boom', los hijos de la Segunda Guerra Mundial que vivieron en permanente angustia por la amenaza nuclear, la 'guerra fría', la política de bloques, el 'telón de acero' y toda una gama de vocablos y alegorías metafóricas que atenazaban a la juventud del planeta, conocedora de los estragos que produjeron las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki.

El propio Orlando Hernández describe aquella generación en una breve reseña en la sobrecubierta. Reconoce que utiliza protagonistas reales, a los que “les gusta campar a sus anchas, lo exigen”... “Se entremezclan así en el extraño damero de un Parque soleado, turístico, internacional con todos sus rebuscados encantos, un aluvión de gente donde nadie define a nadie, donde nadie es diferente”. Su pachorra e indiferencia se contagia del ambiente y de “la desenfadada actitud de una gente que quiere 'vivir su vida', considerando que nadie es tan importante como para entregársela”.

El autor del prólogo de esta reedición, Agustín Carlos López Ortiz, realiza un completo trabajo de análisis sobre la obra y el escritor, los personajes, su habla, la atmósfera colectiva. Por ello, les invito a leerlo para profundizar en uno de los autores más destacados de nuestras islas, de quien he subrayado en otras ocasiones su contribución al acervo cultural canario en las letras y en la profundidad de análisis sociológico de una sociedad que atraviesa un momento trascendental de transformación radical en lo político, económico y cultural, del que fue testigo y cronista.

El escenario que nos presenta la novela reeditada sigue siendo en parte reconocible. Hoy día continúa animado por el turismo, aunque ahora llegue en enormes cruceros con cientos de habitaciones y con un concepto de gran parque temático en el interior de la embarcación. Recordemos que entre 1974 y 1983, la actividad turística en Gran Canaria vivió un periodo de estancamiento, ya que apenas se movió entre los 900.000 y 1.100.000 visitantes, frente a los espectaculares crecimientos que se produjeron durante la década anterior. Las incertidumbres de la transición política española - en una situación económica crítica, con numerosos conflictos laborales y con una inflación situada en el 17,02% - junto al auge de Maspalomas Costa Canaria y una 'panza de burro' que molestaba a los escandinavos restó poco a poco aquella vida mundana al parque, mientras se cerraban apartamentos y hoteles para convertirse en viviendas estrechas. A ello se sumaba el terrorismo (también en las islas), el abandono del Sahara y de su pueblo (que todavía padecemos) lo que provocó el retorno de miles de canarios a las islas, una grave crisis social y la propagación entre la juventud de las 'drogas duras'. Un cóctel que ponía en tela de juicio el modelo de desarrollo en el que estaba inmersa la isla, con gravísimas carencias de infraestructuras y servicios públicos.

Toda esta realidad se localizaba en el puerto, en aquel escenario microscópico que nuestro escritor bautizó como 'Catalina Park', el espacio que durante décadas fue la puerta de entrada de los turistas que llegaban por vía marítima y que en los sesenta y setenta se consolidó como punto de encuentro de marinos, chonis, tiendas de 'indios', pescadores soviéticos (rusos y ucranianos) que intercambiaban sus cámaras 'Zenit', su cangrejo o su caviar por ropa y aparatos 'capitalistas' muy cerca de los almacenes de la sociedad hispano-soviética 'Sovhispan'. Y junto a este variopinto escaparate de culturas y nacionalidades, estaba la bohemia local, noctámbula empedernida, ávida de libertad, de la que quedan los ecos de sus risas y sus ocurrencias. Queda la estampa de las tartanas y la figura escultórica de la estrafalaria 'Lolita Pluma', rodeada de gatos y sin el colorido del carmín y de sus trajes con los que llamaba la atención del público.

Catalina Park tuvo un impacto enorme cuando vio la luz a mediados de los años setenta. Nos mostraba la realidad de una sociedad cambiante con sus luces y sus sombras. Nos describía la mutación de una ciudad burguesa que se abría a la llegada del turismo y a la transformación de costumbres y valores que tenían que ver con el sexo, la noche, el transformismo, la homosexualidad que rompía con la represión del franquismo o la moda… Y dio voz a los marginados, a los perseguidos por el régimen franquista y su ley de vagos y maleantes, a los que luchaban por buscar su sitio en una sociedad cambiante… Y alumbró esperanzas. Catalina Park nos exponía y nos expone, con una narrativa trepidante, los aires de libertad que soplaban en el cosmopolita puerto franco, en contraposición con el subdesarrollo o la férrea moral que tenía su máxima expresión en la isla interior campesina y aislada.

Orlando Hernández creó mucho más que 'Catalina Park' o 'Máscaras y tierra', además de otras novelas inéditas. Hizo también teatro costumbrista y contemporáneo, música en colaboración con Falcón Sanabria, poesía, historia del carnaval, crónicas y periodismo en prensa, divulgación del habla canaria en la radio, los periódicos y distintas publicaciones, lo que le convierte en un destacado agitador cultural e impulsor de la canariedad. También fue Cronista Oficial de Agüimes, su villa natal, que le recuerda con una plazoleta y lo hizo Hijo Predilecto, que mantiene su casa como espacio cultural y su colección de pinturas y esculturas con la idea de convertirse en una exposición permanente. Quizás sea todo lo que puede hacer el pueblo donde nació y al que dedicó su vida, pero el mejor reconocimiento que puede tener es el de la difusión de una obra que con el paso de los años se muestra como una referencia de la literatura canaria, imprescindible para reconocernos en sus personajes y paisajes en un pasado no tan lejano que mantiene toda su actualidad en las páginas de aquel 'Catalina Park' de 1975.

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

El sábado 15 de octubre se conmemora el Día Internacional de las Mujeres Rurales. Las mujeres rurales han sido fundamentales en la historia de Gran Canaria y sin duda lo van a seguir siendo. Por ese motivo, desde el Cabildo de Gran Canaria lo celebramos el pasado jueves con un reconocimiento a veintiuna representantes de este colectivo, una por cada municipio

El acto en sí tuvo como objeto destacar la participación de la mujer en el sector primario. Es una realidad que nadie discute, pero durante demasiado tiempo ha sido invisibilizada, relegando a un segundo plano -o a ninguno- su trabajo fundamental en el ámbito rural. De hecho, cada vez son más las mujeres que vemos recoger premios y distinciones por los mejores productos agropecuarios. Han sido merecedoras de tales diplomas o medallas desde tiempo inmemorial, pero no figuraban como titulares de las explotaciones agrarias o ganaderas.

Hoy, esta realidad nos muestra que se está produciendo un cambio generacional, con la participación de jóvenes que encuentran en el sector primario su proyección y vocación, con nuevas opciones que se implantan en el sector gracias a una mayor concienciación y apoyo a las producciones locales, a la extraordinaria despensa kilómetro cero que nuestro pequeño territorio puede ofrecer. También a una agricultura que se desarrolla en un entorno natural único, con un clima que permite disponer de varias cosechas al año y de productos muy variados.

