Turismo sí, pero así no. Esta es una percepción fuertemente arraigada en el sentir colectivo de la ciudadanía de Canarias. Se enmarca en un contexto de creciente malestar social reflejado en las recientes manifestaciones que, bajo el lema "Canarias tiene un límite,” se han celebrado en Canarias en los últimos meses. En ellas miles de personas han salido a las calles para expresar su preocupación por los efectos del turismo de masas y la sobreexplotación de los recursos naturales de las islas

Captura 5La concurrencia a las manifestaciones ha tenido un seguimiento diferente en las distintas islas. La preocupación es mayor en unos territorios que en otros, porque no todas las islas sufren la misma presión en la ciudadanía y en el medio natural. Insisto una y otra vez en que la realidad de Gran Canaria es bien distinta. En esta isla no se vierten millones de metros cúbicos de aguas fecales al mar, no se ha tenido que declarar la emergencia hídrica, no se construyen grandes hoteles desde hace más de diez años y tiene casi dos millones menos de turistas que Tenerife sin que eso se note en el PIB ni en el porcentaje de parados. Siempre dijimos y seguiremos diciendo que más es muchas veces menos. Que el éxito turístico no puede estar basado en un crecimiento continuo, que lo importante es que las personas que visiten la isla generen más gasto y que su estancia media sea mayor.

Aún así, existen problemas comunes a los que hay que plantar cara. El turismo en Canarias supone un 35% de nuestro PIB y es el responsable de la creación de un 40% de los empleos directos de nuestra tierra, que puede llegar hasta un 70% al tirar de otros sectores de nuestra economía. A pesar de estos datos, esta comunidad autónoma lidera el ranking de las comunidades con mayor índice de pobreza y de salarios más bajos. Algo no casa.

Por otro lado, el problema de la vivienda hace que para las familias y la gente joven que buscan independizarse sea muy difícil encontrar una vivienda para alquilar o para pagar el precio del alquiler si la encontrara. Es preciso que afrontemos el reto de repensar el modelo turístico y sus relación con la economía y las sociedades insulares.

Desde el Cabildo de Gran Canaria hemos presentado la semana pasada una serie de propuestas ambiciosas y contundentes para abordar el desafío demográfico y la sostenibilidad en el archipiélago, con especial atención a la desigualdad territorial y la tensión derivada del modelo turístico actual. Lo hicimos dentro del proceso impulsado por el Gobierno de Canarias, a través de la Conferencia de Presidentes, para escuchar a los cabildos -también a los ayuntamientos- a la hora de afrontar alternativas a un modelo cuestionado por la ciudadanía, organizaciones sociales y políticas, instituciones, etc. Cada vez somos más los que pensamos que se necesita implementar medidas que equilibren los recursos que deja el turismo y que estos sean distribuidos de manera más equitativa entre la población para hacer posible que podamos romper con una sociedad profundamente desigual y con un indicador muy alto de pobreza.

Las propuestas del Cabildo están organizadas en torno a cuatro ejes fundamentales: la defensa del entorno natural, el patrimonio cultural y educativo, la cohesión del modelo territorial y la gobernanza económica y social. Dentro de este marco, uno de los puntos más destacados es la propuesta de la aprobación de una ecotasa, un impuesto que ya existe en los principales destinos turísticos del mundo y que pagarían los no residentes por su estancia en los alojamientos turísticos. Su recaudación tendría un carácter finalista y se destinaría a la rehabilitación de infraestructuras públicas y la preservación de los recursos naturales. No entiendo el empecinamiento de las organizaciones empresariales en oponerse a ello. Deben entender que cambian los tiempos y las mentalidades. Y que cada vez es mayor la sensibilidad medioambiental de los que nos visitan y de los que vivimos aquí. Y que no vale enrocarse hasta el infinito para abrir espacios al rechazo social.

Asimismo, se ha propuesto una moratoria urgente de autorizaciones para las viviendas vacacionales hasta que se apruebe una ley de vivienda vacacional adaptada a la realidad canaria en la que se diferenciaría entre pequeños y grandes tenedores, regulando la actividad para evitar que las zonas residenciales se conviertan en áreas exclusivamente turísticas. Esta medida busca frenar la expansión descontrolada del alquiler vacacional, que ha sido motivo de creciente preocupación en las zonas más densamente pobladas de las islas.

Otro aspecto clave es la limitación de la venta de viviendas a extranjeros no arraigados en Canarias, una regulación necesaria para proteger el acceso a la vivienda de la población local y evitar que los precios sigan disparándose debido a la demanda externa.

La vivienda es uno de los asuntos críticos para mejorar las condiciones de vida en nuestras islas. Planteamos un plan cuatrianual de construcción de viviendas públicas en cada municipio, con el objetivo de reducir la demanda existente. Además, hemos puesto sobre la mesa un plan para poner en alquiler residencial una parte de las más de 211.000 viviendas vacías que existen en las islas, facilitando el acceso a la vivienda a jóvenes con bajos ingresos y a personas en paro de larga duración.

Para las zonas rurales y en despoblación, apostamos por medidas que garanticen la soberanía hídrica, vital para la reforestación y el aumento de las zonas cultivadas. Además, se plantea un impulso al empleo relacionado con el cuidado y divulgación del patrimonio natural, lo que permitiría fijar población en estas áreas y fomentar estilos de vida que contribuyan a la sostenibilidad del paisaje y la cultura tradicional.

Por otro lado, para los municipios más poblados promovemos un enfoque de sostenibilidad que incluye acciones en movilidad, soberanía energética y alimentaria, así como la implementación de programas específicos para la transformación de estas zonas en espacios coherentes con el modelo de ecoísla y ecobarrios. Estas propuestas buscan redimensionar las infraestructuras sanitarias, sociosanitarias y educativas y mejorar la calidad de vida en los barrios urbanos, reforzando los servicios públicos para que se adapten a las demandas reales de la población.

El diálogo sindical, institucional y empresarial debe avanzar de manera urgente en la mejora de las condiciones laborales y en el aumento de los salarios. Se debe profundizar igualmente en la formación específica y cualificada de las personas que necesita el sector, porque es difícil entender tanto paro con tanta ocupación turística. Todos estos elementos mejorarán la percepción de la ciudadanía acerca de las posibilidades de trabajo que ofrece el turismo y evitaría la llegada de mano de obra foránea. Las empresas turísticas no pueden permanecer alejadas de la realidad social, cultural o deportiva de las islas como lo están en estos momentos.

Las propuestas del Cabildo, en gran medida, responden a estas demandas. La ecotasa y la moratoria para las viviendas vacacionales son ejemplos claros de acciones dirigidas a mitigar el impacto negativo del turismo en el territorio y en la población residente. No obstante, aún queda por ver si estas medidas serán implementadas con la celeridad y contundencia necesarias para calmar el descontento social.

En definitiva, las alternativas del Cabildo de Gran Canaria son una respuesta integral a los retos demográficos y de sostenibilidad que enfrenta el archipiélago. La creación de un presupuesto específico, similar al Fondo de Desarrollo de Canarias (FDCAN), junto con medidas como la ecotasa y la regulación del alquiler vacacional, representan un paso firme hacia un modelo de desarrollo más equilibrado y justo.

Sin embargo, es fundamental que estas proposiciones no queden solo en el papel. El éxito de estas iniciativas dependerá de su implementación efectiva y de la capacidad de las administraciones para asegurar que los beneficios lleguen a toda la población, especialmente a los sectores más vulnerables. Las recientes manifestaciones son un claro indicativo de que la ciudadanía está alerta y exige soluciones reales y tangibles para los problemas que afectan a las islas. Canarias está en un punto de inflexión, y las decisiones que se tomen ahora determinarán su futuro. Y todo esto se debe afrontar desde el compromiso real de las instituciones - sobre todo del Gobierno de Canarias que es el que tiene la mayoría de las competencias en las materias señaladas- y el diálogo y la prudencia de las organizaciones sociales, sindicales y empresariales para alejarnos de la confrontación y sus consecuencias.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

Pocos temas de política internacional aúnan consenso y legitimidad como el conflicto del Sáhara Occidental. El Sáhara es un "territorio no autónomo" ocupado ilegalmente por Marruecos después de que España, la antigua potencia colonial, abandonara al pueblo saharaui a su suerte. El reino de Mohamed VI incumple de manera reiterada el derecho internacional. Las resoluciones de la ONU y del TJUE son obviadas una y otra vez. Los derechos humanos de la población saharaui son violados de manera reiterada tanto en los territorios ocupados como en los campamentos de refugiados en Tindouf, donde miles de personas viven en condiciones extremas al serles negado el derecho de regresar a su tierra.

Captura 2Este conflicto ha encontrado un amplio y transversal apoyo en la sociedad, los partidos y las instituciones canarias. El archipiélago ha sido un epicentro mundial de solidaridad con el pueblo saharaui, que forma parte de la comunidad canaria. Un ejemplo de su amplio apoyo social es el programa "Vacaciones en paz", que permite a niños y niñas saharauis pasar sus vacaciones en España.

Con esta introducción, quiero contextualizar la gravedad del reciente cambio de postura del presidente de Canarias, Fernando Clavijo. El pasado 8 de octubre, en una comparecencia junto al ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita, en Rabat, Clavijo respaldó la propuesta de España de considerar el Sáhara como una autonomía dentro de Marruecos.

