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El Cabildo de Gran Canaria ha recuperado más de un millar de bienes arqueológicos hallados en el yacimiento de Guayadeque, que tienen una antigüedad de más de 1000 años y que constituyen un enorme valor patrimonial y social para la Isla
El presidente del Gobierno de Gran Canaria, Antonio Morales; el consejero de Presidencia, Teodoro Sosa; el director insular de Patrimonio, Sebastián López; y Xavi Velasco, inspector del Servicio de Patrimonio Histórico, han dado a conocer hoy los primeros resultados de este relevante hallazgo, del que forman parte magníficos ejemplos de tejidos vegetales y cestería, restos de cerámica, madera y elementos de piedra, entre otras piezas.
Como ha manifestado Morales, “estamos ante uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de Gran Canaria de los últimos años. Todos los materiales y los datos recuperados superan con creces las expectativas iniciales”, ha asegurado. “Es una maravilla que sigamos encontrando en nuestra Isla parte de la memoria y del legado de sus primeros habitantes. Por eso, consideramos que debíamos presentarlo a la ciudadanía y ratificar el compromiso del Cabildo de seguir acometiendo trabajos en la zona, para garantizar su conservación, su protección y la difusión de nuestro patrimonio”.
A este respecto, ha anunciado que la Corporación Insular ha previsto nuevas inversiones, “con las que se dará continuidad a los trabajos arqueológicos sobre el terreno, así como al estudio específico de los materiales recuperados, con los fines de garantizar la conservación y protección de este lugar e incrementar el conocimiento de los bienes hallados, y, con ello, el aprecio social a nuestro patrimonio arqueológico”.
Ha afirmado que, con esta intervención, se ha recuperado un repertorio muy importante de materiales, tanto por su volumen, ya que se trata de más de un millar de elementos, como por la calidad y variedad de las piezas, especialmente en lo que se refiere a las industrias textiles en fibras vegetales, molinos, morteros, maderas y muestras de la argamasa que cubría el interior de la cueva.
“Todo lo hallado corría un grave peligro de expolio, por lo que la Corporación Insular, a través de su Servicio de Patrimonio Histórico, puso en marcha una intervención, para garantizar su recuperación”, ha puntualizado. “Presentamos hoy, por tanto, un hallazgo que abre enormes posibilidades para el conocimiento de las costumbres y la vida diaria de la vida aborigen que habitó Guayadeque a lo largo de varios siglos, y que ha hecho de este lugar un auténtico tesoro patrimonial de los antiguos grancanarios”.
Morales ha recordado, asimismo, que el Bien de Interés Cultural, Zona Arqueológica, del Barranco de Guayadeque, que separa los municipios de Agüimes e Ingenio, “es un referente de la arqueología grancanaria desde el siglo XIX y, aún hoy, sigue atesorando una enorme riqueza patrimonial, que debe ser protegida y preservada para generaciones futuras”.
Ha explicado que el Servicio de Patrimonio Histórico tuvo conocimiento de la existencia de estas joyas patrimoniales a finales de 2020, cuando la ciudadanía le informaron de la existencia de una cueva en la que se apreciaban acopios de materiales arqueológicos, algunos en el interior de sacos, así como otros elementos (sachos, palas, barras de hierro…) que hacían sospechar un posible episodio de alteración del yacimiento.
“Se trataba de una situación especialmente preocupante, porque la cueva forma parte de un conjunto arqueológico más amplio, en el que coexisten espacios domésticos y funerarios de un gran valor histórico”, ha relatado. Tanto es así que, “la intervención ha posibilitado la obtención de unos datos de enorme interés, que nos acercan a la vida y la muerte de las personas que habitaron en el Barranco de Guayadeque, al menos, entre los siglos VIII y X después de Cristo, es decir, a materiales pueden tener más de 1000 años de antigüedad”, ha especificado.
“Un trabajo que ha tenido un doble objetivo: rescatar materiales que habían sido alterados, amontonados y metidos en sacos, y salvar otras piezas representativas del registro arqueológico insular que pudieran correr peligro de desaparición”, ha señalado, para añadir que “el resultado ha sido un hallazgo de una relevancia excepcional para la riqueza del patrimonio de nuestra Isla”.
Por último, el presidente Morales ha puesto en valor y ha agradecido la implicación de la ciudadanía en el conocimiento, conservación y protección del patrimonio arqueológico insular. “Tenemos unos ciudadanos y ciudadanas concienciados y responsables que comunican al Cabildo sus hallazgos de manera inmediata”, ha recalcado. “Esto ha hecho que todos los años se incremente el número de enclaves que conforman el inventario arqueológico insular, un documento clave para proteger estos bienes y que ya cuenta con más de 1.100 lugares inventariados”.
En la relevancia de la cooperación ciudadana ha incidido el inspector del Servicio de Patrimonio Xavi Velasco, quien ha confirmado que “prácticamente todas las semanas se reciben notificaciones sobre descubrimientos casuales de materiales arqueológicos, manifestaciones rupestres o nuevos yacimientos, a los que tratamos de dar una respuesta inmediata, y que son elementos que nos hablan de la responsabilidad compartida que suponen la gestión y la tutela del patrimonio arqueológico de Gran Canaria”.
Velasco se ha referido a la muestra de varios de estos hallazgos, que permanecerá expuesta en el patio del edificio del Cabildo hasta el día 4 de marzo y que, como ha dicho, “es solo una pequeña representación de los aspectos más significativos del hallazgo, pero que constituye un contexto arqueológico de suma importancia desde el punto de vista patrimonial, social y científico, por numerosas razones”.
En este sentido, ha insistido en que muchas de las piezas han sido datadas hace más de 1000 años. “Son 40 generaciones de personas que nos separan de estos hallazgos”, ha comentado. Y ha remarcado, asimismo, la importancia de que los materiales pertenezcan al primer milenio después de Cristo, “puesto que es uno de los espacios oscuros de la arqueología de la Isla”.
Finalmente, ha hecho especial hincapié en el caso de los tejidos vegetales recuperados, “que abren la mirada al trabajo de la mujer y, además, nos muestran unas condiciones de conservación excepcionales, que son un referente que puede ir mucho más allá de nuestras fronteras, porque hay muy pocos yacimientos en el mundo que conserven este tipo de materiales”, ha concluido.