Además del rejuvenecimiento de nuestros productores, hombres y mujeres, estamos comprobando que también se está consolidando la presencia de mujeres, que asumen el protagonismo que les corresponde desde hace mucho tiempo, pero que ahora se evidencia con la gestión y dirección de numerosas explotaciones de las que se obtienen productos que logran los más reconocimientos autonómicos, estatales e internacionales.

Las mujeres curtidas en nuestros campos son en su mayoría portadoras de una herencia de generaciones a quienes se les ha confiado la forma de cultivar, ordeñar, cuidar o vendimiar, con una experiencia acumulada a lo largo de muchos años. Pero hay otra singularidad en estas nuevas mujeres rurales y es que en muchos casos estamos ante profesionales con una formación extraordinaria que hasta hace unas pocas décadas tenían prácticamente vedado el acceso a los estudios y la titulación académica.

moralesDesde 2019 celebramos este Día Internacional de la Mujer Rural con un homenaje a las protagonistas de esta fecha. En este edición cada municipio ha designado a una mujer, personas reconocidas en sus pueblos y, en muchos casos, más allá de nuestro territorio. Quiero aprovechar este espacio para reiterar ese reconocimiento a todas ellas.

Eloísa Quintana Díaz, casi medio siglo como productora de los quesos Lomo del Palo en Gáldar; Lucía Torres Moreno, diplomada en Empresariales y productora de los exitosos quesos de La Era del Cardón en Agüimes; Marta María Quintana Pérez, veterinaria y ganadera de Ingenio; Miriam Melián Suárez, diplomada en magisterio y tercera generación que regenta una funeraria en La Aldea; María del Pino 'Pimpina' Sánchez González, la costurera que promueve la industria textil y el folclore en San Mateo; Carmen Gloria Díaz Hernández, cuyo huerto ecológico llega a numerosas personas en Santa Brígida en la tienda 'Sabe a Gloria'; Alba Cruz Gutiérrez vende igualmente productos de su huerta y de artesanía de palma en una tienda de 'aceite y vinagre' creada por su abuela en Santa Lucía de Tirajana.

Dolores María Domínguez González, lleva el bazar Paquito en Firgas, para atender las necesidades de la población; Maite Medina Díaz, pone voz al folclore y las tradiciones de Artenara, junto a su actividad como auxiliar de enfermería; María Esther Trujillo Suárez es panadera, tendera, cocinera y cuidadora de su familia en Tejeda; María Dolores Santana Vega, elabora quesos con su cabaña ganadera en Valsequillo; Rita María Naranjo Pérez, quien amplió a la actividad agrícola la quesería familiar en Las Palmas de Gran Canaria tras lograr el título de veterinaria; Iberia Maricela Quintero Suárez, nacida en Venezuela para cambiar su mundo por la isla y su modo de vida y dedicarse a la agricultura en Telde; Pino Lorenzo Correa, trabajó la tierra desde niña, confeccionó ropa y empaquetó hortalizas e hizo de cocinera, peluquera y 'enfermera' durante la construcción de la presa de Soria en Mogán.

María Elena Cabrera Santana, de Arucas, tras estudiar Capacitación Agraria ha sido formadora y creadora de un comercio de jardinería y activista en el ecologismo y en la Asociación de Mujeres Maresía; Ana María Castellano Nuez, animadora de la sociedad civil y el voluntariado en Moya; Fabiola Vega Rodríguez, que retornó a sus raíces de San Bartolomé de Tirajana para cultivar frutales, un huerto y ganado para sentirse plenamente realizada; María 'Marusa' Dámaso Sosa, trabajó desde niña recogiendo pinocha y los productos de la huerta, pero su nombre se asocia al café de Agaete, su pueblo; Lidia Santiago Hernández, vinculada a la agricultura de Guía, pero sobre todo a las hierbas aromáticas que produce y distribuye a toda Canarias; Rosa Aguiar Pérez, de Valleseco a Veneguera donde trabajó todo tipo de hortalizas de exportación para volver a su pueblo para cuidar ganado y una extensa familia y por último, María del Pino Ramírez Rodríguez, de Teror, donde toda su vida trabajó en la agricultura como autónoma, siempre buscando su independencia en una actividad que se consideraba de hombres.

Son profesionales, pero también son madres, cuidadoras de la familia, soporte para la comunidad, guardianas de nuestro medio natural y de las tradiciones. Son conscientes de que la agricultura tiene su eslabón más débil en la producción, donde los precios son tan bajos que apenas dan para recuperar lo gastado y sobrevivir, a veces a pérdidas. Por ello es importante, vital, el apoyo institucional al sector y, sobre todo, a las mujeres del mundo rural.

El Cabildo de Gran Canaria ha desarrollado en estos últimos años varias líneas estratégicas para potenciar la actividad agrícola, un sector transcendental que debe garantizar el alimento a la población, pero también la conservación del medio rural y natural, evitar la erosión, la desertificación y la despoblación y garantizar la mejora de las condiciones de vida de la sociedad grancanaria. Es el concepto de ecoísla, en el que todo está íntimamente ligado, por lo que no sólo apoyamos los productos y actividades agropecuarias, sino que también nos hacemos cargo de garantizar las infraestructuras necesarias para la supervivencia y competitividad del sector.

Nuestras políticas de agua, de gestión forestal, energética, de apoyo a la producción y comercialización agrícola y ganadera, bajo la denominación Gran Canaria Me Gusta, junto a otras muchas acciones, se complementan con otras actuaciones necesarias. Se concretan en la creación de mercados de producto km0, una red de asistencia sociosanitaria para mayores y para mujeres en tránsito en el ámbito rural, un Marco Estratégico por la Igualdad 'Gran Canaria Infinita', o el apoyo a la artesanía. Todas estas y muchas líneas más que tienen un denominador común: la soberanía o autosuficiencia y la capacidad de hacer frente a retos que nos pondrán a prueba debido a la crisis climática que se acelera y ante la que las mujeres rurales han sido, siempre, un ejemplo de coherencia, de adaptación y de lucha en nuestra comunidad isleña.

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

El pasado jueves 6 de octubre tuve la oportunidad de pregonar el centésimo décimo segundo aniversario del Club Victoria. Pude así mostrarles mi afecto, que ha crecido en este tiempo compartido como presidente del Cabildo de Gran Canaria y expresarles la admiración que la trayectoria del Real Club Victoria ha despertado en mí al conocer mejor su contribución al progreso de nuestra capital y de la isla. Resumo en este artículo las ideas principales de ese pregón

Gran Canaria es un territorio, un sentimiento y una cultura y a todo ello ha contribuido de manera constante este Club, que tiene un pasado que ennoblece a quienes lo han protagonizado y lo continúan impulsando. Tiene un presente que es ejemplo de resistencia en un tiempo de decaimiento de los proyectos colectivos. Estoy seguro de que le espera un futuro de creación, unidad y dinamismo tan necesarios para nuestra sociedad y que la directiva y su masa social están impulsando.