Esta decisión es extremadamente preocupante para el pueblo saharaui y para Canarias por diversas razones. Ya critiqué duramente a Pedro Sánchez cuando adoptó esta postura de forma unilateral y por supuesto seré muy crítico con el presidente de Canarias por la misma razón. Esta decisión, anunciada en Marruecos, da la espalda a los derechos humanos, a la legalidad internacional y a la posibilidad de una solución pacífica del conflicto, ya que no puede haber paz bajo la ocupación marroquí. Además, contradice la postura histórica del Parlamento de Canarias, que siempre ha defendido el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación.

El giro radical del también secretario general de Coalición Canaria supone un alejamiento de las posiciones tradicionalmente sostenidas por el nacionalismo canario y por su partido. Siendo senador, Fernando Clavijo criticó el cambio de postura del gobierno español y se ratificó en el compromiso con el pueblo saharaui. Un claro ejemplo es la dura crítica de Coalición Canaria en Fuerteventura, que emitió un comunicado asegurando: "Coalición Canaria no abandonará ni traicionará uno de sus sellos identitarios, no traicionará al Sáhara libre ni a su pueblo." Afirmaron en aquel momento que seguirían defendiendo la liberación del Sáhara "del yugo impuesto por el Reino de Marruecos".

Marruecos dista mucho de ser un régimen democrático; es una monarquía sustentada en un sistema que reprime tanto al pueblo saharaui como a sus propios ciudadanos, como demuestran la brutal represión del Movimiento Popular del Rif. Además, sus ambiciones expansionistas representan una amenaza directa para nuestros intereses. La cesión de Clavijo al expansionismo marroquí no solo es una traición al Sáhara, sino también a Canarias.

A lo largo de los años, la relación entre la UE, Marruecos y España ha demostrado que los intereses geopolíticos prevalecen sobre los derechos de Canarias. La historia está llena de ejemplos en los que el archipiélago ha sido relegado, con consecuencias potencialmente graves en el futuro.

Uno de los primeros golpes fue el acuerdo pesquero firmado por España con Marruecos en los años ochenta, que la UE renovó en 2019, incluyendo ilegalmente las aguas del Sáhara Occidental. Esto afectó severamente a la pesca en las islas, perjudicando a la flota artesanal y al sector portuario, mientras se entregaba el Banco Canario-Sahariano a Marruecos sin considerar su impacto en la economía canaria.

El puerto de Agadir, financiado en su día por España, es otro ejemplo de cómo las decisiones políticas han perjudicado a Canarias. Actualmente, compite directamente con el Puerto de La Luz y de Las Palmas, absorbiendo la mayor parte de las descargas pesqueras del Banco Canario-Sahariano y desplazando a los puertos de las islas de su rol tradicional.

El sector agrícola también ha sufrido las consecuencias. Los acuerdos de asociación entre la UE y Marruecos desde el año 2000, ampliados en 2012 para incluir productos agrícolas sin aranceles, contribuyeron al declive del cultivo del tomate en Canarias. Aunque el Tribunal de Justicia de la UE falló que el Sáhara Occidental quedaba fuera de estos acuerdos, diversas maniobras han permitido que productos cultivados en el Sáhara sigan compitiendo en el mercado europeo, afectando negativamente a los agricultores locales y al empleo.

Hace más de dos años, Marruecos decidió ampliar su zona económica exclusiva y la plataforma continental hasta las 350 millas, incluyendo aguas del Sáhara Occidental, en su ambición expansionista por controlar las tierras raras muy cercanas a Canarias. No hace mucho también tomó la decisión de realizar unilateralmente unas maniobras militares frente a nuestras costas. Ha hecho lo mismo con prospecciones petrolíferas cercanas a Lanzarote y Fuerteventura, poniendo en riesgo nuestro medio natural. En algunas ocasiones han dejado caer, igualmente, sus intenciones de defender la marroquinidad de nuestro archipiélago o de sus aguas. Estas acciones son parte de una política de presión constante sobre España.

En cuanto a la migración, la falta de control efectivo por parte de Marruecos ha incrementado la llegada de migrantes a Canarias, a pesar de las millonarias ayudas europeas destinadas a mitigar este fenómeno. Las vidas de las personas migrantes han sido utilizadas como herramienta de negociación en momentos de tensión política, como ha ocurrido en Ceuta y, recurrentemente, en este archipiélago.

En resumen, Canarias se ha convertido en un peón en la estrategia de Marruecos, que busca sacar provecho de las concesiones del Gobierno español. Tras la aceptación española de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, Canarias debería adoptar una postura firme contra estas cesiones continuas. Sin embargo, el presidente de Canarias, sin ningún respaldo democrático que justifique su decisión y contradiciendo los acuerdos del Parlamento de Canarias, de los cabildos y ayuntamientos y los principios de su partido, se ha alineado con el Gobierno de España en una estrategia suicida de complacencia con el expansionismo marroquí que reduce la capacidad de actuación de Canarias.

El presidente de Canarias debe comparecer ante el Parlamento Autonómico para explicar su decisión y rectificar. Más allá de la falta de ética que implica abandonar al pueblo saharaui a la tiranía del régimen marroquí -nada debe sustituir la libre determinación del pueblo saharaui sobre su futuro- esta decisión unilateral pone en riesgo los intereses estratégicos de Canarias.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

Desde el Cabildo tenemos muy claro por dónde transitar para alcanzar el 80% de descarbonización de Gran Canaria en 2030. Nuestra propuesta de soberanía energética, que contempla la ruptura con los combustibles fósiles para generar energía en todo el territorio insular, avanza a buen ritmo

Captura 2Lideramos la penetración de las energías limpias en las islas con un 24%; tenemos la mayor tasa de autoconsumo en Canarias y el Cabildo está apostando por ello, también, en todas sus instalaciones; nos encontramos desarrollando importantes proyectos de comunidades energéticas; Salto de Chira será una realidad muy pronto y se convertirá en el gran vertebrador del almacenamiento de las renovables; estamos diseñando otros sistemas de almacenamiento innovadores; empezamos a aprovechar el biometano que genera el tratamiento de los residuos; el hidrógeno verde hace sus pinitos para el transporte pesado; estamos impulsando las comunidades energéticas…

Pero la semana pasada se produjeron dos hechos especialmente significativos para Gran canaria en torno a las renovables. El martes 24 de septiembre el Gobierno de España aprobó el real decreto que regula la implantación de la eólica marina en el conjunto del Estado. Esto da pie a que se convoquen los concursos públicos necesarios para poder desarrollar esta energía en nuestros mares. Como ya se conoce, Gran Canaria ha acordado con el Gobierno de España el modelo de implantación y será de los primeros territorios en hacerlo.

Por otra parte, ese mismo día y casi a la misma hora, el Cabildo de Gran Canaria, a través del Consejo Insular de la Energía y con las empresas Ayagaures Medio Ambiente, del grupo Pérez Moreno, Canary Islands Base del grupo Satocan y Dando Drilling Spain del Grupo Dando Drilling, presentó la empresa público-privada Gran Canaria Geotermia S.L, encargada de impulsar la penetración de la geotermia en esta isla.

Estamos, por tanto, tocando con los dedos el objetivo de romper nuestra atadura de los combustibles fósiles con un mix de renovables de vanguardia, que reducirá de una manera muy notable la contaminación atmosférica, contribuirá al abaratamiento del precio de la energía, generará industria local, potenciará nuestros astilleros, creará empleo verde, nos hará autosuficiente energéticamente y abrirá espacios a la innovación y la investigación.

La verdad es que ha llovido mucho desde que iniciamos en 2016 los primeros estudios del potencial geotérmico de la isla a raíz de un convenio firmado con el INVOLCAN con el fin de evaluar las posibilidades de explotación de la energía geotérmica en la isla. Y creo que en primer lugar tenemos que estar satisfechos por haber encontrado después de este largo camino, socios locales e internacionales para hacer grandes cosas juntos. Debo reconocer ese paso adelante para acompañar al Cabildo de Gran Canaria en este proyecto. También quiero aprovechar la ocasión para agradecer a Nemesio Pérez todo el trabajo realizado. Y por supuesto a Raúl García Brink, Alexis Lozano y Cristo Suárez por el Cabildo -CIEGC.

Y quién me iba a decir a mí, cuando hace años me sumergí en el fascinante mundo de la novela de Julio Verne, Viaje al Centro de la Tierra, que desde el Cabildo de Gran Canaria iba a estar presentando un proyecto de geotermia para la isla de Gran Canaria. Sin lugar a dudas, vivimos en una era de desafíos sin precedentes. El calentamiento global es una amenaza real que requiere nuestra atención inmediata. Desde el Cabildo lo combatimos con un proyecto de ecoísla muy centrado, entre otras cosas, en movilizar todas las energías renovables posibles y promover la eficiencia energética al mismo tiempo.

Y algo que no podemos dejar pasar es el aprovechamiento de las energías renovables allí donde estén. Tenemos que aprender de los que han tenido éxito en la transición hacia una economía descarbonizada como Islandia o, por poner algún ejemplo más cercano, islas como San Miguel o Terceira en las Azores.

Los beneficios de la energía geotérmica son claros: Es renovable: el calor que fluye desde el interior de la Tierra permanecerá disponible durante miles de millones de años. Es firme y flexible: las plantas de energía geotérmica pueden funcionar las 24 horas del día durante los 7 días de la semana, pudiendo aumentar o reducir la generación para responder a los cambios en la demanda de electricidad. Su huella medioambiental es muy pequeña: las plantas de energía geotérmica utilizan menos terreno que otras energías renovables. Y es limpia: las plantas de energía geotérmica modernas no emiten gases de efecto invernadero y consumen menos agua que la mayoría de las tecnologías convencionales de generación de electricidad.

Como les decía, el secreto del éxito en la transición energética de Azores o Islandia es la energía geotérmica. Aun así, la falta de interés y el riesgo inicial han impedido que muchos territorios aprovechen su enorme potencial geotérmico. Este desafío exige una acción concertada entre todos los sectores de la sociedad: los gobiernos, el sector privado, el mundo académico o la sociedad civil. Liberar todo el potencial de la energía geotérmica requiere una solución que combine hábilmente tecnología, políticas, regulación y finanzas.

Por eso cuando el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE) publicó la convocatoria de GEOTERMIA PROFUNDA con fondos Next Generation, el Cabildo decidió convocar al sector privado a través de un llamamiento de la Cámara de Comercio de Gran Canaria. A partir de ahí se fue conformando una alianza público-privada que ha pasado por diferentes momentos y vicisitudes. Al final, el proyecto "AGEOGC EV", promovido por el Consejo Insular de Energía de Gran Canaria (CIEGC), fue seleccionado para evaluar la viabilidad del aprovechamiento de la energía geotérmica profunda en el campo geotérmico situado en la comarca sureste de Gran Canaria. El IDAE concedió una ayuda de 15 millones de euros al proyecto, que implica la perforación de hasta tres pozos de 2.700 metros de profundidad para estudiar la existencia de recursos geotérmicos que pudiera permitir la extracción de energía geotérmica de alta entalpía para la generación eléctrica.

Estas perforaciones permitirán evaluar la viabilidad del uso de estos recursos subterráneos para la generación de electricidad mediante energía geotérmica. Los pozos, con un diámetro final de 8 ½ pulgadas (21,6 cm.), estarán diseñados para adaptarse a la geología volcánica de la isla y permitir la extracción eficiente de fluidos geotérmicos.

La inversión total será de 31 millones de euros. Y en caso de que resultara viable, la inversión sería infinitamente mayor y se iría ampliando capital según se acuerde de manera consensuada en la empresa.

Gran Canaria ha sido objeto de un exhaustivo programa exploratorio que incluye estudios geológicos, geoquímicos y geofísicos desde 2008. Se han realizado prospecciones geoquímicas en superficie, campañas de tomografía sísmica y magnetotelúricas, identificando varias anomalías termales y geoquímicas concentradas en el sureste de la isla. Estos estudios han permitido la creación de un modelo tridimensional del subsuelo de la isla, mostrando áreas con alta conductividad eléctrica, un indicador del potencial geotérmico. Además, el Consejo Insular de la Energía de Gran Canaria (CIEGC) ha sido adjudicatario de un permiso de investigación en el Concurso Público sobre derechos mineros caducados en la isla de Gran Canaria, en virtud de la Ley de Minas. Esto implica que se le ha concedido el derecho a investigar en ciertas áreas de la isla para la exploración geotérmica.

Para ello el Consejo Insular de la Energía ha impulsado la creación de la sociedad "Gran Canaria Geotermia SL”. Este consorcio combina perfectamente la experiencia de nuestras empresas locales en ámbitos como el ciclo integral del agua, los residuos o la construcción, con la experiencia de Dando Drilling en el ámbito de la perforación en distintos sectores: petrolífero, hidráulico o geotérmico. Tendrá la responsabilidad de realizar las perforaciones y sondeos necesarios para llevar a cabo el proyecto, que deberá cumplir con las regulaciones del programa GEOTERMIA PROFUNDA del IDAE, estableciendo como fecha límite de finalización el 31 de enero de 2026. Y se estima que las prospecciones podrán empezar antes del final del mes de octubre de este año.

Estamos, pues, ante un paso importante para el aprovechamiento de energías renovables en la isla de Gran Canaria, alineado con los objetivos de sostenibilidad y transición ecológica del Gobierno de España y la Unión Europea. La energía geotérmica profunda podría convertirse en una fuente clave para la producción de energía eléctrica limpia en la isla, impulsando la independencia energética y la reducción de emisiones.

Además, me gustaría destacar que nosotros creemos en instituciones públicas emprendedoras. El sector público no está ahí simplemente para arreglar los fallos del mercado, está también para intervenir positivamente en él. Este Cabildo tiene vocación de ser el impulsor del cambio. Tenemos una visión de lo que es necesario hacer. Sabemos que este es un proyecto innovador con un riesgo y por eso mismo somos conscientes de que debemos participar proporcionando financiación para impulsar el despliegue de la geotermia y de todas las energías renovables posibles en la isla.

Y lo hacemos contra viento y marea, sabiendo que debemos vencer las piedras que nos han ido poniendo en el camino los retardadores climáticos y los neonegacionistas, pretendidamente ecologistas, y los negacionistas de ultraderecha (los dos coinciden y van juntos en esto y en otras cosas, echando mano del populismo).

Liberar el potencial energético de la Tierra no es una tarea fácil, pero les aseguro que uniendo las fuerzas del sector público y del privado podremos lograr nuestros objetivos. Es alentador ver que Gran Canaria inicia ahora su viaje al centro de la Tierra.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

 

La vorágine del día a día hace que nos olvidemos con frecuencia de que la posición de Gran Canaria y de Canarias entera en relación con el exterior, especialmente con los tres continentes más cercanos, supone un factor que nos determina, nos condiciona y, a la vez, nos abre posibilidades de relaciones e influencias de ida y vuelta. Nuestra historia, los acontecimientos que se suceden en este mundo convulso y la globalización han reforzado nuestro carácter tricontinental con Europa, África y América. Nuestra obligación es afianzar cada día nuestra posición atlántica para abordar algunas de las cuestiones que nos preocupan

Captura 3Esta realidad nos afecta social, económica, cultural y políticamente. Por eso la proyección internacional de nuestra isla tiene que ser un elemento que nos ocupe tanto a quienes tenemos la responsabilidad de gobierno como al conjunto de la ciudadanía. Lejos de vivir aislados, Canarias tiene una relación intensa con los continentes cercanos y una actividad que supera la de muchas comunidades más pobladas que no son frontera como lo somos nosotros. Estamos comprobando que la defensa de Canarias no podemos delegarla en el Estado que es el que tiene competencias porque, con frecuencia, los intereses de nuestras islas no coinciden con los del continente ni con la mirada estatal o europea. Lo vimos con las prospecciones petrolíferas, lo estamos viendo con las maniobras militares de Marruecos y ahora se repite con la crisis migratoria.

Desde que este año 2024, el puerto de La uz ha incrementado su actividad con los buques mercantes procedentes de Asia y del Índico, obligados a rodear el continente africano para no cruzar el Mar Rojo en su ruta hacia el Mediterráneo y Europa. Ha aumentado el riesgo de ser atacados por los hutíes de Yemen quienes han declarado la guerra a Israel por su ofensiva contra Gaza que cumple once meses de horror y destrucción, extendiendo su impactos a la región y a todo el mundo.

Para nuestro puerto, la reducción del tráfico por el canal de Suez se traduce en un incremento extraordinario de su actividad, no exenta de riesgos por la saturación de operaciones. Es cierto que supone un incremento de la actividad económica pero, desgraciadamente, ese crecimiento va aparejado a la subida de precios, a velocidad de vértigo, del combustible y también afecta a la cotización de las mercancías que transportan, especialmente los alimentos que recibimos del exterior y de los que dependemos. Además, las guerras consumen enormes recursos que superan lo que se necesita para acabar con el hambre o frenar el cambio climático en todo el planeta. Sufrimos una situación en la que se incumplen los acuerdos de Naciones Unidas, los dictámenes de la Corte Penal Internacional y los más elementales derechos humanos.

Las nuevas relaciones políticas de Europa con los países africanos y la imposición de políticas represivas que pretenden reducir los movimientos migratorios entre el norte y el centro de África con Europa del sur, han convertido la ruta canaria en la más frecuente a la vez que peligrosa para miles de personas que huyen de la pobreza, de la violencia de los conflictos bélicos y las afecciones climáticas que padece el continente africano.

África se desangra en conflictos armados y en un agravamiento de las hambrunas. Las consecuencias del cambio climático originan movimientos migratorios que también forman parte de este nuevo paisaje atlántico al que nos hemos habituado, dado que fuerzan a miles de jóvenes y menores a arriesgar la vida en el desierto o en cayucos para llegar a territorio europeo. Es una realidad que los canarios y canarias vivimos con enorme sufrimiento por el drama que supone ser la ruta migratoria más mortal en el mundo.

Y, lejos de los discursos grandilocuentes de los líderes que ven en las armas el único medio para alcanzar sus objetivos, con arengas de grandes estrategias y rápidas acciones que pretenden minimizar el espanto, los conflictos bélicos se prolongan. La ausencia de un horizonte de paz se consagra en las noticias que recibimos a diario y que hacen cotidiana la crueldad y la impotencia ante la deshumanización y el sufrimiento. Ucrania, Palestina, Mali y Sáhara, entre otros muchos países del continente africano forman la lista del horror que golpea nuestras vidas.

La aparente normalidad que vivimos en el Atlántico se da de bruces con la llegada de embarcaciones con millares de personas que arriesgan sus vidas. Una situación que se agrava con la insolidaridad y el uso político tramposo de las instituciones para consagrar en las islas, principalmente en Gran Canaria, un sistema carcelario de retención de inmigrantes, a sabiendas de que esto no hace más que perjudicar nuestra capacidad de atención y de solidaridad, además de afectar a nuestra convivencia.