El Victoria es referente para nuestra gente y para mí porque nació y continúa ligado a las aspiraciones más sinceras de los hombres y mujeres de esta isla que lo alumbraron junto a espacios referentes de nuestra historia como son La Isleta, Las Canteras y el Puerto de la Luz. Y se gestó también con todas las personas que llegaron de otros pueblos de Gran Canaria y de otras islas a asentarse en esta zona de la capital. Yo, que soy de un pueblo que vio salir a muchas personas en busca de una nueva vida, quiero recordar a quienes trabajaron con fe ciega en su futuro, que es el nuestro ahora mismo. A quienes vivieron sacrificadamente para que los que vinimos más tarde pudiéramos encontrar un mundo más justo y habitable.

El Club, desde que se creó, traslucía modernidad y aspiraciones de libertad y recogía el pulso de una ciudadanía abierta y cosmopolita que conocía de primera mano las nuevas ideas que arribaban a los muelles y que nos conectaban a los tres continentes. Acogió las ideas liberales, especialmente del Reino Unido, que traían canarios que regresaban o los nuevos inmigrantes que promovían negocios en nuestra tierra.

Y en esa apuesta por el progreso y el gusto por vivir cerca de la naturaleza, lideró el amor por el fútbol y convirtió al Victoria en una leyenda que entusiasmó a toda la isla, creando una corriente victorista que contribuyó a afianzar una cultura futbolística y deportiva que ha perdurado a lo largo de estos 112 años. Y con la misma pasión y responsabilidad facilitó luego la creación de nuestra querida Unión Deportiva Las Palmas junto al Club Deportivo Gran Canaria, el Marino, el Arenas y el Atlético Club.

Captura moralesY no se olvidó de que nacía al lado de esta joya que es la playa de Las Canteras animando el deporte del mar para confirmar nuestra condición de isleños que tanto nos identifica. Y desde ahí se impulsó un espacio que debería servir como un ejemplo de integración de culturas y tradiciones sin que se haya perdido nunca la esencia de un paisaje y un entorno que se parecen poco al de hace unas décadas, pero que sí se sigue vislumbrando debajo de las nuevas calles, de los edificios y hasta del terreno en donde un día estaba el mar dibujando estelas como las que sabía el poeta que tanto se asemejan a los caminos azarosos de lo cotidiano.

El Club Victoria aprovechó ese ambiente para cultivar la estima y el respeto por nuestra cultura y ser en muchas ocasiones expresión de la canariedad y de la defensa de los derechos económicos, sociales o culturales que los canarios y canarias demandábamos en momentos difíciles. Recuerdo su posición clara en favor del Régimen Económico y Fiscal de Canarias, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria o, más recientemente, su apuesta por el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático.

Desde el Club Victoria también se mira al futuro y a la necesidad de preservar el planeta, de no destrozarlo más y de buscar todas las posibilidades que tengamos en las energías naturales y renovables. Las jornadas, exposiciones y proyectos en las que ha colaborado el Club Victoria lo señalan como una entidad con esa proyección de futuro necesaria que tuvo siempre y que, posiblemente, es la que ha conseguido que llegue hasta nuestros días sin perder esa vinculación con su tiempo y con sus gentes. Siempre del lado de la libertad y de la democracia, apoyando en todo momento la cultura y la educación y sabiendo que el deporte es una escuela de valores, sobre todo para las personas más jóvenes.

Una vez me contó alguien cómo se cosían las rayas de las camisas del equipo del Victoria en las primeras décadas del siglo veinte. Se cosían raya a raya por las costureras de La Isleta, una blanca y otra negra, que como saben bien todos ustedes eran los colores que escogió Pepe Gonzálvez por su amor a la ciudad de Newcastle y al equipo señero de Inglaterra con el que comparte el color de la zamarra. Pero en este caso, el color es anecdótico, porque luego el Victoria logró que ese color convirtiera el fútbol casi en una obra de arte con jugadores como Padrón el Sueco, Alfonso Silva, Timimi, Miguel González “el Palmero” o Pacuco Jorge, entre otros grandes futbolistas que aprendieron en la arena a tratar el balón casi como si fuera un ánfora griega. El estilo victorista sigue en la memoria permanente de la Unión Deportiva y, de alguna manera, la sombra de sus figuras legendarias siguen vistiendo blanquinegro debajo del amarillo de Las Palmas.

Y ese blanco y negro, que está en su escudo, en la sede y allí donde se recoja su presencia, también tiene mucho que ver con el carácter victorista y su sentido de la vida, tan unido, como vengo diciendo, al sentido deportivo que preconizara el barón de Coubertin. Nada es siempre negro, ni tampoco siempre blanco, y hay que aprender a transitar ambos caminos, el de los éxitos pero también el de los fracasos individuales o colectivos, y en ambos casos hay que mantener la mesura y el equilibrio para no zozobrar.

De eso sabemos mucho últimamente los grancanarios y tenemos que felicitarnos por haber atravesado algunas negruras cercanas, como los días más duros de la Covid-19 y su consiguiente crisis económica, sin haber dejado que se nos hunda el barco de la fe en la vida y en ese esfuerzo colectivo y solidario que siempre acaba ganando y que siempre se abre camino, como se ha abierto camino el Real Club Victoria durante más de un siglo. Quienes nos precedieron no se rindieron nunca. Nuestra naturaleza también nos enseña ese camino con sus atavismos y sus ciclos. El pino canario que rebrota entre sus propias cenizas, o la palmera, que se tambalea sabia cuando arrecian los fuertes vientos de los temporales, son espejos para cuando dónde mirar o dónde buscar razones para seguir ilusionándonos. También hay que mirar al cielo, a esas pardelas que llegan cada año buscando sus huras y sus riscales antes de volver a volar por todo el planeta. Hay una orientación de la supervivencia que siempre apunta al futuro en la brújula de las intuiciones diarias. Lo aprendimos de nuestros antepasados y de nuestro paisaje, y el Victoria es un fiel reflejo, el mejor de los ejemplos, de ese devenir que nos engrandece como comunidad solidaria.

Pero la vida también es vela y es arena, navegación y orilla. Los victoristas, hombres y mujeres de mar, de trabajar en el mar, de navegar o de mirarlo hasta dejar que el pensamiento casi se confunda con el océano, lo saben bien, conocen esa sensación de viajar con el viento y de vivir los días casi como si fueran eternos, y también conocen la efímera presencia de la arena, los contornos diarios de la orilla que nunca son iguales pareciendo que son siempre los mismos.

Y ahora que todo nace y muere tan rápido, hay que poner la mirada en lo que han hecho quienes han pasado por esta institución en estos 112 años y también hay que felicitar a quienes ahora mismo llevan el timón de esta larga singladura por su capacidad para integrarlo cada vez más en su entorno social. También para convertir el Club Victoria casi en un ser vivo para muchos ciudadanos y ciudadanas de La Isleta, Las Canteras y el Puerto de La Luz.

Queremos trasladar este espíritu al presente y futuro de Gran Canaria. Estamos comprometidos en un proyecto que nos ilusiona: ganar para toda nuestra gente grancanaria un siglo XXI de progreso, respetuoso con el medio ambiente, donde todas y todos podamos disfrutar de las oportunidades que nos da una tierra y una historia que nos enorgullecen. Que viva para siempre el alma y la historia de este Club Victoria que nos acoge siempre.

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

La primera persona que me dio cuenta de que se estaba gestando un nuevo medio de comunicación en Canarias, en concreto en Gran Canaria, fue Pedro Macía, el que fuera director de Televisión Española en Canarias y una voz y una cara conocidísimas del mundo de la radio y la televisión en España

Me hizo ese anuncio tras una charla en el municipio de Agüimes en la que hablábamos de la importancia de la diversificación y de la pluralidad en los medios frente, en aquel momento, a un solo periódico impreso en la provincia de Las Palmas y a la necesidad de evitar esos monopolios que ponen en riesgo la democracia y las libertades públicas.

Unos meses después contactó conmigo desde ese periódico en gestación Manolo Betancor, que entonces era el responsable de la sección de local, para plantearme una propuesta de colaboración. No lo dudé ni un momento porque yo siempre había tenido ese gusanillo, mi vocación frustrada era la de ser periodista. Era un joven de 25 años que había terminado hacía muy poco mi carrera de Geografía e Historia- Historia del Arte, tenía muchas inquietudes políticas y me ilusionaba colaborar con un medio nuevo que venía a abrir posibilidades y horizontes a sectores sociales silenciados.

El 2 de octubre de 1982 ve la luz Canarias7, ese nuevo medio que hoy cumple cuarenta años y del que fui durante unos cuántos años corresponsal en la zona sureste de la isla, informando de cuanto acontecía en unos municipios que estaban empezando a vivir un profundo proceso de transformación. Por lo tanto, la celebración de la presencia durante cuatro décadas de este periódico es un evento que me interpela de manera muy personal y que me trae muy buenos recuerdos. Y ya no solo de esa época. Cinco años después, en 1987, accedí a la alcaldía de la villa de Agüimes y cuatro años más tarde, en 1991, empecé a escribir semanalmente un artículo para compartir mis reflexiones con la ciudadanía. Y lo hice en esta casa. Semana tras semana y solo con las pausas vacacionales de agosto, este medio de comunicación me ha dejado siempre abierta sus puertas, sin ataduras ni cortapisas.

La aparición de Canarias 7 fue muy importante ya que permitió romper el monopolio en la prensa escrita de esta provincia, lo que suponía que nadie tuviera la posibilidad de abrir o cerrar las puertas a una información de los distintos colectivos, las instituciones o la ciudadanía.

Captura moralesHan pasado 40 años desde que un día, tal como hoy, viera la luz la primera edición de Canarias7. 40 años que le han permitido ser testigo y relator excepcional de uno de los periodos de mayor transformación de Gran Canaria y de Canarias, dado que surge con una fuerte vocación regional. En estas cuatro décadas se han sucedido episodios históricos.

Se consolidó nuestra autonomía y autogobierno y entramos en la UE iniciando un fuerte periodo de apertura y modernización de nuestra economía. Se creó la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, fruto de una fuerte movilización social de reivindicación a la que el periódico le dio un importante altavoz. Pero también tuvo un crucial papel en la divulgación de conocimiento científico sobre nuestra tierra con hitos históricos como la distribución de publicaciones sobre, entre otras, la flora y fauna de Canarias, la guía de los senderos de nuestra tierra o la de nuestros municipios, su geografía, historia y costumbres… ¿En qué hogar de Gran Canaria no se encuentra al menos un ejemplar de esas publicaciones? ¿Cuántos niños y jóvenes no lo utilizaron para sus trabajos de clase? ¿Cómo no valorar su enorme aportación a la unidad de Canarias y al conocimiento de todos aquellos valores que nos conforman como pueblo?

Canarias 7 también ha sido un medio innovador, capaz de adaptarse a un entorno tan cambiante como el de la comunicación y el periodismo. De hecho su versión digital salió en 1995 y se convirtió en uno de los primeros medios españoles en tener presencia en internet. De esta manera se posicionaba en el que hoy es el presente y futuro de la prensa.

Sus instalaciones en El Sebadal han sido testigo de debates, conferencias, presentaciones de libros o de proyectos que han servido para medir el pulso del devenir de la isla y la Comunidad en las últimas décadas.

Asimismo durante el periodo más duro de la pandemia, y más recientemente en Canarias con la erupción volcánica de La Palma, se ha puesto de manifiesto la importancia de contar con buenos medios de comunicación y buenos profesionales que transmitan información veraz y de servicio público cuando más se necesita. Eso es especialmente importante en un territorio como el nuestro, singular y complejo, que necesita ser comprendido y explicado.

Como dije anteriormente, el periodismo se encuentra entre mis vocaciones frustradas y por ello debo acordarme de todos y todas las profesionales que durante todos estos años han pasado por Canarias 7. No solo a los periodistas, sino también a todo el equipo de decenas de profesiones diferentes que hacen posible que cada mañana encontremos una nueva edición del diario en los quioscos de todas las geografías insulares. Y a la propiedad, a Inforcasa, que ha sabido resistir en momentos en los que se diseñaron estrategias para intentar generar monopolios políticos empresariales.

Cuando un medio de comunicación cumple años, de alguna manera es una celebración para toda la sociedad. Para las miles de historias, personas, fotografías, etc. que han tenido cabida en sus páginas. Cada periódico es una suerte de enciclopedia del presente, una fuente imprescindible para los investigadores que quieran arrojar luz sobre nuestro pasado reciente.

En su libro de memorias “Mi último suspiro”, Luis Buñuel hace una afirmación que suscribo en el mensaje global de la necesidad del periodismo como garante de las libertades, para acercarnos cada día a lo que sucede a nuestro alrededor: “Una confesión: pese a mi odio a la información, me gustaría poder levantarme de entre los muertos cada diez años, llegarme hasta un quiosco y comprar varios periódicos. No pediría más”.

Desde el punto de vista informativo, estamos viviendo una época en la que la generalización de las redes sociales ha provocado el auge de las “fake news” y está influyendo de manera determinante en la polarización de la sociedad. Cada día es más difícil para la población distinguir qué información es veraz y no está sometida a la manipulación interesada de intereses económicos, políticos o, simplemente, de mala baba. Eso está provocando preocupantes “burbujas informativas”, es decir, cada uno solo escucha aquellas noticias y opinadores que refuerzan sus creencias previas. Es sin duda un grave problema para la democracia. No podemos asumir silentes la afirmación de Iñaki Gabilondo de que “el periodismo clásico, el veraz, el libre, el del respeto, el del rigor y el compromiso está arrinconado por esa invasión de la desvergüenza y el insulto”. Ni olvidarnos de la aseveración contundente de Hannah Arendt de que “la libertad de opinión es una farsa, a menos que se garantice la información objetiva y que no estén en discusión los hechos mismos”.