Simultáneamente, en los últimos once meses, la violencia desatada sobre los dos millones de habitantes encerrados en Gaza, cuya superficie es la misma que la de la isla de La Gomera, ha incendiado un conflicto que se extiende a otros territorios palestinos y a todo Oriente Medio. Una situación, en la que están implicados EEUU, Reino Unido y la Unión Europea, que nos pone de bruces ante el genocidio contra el pueblo palestino, mientras vemos renacer a la extrema derecha alemana en las elecciones regionales de Turingia y Sajonia, como está pasando en Francia, España y en tantos otros países europeos.

Estamos ante una realidad política que agudiza la polarización con la entrada en escena de peligrosas consignas contra la justicia social, las políticas públicas y el reparto de la riqueza, abanderadas por profesionales de la mentira y la demagogia, como Milei, Trump, Bolsonaro, o el multimillonario Musk, propietario de una de las plataformas de redes sociales más influyente del planeta. Se han convertido en aliados estratégicos de la parte más reaccionaria del gobierno israelí, en su campaña para acabar con el pueblo palestino y ocupar sus territorios. En realidad persiguen un nuevo orden mundial basado en los autoritarismos y las autocracias y enfrentado a la democracia liberal.

Nuestra realidad global es mucho más compleja y difícil de resolver, porque ya no solo nos afectan las plagas de langostas, los piratas berberiscos o el tsunami del terremoto de Lisboa, que vivimos siglos atrás. Somos islas de paz, de convivencia, de superación de épocas pretéritas en las que los piratas asolaban nuestras costas. También, acudíamos al vecino continente para realizar cabalgadas con las que conseguir ganado y esclavos.

Igualmente, somos islas de emigrantes desde el primer viaje de Cristóbal Colón hasta nuestros días. Y desde entonces, hace 532 años, se conformó nuestra identidad, evolucionando hasta la actualidad, desde esa visión que se extendió hasta la primera mitad del siglo XX y que nos define como “europeos con los pies en África y el corazón en América”. O la visión más reciente y académica del profesor Víctor Morales Lezcano: "Para Canarias, Europa es una evidencia; América una nostalgia; y África, un imperativo". Un territorio de la ultraperiferia que tiene fuertes vínculos con los continentes del Atlántico, reflejados en la Casa de Colón o Casa África, para mantener esos lazos históricos de conocimiento y cooperación. Por eso nos preocupa y nos afecta tanto también lo que está sucediendo en Cuba, Venezuela, Nicaragua o El Salvador.

En un mundo cambiante, en esta montaña rusa de vértigo, nuestro compromiso debe ser con la seguridad y mejora de las condiciones de la población de la isla, con su tradición de paz, solidaridad y diálogo. Una forma de entender el mundo que quedó plasmada en 1986, cuando fuimos de las pocas provincias españolas que rechazó la entrada en la OTAN y la política de bloques en referéndum. Eramos conscientes de que el futuro no pasa por el enfrentamiento y las amenazas de destrucción total, sino por nuestra transformación hacia un modelo de isla que tenga soberanía alimentaria, energética, hídrica y, de esta forma, convertirnos en ejemplo de sostenibilidad para el mundo, alejando esa imagen de cementerio de esperanzas ahogadas en el océano.

A pesar de tratarse de un reto ilusionante, algunas personas manifiestan su escepticismo sobre qué puede hacer una isla ante todo esto. Ante el cambio climático, la crisis migratoria o la fragilidad cada vez mayor de la democracia. Y la respuesta es que nuestra obligación es la de ser una voz en el Atlántico y en el mundo para demostrar que hay alternativas, que el planeta no puede seguir agotando recursos arbitraria y alocadamente. Que debemos luchar contra las desigualdades que provocan las migraciones forzadas. Que siempre tienen que estar presentes, en las acciones que corresponden, los valores democráticos esenciales. En esta encrucijada atlántica, la ecoísla que defendemos pretende profundizar en todo esto. Es una manera de contribuir desde lo local a las grandes transformaciones que demanda la tierra.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

La fiesta del Pino, inalterable en el calendario de Gran Canaria, vuelve para invitarnos a iniciar un curso cargados de ilusiones y con los compromisos renovados. Nos avisa de que el verano se acerca a su fin y de que debemos ordenar nuestras agendas para aprovechar el tiempo nuevo que se nos presenta con oportunidades y retos a cumplir. Desde antes de las vacaciones estivales ya todo se programa “para después del Pino”. Mientras, revisamos nuestros trajes típicos, los timples y las guitarras y quedamos con la familia y los amigos para que no falte nadie a la cita que nos confirma que seguimos en pie y con ganas de continuar en la brega diaria

Captura 1En esta primera semana de septiembre animo a toda la ciudadanía de Gran Canaria a reencontrarnos en Teror para revivir nuestras tradiciones, para compartir este tiempo de fiesta que refuerza nuestro sentimiento de pertenencia a una sociedad y a una isla que nos acoge, a la isla de nuestra vida. La celebración nos permite también expresar unas creencias y unos valores que se viven en libertad, con respeto a las diferencias y con emoción.

El encuentro en Teror tiene todo lo que las canarias y canarios necesitamos para renovar un sentimiento colectivo de hermandad, de ilusión ante lo que somos y lo que podemos alcanzar y de esperanza colectiva para afrontar las dificultades que se nos presenten. Lo vivimos cada año y nunca pierde esa enorme capacidad de convocatoria que mantiene desde sus inicios.

Y siempre la canariedad lo envuelve todo, como expresión original de nuestra manera de afrontar la vida, de amar unos símbolos que nos identifican, de compartir un folklore que hemos creado durante siglos, de revivir una historia que nos define como isleños y de renovar los compromisos solidarios que nos dan confianza como pueblo para ganar juntos el futuro.

En el Pino se cruzan tres tiempos. El pasado que permanece en una fiesta consolidada, aparentemente idéntica cada año, pero que sabemos quiénes llevamos décadas disfrutándola que no es así, porque la transformamos y la personalizamos todas y todos los que acudimos. El presente enriquecido por nuestras inquietudes, por las preocupaciones o por la actualidad del momento, junto con las novedades artísticas o culturales que adornan el programa de actos diseñado. Y en la fiesta, afortunadamente, también se trasluce el futuro. Porque, en el fondo acudimos a Teror en la confianza de que las fiestas suponen un impulso de renovación, de convencimiento de que afrontamos ilusiones y proyectos nuevos que nos enriquecerán personal o familiarmente. De que la celebración comunitaria es siempre una contribución valiosa al progreso de la isla.

Como Gobierno de la isla, acudimos a Teror con la satisfacción de que avanzamos como sociedad. Muchos de los compromisos que asumimos el año pasado están en marcha y comprobamos que esta reflexión colectiva que realizamos cada año tiene sentido.

Hay señales de esperanza en la creación de empleos para mujeres y jóvenes y para personas en paro de larga duración. Mejoramos en muchos indicadores de sostenibilidad como la transición hacia las energías limpias, la seguridad hídrica y la soberanía alimentaria, con el aumento del consumo del producto local. Avanza la construcción y la apertura de nuevos servicios y centros sociosanitarios dedicados a las personas dependientes. Crece la inversión pública para mejorar equipamientos y generar actividad económica.

Tan importante como esos indicadores, que señalan que la isla tiene un horizonte y que lleva una trayectoria estable de progreso es la imagen de unidad entre todas las administraciones y las organizaciones sociales de la isla que estamos ofreciendo cada vez que afrontamos un reto o nos comprometemos con un proyecto.

Tenemos multitud de ejemplos, pero nos basta con recordar, por citar solo cuatro: la obtención de la candidatura de Gran Canaria para organizar el Mundial de Fútbol en 2030 que demuestra esa imagen de unidad y solvencia imprescindibles para conseguirlo. Lo mismo ocurre con una obra fundamental para la soberanía energética e hídrica como es el Salto de Chira, el progreso en la adecuación del Museo de Bellas Artes de Gran Canaria, MUBEA, que representa un hito cultural de primer orden o la consecución del Parque Nacional de Guguy.

Así tenemos que permanecer para afrontar los grandes desafíos que se nos presentan ligados, entre otros, a la migración y la acogida de menores, a la financiación autonómica sin discriminaciones, al respeto a nuestro Régimen Económico y Fiscal, a la adecuación del modelo turístico a la sostenibilidad y a una mayor contribución social o a la sobrepoblación y sus afecciones sobre las nuevas generaciones de canarios y canarias

Son señales que justifican una celebración colectiva, pero a la vez queremos renovar los compromisos de transformación de nuestra isla porque no podemos darnos por satisfechos. Sigue habiendo muchos grancanarios y grancanarias que lo siguen pasando mal. No es tiempo de autocomplacencias, pero es imprescindible combinar la responsabilidad de alcanzar lo que nos falta por conseguir, con el reconocimiento de que sabemos y podemos avanzar en los objetivos que nos proponemos como sociedad grancanaria.

En este contexto, las fiestas vuelven a ser ese momento decisivo que siempre han sido en la vida social del pueblo canario. Nos permiten liberar tensiones y a la vez celebrar que volvemos a reunirnos y recobrar fuerzas para proseguir el camino. Son el espacio y el lugar para visibilizar y festejar las expresiones culturales que nos identifican.