Es evidente que este 40 aniversario no ocurre en el mejor de los momentos. Acabamos de salir de una pandemia, y afrontamos una inflación histórica y una guerra en Europa. Miles de personas en La Palma aún esperan y luchan por retomar las vidas que la erupción interrumpió bruscamente. Pero Canarias 7 nos ha ayudado a conocer y a comprender todos estos fenómenos. Porque la información es poder y es libertad. Y es imprescindible para ejercer nuestros derechos.

Por todos estos motivos, muchas felicidades a Canarias 7 por su 40 aniversario. Espero que la sociedad canaria y grancanaria en particular pueda seguir celebrando fechas tan señaladas con ustedes. Y que no nos olvidemos de apoyar a los medios de información como éste que dan la cara cada día para hacer posible una información plural en tiempos de lucha global entre autoritarismo y democracia.

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

La semana pasada tuvo lugar en INFECAR la 8ª edición de Fiware Global Summit, un encuentro mundial para la transformación digital a través de tecnologías de código abierto que impulsan la innovación con el fin de favorecer el desarrollo económico y ofrecer oportunidades a todo tipo de empresas, en particular a pymes y start-ups

Este evento de carácter internacional, que llega a Gran Canaria después de haber pasado por ciudades como Berlín y Oporto y que nos sitúa en la ruta de los destinos europeos que apuestan por convertirse en plataforma de innovación, pone el acento sobre lo último en tendencias tecnológicas y reúne a los principales actores del ecosistema Fiware.

No es casualidad que hayan elegido nuestra isla como sede del encuentro. Es fruto del esfuerzo y las políticas que desde 2015 estamos aplicando desde el Cabildo de Gran Canaria para conseguir diversificar la economía, mejorar la gestión pública, ofrecer nuevos servicios a la ciudadanía e, incluso, impulsar la sostenibilidad a través de la digitalización y el uso de las tecnologías. La iniciativa “Gran Canaria Isla inteligente” es una apuesta firme que nos está permitiendo convertirnos en una referencia.

Los ámbitos preferenciales en los que estamos desarrollando propuestas se centran en la Administración electrónica, la gestión de incendios forestales, la eficiencia energética y la gestión de los recursos hidráulicos y turísticos. Como resumen, puedo decirles que ahora mismo el Cabildo de Gran Canaria está trabajando en distintas fases de estas propuestas con más de 20 proyectos, en los que se han invertido más de 20 millones de euros.

Destacan en este sentido las iniciativas Alertagran y Aquagran. Alertagran se ejecutó con un presupuesto de 2,7 millones de euros y ha tenido como objetivo desplegar una red de sensores para la detección temprana de todo tipo de incidentes, no solo incendios sino también afecciones por fenómenos meteorológicos adversos o atentados al medio ambiente, así como para controlar las quemas prescritas y detectar los falsos positivos o fuegos que son quemas de rastrojos u otros. También se instalaron sensores en 19 estaciones meteorológicas para medir el grado de sequedad de la vegetación, así como 23 nuevos puestos remotos de vigilancia forestal con cámaras convencionales capaces de descubrir las columnas de humo.

Por su parte Aquagran es un sistema de obtención y gestión de datos de las infraestructuras del Consejo Insular de Aguas que monitoriza 431 puntos y puede recoger información de hasta un millar de sensores en las instalaciones hidráulicas del Cabildo. Eso permite conocer en tiempo real las cantidades de lluvia, el nivel de las presas, las averías en la red o la calidad del agua de las desaladoras y depuradoras. Así se minimizan las pérdidas y se puede gestionar de manera más eficiente uno de los bienes más escasos con los que contamos.

Pero, además de los programas ejecutados por el Cabildo, estamos promocionando y apoyando iniciativas empresariales para el desarrollo avanzado de proyectos y empresas en los ámbitos de las tecnologías digitales. Partimos de la convicción de que Gran Canaria ofrece unas atractivas condiciones y ventajas que nos pueden convertir en una referencia internacional para el desarrollo de este tipo de iniciativas.

En primer lugar disponemos de un marco impositivo muy competitivo, con un 4% en el impuesto sobre sociedades, bajo el paraguas de la Zona Especial Canaria, además de deducciones fiscales y ayudas financieras muy ventajosas para el desarrollo de proyectos de I+D+i que pueden llegar a cubrir hasta el 90% de la inversión.

morales 1Por otro lado, nos encontramos ante una cantera de talento que crece en ramas de formación vinculadas a la ingeniería, la informática, el desarrollo de soluciones TIC, la gestión de datos y la creatividad digital. Ahora mismo Gran Canaria cuenta con 6.200 estudiantes de ramas de ingeniería y desarrollo TIC, con formación universitaria y profesional, de los que 2.700 están matriculados en estudios de informática o similares. Pero, además, la isla lidera las oportunidades para el trabajo remoto, presentándose como un lugar único para crear equipos de profesionales cualificados en un entorno de alta calidad de vida.

Gran Canaria también ofrece espacios para empresas, como el Parque Científico Tecnológico en el que se localizan unas 76 firmas, todas ellas a un paso de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y sus 118 grupos de investigación. De los 12 institutos universitarios de investigación de la ULPGC, 5 se centran directamente en microelectrónica aplicada, telecomunicaciones, sistemas inteligentes y tecnologías cibernéticas.

Otra de las grandes ventajas que debemos destacar es el aprovechamiento de las oportunidades de financiación para proyectos digitales que proporciona la iniciativa europea y estatal Next Generation. Por supuesto a todo esto se suma que Gran Canaria atesora otros factores muy relevantes, como la calidad de vida, la seguridad, un clima benigno y una buena conectividad digital y aérea.

Contamos, además, con el compromiso y el apoyo institucional para atraer inversión y facilitar el desarrollo y el aterrizaje de estas iniciativas a través de la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria y el resto de las entidades integradas en la iniciativa ‘Best in Gran Canaria’.

Este mismo año inician su andadura tres propuestas, financiadas por la Unión Europea, que entroncan directamente con los verticales estratégicos de desarrollo de la economía de Gran Canaria y con la voluntad de avanzar hacia una economía basada en el conocimiento.

Por un lado, lanzamos la Incubadora empresarial especializada en analítica de datos e inteligencia artificial aplicada al ámbito marino y marítimo. Se trata de un centro de referencia nacional que favorecerá la aceleración de actividades empresariales en el ámbito marino-marítimo, tanto en iniciativas vinculadas a la isla, como en aquellas que, sin estarlo, busquen un entorno tecnológico e industrial idóneo para consolidarse.

De esta manera seguimos desarrollando el gran potencial marino-marítimo de Gran Canaria debido a la variedad de actividades que se desarrollan en torno a este ámbito, como la reparación naval, la generación de energía, los servicios off-shore y las actividades portuarias en su conjunto, que podrán beneficiarse de las soluciones que se desarrollen en la incubadora.

Por otro lado, ponemos en marcha la iniciativa SITGRAN para promover actuaciones basadas en la economía del dato turístico. El Sistema de Inteligencia Turística de Gran Canaria analiza en tiempo real múltiples fuentes de datos públicos y privados del sector turístico. Ofrece la posibilidad de conocer cómo son (perfil), qué les interesa (demanda) y cómo nos ven (percepción) los visitantes de la isla de una forma dinámica, sencilla y accesible.

Para ello se facilita a los operadores el acceso a los datos "en bruto" con el fin de que puedan realizar sus propios análisis o combinarlos con otra información o a los informes que desde SITGRAN se realizan y que se ofrecen en abierto. De esta manera posicionamos a nuestro principal sector económico en el big data, uno de los sectores clave de la economía actual y de futuro, y además contamos con una gran cantidad de información que nos permitirá convertirnos en un destino turístico más inteligente, sostenible, flexible y resiliente.

A todo esto se suma el Centro de Innovación Digital Regional, CIDIHUB, como instrumento para promover proyectos e iniciativas relacionados con la transformación digital empresarial y pública, especialmente enfocados a la pyme grancanaria, lo que permitirá a nuestra industria local ser más competitiva y generar más empleo.

Si alguna lección podemos extraer de las sucesivas crisis que hemos vivido en los últimos años, es que Canarias debe avanzar a la máxima velocidad que pueda hacia un modelo de desarrollo social y económico innovador, inteligente, menos dependiente y por lo tanto más sostenible. Necesitamos generar empleo sin consumir más territorio y recursos y la digitalización nos ofrece una oportunidad única, de la que además se pueden beneficiar todos los sectores económicos. Por eso desde el Cabildo estamos trabajando mano a mano con otras instituciones y la sociedad civil para hacer de Gran Canaria una isla inteligente y digital.

Antonio Morales

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

La Europa de la abundancia (en palabras de Macron), la Europa altanera y anquilosada, la Vieja Europa de las mejores luces y las peores sombras, anda en estos momentos dando tumbos y atemorizada. La realidad se ha tornado muy fea. Las va a pasar canutas –y nosotros por ende- en los próximos meses sometida a crisis encadenadas ligadas a la guerra de Ucrania, la alimentación, la energía, la inflación, la salud pública o el clima

Se creyó siempre intocable, a pesar de sus dramáticas experiencias históricas, y se instaló en una especie de sopor ligado a la arrogancia, a la irresponsabilidad y a la globalización neoliberal que abrazó sin pudor y que le impidió reconocer que había ido dejando en manos de países terceros su seguridad energética, alimentaria o tecnológica

Europa está en guerra y se le advirtió desde hace mucho tiempo por Ucrania, Polonia, la República Checa, los países bálticos, y hasta por EEUU, que la contienda se podría producir, sin que se hiciera el menor caso a los avisos. No tuvo en cuenta la fragilidad de sus fronteras ante el afán imperialista ruso y participó de un pulso de la OTAN a Rusia sin medir sus terribles consecuencias. Estamos ante un escenario alarmante –no deja de estar presente una crisis nuclear de alcance imprevisible, y no me refiero solo a la central nuclear de Zaporiya- que puede tener peligrosas derivas sociales, económicas o medioambientales

El Viejo continente está sufriendo una grave situación económica, con una inflación galopante que apunta indicadores records sobre todo en los alimentos y la energía, debido al agravamiento de la crisis con Rusia por las sanciones impuestas al régimen de Putin y al aumento de los tipos de interés tanto por EEUU como por el Banco Central Europeo. Y aunque la vía elegida para frenar la espiral inflacionista ha sido esta vez la de inyectar dinero publico y privado a la economía, vuelven a surgir voces en algunos países influyentes ( Alemania, por ejemplo), que demandan volver a los suicidas recortes y ajustes. El fantasma de la recesión está cada vez más presente en el ánimo colectivo y sería tremendamente doloroso.

El freno a las exportaciones de granos y fertilizantes desde Ucrania y Rusia para Europa y el mundo (los dos producen el 30% de la oferta mundial de millo y trigo), el alza de los precios a causa de la inflación y el aumento del coste de la energía, el uso de los cereales para producir combustible en sustitución del gas ruso y la sequía que vive el continente, derivada del calentamiento global, están generando un peligroso desabastecimiento planetario y un aumento de los precios de incalculables consecuencias.

La entrada de China en la OMC en 2001, dio un impulso a la globalización y a la deslocalización de las empresas europeas. Los menores costes laborales y de derechos de los trabajadores y una muy débil protección medioambiental propiciaron el traslado de muchas industrias europeas hacia Asia. Se hizo un canto a la globalización liberal que se fue tornando en desigualdades, iliberalismo y confrontación entre los autoritarismos y la democracia. La pandemia de la Covid-19 puso de manifiesto la enorme debilidad de la UE y de la industria del continente al no poder disponer de las mascarillas necesarias para la ciudadanía y el personal sanitario. Luego, la deriva en la fabricación de chips necesarios para el avance tecnológico y la falta de capacidad para ser competitivos en la industria de la tecnificación y la innovación, han terminado por hacer saltar las alarmas y plantear una relocalización apresurada. Se habla ahora de un renacimiento industrial europeo, pero en el camino se han perdido cientos de miles de puestos de trabajo y un potencial industrial de enorme calado.

presiAdemás de mostrarnos al desnudo cómo la globalización, y la consiguiente deslocalización de la industria europea, había sumido al continente en una enorme debilidad para afrontar una crisis sanitaria de envergadura, la pandemia de la COVID-19 dejó patente, igualmente, la enorme fragilidad a la que está sometido el sistema de protección social y de la sanidad pública europea. Esta fragilidad es fruto de los embates salvajes de Davos y de la implantación del modelo neoliberal que emergió en los años 80 para poner fin al pacto del Bienestar Social surgido tras la Segunda Guerra Mundial.

El informe “El medio ambiente en Europa: Estado y perspectivas 2020”, elaborado por la Agencia Europea del Medio Ambiente, acaba de advertir con rotundidad que este continente no alcanzará los objetivos previstos para 2030 y hace una llamada urgente a políticas más decididas para frenar el cambio climático. Otra vez Europa con el pie cambiado. Muchos programas, declaraciones rimbombantes y algunos recursos financieros, pero las graves sequías, las inundaciones, los daños a la salud de la población, los incendios forestales y el aumento del nivel mar que amenaza los ecosistemas costeros siguen en aumento sin que los programas realizados o los proyectos en marcha consigan atajar los efectos del cambio climático sobre la economía, la biodiversidad, las personas y el territorio. El ejemplo más claro quizás sea el de la continuidad de la dependencia de los combustibles fósiles y la escasa penetración de las renovables.