Volvemos al Pino para comprobar que estamos en marcha. En camino, como el que recorren los peregrinos que cruzan toda Gran Canaria para llegar a los pies de la patrona o encontrar el abrazo de la familia o los amigos para sellar una promesa que llevamos siglos cumpliendo. Venimos de lejos y queremos, con las enseñanzas de la historia y la voluntad de todas y de todos, ganar un futuro de progreso para que nuestra gente sea feliz en la tierra en la que nacimos o que hemos adoptado como nuestra.

Nos queda mucho por conseguir, pero tenemos un gran trecho avanzado. No es tiempo de lamentar lo que nos falta sino de afianzar nuestros valores y nuestras convicciones, igual que hace el luchador en el terrero para ganar la brega. Deseo que disfrutemos en la fiesta mayor de Gran Canaria y que el verde y el frescor de nuestros pinares afiancen en nuestro ánimo la ilusión y la hermandad que nos identifica.

¡¡ Felices fiestas del Pino !!

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

La ruta migratoria canaria se encuentra en un punto crítico, un momento en el que la pérdida de vidas humanas se ha convertido en una tragedia constante. Los naufragios son cada vez más frecuentes y, lamentablemente, las previsiones para 2024 indican que será uno de los años más mortíferos. Todas las previsiones apuntan que antes de final de año llegarán más de 70.000 personas a nuestras costas. Este escenario desolador exige medidas inmediatas y efectivas por parte de las autoridades competentes para evitar que se pierdan más vidas en nuestro mar

Captura 3Y Europa y España tienen que asumir de una vez por todas que la única solución pasa por abrir vías legales y seguras para que estas personas puedan migrar, sin jugarse la vida en el mar o depender de redes mafiosas. Según estudios de algunas de las instituciones más prestigiosas en materia de demografía, Europa necesitará de aquí a 2050 varias decenas de millones de inmigrantes para su mercado laboral y compensar así una estructura demográfica muy envejecida.

Uno de los aspectos más alarmantes de esta crisis es el número creciente de menores no acompañados que llegan a nuestras costas. Este año y hasta la fecha, cerca de 20.000 personas han arribado a las Islas Canarias, entre ellos, una gran cantidad de niños, niñas y adolescentes que se enfrentan a un futuro incierto lejos de sus familias y su tierra natal. La acogida y protección de estos menores es una responsabilidad que no podemos eludir, y es de ellos, de ellas y de su situación de quienes quiero hablar hoy.

El Gobierno de España y el Gobierno de Canarias han trabajado conjuntamente en una reforma legislativa crucial para la reubicación de estos menores en territorio peninsular, buscando una distribución equitativa. Esta medida es fundamental para garantizar la seguridad jurídica y el respeto a los derechos fundamentales de estos jóvenes, proporcionándoles un entorno más adecuado para rehacer sus vidas.

De hecho, la aceptación por parte del Partido Popular del reparto de un número ínfimo de estos menores (apenas 347 de los 6.000), es la excusa que ha utilizado VOX para romper sus pactos autonómicos con el PP. Evidentemente no es más que una excusa, pero que la extrema derecha haya decidido utilizar el odio contra niños extranjeros es un motivo más para gestionar esta cuestión con responsabilidad y humanidad.

Sin embargo, la distribución de menores debe ser equitativa no solo a nivel estatal, sino también dentro de nuestras propias islas. Actualmente, Gran Canaria es la isla hogar de unos 3.500 de los cerca de 6.000 menores no acompañados que han llegado a Canarias, lo que representa aproximadamente el 60% del total. De estos, 130 están siendo atendidos directamente por el Cabildo de Gran Canaria. Esta situación es insostenible y requiere una solución urgente y justa.

La falta de transparencia en los criterios de distribución de estos menores entre las islas es un problema grave. No solo desconocemos los criterios que se están aplicando, sino también cuántos han sido acogidos en cada isla. La transparencia y la buena gestión son esenciales para que la ciudadanía comprenda y apoye las decisiones que se toman en materia de gestión migratoria.

Proponemos que se utilicen criterios objetivos y claros para la distribución de menores entre las islas, similares a los que aplica el Ministerio de Juventud e Infancia. Estos criterios podrían basarse en la población, la renta per cápita, la tasa de paro y la dispersión de la población. En particular, apoyamos la Propuesta Share, surgida del Gobierno Vasco, que pondera un 30% la población, un 50% el PIB per cápita y un 20% el paro. Este enfoque ofrecería un marco previsible y justo para la distribución de los menores y permitiría una mejor planificación y gestión.

No comprendemos por qué se ha acordado un límite de 2.000 menores para Canarias, que puede aumentar a 3.000 en caso de emergencia, mientras que otras comunidades autónomas asumirán cantidades significativamente menores. Si Canarias debe acoger a 3.000 menores, la distribución equilibrada es la única manera de evitar disfunciones, vulneraciones de derechos, improvisaciones, alarmas sociales y manipulaciones de la realidad por parte de organizaciones racistas y xenófobas.

Además, es imperativo encontrar soluciones para los menores que, al cumplir los 18 años, se encuentran de repente en una situación de desamparo. Sin documentación ni posibilidades de salir de la isla, conseguir un trabajo o un hogar, estos jóvenes se convierten en personas sin techo, sin futuro, deambulando por nuestras calles. Este problema debe abordarse con urgencia para evitar que caigan en la desesperanza y la exclusión social.

En resumen, desde el Cabildo de Gran Canaria apoyamos la reforma legislativa propuesta por el Gobierno de España y el Gobierno de Canarias para la distribución de menores no acompañados en el conjunto de las comunidades autónomas, aunque entendemos que lo más rápido es que se realice mediante el Decreto Ley. Al mismo tiempo, demandamos criterios objetivos para la distribución de estos menores entre las islas y exigimos una solución urgente para aquellos que cumplen 18 años y se enfrentan a una situación de sinhogarismo.

Sinceramente, creo que el Gobierno de España, la mayoría de los partidos políticos españoles o las comunidades del estado, no está calibrando adecuadamente las consecuencias sociales y políticas de seguir insistiendo en una política que por la vía de los hechos convierte a Canarias en un territorio de detención y retención de personas migrantes. Un territorio en el que además estas personas corren el riesgo de quedarse “encerradas” en un limbo legal que ni les permite residir legalmente, ni continuar su viaje ni retornar a sus países. No podemos permitirlo.

Es fundamental que actuemos con justicia, humanidad y transparencia en la gestión de este reto de la sociedad actual. Solo así podremos garantizar un futuro digno para estos menores y mantener la cohesión social en nuestras islas. Es nuestra responsabilidad y nuestro deber moral.

Las migraciones han existido a lo largo de toda la historia y van a seguir existiendo, por lo que debe haber una gestión adecuada con el objetivo de que sea un factor de desarrollo y bienestar para las personas que migran, así como para los países de acogida y origen. Pero mal gestionadas generan un sinfín de problemas sociales, vulneración de derechos humanos y aumento de la xenofobia, de lo que se aprovechan organizaciones populistas y extremistas, como ha hecho VOX hace unos días y como están haciendo en nuestra isla y en el conjunto del Estado, para no quedarse atrás y perder votos reaccionarios, otras organizaciones de derechas que han acudido a los medios de comunicación a relacionar la migración con la inseguridad, el paro y la pobreza. Fíjense en el PP solicitando la intervención de la Armada.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

Desde el Cabildo de Gran Canaria hemos puesto en marcha un plan de gran alcance y decisivo para la reactivación económica y social de nuestra isla. Refleja nuestra firme vocación de impulsar el empleo, la diversificación económica y la mejora de la calidad de vida de los grancanarios y grancanarias

Captura 2Hace unas semanas hemos incorporado a la acción de gobierno del Cabildo 324 millones de euros para inversiones provenientes de remanentes que se suman a los 207 millones ya consignados en los presupuestos de 2024 y que incluían obras de trascendencia como el nuevo recinto ferial de Infecar, el plató virtual, el puerto de Taliarte, el MUBEA, centros sociosanitarios, carreteras, áreas comerciales e industriales, actuaciones en el patrimonio histórico o en los espacios declarados como Patrimonio Mundial y Reserva de la Biosfera, etc.

El nuevo plan de inversiones es una muestra indiscutible de una buena gestión financiera y de solvencia económica. Estos fondos, resultado de una gestión eficiente y prudente, nos permiten acometer proyectos estratégicos y emblemáticos diseñados para continuar con la transformación social, económica y ambiental de nuestra isla. Sin duda aspectos importantes para el futuro de Gran Canaria.

Hemos destinado 69 millones de euros a un plan adicional de inversiones que abarcará a la totalidad de los 21 municipios de Gran Canaria. Este esfuerzo complementa los planes de cooperación que ejecutamos anualmente y que están diseñados para asegurar que cada municipio participe activamente en el desarrollo económico y social de la isla.

Nunca se había realizado desde el Cabildo un plan de inversiones tan ambicioso a través de los municipios grancanarios. Supera el total de los fondos del Plan de Cooperación para todo este mandato y se suma a las inversiones destinadas a los municipios a través del Fdcan, la Cumbre Vive, el Consorcio Turístico, las zonas comerciales abiertas, los polígonos industriales, las infraestructuras hidráulicas, etc.

Se trata de un impulso más a la coordinación y colaboración decidida con los municipios que hemos presentado, junto a los 21 municipios de Gran Canaria, el pasado miércoles 10 de julio. Esto va a permitir que en los próximos meses se inicien treinta y tres obras emblemáticas y estratégicas en nuestra isla. Obras como las piscinas de La Laja, la nueva Universidad Popular o la torre de entrenamientos del Parque de Bomberos de Miller en LPGC, entre otras. Casi 9 millones de euros.

También, en el resto de los municipios, centros deportivos, bibliotecas públicas, edificios de aparcamientos, parques urbanos, viviendas colaborativas, centros de formación, tanatorios, oficinas municipales, centros culturales, centros de día y residencias para mayores, recintos feriales o ampliación de desaladoras. Treinta y tres obras que van a contribuir a mejorar notablemente la calidad de vida de los hombres y mujeres de Gran Canaria. Un hecho sin precedentes.

Con el resto de los recursos disponibles en los remanentes del Cabildo podremos acometer la expropiación de terrenos para la nueva línea ferroviaria entre Las Palmas de Gran Canaria y Maspalomas, con una asignación de 16,6 millones de euros. Además, se destinarán fondos para la rehabilitación y transformación en museo de la casa de Pepe Dámaso y el acondicionamiento del solar norte de la Catedral de Canarias para convertirlo en un museo arqueológico sobre los orígenes de la capital de la isla , cada uno con una inversión de 700.000 euros. También se aportarán cuatro millones de euros para la ampliación del Museo Canario, un proyecto que ha estado paralizado desde 2012 y que ahora podrá finalizarse.

Con un presupuesto de 23,2 millones de euros, mejoraremos diversas vías insulares, como la GC-605, y construiremos un nuevo acceso a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Además, invertiremos en infraestructuras esenciales para apoyar el desarrollo económico y la accesibilidad en la isla.

Con el fin de fomentar la innovación y la sostenibilidad en nuestros sectores productivos, destinamos 666.000 euros a la construcción de una nave de economía circular de la Mancomunidad del Norte para el emprendimiento, entre otros proyectos.

En el ámbito social, hemos asignado un total de 52,8 millones de euros. Destacamos la rehabilitación del antiguo Hospital Psiquiátrico, que se transformará en un centro sociosanitario, con una inversión de 40 millones de euros. Además, se adquirirán inmuebles para viviendas tuteladas y el edificio de Santa Rosalía en Telde y se mejorará el Centro para la Inclusión Social y Laboral de Adepsi, entre otros proyectos que buscan mejorar la calidad de vida de los más vulnerables.

En cuanto al medio ambiente y la energía, disponemos de 17,2 millones de euros para proyectos innovadores como la hidrogenera en el Puerto de la Luz que tiene como objeto la producción de hidrógeno verde, el Centro de Recuperación de la Fauna Salvaje de Tafira, el proyecto de accesibilidad universal del Jardín Botánico Viera y Clavijo o las mejoras de los ecoparques del norte y del sur de la isla. También apoyaremos con cuatro millones de euros a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en diversas mejoras y en el autoconsumo fotovoltaico.

Por último, gestionaremos 124,7 millones de euros destinados principalmente a la reforma integral del Estadio de Gran Canaria, la modernización del Centro Insular de Deportes y la adecuación del campo de hockey, entre otros proyectos que mejorarán significativamente nuestras instalaciones deportivas y espacios públicos.

En este aspecto me gustaría detenerme brevemente. No estamos destinando esta inversión a “un campo de fútbol” sino a concluir una ciudad deportiva en la que se ubican un buen número de instalaciones deportivas, también de deporte base. Además, estas instalaciones funcionan igualmente como equipamientos culturales, ya que acogen cada año un número mayor de conciertos, exhibiciones, festivales etc. Estamos hablando de una infraestructura fundamental en el desarrollo deportivo y cultural de la isla. Más allá de que será sede del Mundial de Fútbol de 2030, un hito histórico para Gran Canaria y Canarias. El Gran Canaria Arena se inauguró hace nueve años y costó 80 millones de euros. No creo que hoy nadie cuestione el papel decisivo que juega esa instalación en los ámbitos culturales y deportivos.

Somos conscientes de que no todos estos proyectos se podrán ejecutar en el presente año. Sin embargo, hemos establecido planes plurianuales para garantizar que cada área de gobierno disponga de los recursos necesarios que permitan avanzar en la adjudicación y ejecución de estas obras esenciales.

En estos momentos el Cabildo está ejecutando o está a punto de ejecutar en Gran Canaria más de dos mil millones en infraestructuras y equipamientos públicos. Reafirmamos nuestro compromiso con el futuro de nuestra isla, trabajando incansablemente para asegurar que cada inversión contribuya a una Gran Canaria más próspera, inclusiva y sostenible. Sigamos adelante, juntos, construyendo un mejor futuro para todos y todas.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

El sol y el viento de Gran Canaria, en especial en la comarca sur-sureste de la isla, han sido pioneros a la hora de alentar y soplar a favor del cambio de modelo energético basado en las energías renovables en el archipiélago. Este histórico testigo ha sido recogido por el Cabildo de Gran Canaria y, desde hace una década, avanzamos con firmeza por la senda de la descarbonización

Captura 1Y lo hemos hecho con una hoja de ruta que no se ha desviado de sus objetivos fundamentales y ha rechazado adentrarse en vericuetos gasísticos que habrían retardado y jugado en contra de esta transición. La incorporación de las nuevas plantas fotovoltaicas que se daban de inaugurar en Telde y Agüimes añaden nuevas e importantes piezas a este gran puzle para componer un futuro más sostenible para nuestro territorio. Y contribuyen también a consolidar la posición de la isla como el territorio insular líder en la introducción de energías renovables en el archipiélago.

Los datos de introducción de renovables son muy elocuentes. En Gran Canaria la potencia total instalada de renovables en el mes de abril de 2024 era de 382,6 MW frente a los 343,8 MW en la isla de Tenerife y de 134 MW en Lanzarote y Fuerteventura. La producción de renovables es en Gran Canaria de 217 GWh frente a 172,3 GWh en Tenerife y 70 en el resto de islas.

La integración de renovables es en nuestra isla del 20% frente al 15% en Tenerife y 14% en Fuerteventura y Lanzarote. Y un dato muy importante es que los vertidos ascienden a 21.258 MWh lo que multiplica por cuatro el de las otras islas y habla de la necesidad y la oportunidad de disponer de recursos de almacenamiento de estas energías para lo que contamos con Salto de Chira, que cumplirá esta función primordial.

En definitiva, esto nos ayuda a avanzar por ese necesario camino hacia un modelo cada vez más sostenible que se enmarca en nuestro proyecto integral de Ecoísla. Se trata además de un recorrido que no puede permitirse desvíos ni demoras en el actual contexto de calentamiento global y de adaptación a los efectos del cambio climático.

La sólida trayectoria de Naturgy al impulso de la transición energética en Canarias y en especial en esta isla nos dice otras cosas. Porque expresa con claridad cómo las empresas del sector saben que cuentan en Gran Canaria con un ecosistema social y político favorable para esta clase de inversiones gracias al liderazgo del Cabildo y al consenso logrado para fomentar la transición energética.

En este sentido, hoy podemos decir con satisfacción que dos de las plantas se tramitaron a través de un expediente de interés público y social del Cabildo. No obstante, necesitamos simplificar y acelerar los procedimientos, porque estamos inaugurando parques cuyo trámite se inició hace siete años en en Gobierno de Canarias. Se trata de plazos incompatibles con la urgencia climática que sufre el planeta y con nuestro compromiso con la transición energética global. La maraña administrativa, la falta de recursos humanos y cierto retardismo neonegacionista enquistado en algunos ámbitos son obstáculos que hay que eliminar.

Los datos avalan los pasos dados en la última década por parte del Gobierno de la isla. La potencia fotovoltaica instalada ha crecido un 25%. Además, hemos extendido esta revolución por nuestras instalaciones y contamos por ejemplo con la planta solar más potente gestionada por una administración pública de Canarias, a lo que se suma la apuesta por la reducción de la huella de carbono en la cadena de tratamiento y producción de agua industrial.

Igualmente, y ante la importancia de involucrar al conjunto del tejido social y económico de Gran Canaria en este cambio de paradigma, hemos multiplicado los incentivos para el autoconsumo o la implantación de comunidades energéticas y ahora mismo encabezamos también esta estadística, de modo que casi la mitad de esta variante de producción está concentrada en la isla. Asimismo, nuestro compromiso para seguir sumando voluntades a este proceso transformador ha cristalizado también en la creación de las Oficinas Oficina de Transformación Comunitaria y Transición Energética o en el Pacto de las Alcaldías. Se suma a que somos el primer territorio del archipiélago en disponer de una Estrategia para la Mitigación y la Adaptación al Cambio Climático.

Sin embargo, somos conscientes de que los desafíos son tan importantes que no podemos detenernos aquí. Por este motivo, contamos con una estrategia, que nos permitirá alcanzar el 60% de penetración de las energías limpias en 2030, que contempla nuevos hitos que confirman la posición de avanzadilla de la isla, incluido el hecho de que Gran Canaria será el primer territorio del Estado donde se implantará la eólica marina tras el acuerdo alcanzado con el Ministerio de Transición Ecológica.