La autosuficiencia energética europea ha estado todo el tiempo en manos de países terceros inestables, inseguros y vulneradores de los derechos humanos, pero también de poderosos lobbies empresariales sin escrúpulos que han antepuesto siempre, todo el tiempo, y de la mano de los principales partidos políticos europeos, convenientemente untados, la maximización de sus ganancias frente a la importante responsabilidad social que les corresponde y frente a la seguridad energética que se les exige. Todo ello tras la privatización de un sector crucial para la supervivencia de los estados. Solo un ejemplo clave, porque las puertas giratorias son infinitas: el ex canciller alemán Schröder se convirtió en el “lobista” principal de los intereses gasistas rusos en Alemania y Europa en los últimos años y solo ahora se le ha sancionado por el Gobierno alemán.

La dependencia energética de la UE del exterior ha ido aumentando en los últimos años. Hoy día el 57,5% de la energía que consumen sus países proviene del exterior. Europa importa el 96% del petróleo que consume y casi el 80% del gas, porque Noruega aporta un 20%. Rusia ha suministrado hasta el momento un 41% anual. Tras el corte del suministro ruso, las miradas del Gobierno europeo se dirigen a EEUU para importar el altamente contaminante gas licuado de esquisto. Pero no es la solución y por eso ahora las prisas para construir gasoductos desde España hacia Italia y Francia, a lo que se opone Macron, alegando, con razón, que eso no hará sino frenar las inversiones en renovables.

Con respecto a la gestión interna, son los lobbies energéticos, que gestionan en su mayor parte empresas que antes eran públicas y que fueron privatizadas en muchos casos de forma fraudulenta – es el caso de Endesa en España- los que marcan las políticas energéticas. El empecinamiento en mantener el mercado marginalista que encarece brutalmente la energía al consumidor y que les proporciona miles de millones de beneficios “caídos del cielo” y la presión hasta conseguir que la taxonomía considere como verdes a las nucleares y al gas, son dos de los ejemplos más palmarios del poder de los trust de la energía sobre los responsables políticos europeos.

Y para acallar a la opinión pública, mientras se proponen cortes de suministro y racionamientos (debió ser siempre ahorro y eficiencia en el consumo), las autoridades europeas solo parchean la situación poniendo topes al gas y las renovables, reduciendo los precios (así lo tuvieron que hacer siempre) o limitando los beneficios de las compañías fósiles, gravando un 33% sus beneficios extraordinarios cuando hasta hace unos días nos aseguraban que eso era imposible. Y todo esto sin atreverse a acabar con el mercado marginalista. Parcheos cobardes, solo parcheos cobardes.

Ahora, como suelen hacer casi siempre desde hace décadas, nos vuelven a anunciar una apuesta decidida por la inversión en renovables. Lo han dicho en muchas ocasiones y siempre ha quedado en nada. Lo cierto es que la transición energética europea ha sido un auténtico fiasco.

Ante tanto fracaso solo me cabe preguntar si esta UE, casi siempre en manos de los conservadores, será capaz de dar un giro de timón ante tanta política errática y buscar alternativas para sus hombres y mujeres en unos tiempos muy difíciles y con los totalitarismos, que aparecen siempre con las turbulencias, al acecho de la democracia.

PD. Esta reflexión que les acabo de trasladar me reafirma en la convicción de que tenemos que seguir avanzando en Gran Canaria en un modelo de ecoísla que apueste por las soberanías energética y alimentaria, nos garantice la seguridad hídrica y avance en un modelo de diversificación económica ligado a las economías verde, azul y circular, la innovación, la digitalización, la mitigación y la adaptación al cambio climático, la reforestación, el transporte público sostenible, los derechos sociales y los cuidados, la igualdad… No hay otro camino.

El pasado 15 de julio el Colegio Oficial de Médicos de Las Palmas organizó un Congreso sobre la incidencia del calentamiento global en la salud, con la participación de distintos expertos y representantes institucionales y en el marco de la Alianza Médica Contra el Cambio Climático. Una extraordinaria iniciativa. Es absolutamente imprescindible la implicación de la sociedad civil para afrontar uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado la humanidad en toda su historia: luchar, mitigar y adaptarse al cambio climático

Nos encontramos en un momento decisivo. En menos de un año el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC) ha emitido tres informes extraordinariamente preocupantes sobre el cambio climático y sus consecuencias para el planeta. En el informe hecho público en los primeros días del mes de abril de este año, los expertos de Naciones Unidas nos trasladan con firmeza que las emisiones deben tocar techo antes de 2025 y luego caer drásticamente para evitar la catástrofe climática. Al presentar la memoria anual de esta organización, António Guterres, Secretario General de la ONU, es tajante a la hora de sintetizar el documento presentado: “Es hora de que dejemos de quemar nuestro planeta porque ha comenzado la cuenta atrás y nos encaminamos hacia una catástrofe”. Los incendios, las olas de calor o las inundaciones que hemos padecido en este mes de agosto confirman los pronósticos.

Todas las fórmulas posibles pasan por eliminar gran parte de los combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón de la generación de energía. La comunidad científica afirma que “todos los modelos incluyen pasar de esos combustibles a fuentes renovables” y hace especial hincapié en que el coste por megavatio de la energía solar ha caído un 85% y el de la eólica un 55%, desde 2010. La Agencia Internacional de la Energía plantea que al menos dos tercios de los combustibles fósiles deben permanecer sin extraer. Según Hoesung Lee, responsable del Panel internacional que he mencionado, nos encontramos en una encrucijada: “De las decisiones que tomemos ahora depende conseguir un futuro vivible”. Para Jim Skea, codirector de la investigación, “es ahora o nunca” cuando se deben precipitar las decisiones. Para la OCDE estamos ante la disyuntiva de “o fósiles bloqueados o planeta bloqueado”

A pesar de las ingentes cantidades empleadas por el capitalismo más salvaje para negar la evidencia y a pesar de los negacionistas ligados a sectores conservadores o ultraconservadores, son cada vez menos los que hoy niegan que este planeta está realmente enfermo y que hay que precipitar la búsqueda de soluciones. Cada tonelada de carbono añadida está empeorando la situación. La temperatura en la Tierra podría aumentar cuatro grados situando en riesgo la vida en el planeta tal y como la conocemos y poniendo en riesgo a la humanidad.

Las energías renovables y la eficiencia y el ahorro energéticos son vectores estratégicos para hacer frente a la crisis climática mundial. Dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero en el planeta están ligadas a la quema de combustibles fósiles. En Europa los procesos energéticos convencionales producen un 78% de las emisiones totales. Según un estudio de Greenpeace y el CREA, la contaminación por petróleo, carbón y gas causan 4,5 millones de muertes al año (40.000 son de niños menores de cinco años) y supone una pérdida de 8.000 millones de dólares al día.