Y en este paisaje de futuro destacará a corto plazo, como les decía al principio de este texto, la entrada en escena de la central de Salto de Chira como gran recurso de almacenamiento e introducción de renovables y de producción de agua para la agricultura. Este proyecto, que aprovecha las presas construidas por nuestros antepasados y hereda su visión estratégica, contiene también los principios de soberanía energética, soberanía alimentaria y seguridad hídrica. Y detrás vendrán otros de funcionamiento similar, aprovechando otras presas y generando otros saltos, esta vez con agua salada.

Estos ejes son, a la vez, los cimientos de una isla basada en un desarrollo económico y social más integrador y ecológico. Por lo tanto, proyectos como los que se acaban de inaugurar en Gran Canaria afianzan esta trayectoria hacia la sostenibilidad, y lo hacen además generando empleo y diversificación económica.

Quiero por último felicitar a Naturgy como empresa promotora y a todos los equipos técnicos y de instalación que han ejecutado los proyectos de manera diligente y oportuna. Hoy podemos celebrar conjuntamente que damos otro paso adelante guiados e inspirados por el sol de Gran Canaria.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

El pasado fin de semana compartí con ustedes una primera aproximación al debate sobre el Estado de la Isla que tuvo lugar el el Cabildo el jueves 13 y viernes 14 de este mes. En el artículo Gran Canaria Avanza expuse los indicadores socioeconómicos de ocupación, de empleo, de afiliación a la seguridad social y de confianza empresarial que nos muestran una Gran Canaria dinámica, activa y en condiciones de crecimiento equilibrado que está ayudando a generar economía productiva y mejores condiciones sociales y económicas para la ciudadanía

Captura 2Como he señalado en otras ocasiones, la estabilidad institucional es esencial para el desarrollo sostenible y el progreso socioeconómico de una región. En Gran Canaria, el liderazgo del Cabildo de Gran Canaria ha demostrado cómo una gestión consistente y comprometida puede transformar una isla, implementando políticas a largo plazo que benefician a diversos sectores. Esta estabilidad ha facilitado la transición energética, la seguridad hídrica y el desarrollo de nuevos sectores económicos, haciendo de Gran Canaria un ejemplo a seguir en sostenibilidad y progreso.

Gran Canaria ha vivido una continuidad de gobierno sin precedentes desde el inicio del periodo democrático en 1979. Este respaldo popular hacia el modelo de isla promovido por Nueva Canarias y el Partido Socialista refleja una confianza en la gestión política que es rara en otros contextos. Mientras muchas regiones se enfrentan a cambios políticos y falta de continuidad, Gran Canaria ha mantenido un enfoque de gestión constante que ha permitido la implementación de políticas a largo plazo.

Esta estabilidad ha permitido una planificación efectiva y la ejecución de proyectos que requieren tiempo y persistencia. Por ejemplo, la transición hacia una economía más verde y sostenible no se puede lograr en un solo ciclo electoral. Requiere una visión a largo plazo y un compromiso constante, algo que la administración de Gran Canaria ha demostrado tener.

Uno de los logros más significativos de Gran Canaria es su avance en la transición energética. La isla ha invertido en infraestructuras y tecnologías que promueven el uso de energías renovables, reduciendo así su dependencia de los combustibles fósiles. Proyectos como los parques eólicos, las plantas solares y el autoconsumo han sido posibles gracias a una planificación estratégica y una ejecución consistente.

La transición energética no solo contribuye a la sostenibilidad ambiental, sino que también tiene beneficios económicos. La creación de empleos en el sector de energías renovables es un ejemplo claro de cómo una política verde puede impulsar la economía local. Además, la reducción de costos asociados a la importación de combustibles fósiles libera recursos que pueden ser reinvertidos en otras áreas críticas, como la educación y la salud. Hoy esta isla encabeza,, con diferencia, la penetración de energías limpias en Canarias. Es además el territorio con más posibilidades de avanzar hacia la descarbonización que demanda la UE gracias a Salto de Chira y la eólica marina.

La gestión del agua es otro ámbito en el que Gran Canaria ha mostrado un liderazgo destacado. La seguridad hídrica ha sido una prioridad y la isla ha puesto en marcha soluciones innovadoras para garantizar un suministro de agua sostenible. Esto incluye la construcción de plantas desalinizadoras y el uso de tecnologías avanzadas para el reciclaje y reutilización del agua y la producción con renovables. La capacidad de Gran Canaria para gestionar su recurso hídrico de manera eficiente es crucial en un contexto de cambio climático. Las sequías y la variabilidad climática hacen que la disponibilidad de agua sea un desafío constante. Al invertir en tecnologías y prácticas que aseguren un suministro estable y sostenible, la isla está mejor preparada para enfrentar estos desafíos.

El enfoque en la seguridad hídrica también tiene implicaciones económicas. Un suministro de agua confiable es esencial para sectores como la agricultura y el turismo, que son pilares de la economía local. Al asegurar el acceso al agua, Gran Canaria protege su economía y mejora la calidad de vida de sus habitantes. Gran canaria, frente a otros territorios, no ha tenido que recurrir a la emergencia hídrica. Salto de Chira y 107 medidas con 151 millones de euros de inversión garantizan la seguridad hídrica de la isla en las próximas décadas.

La diversificación económica ha sido un enfoque clave para Gran Canaria. La promoción de nuevos sectores económicos, como el sector marino-marítimo y las tecnologías de la información han generado oportunidades de empleo y han impulsado la innovación. El Centro de Innovación Marino-marítimo y las tres incubadora de Alta Tecnología son ejemplos de proyectos que están dinamizando la economía local y atrayendo inversiones.

Este sector tiene un enorme potencial en Gran Canaria debido a su ubicación geográfica y sus recursos naturales. Inversiones en infraestructuras portuarias, como las del Puerto de Taliarte, y en la investigación marina están posicionando a la isla como un centro de excelencia en este ámbito. Esto no solo diversifica la economía, sino que también crea empleos altamente cualificados y promueve el desarrollo tecnológico.

Las tecnologías de la información también ha sido una prioridad. La creación de parques tecnológicos y la atracción de empresas del sector TIC están fomentando un ecosistema de innovación. Este sector no solo ofrece empleos bien remunerados, sino que también tiene un efecto multiplicador en la economía, promoviendo el desarrollo de habilidades y la transferencia de conocimiento.

El turismo sigue siendo un pilar fundamental de la economía de Gran Canaria. Sin embargo, la isla ha adoptado un enfoque hacia un turismo más sostenible. Esto incluye la promoción de prácticas responsables que minimicen el impacto ambiental y beneficien a las comunidades locales. Iniciativas como la certificación de sostenibilidad para hoteles y la promoción de actividades turísticas que respeten el entorno natural son ejemplos de este enfoque. No es casualidad que hayamos aumentado en un 20% la facturación, un incremento del 8,29% por cliente y un mayor periodo medio de estancia, sin que hayamos incrementado el número de turistas. Y sostuvimos y seguimos sosteniendo que el éxito no se puede medir en la llegada sin límites de visitantes.

La economía circular es otro componente clave del modelo de desarrollo de Gran Canaria. Busca reducir el desperdicio y maximizar el uso de recursos a través del reciclaje, la reutilización y la recuperación de materiales. Gran Canaria ha implementado programas de reciclaje avanzados y ha promovido prácticas empresariales que minimicen el desperdicio. Este modelo es beneficioso para el medio ambiente, genera ahorros significativos y crea nuevas oportunidades de negocio. Gran Canaria es la isla que más recicla, sus ecoparques son punteros y producen la energía que necesitan.

El sector audiovisual ha recibido un impulso significativo gracias a políticas de apoyo y a la creación de infraestructuras adecuadas como la de los platós. La isla se ha convertido en un destino atractivo para la producción cinematográfica y televisiva, diversifica la economía insular y promueve la cultura y el talento local. La promoción de Gran Canaria como un hub para la industria audiovisual ha atraído producciones internacionales, generando empleo y posicionándonos en el mapa global de la producción audiovisual.

La movilidad sostenible es otro ámbito en el que Gran Canaria ha realizado importantes avances. La puesta en marcha de una red de transporte público eficiente y la promoción del uso de vehículos eléctricos son ejemplos de políticas que buscan reducir la huella de carbono en nuestra tierra. El desarrollo de programas que fomenten el uso del transporte público contribuyen a una movilidad más sostenible y mejoran la calidad de vida de los ciudadanos. Se ha conseguido pasar de 62 millones de viajeros a 92 millones.

La política de vivienda también ha sido un área central. La rehabilitación de barrios han mejorado significativamente las condiciones de vida de muchos residentes. Estos proyectos proporcionan viviendas dignas y promueven la cohesión social y la revitalización urbana. La colaboración entre el Cabildo y los ayuntamientos ha sido crucial para identificar las necesidades y desarrollar soluciones efectivas en materia de vivienda.

La mejora de las infraestructuras viales es fundamental para el desarrollo económico y social de Gran Canaria. Proyectos de modernización y ampliación de carreteras han facilitado la movilidad dentro de la isla, reduciendo los tiempos de desplazamiento y mejorando la seguridad vial. Benefician a los residentes y son cruciales para el turismo y el comercio, facilitando el acceso a diferentes áreas de la isla.

La soberanía alimentaria es otro aspecto esencial del desarrollo sostenible de Gran Canaria. La promoción de la agricultura local y el apoyo a los agricultores y agricultoras han fortalecido la producción de alimentos en la isla. Este enfoque no mejora la seguridad alimentaria, apoya a la economía local y promueve prácticas agrícolas sostenibles. Gran Canaria es la única isla que no ha perdido suelo agrícola sino que ha ganado 700 hectáreas, al igual que sucede con la vid que aumentó en 15 hectáreas en los últimos años y 10 en 2023.

El sector industrial y comercial de Gran Canaria ha sido impulsado a través de políticas de apoyo y la creación de infraestructuras adecuadas. Más de 50 millones de inversión en las dos áreas. La modernización de polígonos industriales y la promoción del comercio local han generado empleo y dinamizado la economía. La colaboración con asociaciones empresariales y la ejecución de programas de formación y apoyo a emprendedores y emprendedoras han sido clave para el crecimiento de estos sectores.

En definitiva, la estabilidad institucional de Gran Canaria ha sido fundamental para su desarrollo sostenible y su capacidad de enfrentar los desafíos contemporáneos. La continuidad en la gestión y la planificación a largo plazo han permitido avances significativos en la transición energética, la soberanía hídrica, la diversificación económica, la movilidad sostenible, la mejora de infraestructuras, y la promoción de la industria y el comercio. Gran Canaria se presenta como un modelo a seguir, demostrando que el respeto por la voluntad popular y un enfoque integral de gobierno pueden transformar una región y preparar a su sociedad para un futuro próspero y sostenible.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

El jueves y el viernes pasado tuvo lugar en el Cabildo de Gran Canaria el Debate sobre el Estado de la Isla. En el transcurso de este repaso a la realidad insular expuse mi visión sobre el momento político y social que vive Gran Canaria. En las próximas semanas voy a intentar hacerles llegar los datos que reflejan la acción del Gobierno de la isla en este último año, el primero de este nuevo mandato

Captura 1Gran Canaria avanza y existe un amplio reconocimiento social acerca de que esta isla tiene un libro de ruta trazado y que está liderando la respuesta a los grandes objetivos de este tiempo: la transición energética, la seguridad hídrica, los derechos sociales y la igualdad de oportunidades, la dinamización de nuevos sectores económicos, la soberanía alimentaria, el empleo, el turismo sostenible, la movilidad, la cultura y el deporte, la economía circular, la solidaridad, el patrimonio y los valores que nos identifican como pueblo.

Nos ha tocado gobernar cuando los cambios económicos, climáticos, tecnológicos, políticos y sociales son de tal magnitud que no alcanzaremos la mitad del presente siglo en condiciones de subsistencia si no respondemos a las transformaciones profundas que se producen a nivel mundial. Las sociedades que no sean capaces de afrontar estos retos van a vivir unas realidades insoportables y ese horizonte no lo queremos para nuestra isla. No es tiempo de frivolidades porque nos jugamos el futuro.

He mencionado dos cuestiones que explican el tiempo de avance que venimos experimentando: la estabilidad institucional y un proyecto integral de desarrollo social y económico. Pero otra novedad de estos años de gobierno insular es que estamos consiguiendo la complicidad de amplios sectores sociales que reconocen que el desarrollo de la ecoísla nos permite tener una orientación definida para el progreso de la isla y para afrontar las necesidades urgentes del presente y del futuro inmediato.

No estamos ante un gobierno de ocurrencias o improvisaciones sino de una meditada planificación de las cuestiones decisivas. Y estas valoraciones políticas se sustentan en la relación permanente con los ayuntamientos, con la universidad, con los sindicatos y los empresarios, con asociaciones sociales representativas, con ONG, con organizaciones de la cultura, del deporte, del ecologismo, del feminismo o de la solidaridad.

Estas valoraciones están, además, corroboradas por una serie de datos que nos permiten objetivar este debate y estas apreciaciones. Los números admiten interpretaciones pero son contundentes. Los indicadores socioeconómicos, de ocupación, de empleo, de afiliación a la seguridad social y de confianza empresarial nos muestran una Gran Canaria dinámica, activa y en condiciones de crecimiento equilibrado que está ayudando a nuestra gente y a nuestras empresas.

Y al mismo tiempo, estos indicadores positivos ejercen de polo de atracción de inversiones y de generación de iniciativas que diversifican y fortalecen nuestra actividad económica.

La ocupación de trabajadoras y trabajadores en Gran Canaria se consolida en 2023 en el entorno del máximo histórico registrado a final de 2022, alcanzando las 390.000 personas ocupadas, un 6.3% más que en 2019. Este dato no solo supera la situación anterior a la pandemia sino que recupera la enorme pérdida de empleo que el cero turístico nos generó durante los dos años de la crisis. La economía grancanaria ha sabido reponerse a aquel accidente y ha promovido iniciativas para abrir nuevas vías de empleo y de actividad laboral.

Quiero destacar especialmente el dato de ocupación femenina que es altamente positivo. Las mujeres lideran el crecimiento de la ocupación en Gran Canaria. A finales de 2023 registramos un record histórico en ocupación femenina: 182.610 grancanarias están ocupadas, un 9% más que antes de la pandemia y un 1.2% más que en 2022. Trece mil mujeres que estaban paradas, han encontrado trabajo en estos cuatro años.

Estamos hablando de la principal política de redistribución de la riqueza y de reducción de la exclusión social. Estos datos deben ser un motivo de satisfacción para quienes nos empeñamos, desde esta institución, en priorizar la atención a las personas.

Y en este avance, la iniciativa empresarial tiene un gran protagonismo, pero la apuesta claramente inversora de este Cabildo también. La diversidad de actuaciones propias o en colaboración con municipios favorece la creación de empleo diversificado y descentralizado. Y en estos momentos ejecutamos inversiones superiores a los 2.000 millones de euros.

La encuesta de población activa referida al primer trimestre de este año, la última disponible, nos indica que alcanzamos el tercer mejor cuatrimestre de toda la serie histórica desde que hay registros anuales.

Nos confirma un comienzo de año muy sólido, y se logra en gran medida gracias a la activación de la ocupación masculina, 4.420 ocupados más que en el año anterior. Casi 210.000 hombres ocupados.

La evolución no solo confirma la recuperación del empleo y por tanto de la actividad económica, en muy poco tiempo, sino la tendencia de un crecimiento sostenido. Gran Canaria cerró 2023 con una tasa de paro de un 15’8%, inferior a la media regional. El final de 2023 supone el mejor registro anual de paro registrado de la última década. No se observan cifras iguales desde marzo de 2008. Y el mes de mayo de 2024 es el mes con menos paro registrado de la serie histórica.

En esta valoración de datos generales comprobamos la consolidación favorable del mercado laboral. Gran Canaria se estabiliza en un rango de desempleados muy inferior al año 2019, antes de producirse la pandemia. Tenemos un 21% menos de paradas y parados que hace cuatro años. Insisto, superando todos los condicionantes paralizadores del cierre socioeconómico que padecimos. La economía que se trasluce es de una enorme resistencia y capacidad de generar empleo. El paro se reduce en más de cuatro puntos respecto al que sufríamos en 2019 y se acerca a la cifra que se ha considerado paro estructural estable en nuestras islas, pero aun así no nos conformamos. De nuevo, comprobamos que el paro femenino es el que más se reduce, en torno a 5 puntos.

Mantenemos el gran reto de rebajar el paro juvenil que sigue siendo insoportable, con un 33%. Se produce una significativa disminución respecto al año pasado, tres puntos menos, pero las cifras siguen siendo negativas. El dato positivo es que en Gran Canaria es la isla donde más se reduce con respecto a 2021 y 2019 y que estamos dos puntos por debajo de la media regional.

Gran Canaria cerró el año 2023 con 367.300 afiliadas y afiliados a la Seguridad Social lo que supone un incremento del 3’3% respecto al año anterior y un 9% respecto a la situación anterior a la pandemia.

El Índice de Confianza Empresarial en abril de 2024 es de 127’8 y supera en diez puntos al valor contabilizado al cierre de 2022. El tejido empresarial de la isla se muestra positivo respecto al futuro económico, cerrando 2023 con niveles de confianza superiores a los registrados antes de la pandemia y creciendo significativamente sobre 2022.

Las Palmas se mantiene como el principal puerto de tránsito y servicios de escala global en Canarias. Concentra el 90% de los tránsitos y el 94% en tonelaje. En lo que va de 2024 crece un 13,7% en tráfico de contenedores.

Nos hemos detenido en los datos del último año porque se corresponden con el periodo que debatimos pero no debemos olvidar que en los últimos cuatro años la economía de Gran Canaria ha crecido en un 9% y que el producto interior de la isla ha crecido en más de 1.500 millones de euros, repercutiendo como es lógico en el crecimiento del producto interior per cápita.

Y soy consciente de que estos resultados económicos no benefician de igual manera a toda la ciudadanía grancanaria. Que una parte significativa de nuestra gente tiene dificultades para llegar a fin de mes. Pero también tengo que reconocer que ni en las previsiones más optimistas podíamos anticipar estos datos en los meses de reinicio de la actividad, después de la parada general, a finales de 2020. Cualquiera de nosotros los hubiera firmado si nos hubieran anticipado este horizonte económico.

Y lo que quiero hoy destacar es la resistencia, el empuje, las potencialidades que tiene nuestra sociedad, los beneficios de la colaboración público-privada tal y como se está produciendo y la participación de los trabajadores y la iniciativa empresarial. El Cabildo de Gran Canaria contribuye decisivamente para que estas cifras que acabo de compartir sean una realidad. En las próximas semanas entraré en los detalles que desmenuzan la gestión del modelo de desarrollo social y económico de la Ecoísla que guían la acción de gobierno del Cabildo de Cran Canaria.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.