El cambio climático es, según la ONU, la mayor amenaza sanitaria mundial. Según el informe GEO, alrededor del 25% de las muertes y las enfermedades mundiales se deben a las condiciones ambientales. La contaminación ambiental causa anualmente 800.000 muertes prematuras en Europa. En el planeta el número de muertes por polución es de 8,8 millones. Es la causa de uno de cada cinco fallecimientos en el mundo. Otros estudios apuntan que el 15% de los fallecimientos en el mundo se debe a causas climáticas. La contaminación y el calentamiento global son los causantes principales del avance en la Tierra de la desertificación, la sequía y la escasez de agua, la destrucción de hábitats, el deshielo de los polos, la polución del aire, los tifones y huracanes violentos en lugares inusuales, la aparición de epidemias y pandemias, la destrucción de ecosistemas marinos, la extinción de especies…

El Atlas de Mortalidad y Pérdidas Económicas, elaborado por la Organización Meteorológica Mundial, afirma que entre los diez peores desastres del último medio siglo, las sequías han provocado 650.000 muertes, las tormentas, más de 577.000 y las inundaciones, más de 58.000. Según la revista Nature, el incremento de la mortalidad es evidente en todos los continentes. Solo en Europa los desastres climáticos registrados entre 1970 y 2019 han producido unas pérdidas de 400.000 millones de euros. El Índice Planeta Vivo nos dice que la población del mundo de peces, aves, anfibios, mamíferos y reptiles disminuyó en un 58% entre 1970 y 2012. Según la OCDE, en 2050 se reducirá un 10% en Asia, Europa y Sudáfrica.

Y todo está profundamente interrelacionado. Solo un ejemplo: si las abejas desaparecieran de nuestro planeta, la mitad de las especies de plantas y el 75% de los productos que consumen los humanos (incluida la carne) desaparecerían.

Esta situación es especialmente grave contemplada desde Canarias, ya que somos uno de los territorios que más y con mayor intensidad está sufriendo y va a sufrir los efectos del cambio climático. El estudio del IPPC deja muy claro, también, que la incidencia del cambio climático en territorios insulares como el nuestro será aún mayor. Y los efectos empiezan a ser notables. Llevo insistiendo en ello desde hace muchos años y en la necesidad de combatirlo.

Y se pueden conseguir avances extraordinarios: en tres décadas, la capa de ozono se ha recuperado, evitando que se precipite la catástrofe del calentamiento global. Pero la realidad es la que es. En la lucha contra el cambio climático no se está avanzando de la misma manera, no se está avanzado prácticamente nada. Es más, se están dando pasos atrás preocupantes como la aprobación de la taxonomía europea que declara como verdes al gas y las nucleares poniendo en riesgo las inversiones reales en renovables porque las inversiones se derivarán para garantizar el suministro de gas. Es lo que está haciendo ahora la UE con los proyectos de gasoductos para unir España con Francia y con Italia para el envío de gas. Y es fruto de no haberse hecho bien la transición energética y seguir dependiendo, por tanto, de países como Rusia u otros lugares inestables y poco respetuosos con los derechos humanos. También de las presiones de los grandes lobbies ligados al petróleo, el carbón y el gas. Realmente hoy estamos viviendo una auténtica guerra civil global, no solo entre democracias y autoritarismos sino entre fósiles y renovables.

Mientras, en este archipiélago anclado en medio del Atlántico, los alisios se desvían hacia el este lo que puede hacer variar sustancialmente nuestro clima y el aumento del nivel del mar y la pérdida de metros en las playas se hacen cada día más visibles. Un reciente estudio apunta que desaparecerán 147 playas en nuestras islas en este siglo. Igualmente están aumentando los periodos de sequías ( nuestras presas están casi todas vacías) y los momentos de precipitaciones intensas; el océano se calienta y en algunas épocas del año se están acercando hasta nosotros huracanes y tormentas tropicales; nuestro mar se acidifica lo que provocará la desaparición de especies y la alteración por completo del ecosistema; nos enfrentamos a la aparición de nuevas enfermedades tropicales, muchas de origen zoonótico, consecuencia en ocasiones de la entrada de nuevas especies en nuestros ecosistemas. Ha estado merodeando el mosquito de la malaria en diferentes islas en los dos últimos años; las calimas, cada vez más frecuentes y persistentes, empeoran gravemente las afecciones respiratorias y el aumento de la temperatura es letal para personas con cuadros de hipertensión, obesidad o problemas cardiacos; el avance de la desertización afecta a un 80% de Gran Canaria; los riesgos de incendios de sexta generación son cada vez mayores; los fenómenos costeros adversos serán cada vez más frecuentes…

Todos estos efectos tienen un impacto muy grave sobre la salud física y psíquica de las personas que vivimos en estas islas. Pero también está en juego nuestra seguridad. El aumento exponencial del riesgo de incendios forestales, cada vez más graves e incontrolables, las lluvias torrenciales, inundaciones y escorrentías, el aumento del nivel del mar con su consiguiente afección a las infraestructuras costeras… son todos factores que suponen un riesgo altísimo para la seguridad, la salud e incluso la vida de los hombres y mujeres de esta tierra.

Por ese motivo, porque estamos hablando de un peligro real, concreto e inminente para el progreso y el bienestar de la población de Gran Canaria, ha sido fundamental para el gobierno insular, desde 2015, establecer, como prioridad estratégica, políticas de lucha para prevenir y atenuar los efectos del cambio climático. Ese objetivo coincide con nuestra pretensión de avanzar progresivamente, pero sin atajos, hacia la plena descarbonización a través de la triple conquista de la soberanía energética, hídrica y alimentaria.

Es más, en octubre del pasado año presentamos la Estrategia Insular de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático e Impulso de una Economía Baja en Carbono en Gran Canaria, lo que convierte al Cabildo en la primera, y por el momento única institución de Canarias, que cuenta con un plan de este tipo. Gran Canaria tiene un plan. Una estrategia que plantea hasta 39 soluciones concretas adaptadas al territorio, cuantificadas económicamente y con una programación clara de aquí a 2030. También el Consejo Insular de la Energía lidera igualmente el proyecto Interreg Mac-Clima en el que se realizan estudios para desarrollar políticas de adaptación al cambio climático en el ámbito de la Macaronesia. Todos los ayuntamientos de la isla disponen de un Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible en el marco de la iniciativa europea del Pacto de las Alcaldías. Cada Plan de Acción lleva incorporado un análisis de riesgos y vulnerabilidades frente al cambio climático.

Estas iniciativas y numerosas actuaciones transversales con el conjunto de las áreas de gobierno –dentro del marco de la Ecoísla- es lo que ha hecho posible que la UE haya seleccionado al Cabildo de Gran Canaria para formar parte del grupo de regiones que liderarán la resiliencia al clima y la adaptación al cambio climático para 2030, dentro de la Misión Europea de Adaptación al Cambio Climático y que se nos haya invitado a la Conferencia Internacional de la Alianza Climática. Es un reto extraordinario el que asumimos. No daremos ni un paso atrás.

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria